¿Puede llegar el ébola a México?

No podríamos entender el mundo actual sin la globalización. El hecho de que seamos habitantes de un mundo que interacciona a diario a pesar del lenguaje y las fronteras tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes.
Uno de ellos es el riesgo de una epidemia global. Desde hace algunas semanas, los informes del virus del ébola propagándose en países africanos toma poco a poco espacios en noticieros mundiales.
Este brote, considerado el peor, ha matado hasta al momento a más de 729 personas, y el número de infectados en África Occidental se eleva a mil 323, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta epidemia sin precedentes azota a África Occidental desde el pasado 22 de marzo, cuando el brote surgió en Guinea Conakry y se ha propagado a Liberia y Sierra Leona, país donde se han cerrado las fronteras y se ha declarado una alerta sanitaria.
La comunidad internacional comienza a contemplar la extensión del ébola como un peligro real, y aunque gobiernos de países europeos celebran reuniones periódicas para evaluar esta amenaza, los expertos consideran que es difícil que una epidemia de estas características se propague en territorio europeo gracias a los medios sanitarios disponibles.
Estados Unidos ha hecho lo propio, y considerando que el ébola puede viajar a su territorio, las autoridades emitieron una alerta a los estadounidenses para no viajar a los tres países de África afectados por el brote.
Estamos hablando de países con alto grado de desarrollo, donde los sistemas de contención sanitaria son áltamente eficaces; pero ¿y Latinoamérica, donde los sistemas de salud adolecen de numerosas carencias? ¿Estará la región, incluyendo a México, preparada para contener un virus de este tipo?
El destacado epidemiólogo Jeremy Farra, una figura líder a nivel mundial en el campo de las infecciones, aseguró la víspera que no es probable que el ébola se convierta en una pandemia global que llegue a América, Asia o Europa.
Sin embargo, aceptó que es posible que alguien infectado en África Occidental pueda llevar la enfermedad a los Estados Unidos, o cualquier lugar de Latinoamérica.
El virus del ébola fue detectado por primera vez en 1976 en Zaire, una nación de África Central que ahora se llama República Democrática del Congo. Fue nombrado como un río en ese país, a cuya orilla se encontró el primer brote de la enfermedad.
Los síntomas iniciales de ébola pueden ser confundidos con otras enfermedades (como la gripe) debido a que pueden ser muy similares: fiebre alta repentina, dolor de músculos y articulaciones y dolor de garganta. Pero las víctimas de ébola a menudo tienen diarrea con sangre y/o comienzan a vomitar, seguido de erupciones, ojos rojos, y hemorragias internas y externas (sangrado en la nariz o encías).
No hay tratamiento para el ébola ni vacuna. Todos lo que los médicos pueden hacer es proporcionar a los pacientes tratamiento de apoyo como reponer sus líquidos y electrolitos, mantener su presión arterial y niveles de oxígeno bajo control y tratar cualquier infección adicional.
El virus puede ser encontrado en fluidos corporales (como sangre, orina, diarrea y saliva), así que el contacto directo con estos fluidos de animales o humanos infectados puede llevar a la transmisión. Las personas también pueden infectarse al estar en contacto con secreciones corporales encontradas en agujas, bisturís, ropa sucia y ropa de cama.
Dicen por ahí que si ves las barbas del vecino cortar, debes poner las tuyas a remojar, y no estaría de más que las autoridades de salud se pronunciaran para saber si se ha evaluado el riesgo de esta enfermedad para nuestro país. No está de más. Gracias y buen fin de semana.
 
 

 

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