Jesús, de 3 años de edad, sufrió abuso por parte de otros niños en Kínder de Xochimilco

Ernesto Zapata

El pasado 6 de abril, mientras su madre lo bañaba, Jesús –nombre ficticio–  se inclinó hacia adelante e hizo una expresión de dolor.

–¿Te duele atrás? –Le preguntó su madre, alarmada.

–Sí, –respondió el pequeño, compungido.

–¿Te caíste?

–No.

La madre terminó de bañarlo, lo vistió y lo durmió.

Al día siguiente, al ponerle el uniforme, le preguntó:

–¿Todavía te duele atrás?

–Sí, me duele.

–¿Por qué te duele? ¿Qué te pasó?

–Es que RA (un compañerito de la escuela cuya identidad mantendremos en reserva) me metió el “dedulce”, dijo Jesús, mientras señalaba su ano.

La madre de Jesús narró a la periodista Yohali Reséndiz, autora del blog periodismoatodaprueba.blogspot.com, todo lo que ha tenido qué enfrentar para que se investigue el abuso sexual que sufrió su hijo en un jardín de niños ubicado en la delegación Xochimilco de la Ciudad de México.

La madre empezó a sospechar que algo andaba mal cuando Jesús se orinó en los pantalones, lo cual ya no hacía.

Jesús se rehusaba a ir a la escuela y cuando iba era común que no quisiera bajar al baño.

Tenía sus razones para ello: era ahí en donde otros niños se coludían para abusar de él.

Danya, la madre de Jesús, acudió a hablar con la directora del plantel, Guadalupe Peña Olvera, a quien alertó sobre lo que su hijo le había dicho mientras lo bañaba.

La directora solo dijo que se le hacía raro que Jesús no hubiera dicho nada, pero que hablaría con su maestra y con Angel Ricardo, el supuesto niño agresor.

Ese mismo día recogió a su hijo, quien le aseguró que le habían vuelto a hacer lo mismo, pero que ahora no había sido RA, sino ZN, (su identidad también se mantendrá en reserva)  quien tiene seis años de edad.

“Mami, me volvieron a meter el dedulce”, le dijo.

Otro niño, sobrino de Danya, asegura haber estado presente cuando supuestamente se cometió esa segunda agresión.

“SON EXPLORACIONES”

El pasado 11 de abril, Danya sostuvo una reunión con la supervisora de zona 327 de la SEP, de nombre María Antonieta Araiza Armas, en la cual estuvieron presentes la directora y otras madres de familia.

Al escuchar lo que le habían hecho a Jesús, la funcionaria dijo: “Eso es normal, señora, son exploraciones entre niños».

Ahora, el niño que observó la agresión y que ofreció su testimonio, es víctima de bullying de parte de las maestras, las cuales constantemente le ponen tareas sobre “Qué es la mentira y sus consecuencias”.

EL CALVARIO

Al igual que otros padres cuyos hijos han sido víctimas de abuso sexual en la Ciudad de México, Danya ha vivido un calvario en su búsqueda de apoyo y justicia.

En las instalaciones del DIF ubicadas en Prolongación División del Norte y Barrio 18 en Xochimilco, le dijeron que no había psicólogos para que su hijo fuera atendido.

El pasado 15 de abril acudió a la Fiscalía Especializada en Delitos Sexuales de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, en donde la hicieron esperar seis horas.

Cuando finalmente la atendieron le dijeron que tenía que ir a la Agencia 59 del Ministerio Público y ahí le dijeron que su denuncia no procedía, que espera informes de la Dirección 5 y que presentara una denuncia virtual.

Le dijeron, además, que no le podían dar apoyo psicológico a su hijo, porque “tenían un caso más urgente”.

Cabe destacar que ese día, 15 de abril, se empezó a viralizar a través de las cuentas de redes sociales de Puntoporpunto el caso de abuso sexual en el Colegio Montessori-Matatena.

Actualmente, el pequeño Jesús no va a la escuela y no ha recibido atención psicológica.  Del supuesto abuso que sufrió por parte de dos de sus compañeros, nadie ha investigado nada.

 

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