El Cartel de Sinaloa toma Guatemala

Desde la captura de Dámaso López, “El Licenciado”, líder de una de las facciones del Cártel de Sinaloa, el gobierno mexicano insiste una y otra vez que esa organización criminal se encuentra herida de muerte y que solo es cuestión de tiempo para su debilitamiento total.
Nada más alejado de la verdad; autoridades de Guatemala aseguran que el cartel, aún al mando de Ismael “El Mayo” Zambada, está más fuerte que nunca y que ha tomado posesión de su territorio para el trasiego de estupefacientes.
El arresto y posterior extradición a los Estados Unidos de unos 30 poderosos narcotraficantes de ese país hace unos días, entre ellos integrantes de clanes familiares como “Los Lorenzana” y “Los Mendoza”, así como la persecución a los sanguinarios “Zetas”, ha provocado enroques entre los cárteles trasnacionales en la frontera sur de México.
Según declaraciones del Ministro del Interior del vecino país sureño, Francisco Rivas, su gobierno ha identificado tres estructuras emergentes del narcotráfico y el lavado de dinero no conocidas tradicionalmente en Guatemala que se posicionan y toman el control.
Uno de estos grupos de la mayor importancia para ese gobierno quedó en evidencia con la captura en abril pasado del guatemalteco Marlon Monroy, alias “El Fantasma” o “M-3”, considerado como el enlace principal en Guatemala del poderoso Cártel de Sinaloa.
Con la captura de “El Fantasma” se redimensionó el poderío del cartel, que –ahora lo saben– controla totalmente el tráfico de drogas en la zona de Guatemala y los estados de Chiapas y Tabasco en México, con conexiones directas hacia Sinaloa.
Según palabras de este funcionario, el movimiento “natural”  del narcotráfico ha favorecido y fortalecido las operaciones en Guatemala de la organización de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, quien fuera capturado por primera vez ahí en 1993.
Explicó que miembros de “Los Zetas”, también originarios de México, en algún momento casi tomaron el control de las operaciones del narcotráfico, pero con el apoyo de autoridades estadounidenses y mexicanas se les persiguió y se les desarticuló.
La consecuencia natural a estos operativos fue el reacomodo y fortalecimiento del Cartel de Sinaloa, grupo que trafica la droga principalmente por aguas guatemaltecas del Pacífico en embarcaciones provenientes de Colombia y Ecuador.
Hemos insistido en este espacio que la captura de líderes y cabecillas de las organizaciones criminales no repercute de manera alguna en el tráfico de droga y la violencia que ello genera. La captura reciente de Dámaso López, o en su caso la del prófugo “Mayo” Zambada, no minara la operación del cártel más poderoso de México.
PARA EL REGISTRO Y hablando de la organización criminal de Sinaloa, una más del narco contra el periodismo. Javier Valdez Cárdenas, corresponsal del periódico La Jornada de Sinaloa, fue asesinado a tiros en Culiacán, cuando se dirigía a las oficinas del Semanario Ríodoce, del cual es cofundador. Ríodoce, para los que no lo saben, es referencia para los analistas del narcotráfico y publica sus ediciones desde la cuna del Cártel de Sinaloa. De acuerdo con Artículo 19, organización de defensa de los periodistas, casi todos los ataques a reporteros en México han quedado impunes, y el 53 por ciento fueron presuntamente cometidos por funcionarios públicos. No sabemos quién arrebato la vida a este colega, pero  Sinaloa se ha convertido en los últimos meses en escenario de enfrentamientos internos dentro del cartel por su dirigencia, y Valdez Cárdenas pudo haber sido víctima de este lucha. Descanse en paz. Gracias y hasta mañana.
 
 
@betata75

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