Embarazada y ¡con cáncer! Parte I

Sin duda una de las noticias que más causa felicidad tanto a la madre, como a la pareja –si se tiene-, familiares y amigos es la llegada de un bebé; ya sea el primero, el segundo o el tercero. La llegada de un bebé siempre viene acompañada de alegría, ilusión y expectativa, pero cuando la llegada de ese nuevo ser viene acompañado de un cáncer, el panorama se torna completamente diferente, luego de que de un momento a otro la atmósfera de esta espera se impregna de miedo e incertidumbre. Situación totalmente comprensible si se toma en cuenta que todo puede esperar la mujer al momento de recibir la noticia del embarazo, menos que este no llegue a un feliz término, ante la presencia de un tumor canceroso, con lo que está en juego la vida de la madre, del producto, o de ambos.

Aunque se desconoce a ciencia cierta el por qué se presenta el cáncer durante el embarazo, se considera la edad como un factor de riesgo, luego de que en la actualidad  cada vez las mujeres postergan la maternidad. Hasta hace tres décadas las mujeres se embarazaban entre los 20 y 28 años, mientras que ahora lo hacen entre 35 a 42 años; lo que significa que a mayor edad, mayor riesgo de padecer cáncer. Otro aspecto tiene que ver con el hecho de que en promedio el cáncer mamario en México se presenta diez años antes que en Estados Unidos y Europa Occidental, o sea entre los 50 años o menos. Ello sin dejar a un lado la alimentación y la genética; esta última tiene que ver entre 3 y  5 por ciento en la aparición de cualquier tipo de cáncer.

Mientras que el cáncer Cérvico-uterino representa la primera causa de incidencia por países. Afortunadamente se tiene una cobertura de un 100 por ciento, lo que representa un logro para su oportuna detección.

Cada año en nuestro país se diagnostican más de 16 mil 500 nuevos casos de cáncer mamario y 5 mil de Cérvico-uterino; de los cuales entre 2 y 3 por ciento se asocian al embarazo, informó Luis Hernández López, jefe de Ginecología del Instituto Nacional de Perinatología (INPer).  

CANCERITA

En entrevista con Hablemos de Cáncer….sin miedo precisó que cada año se presentan en promedio 2 mil casos de mujeres embarazadas con cáncer, las cuales son atendidas en las unidades de tercer nivel –institutos nacionales de Perinatología y Cancerología-, IMSS o ISSSTE, como embarazo de alto riesgo.

Cada año en el INPER se atienden 50 casos con cáncer en el embazado, principalmente de mama y cérvix. En las mujeres más jóvenes se llegan a presentar casos de embarazos que cursan con leucemia, linfoma o sarcoma, abundó.

El especialista explicó que no se conoce una causa de la aparición del cáncer durante el embazado, sino que simplemente coinciden en el tiempo embarazo y cáncer. No obstante reconoció que el embazado sí viene a agravar el cáncer; el cual avanza rápida y agresivamente, independientemente de que haya o no gestación.

El hecho de que no se tenga la cultura de hacerse un chequeo médico, sobre todo si en algún momento se tiene proyectado un embarazo, viene a retrasar mucho la atención en relación con un cáncer porque no se les diagnostica a tiempo. “Es una lástima que las mujeres sólo acudan al médico cuando están embarazadas, es decir, ni antes ni después. Por lo una vez embarazada toda la atención se centra en este periodo.

Hernández López afirmó que en general el médico (general) se enfoca en las medidas propias de esta condición (presión, nutrición, peso, etcétera) pero no se revisan las mamas; de ahí que cuando se detecta un tumor canceroso, éste se encuentra relativamente se encuentra en etapa avanzada, poniendo en riesgo la vida del producto.

De acuerdo a datos del INEGI desde el 2006 el cáncer de Mama se ha convertido en la primera causa de muerte cáncer en las mujeres mexicanas –superando al Cérvico-uterino-; lo que lo convierte en un problema de salud pública, no sólo en México, sino en todo el mundo.

Por lo que cuando se presenta una paciente embarazada con cáncer de mama, lo primero que se tiene que considerar antes iniciar un tratamiento, es en qué edad gestacional se encuentra. “Lo que se busca es lograr un tratamiento equilibrado con la edad gestacional, a fin de que el embarazo llegue a término y con bebé sano”.  

Lo anterior nos debe hacer reflexionar sobre la importancia de la prevención para detectar cualquier anomalía; máxime si en un futuro se tiene planeado un embarazo. La idea es evitar que una buena noticia (un embarazo) se convierta en una tragedia (tener que decidir entre la vida del producto y/o la de la madre).

 

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