«O se portan bien o se los carga la chingada»: CHILAPA, quién controla la puerta….manda!

9 de Mayo de 2015

Era más de medio día cuando doce camionetas de redilas entraron a Chilapa de Álvarez, Guerrero, «venían cargadas de gente». Las notas periodísticas hablan de que llegaron 300 personas, cifra que coincide con los testimonios de los testigos que presenciaron los hechos de lo que ocurrió en días pasados en Chilapa, Guerrero.

«Nunca molestaron a los pobladores y según eran policías comunitarios, ellos traían una lista de nombres. Preguntaban: ¿dónde vive fulano o sutano?, pero nunca se metieron con el pueblo, eso sí, se llevaron a colaboradores de «Los Rojos» de Chilpancingo». Dice en entrevista para periodismoatodaprueba.blogspot.com un testigo.

Cabe aclarar, que en esa zona no existe policía comunitaria y testigos aseguran que las personas a bordo de las camionetas son de pueblos que rodean Chilapa.

Recordemos que el ex Gobernador, Ángel Aguirre, proporcionó a las policías comunitarias una credencial que los acreditaba como tal y con la que el ejército los respetaría; con la condición de que no salieran de sus pueblos y en caso de hacerlo, lo hicieran sin armas. Los hombres de las camionetas que llegaron a Chilapa traían «armas» pero no credencial.

La primer parada fue en un sitio de taxis, por una sencilla razón: sus choferes conocen rutas a los pueblos, ahí frente a cientos de pares de ojos, ubicaron a 5 taxistas: ¡son ellos los colaboradores de «Los Rojos»! Gritó el que iba al frente de la operación, luego los amarraron y los tendieron al piso como iguanas. Minutos después, la gendarmería llegó y los reclamó: ¡entréguenlos!

-Sí, los entregaremos….pero hasta que suelten la sopa de cómo operan «Los Rojos».

Luego, otra orden fue dada: ¡Instalen los retenes! y en minutos, cualquier vehículo que cruzaba por alguna de las tres entradas y salidas de Chilapa era revisado minuciosamente.

La situación obligo a que la población no asomará ni la punta de la nariz y sólo salían a la calle para lo realmente importante, las clases se suspendieron y en Chilapa no hubo festejo ni el día de la madre, ni el día del maestro.

Aquellos 300 hombres no traían consigo el gran armamento, apenas llegaban a escopetas, rifles 22 que son armas que usa la gente del campo para cazar, así que había que tomar más armas y patrullas.

Segunda parada: la comandancia. Ahí, tomaron más armas y a los policías los llevaron y guardaron en las instalaciones del ayuntamiento: «O se están tranquilitos y se portan bien o se los carga la chingada». Amenazaron.

Tercer parada: Hotel Las Brisas, ¿el plan? desarmar a la gendarmería, pero no lo hicieron por una razón: habían elementos del Ejército, esos días, no hubo disparos porque quienes pudieron enfrentarlos estaban encerrados y desarmados.

-¿Dónde vive fulano de tal? comenzaron a preguntar.

El centro de operaciones siempre fue el Zócalo. ¿Quién les patrocinó el desayuno, la comida y la cena? ¿Quién mantuvo a 300 personas por días? Es pregunta…

«Había lana, algunos comían en restaurante, otros en el mercado, iban a la tienda» refiere el testigo a esta reportera.

«Los que vinieron son campesinos que trabajan para el Grupo Armado «Los Ardillos», dice a esta reportera otro poblador vía telefónica.

Hasta el momento la Comisión Estatal de Derechos Humanos reporta 16 desaparecidos, la Fiscalía del estado ha dado a conocer que son 15 personas y algunos medios de comunicación dan cuenta de 30 desaparecidos porque 14 familias por miedo no han levantado aún su denuncia. Igual que cuando José Luis Abarca era Presidente Municipal y desaparecían personas pero no había denuncias ni reportes por miedo, claro, una vez que el ex presidente municipal fue encarcelado, al día de hoy, existen más de 500 denuncias por desapariciones.

¿Pero, cual es el detonante de lo ocurrido en Chilapa? Obvio, la pelea de dos grupos por la zona:

«Los Ardillos» y «Los Rojos» de Chilpancingo.

Para entender lo ocurrido.

Chilapa es parte de la zona centro de Guerrero, así que para llegar a Tlapa y subir o bajar a los pueblos de la Montaña, se tiene que cruzar por Chilapa, es decir; quién controla la puerta de Chilapa, manda. Sin olvidar que es una importante zona de narcotráfico.

Hace un año, en Chilapa no había secuestros ni violencia, incluso el líder de «Los Ardillos» todos lo identificaban y él ahí vivía, el problema inició cuando «Los Rojos» de Chilpancingo quisieron apropiarse de la zona de Chilapa, como lo ha hecho con Iguala y parte de Cuernavaca. Iguala hay que recordar es una zona importante que conecta a la Sierra y la Montaña de Guerrero pero que también conecta con el Estado de México. ¿que coincidente no?

¿Por qué 300 civiles tomaron un pueblo y el ejército nunca llegó y rodeó Chilapa?

¿Por qué éstos 300 civiles permanecieron armados en el zócalo varios días y la gendarmería no hizo nada?

Una vez más, la autoridad solapó todo.

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