Avanza proyecto para evitar que los migrantes aborden La Bestia

HÉCTOR ESTRADA / MAGAZINE SURESTE

Por décadas ha sido el medio de transporte predilecto para entre 700 y mil inmigrantes que diariamente cruzan la frontera chiapaneca con Guatemala. Su lomo metálico se ha convertido en el vehículo desde donde día a día se escriben historias de sueños y tragedias en busca del anhelado “sueño americano”.

Dentro de unos meses, La Bestia, como se le conoce popularmente, dejará de ser el transporte de los migrantes, debido a que, a iniciativa del gobierno federal, está en marcha un proyecto para aumentar al doble la velocidad del tren, para hacerlo inabordable.

Recientemente la empresa Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT), operador de la vía del Chiapas Mayab, anunció una inversión inicial de 211 millones de pesos que de manera discreta se comenzaron a aplicar desde el 1 de junio del 214. La derrama económica simplemente busca mejorar la calidad de las vías para tener en menos de dos años un tren más rápido.

El proyecto implica la rehabilitación de las vías Chiapas-Mayab, que se efectuará en los estados de Yucatán, Campeche, Tabasco, Veracruz, Oaxaca y Chiapas, con una inversión total de seis mil 58 millones de pesos para el periodo 2014-2018.

Imagen:  José Alberto Donis Rodríguez
Imagen: José Alberto Donis Rodríguez

Pese a que se señaló que dicha inversión busca minimizar el riesgo de accidentes, el propio director de la empresa ferrocarrilera, Gustavo Baca, asumió que uno de los principales objetivos de este proyecto es hacer que la velocidad actual del tren pase de 15 kilómetros por hora a una velocidad superior a los 26 kilómetros por hora.

Reconoció que dicho recurso forma parte del Plan Nacional de Infraestructura, con una inversión global de 6 mil 58 millones de pesos para la modernización y rehabilitación del Ferrocarril Chiapas Mayab. 211 millones previstos para este año que se aplicarán en el cambio integral de 100 kilómetros de vías y el insertado de 150 mil durmientes de concreto.

Así, el sureste tendrá para a finales de 2015 un tren más veloz y con mayor capacidad de carga; un vehículo que necesitará de migrantes más habilidosos para poder trepar en su lomo; un medio de transporte menos accesible para los miles de migrantes que diariamente lo utilizan a fin de facilitar su tránsito por territorio mexicano.

La Bestia

El sistema ferroviario de carga en México cuenta con 23 mil 804 kilómetros de vía y es operado por nueve empresas tras la privatización en 1996. En lo particular, el trazo que al paso de tiempo se ha relacionado con los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos está concesionado a cuatro empresas en sus diferentes tramos de Chiapas a Tamaulipas.

Ferromex, Ferrosur y Kansas City Southern de México son tres de ellas, además de Viabilis Holding, aunque esta última no ha tomado posesión desde que le fue dada la concesión en 2007. En la práctica, Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT) es la firma que opera a La Bestia.

En Chiapas el tren es manejado por Ferrocarril Chiapas Mayab, cuya concesionaria es la empresa Viabilis Holding, pero es operada desde 2007 por Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec. Sin ser un tren de pasajeros, sino exclusivamente de carga, es el medio de transporte que aprovechan los migrantes en su camino para llegar a Estados Unidos.

Sólo un paliativo

Para el diputado federal Francisco Grajales Palacios, secretario de Organización, Educación y Estadística del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, en un intento por desalentar a los migrantes a trepar al lomo del tren, las autoridades mexicanas han puesto sobre la mesa la posibilidad de aumentar la velocidad del mismo de 15 a 26 kilómetros por hora para hacer más difícil el abordaje del mismo, sin embargo, esta medida solo sería un paliativo, ya que “he conocido de primera mano las hazañas que logran los hombres, mujeres y niños que han sido despojados hasta de su dignidad en la búsqueda de una vida mejor”.

“Los migrantes encontrarán la forma de subir al tren aunque éste aumente su velocidad de traslado, el tren forzosamente tiene que parar en diferentes estaciones para reconfigurarse al dejar carros en un destino y tomar otros para llevarlos a otra estación, y es ahí donde la mayoría de los migrantes lo abordan”, señala.

Imagen: Internet
Imagen: Internet

Así mismo, resalta, existen grupos de interés que no les conviene que se agote este modo de traslado hacia la frontera Norte. Pandillas de coyotes, secuestradores y narcotraficantes vuelven a los migrantes una valiosa mercancía donde conseguir recursos y reclutas para sus actividades delictivas. Ellos también estarían en búsqueda de un medio alterno para permitir que los migrantes abordaran el tren.

Desafortunadamente, la solución de fondo se encuentra más allá del Suchiate. Mientras los migrantes no encuentren las posibilidades de desarrollo digno en sus naciones de origen, estos seguirán intentando por todos los medios llegar a Estados Unidos para acceder a benefactores sociales que no encuentran en sus países.

El plan del gobierno

El 11 de julio del 2014, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, advirtió que dicho proyecto es parte de una estrategia nacional para evitar que los migrantes sigan subiendo al tren en su intento por llegar a la unión americana.

“Vamos a poner orden, no podemos seguir permitiendo que pongan en peligro sus vidas. Es nuestra responsabilidad al estar en nuestro territorio. La Bestia es para carga, no de pasajeros; tendremos que entrar en su regularización y en próximos días anunciaremos algo al respecto”, señaló tajante Osorio Chong.

Se trata de un proyecto que seguramente tendrá un impacto directo en el desplazamiento de la migración centroamericana por Chiapas, pues se calcula que tan sólo durante los primeros cuatro meses del año unos 20 mil migrantes utilizaron los trenes mexicanos de manera clandestina. Las cifras no son exactas; pueden ser tres o cuatro veces superiores.

Según estimaciones del Instituto Nacional de Migración, alrededor 140 mil centroamericanos indocumentados cruzan cada año la frontera sur. Son cálculos que también podrían estar siendo minimizados, tomando en cuenta que -de acuerdo a datos del gobierno federal- anualmente dos millones de personas pasan esta misma frontera de manera legal. Un éxodo interminable que con el pasar de los años parece encrudecerse.

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