Miles le dicen “no” al voto

Acuerdan cientos de comunidades indígenas no sufragar el 1 de julio

A nivel nacional todos los candidatos presidenciables hacen cuentas alegres sobre los resultados de la próxima elección, sin embargo, en el seno de muchas comunidades indígenas, bajo el convencimiento de que el sistema de partidos no ha sido capaz de resolver sus necesidades más apremiantes, se bulle la intención de no participar en la jornada electoral del próximo primero de julio.

  • Decenas de comunidades indígenas, principalmente de Michoacán, ya han anunciado su decisión de no permitir siquiera la instalación de casillas electorales dentro de sus territorios, mientras que en otras, ubicados en Chiapas, aún se valora la posibilidad de la no participación electoral al no contar con una opción política viable para sus intereses.
  • De acuerdo con el doctor en etnología e investigador de la Escuela Nacional de Antropología (ENA), Carlos Hernández Dávila, el fenómeno de la negativa de muchos pueblos indígenas de participar en las próximas elecciones, no sólo está fundado en el hecho histórico del abandono social del que estas comunidades han sido objeto por parte de gobiernos locales y federales.
  • De hecho, él considera que esta manifestación de abstencionismo electoral por parte de algunos pueblos indígenas, es resultado del modelo de nación que ha prevalecido en nuestro país, donde la coincidencia histórica revela que este modelo “nunca estuvo interesado en el reconocimiento de los diverso y lo plural”, lo que hace que los pueblos indígenas no estén incluidos en el modelo de nación.

En esta visión también coincide la investigadora del Colegio de Antropología Social de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Celina Guzmán, la que refiere que  la distancia electoral que los pueblos indígenas intentan tomar es parte de la falta de empatía de intereses entre el gobierno y los pueblos indígenas. Para los pueblos indígenas asumir la autoridad se trata de buscar una mejora colectiva, mientras que los políticos lo hacen por motivos personales

Consideró que  mientras los gobiernos emanados de partidos políticos tratan de asumir la autoridad por intereses particulares, los pueblos indígenas ven en la condición de gobierno una oportunidad de mejora colectiva, en la cual se afianza la posibilidad de integración comunitaria y del fortalecimiento de la identidad como pueblos.

Esa tesis la sustenta bien la postura del Concejo Indígena de Cherán, encabezado por Mario López Hernández, quien dice que la negativa de esa comunidad para participar en las próximas elecciones se debe a  “la incapacidad del Estado mexicano para resolver las condiciones de pobreza, marginación e inseguridad de las comunidades indígenas”.

En las elecciones federales de 2015 los pueblos indígenas de Cherán y Santa Cruz Tanaco no aceptaron siquiera la instalación de casillas. Cabe recordar que la elección del próximo 1 de julio, la cual es considerada como el ejercicio democrático más importante de la historia del país por la cantidad de cargos de elección popular que estarán en disputa, no será la primera elección en donde el voto indígena se manifieste con su ausencia. En las elecciones federales de 2015 fueron dos pueblos indígenas, los de Cherán y Santa Cruz Tanaco en Michoacán, los que no aceptaron siquiera la instalación de casillas en sus territorios.

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Rebeldía en los estados

  • En el caso de Michoacán, donde a la par de la elección federal también se llevará a cabo la renovación de 112 alcaldías, las comunidades de Nurio, Quinceo, Urapicho, Santa Cruz Tanaco, Pichataro, San Felipe de los Herreros, Cherato, Cheratillo, Uruscato, 18 de marzo, Ahuirán, Aranza y Casimiro Leco, se han acogido a su derecho de no votar por ningún partido político, siguiendo el ejemplo de autonomía emanado de la comunidad de Cherán.
  • En estas localidades, de acuerdo a la postura oficial del Consejo Supremo Indígena de Michoacán, se ha establecido la condición de veto a los próximos comicios por considerar que históricamente “los gobiernos emanados de los partidos políticos no han respondido a las demandas de mejoras de los pueblos que siguen sumidos en la pobreza”, dijo uno de sus integrantes.
  • Guerrero, Oaxaca y Michoacán son las entidades de la República en donde más comunidades indígenas han tomado la decisión de no participar en los comicios del próximo 1 de julio por la falta de respuesta por parte del gobierno ante sus problemas

De acuerdo al Consejo Supremo Indígena de Michoacán, las 14 comunidades arriba mencionadas, no serían las únicas que han rechazado a la fecha la posibilidad de que dentro de sus territorios se lleve a cabo la jornada electoral próxima,  “son en total 30 comunidades de la meseta purépecha, las que han dicho no a las elecciones”.

Tan es así el veto indígena impuesto para los próximos comicios, que ninguno de los candidatos a las alcaldías de los municipios asentados en la zona de la Meseta Purépecha, en pleno corazón de Michoacán, han podido ingresar a comunidades de Aranza, Zopoco, Santa Fe de la Laguna, Sevina, Urapicho, San Felipe de los Herreros y San Benito, donde se ha vedado toda actividad de los partidos políticos.

A esa postura se ha sumado también la manifestada en  el municipio de Ayutla de los Libres, en el estado de Guerrero, que será el primero de esta entidad en decir no a un proceso electoral formal  luego que Manuel Vázquez Quintero, asesor jurídico de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), anunció que ya se organizan elecciones por usos y costumbres para la próxima autoridad municipal.

En Guerrero, los comicios federales del 1 de julio van de la mano con la elección de 56 diputados locales y 80 ayuntamientos, pero en Ayutla de Los Libres no habrá elección, al menos para alcalde, porque ésta se tiene programada para celebrarse en una asamblea a “mano alzada” quince días después de la elección federal.

En Oaxaca, de acuerdo a la versión oficial del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEEPCO), hasta el momento se tienen conocimiento de la insistencia de dos comunidades indígenas que se niegan a la posibilidad de que en sus territorios se lleven a cabo los próximos comicios, se trata de las  localidades de las comunidades de Mixistlán de la Reforma y San Dionisio del Mar. El municipio de Ayutla de los Libres, en Guerrero, será el primero de esta entidad en decir no a un proceso electoral formal

De darse la amenaza de no permitir la instalación de casillas en esas dos localidades, esta no sería la primera ocasión en que durante un proceso electoral en Oaxaca se registra esta situación, ya en el 2016, según Alejandro Carrasco, titular de Comunicación Social del IEEPCO, se documentó la negativa para la instalación de 10 casillas en los municipios indígenas de Juchitán de Zaragoza, San Juan Cotzocón y Santiago Choapam.

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La razón de los pueblos originarios

Para el investigador etnográfico, Carlos Hernández Dávila, la razón de la abstinencia electoral indígena tiene una mayor profundidad, va más allá del malestar social atribuible a las condiciones de pobreza y abandono de esas localidades: “en muchas comunidades, la dimensión de la participación política rebasa por mucho el nivel electoral”.

La figura de las asambleas populares, sostenidas por el uso y las costumbres de los pueblos indígenas, dijo, es más representativa para ellos que los procesos electorales, porque “está basada en el prestigio comunitario, donde la lógica electoral no dice nada”.

La decisión de muchas comunidades indígenas de no apegarse al sistema de democracia implementado por el Estado se debe a que ellos prefieren un método más incluyente como las asambleas, donde el que gana incluye, no excluye

Ejemplificó al señalar que elegir a un diputado, a la gente no le dice nada, en términos de la vida ordinaria en la comunidad, pero elegir a una autoridad en una asamblea popular, eso representa prestigio no sólo para el elegido, sino para la comunidad en su conjunto.

Además, indicó, que en esta abstinencia electoral mucho ha tenido que ver el problema de cómo los partidos políticos han sido factores de división entre las comunidades: “por un lado por la propia división de los partidos y, por otro lado, la división generada por las iglesias no católicas”, que han terminado por enfrentar a las comunidades.

Ante estos fenómenos de división que han acarreado la confrontación en la lucha por los escasos recursos, es que los pueblos indígenas se van decidiendo por el abandono de la práctica electoral; un ejemplo de esa confrontación, dijo, “es el reparto de despensas, que se convierte en un bien preciado, el que se logra afiliándose a un partido político, que a su vez significa tener acceso a recursos que de otra manera no llegan, si no es por la vía del corporativismo”.

Frente a esta situación, bajo el principio de que “los partidos parten y las uniones unen”, dijo el investigador, es que muchas comunidades indígenas han optado por lógicas viejas, como las asambleas comunitarias, que hoy se planean como nuevas formas de gobierno en suplencia del modelo de gobierno de los partidos políticos.

En una asamblea el que gana incluye, por lo que los pueblos indígenas consideran que supera el modelo donde los que no ganan no existen. Recordó que desde la visión indígena, el modelo de las asambleas comunales ha prevalecido, porque “en una elección, gana el que tenga más votos, y el resto de los contendientes son desechados, no son incluidos, hay perdedores y ganadores. Pero en una asamblea se incluye, no gana el que tenga más votos, sino el que tenga más consensos.  En una asamblea, el que gana incluye, se supera el modelo donde los que no ganan no existen”./CON INFORMACIÓN DE REPORTE INDIGO

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