Desde 1991, los mexicanos han visto la creación y desaparición de 14 “chiquipartidos, que no han trascendido en contiendas electorales, pero sí han recibido más de 2 mil 266 millones de pesos de financiamiento público. El grueso de éstos desaparecieron sin rendir cuentas y el patrimonio adquirido, con recursos públicos, fue botín para sus dirigentes. Antes de que se regulara la extinción de un partido, éste desaparecía sin mayor trámite y todos los recursos financieros y bienes quedaban en manos de sus dirigentes como patrimonio personal, salvo contadas excepciones. Actualmente, el Partido Humanista está en proceso de liquidación por no haber alcanzado 3% de votos en las elecciones federales de 2015./RAZÓN
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