Al menos 135 mil armas procedentes de Estados Unidos llegan cada año a México, lo que ha contribuido al incremento de los homicidios en suelo mexicano, reveló una investigación publicada en el portal The Conversation.
- El arsenal abastecido por la industria estadounidense a las bandas delictivas de México equivale a menos del 7 por ciento de las 9 mil armas de manufactura estadounidense que cada año, en promedio, recibe Ucrania, país que lleva casi cuatro años en guerra contra Rusia. Es decir, México recibe 15 veces más armas.
Esta es la primera vez que se ofrece una cifra realista sobre el volumen de las armas estadounidenses que llegan a territorio mexicano, pues los responsables de la investigación invirtieron un año en revisar registros de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de Estados Unidos, millones de correos electrónicos extraídos de servidores del gobierno mexicano, además de decenas de casos judiciales que implica el uso de armas fabricadas en Estados Unidos.
Al enlistar las consecuencias de este tráfico tolerado de armas, la investigación difundida en mayo pasado por The Conversation señala que “este flujo de armas está conectado con el narcotráfico en Estados Unidos y está propiciando un aumento de la violencia de las pandillas en México, lo que provoca que más personas huyan a través de la frontera”.
- Realizada por Sean Campbell y Thoper McDougal, el documento destaca que “el aumento del tráfico de armas hacia México desde Estados Unidos está directamente relacionado con un aumento significativo de la tasa de homicidios en México”.
- Al advertir que es más probable que las armas más letales provengan de vendedores de armas independientes que de grandes cadenas, el estudio refiere que “los comerciantes independientes venden 16 veces más armas de asalto y 60 veces más rifles de francotirador”.
El trabajo concluye que este flujo de arsenales alimenta una carrera armamentista entre la delincuencia organizada y fuerzas del orden mexicanas, “en provecho de una industria armamentística estadounidense que se beneficia de las ventas en ambos extremos”.
Al cuestionar por qué es necesaria una investigación tan exhaustiva para estimar la cantidad de armas que cruzan la frontera, el texto señala que existen “enormes lagunas” en el seguimiento de las armas que se compran en Estados Unidos y se recuperan tanto en ese país como en otras latitudes.
Entre las conclusiones de la investigación de Campbell y McDougal se sostiene que el tráfico de armas entre Estados Unidos y México tiene “graves consecuencias para la vida de los mexicanos comunes”, y que las medidas regulatorias estadounidenses pueden tener un “impacto enorme” en la incidencia delictiva.
- El trabajo deja en claro que el principal móvil de la industria armamentista es el lucro. Para marzo de 2025, ejemplificó The Conversation, existían más de 75 mil armerías, casas de empeño, importadores y fabricantes con licencia federal. En contraste, había aproximadamente 13 mil 500 restaurantes McDonald’s en todo el país.
- Sin embargo, “la ATF históricamente ha tenido dificultades para garantizar que las armerías reciban al menos una inspección de cumplimiento —una revisión del negocio del licenciatario para asegurar que cumplen con las leyes federales— cada tres años. La mayoría de los restaurantes son inspeccionados al menos una vez al año.”
La lucha estéril de México contra el tráfico de armas
Las tiranteces en materia de seguridad entre México y Estados Unidos en la segunda era de Donald Trump parecen beber de las fallas de México, de acuerdo a la lógica del vecino del norte, que pocas veces se mira el ombligo. El fentanilo y la migración son un problema, no así el tráfico de armas. EE UU envía cada año a México alrededor de 200.000 armas, según cálculos de los analistas, cantidad que evidencia el desinterés en combatir la venta ilegal de armas, cuyo destino son los carteles del narcotráfico, clasificados como terroristas por el mismo Trump.
- De los estados de Arizona, California y Texas parten las principales rutas de trasiego de armas, que detectó la Administración mexicana entre noviembre de 2024 y mayo de 2025, según un informe que presentó la Secretaría de Seguridad Ciudadana al Congreso. Por estas vías llega al menos el 74% de armas ilícitas a manos del crimen organizado.
Estos datos empatan con los del Departamento de Justicia de EE UU, que, en su último informe sobre el tema, reveló los mismos puntos de procedencia y predominancia, con un agregado, Nuevo México. Menos presupuesto al norte del río Bravo y mayor laxitud en la operación de seguridad apuntan a una conclusión: el combate del tráfico de armas no está en la agenda del Gobierno estadounidense, dicen los especialistas.
El conocimiento que tienen ambas Administraciones sobre el trayecto ilícito del armamento detona en un aluvión de incógnitas. ¿Cuántos agentes de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés), se han desplegado en los puntos detectados? ¿Cuántos operativos de revisión realizan las autoridades estadounidenses? ¿Cuáles son las cifras de decomisos en esos puntos?, ¿Cuál es la estrategia del gabinete de seguridad mexicano para combatir este delito? Los cuestionamientos saltan y confirman a Estados Unidos como el remitente del armamento con el que se cometen crímenes en México.
“Cuando Estados Unidos venga a decirle a México tienes que hacer más contra los carteles, el argumento debe ser: tenemos cinco años diciendo que las armas vienen de Texas y no vemos un reforzamiento de las acciones de control, no hay más presencia, no hay más retenes”, refiere Alejandro Celorio, el funcionario que coordinó la estrategia legal de México para llevar a juicio a una decena de fabricantes y distribuidores de armamento de Estados Unidos.
El abogado pone el dedo en la llaga. La información sobre las rutas le sirve a México para sustentar su narrativa sobre la omisión del Gobierno estadounidense para frenar el contrabando de armas, también para trazar una estrategia, pero nada más.
- EE UU tiene en sus manos la implementación de medidas para impedir el paso de armamento a territorio mexicano. Las armadoras, dice, están bajo el cobijo de las leyes estadounidenses, que impiden utilizar en un juicio la información sobre la trayectoria que siguen las armas ilícitas.
- El Departamento de Justicia de EE UU reveló en su último informe de enero, que de 2022 a 2023, los datos de rastreo colocaron a Arizona, California y Texas como las fuentes de distribución del 73% del armamento recuperado en México y rastreado hasta un comprador.
Los números coinciden con los del informe que la Secretaría de Seguridad Ciudadana entregó al Congreso mexicano el 3 de julio, producto del intercambio de información entre la Sedena y la Fiscalía General de la República (FGR). El informe mexicano también ha revelado el decomiso de 5.869 armas de fuego, 31.000 cargadores, más de 1.2 millones de cartuchos y 289 granadas.
- Las cifras no cambian. Desde enero, el Departamento de Justicia estadounidense ubicó a Texas como el principal punto de ingreso para el armamento ilegal con el 43%, seguido de Arizona, con el 22%, exactamente igual que el reporte mexicano que abarca un periodo de seis meses, de noviembre a mayo.
- Los Estados receptores tampoco son distintos. El 82% del armamento incautado entre 2022 y 2023, de acuerdo con el informe de EE UU, fue localizado en entidades con presencia de los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, organizaciones que Trump ha clasificado como terroristas. Baja California, Chihuahua, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas, son los destinos más recurrentes de la artillería.
“El Gobierno de Estados Unidos sabe muy bien [de dónde vienen las armas] pero no lo acepta”, dice Celorio. El experto sostiene que la información sirve para mantener vigente el problema y, eventualmente, para nutrir otros posibles procesos judiciales que México interponga contra las armadoras.
- John Lindsay Poland, coordinador del proyecto Stop US Arms to Mexico, coincide: la ubicación de las rutas del tráfico de armas refuerzan la responsabilidad y la negligencia de EE UU. “El combate al tráfico de armas no está en su agenda”, dice el activista. Las decisiones del principal socio comercial de México parecen tener un fondo más profundo.
“Si realmente [Donald Trump] quiere eliminar a los carteles, debe enfocarse en el flujo de armas y está haciendo lo contrario”, lanza Poland. El investigador profundiza: “[Trump] está reduciendo la capacidad de EE UU para detener el tráfico ilícito de armas que llegan a los carteles”.
- El magnate ha trazado un plan para recortar el presupuesto de la ATF. Esto incluye simplificar y flexibilizar la verificación de antecedentes para comprar armas. El mandatario estadounidense pretende eliminar a unos 540 inspectores de la corporación, dos tercios del total, y reducir un 25% el presupuesto para la ATF. El plan incluye la revisión de un puñado de normativas y la destrucción de registros de propietarios de armas de fuego pasados 20 años.
La información de trazabilidad es escasa, pero su exposición es un acierto, coinciden los especialistas. El tema debe permanecer vivo porque confirma la procedencia de las armas y abona a un eventual argumento jurídico que dificulte al Supremo estadounidense emitir un fallo a favor de las armadoras. Con todo eso, el escenario es adverso. Celorio descarta un embate legal de México vía Texas. “No creo que el Gobierno de México vaya a demandar en Texas, es un Estado muy conservador”, apunta Celorio.
Exhiben tácticas del tráfico de armas de EEUU para carteles en México
Compras en efectivo por miles de dólares, borrado de números de serie y una red de testaferros que adquirieron cientos de rifles de alto calibre. Esas fueron las tácticas usadas por una red de tráfico de armas de Estados Unidos a México que fue descubierta por fiscales estadounidenses, de acuerdo con un informe del Departamento de Justicia.
- Gerardo Rafael Pérez Jr., alias ‘Jerry’, de 24 años, coordinaba la compra de rifles tipo Barrett y otros modelos regularmente usados en conflictos bélicos a través de su red de cómplices en armerías y tiendas sin licencia en San Antonio y en otras ciudades de Texas, según informó el gobierno estadounidense a principios de septiembre.
- La red operaba para aumentar la letalidad del Cartel del Noreste, que opera principalmente en el estado fronterizo de Tamaulipas, colindante con Texas, pero que ha expandido sus tentáculos a otras regiones del noreste mexicano.
“Pérez dirigió la adquisición, el tráfico y la exportación ilegal de armas y piezas para apoyar al cártel, todo ello sin licencia de exportación ni para la venta de armas de fuego”, informó el DOJ en su comunicado.
Para tratar de no dejar un rastro, Pérez ordenaba a sus testaferros borrar los números de serie de las armas que adquirían para alimentar las fauces de los carteles. Sin embargo, cuando agentes federales catearon su casa hace casi dos años encontraron evidencias que hundieron al individuo.
“Los agentes incautaron y registraron el teléfono celular de Pérez y encontraron fotos que lo mostraban con equipo táctico y joyas de la CDN, así como fotos de numerosas armas”, dice el reporte sobre el caso, que culminó con una declaración de culpabilidad por parte de Pérez por tráfico de armas el 4 de septiembre.
Cómo el CDN aumentó su poder en el noreste de México
Según el DOJ, diez de sus testaferros se encuentran presos a la espera de ser juzgados. El cartel para el que operaban los 10 hombres coordinados por Pérez es una mutación de grupos escindidos del sangriento Cartel de los Zetas, que fue blanco de operaciones federales que terminaron por debilitarlo y fragmentarlo.
De esa fragmentación surgió el CDN, catalogado por el gobierno de Trump como organización terrorista junto con otros seis carteles mexicanos.
- El CDN ha sido acusado de ser uno de los mayores generadores de violencia en la zona del noreste mexicano por su pugna para mantener el control de los corredores de tráfico de narcóticos que fluyen clandestinamente por los estados fronterizos de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas principalmente.
- También, según el propio DOJ, a la par de su expansión criminal, se ha visto beneficiado del tráfico de armas desde Estados Unidos a través de una de las principales rutas usadas para el trasiego de armamento identificadas por el gobierno estadounidense en un informe difundido en enero.
Ante la dinámica criminal de trasiego de armas, el gobierno mexicano ha elevado sus exigencias a Estados Unidos para que, mientras Trump presiona a México para que frene el tráfico de fentanilo, las autoridades estadounidense hagan lo propio para que detengan el paso de armamento hacia las manos de los carteles.
Más del 70% de armas de los carteles en México vienen de EEUU
Las tácticas que usó el operador del CDN en Estados Unidos para abastecer de armas las actividades del grupo en México representa sólo un fragmento de la red internacional de tráfico de armamento de la cual se benefician los sangrientos carteles mexicanos.
Por años, el gobierno mexicano ha exigido al estadounidense que haga algo para frenar esa dinámica transnacional. Durante la administración del expresidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, México demandó en Estados Unidos a las principales fabricantes de armas estadounidenses.
- Sin embargo, la Corte Suprema desestimó en junio pasado la demanda mexicana al sostener que México no logró comprobar que las empresas como Smith & Wesson “ayudaran y facilitaran” el tráfico ilícito de armas. El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien asumió en octubre de 2024, criticó la resolución de la Corte.
“México ha presentado argumentos sólidos que demuestran el daño que las empresas fabricantes de armas ocasionan a nuestro país”, dijo la Cancillería en un comunicado. “Y seguirá en su lucha contra el tráfico de armas y la responsabilidad de las empresas que fabrican y permiten que el flujo de armas siga alimentando la violencia y nutriendo a los grupos delictivos”.
Aunque la Cancillería rechazó el revés judicial, dijo que aún está en curso otra demanda en contra de cinco tiendas distribuidoras de armas presentada ante una corte inferior en Tucson, Arizona, en 2022.
Armas para carteles vienen de Texas, Arizona y California
En el informe publicado por el DOJ en enero, poco antes de que Trump asumiera el poder, el gobierno estadounidense reconoció la problemática que el tráfico de armas representa para la dinámica criminal mexicana. “Los cárteles se arman a través de canales de tráfico estadounidenses”, dice el reporte.
- El documento agrega que, según una labor de rastreo hecha en 2023 de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF en inglés), el DOJ concluyó que la mayoría de las armas de fuego detectadas en México -que fueron recuperadas-, provenían de Texas, Arizona y California en un 43%, 22% y 9%, respectivamente.
“Aunque las armas de fuego recuperadas en México provienen cada vez más de todos los estados”, dice un resumen del reporte.
De acuerdo con el informe, los estados mexicanos donde terminaron la mayoría de las armas fueron Nuevo León, Chihuahua, Tamaulipas, Sonora y Guanajuato. “El 82% de las armas de fuego rastreadas en México se recuperaron en un estado con una presencia predominante de los cárteles de Sinaloa o Jalisco Nueva Generación, o de ambos”, dice el reporte.
- Según la ATF, año con año se ha logrado aumentar la detección de armas antes de que lleguen a manos de criminales a México, aunque en el reporte de enero el DOJ dijo que se necesitaban más recursos para “ampliar sus esfuerzos operativos en la frontera”.
Sin armas, los carteles serían “pandillas”, dice exsecretario de seguridad
Aldo Fasci, exsecretario de seguridad de Nuevo León, dijo a Univision Noticias que la exigencia mexicana debe enfocarse en que Estados Unidos frene el flujo de armamento ilegal hacia México.
“Sin armas, pues los carteles o cualquier organización criminal, pues sería nada, o sea, sería una pandilla”, dijo Fasci. “El tema es el poder que tienen de armamento, que es con el que ejercen la violencia y con el que ejercen el terror”.
- Para Fasci, quien durante su gestión como secretario de Seguridad Estatal colaboró con la DEA y otras agencias estadounidenses en el combate a los carteles, dijo que para combatir eficazmente el tráfico de armas debe atacarse la corrupción que lo permite
- “El tráfico de armas es imposible de concebir si no hay autoridades involucradas, porque pasan por las fronteras, por los litorales y por las aduanas en todo el mundo”, opinó.
Pero si el combate al crimen organizado no se hace desde un “enfoque global”, sostuvo, no será eficaz puesto que el poder de los carteles también se desprende de las redes financieras que sostienen su poder de compra de armas y su capacidad para corromper funcionarios./Agencias-PUNTOporPUNTO





















