Colapsa CIUDAD de MÉXICO por HIPERBASURA; autoridad responsable RECICLA sólo 6%, de los RESIDUOS

Con casi 9 millones de habitantes y asentamientos humanos que cada día se expanden más, la Ciudad de México es el polo que más residuos plásticos genera del país. Pero, según Cepeda-Márquez, “también se ha posicionado como un agente vanguardista en planes innovadores de manejos de residuos en los últimos años”.

Cada minuto, 500,000 millones de bolsas son usadas en todo el mundo y casi otro millón de envases de refrescos son vendidos. La mayoría de estos materiales acabará en los océanos, transformados en contenedores de basura con más de 140 millones de toneladas de fragmentos de plástico flotando al son de las corrientes.

  • En México, según datos de su propio Gobierno, se producen cerca de 44,6 millones de toneladas de residuos urbanos, de los cuales, siete son plástico que acaban en la basura, en el mejor de los casos, o contaminando los ecosistemas.

“Promover la reutilización de esos materiales puede mejorar el impacto que tiene en los ecosistemas, pero enmascara una realidad: una fracción casi ridícula del plástico que consumimos se recicla: menos del 8% del total”, señala Ricardo Cepeda-Márquez, director técnico a cargo del programa de Residuos y Agua de Liderazgo Climático C40. Así lo afirman también las estadísticas más recientes de la OCDE, según las cuales menos del 10% de los residuos plásticos a nivel mundial se reciclan con éxito. El resto colapsa en la naturaleza y daña nuestra salud.

“Si en la actualidad más del 90% de los plásticos producidos a nivel nacional no se reciclan, no podemos esperar que esta práctica sea la solución”, coincide Ornela Garelli, especialista en consumo responsable y cambio climático de Greenpeace México. A través de un estudio publicado en el 2019, esta asociación identificó que en México solo se reciclaba el 6,1% de todos los residuos valorizables: latas, cartón, papel y plástico.

  • El tiempo que tardará en degradarse este último puede variar “desde los 450 años hasta la eternidad, en muchos casos jamás desaparecerá”, asegura el experto de C40. Como detalla: “más del 40% del plástico de baja densidad de material se usa una sola vez y se tira”. Lo que implica que, a este ritmo, para el 2050 casi todas las especies de aves marinas del planeta comerán plástico, como auguró una investigación realizada en el 2015 por investigadores de la Universidad de California.

“Por eso la solución más viable contra la contaminación plástica es el reciclaje y el aprovechamiento de materiales, mantener su valor en la industria. Que un material se mantenga útil por el mayor tiempo posible, que una botella vuelva a ser otra nueva como parte del ciclo de la economía circular”, expresa Jaime Torres, director de comunicación y miembro de ECOCE, una asociación sin ánimo de lucro creada hace 20 años conformada por el sector de las bebidas y alimentos. “Desde la organización creemos que el problema es tan grande que no se puede delegar exclusivamente en un lado. La industria tiene parte de responsabilidad y debe apostar por el ecodiseño que favorezca el reciclaje, así como reducir los plásticos innecesarios, pero los consumidores debemos hacer nuestra parte”, defiende Torres.

Para Garelli, no obstante, el reciclaje no es la vía. “Porque no hace cambiar los modelos de negocio. “La única forma para acabar con la contaminación de los espacios es la reducción de la producción de plástico, que no ha parado de crecer”, coincide Cepeda.

En el mundo cada vez se produce más plástico

De acuerdo con un informe de la OCDE, debido a la desaceleración de la actividad a nivel mundial, la crisis de la covid-19 condujo a una disminución del 2,2% en el uso de plásticos en 2020. Pero, a medida que la economía se reanudó, su consumo repuntó todavía más, creciendo su impacto en los ecosistemas.

  • Como señalan los diversos estudios de monitoreo que Greenpeace ha llevado a cabo en ecosistemas costeros de área naturales protegidas en los Estados de Veracruz, Quintana Roo y Baja California, la basura más común que ensucia las playas del Golfo y el Caribe mexicano, así como tantos ecosistemas únicos del país, se concentran en plásticos de un solo uso. Bolsas de supermercado, envases de unicel, vasos y platos, cubiertos desechables: parte de ese más del 90% de materiales que no se separan a nivel nacional.

“Pero si diferenciamos entre los distintos plásticos que existen, los porcentajes son muy dispares”, aclara Torres. En México, más del 50% del tereftalato de polietileno, mejor conocido como PET y tan usado en la industria de bebidas y textiles, se consigue reciclar. “Este sector está muy desarrollado en nuestro país: seis de cada 10 botellas del mercado se recuperan. Contamos con el índice más alto del continente americano, por encima de Brasil, Canadá y Estados Unidos. Estamos al mismo nivel que la media de la Unión Europea”, destaca el portavoz de ECOCE.

  • Según un informe de esta asociación empresarial, si en 2010 el sector lograba recuperar 8.000 toneladas del plástico, en la actualidad alcanzan las 480.000. “En 10 años el reciclaje ha crecido en un 200%. “Un dato muy bueno”, matiza Torres.

“No obstante, la producción de PET es tan alta que seguimos encontrándolo de forma cotidiana en los ecosistemas”, alega la activista de Greenpeace. Para ella, “el discurso a favor del reciclaje ha resultado la estrategia perfecta que utilizan las grandes corporaciones productoras o comercializadoras de plástico para evitar tomar medidas que realmente contribuyan a acabar con la contaminación. Las empresas que más plástico producen son las que más animan a reciclar. Y eso está evidenciado”, dice.

¿Reciclar más o producir menos plástico?

A través de programas de limpieza y recolecta de residuos en los ecosistemas, Greenpeace y otras organizaciones han identificado las marcas de los materiales más encontrados.

Con casi 9 millones de habitantes y asentamientos humanos que cada día se expanden más, la Ciudad de México es el polo que más residuos plásticos genera del país. Pero, según Cepeda-Márquez, “también se ha posicionado como un agente vanguardista en planes innovadores de manejos de residuos en los últimos años”.

  • El año pasado, Gobierno capitalino anunció la puesta en marcha de una nueva planta en Azcapolcapo, la Estación de Transferencia y Planta de Selección de Residuos Sólidos, con capacidad para recibir mil 400 toneladas de desechos al día.
  • Una construcción que empezó en 2019 y que constituirá la cuarta planta del tipo en la ciudad. Y en 2020, el Poder Legislativo de la Ciudad de México reformó la Ley de Residuos Sólidos, que prohibía la comercialización, distribución y entrega de bolsas de plástico al consumidor, salvo que fueran compostables, y que obligó a los supermercados y tiendas de abasto a cobrar por las bolsas.

Iniciativas similares se han llevado a cabo en otras ciudades latinoamericanas, como en Bogotá, Buenos Aires, Quito, Lima o Santiago de Chile, donde en los últimos años, los gobiernos locales pusieron en marcha legislaciones para restringir algún tipo de materiales plásticos.

“En México, la ley se implementó muy positivamente y se cumple. El problema es que no necesariamente está formulada de la mejor forma”, dice el experto de C40. “Prohíbe distribuir de forma gratuita bolsas plástico de un solo uso menores a un grosor determinado. Pero, si te las cobran están cumpliendo con la ley. La suposición que tuvo la norma es que bolsas más gruesas pueden tener usos más resistentes, pero acaban igual en la naturaleza”, afirma.

  • En cuanto al PET, en el país existen hasta 30 plantas para su reciclaje. La más grande de todas, a nivel nacional e internacional, es PetStar. Se sitúa en Toluca, la capital del Estado de México, y está vinculada a Coca Cola. “Una de las empresas más contaminantes del mundo”, expone Garelli, para quien el “el reciclaje no es, por otro lado, un procedimiento inocuo, sino que tiene impactos ambientales. Requiere de mucha agua y energía, lo que contribuye a la explotación de los recursos naturales y genera deshechos. En muchos casos los plásticos contienen sustancias tóxicas dañinas para la salud, como apuntan tantos estudios científicos”.

Una afirmación con la que coincide el experto de la C40. En palabras de Cepeda-Márquez, “la industria del plástico ha utilizado los mensajes de concientización sobre el reciclaje para transferir la culpa al consumidor mientras inunda el mercado y nuestro ecosistema urbano de plástico. La educación ambiental es muy importante y reutilizar es mejor que nada. Pero lo urgente es reducir drásticamente la producción actual y acabar con esta gran mentira del reciclaje”, concluye de forma tajante.

Cada día más de 120 mil toneladas

En México se generan cada día 120 mil 128 toneladas de residuos sólidos urbanos, poco más de 5 mil toneladas por hora, un volumen que resulta cada vez más incontrolable.

  • La generación de basura en el País, indicó Nancy Merary Jiménez Martínez, especialista del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, se duplicó en 25 años, al pasar de 21.9 millones de toneladas al año en 1992 a 44.6 millones en 2017, cantidad que equivale a 82 veces la capacidad del Estadio Azteca.

Son los datos más recientes. Proceden del Diagnóstico Básico para la Gestión Integral de los Residuos, publicado en 2020 por la Semarnat. Su actualización se ha visto frenada por la pandemia de Covid-19.

Solo la generación de residuos de plástico aumentó de 962 mil toneladas a 4.9 millones en el periodo referido.

  • El 69 por ciento de la basura procede las casas y el resto de espacios públicos.
  • La crisis de hiperbasura en el País, señaló Jiménez, es resultado de los ritmos de extracción de recursos naturales, alentados por modelos tecnológicos de producción de mercancías, los patrones demográficos y de poblamiento, y la voracidad en el consumo.

«La basura nace de la revoltura. No estamos acostumbrados a manejar nuestro residuos, a separarlos. Por eso nos estamos ahogando en basura», apuntó al participar en un seminario de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad de la UNAM.

Sin embargo, el País cuenta con una capacidad de reciclaje muy limitada.

En total, se recuperan al día 277 toneladas de residuos, de las cuales 86 son de pet y 64 de papel y cartón.

En tanto, señaló la especialista, existen en México entre mil 500 y 3 mil basureros, que reciben 86 mil toneladas de residuos solidos urbanos al día.

«Esto quiere decir que hay una cantidad importante que queda dispersa en el ambiente, que no se recoge, y es probable que una parte vaya a parar al mar, a las islas de basura», alertó.

Además, indicó, casi la mitad los sitios de disposición final de la basura, 47.8 por ciento, no cuenta con infraestructura básica para la protección del ambiente y menos de una quinta parte, 18.9 por ciento, tiene control de los residuos que ingresan.

La UNAM estimó que los siete mil 603 barrenderos de la Ciudad de México y sus 385 ayudantes, 80 voluntarios y 528 supervisores recorren lo equivalente a una vuelta a la Tierra cada tres días, lo que significa caminar 40 mil 075 kilómetros.

Las mujeres y hombres encargados de la limpieza de centros históricos, avenidas principales, parques públicos y demás espacios urbanos de esta y otras urbes realizan una labor crucial para que los residuos tengan mejor disposición y no terminen saturando las alcantarillas o en sitios en los que se daña el medio ambiente al contaminar cuerpos de agua, suelo y aire.

  • Jiménez Martínez destaca que durante la pandemia por la COVID-19 se evidenció que numerosos trabajadores de limpia laboran en la informalidad y carecen de equipos de protección personal para realizar su trabajo. La Organización Mundial de la Salud llamó la atención sobre la importancia de este servicio público, esencial para hacerle frente a una pandemia de esta magnitud.

Además, este organismo internacional remarcó la necesidad de considerar las deficiencias y aspectos desatendidos en el flujo de desechos que se producen en los sistemas de salud, que generaron una presión sobre los procedimientos de recolección y un riesgo a la salud ambiental y humana.

“Es muy importante reconocer que los residuos no desaparecen cuando yo los saco, pasa el camión y aparentemente se lleva mi bolsa de basura. El rostro visible de los sistemas de aseo urbano son estos hombres y mujeres, barrenderos y barrenderas, pero también quienes trabajan en el camión recolector, las plantas de tratamiento, los sitios de disposición final. Esta fecha nos debe ayudar a visibilizar eso que a veces no queremos ver, que creemos que nuestra responsabilidad con los residuos acaba al echarlos en una bolsa”, asegura Nancy Jiménez.

Desborda la basura en Latinoamérica

En Chile, Colombia, Ecuador y México la gestión de la basura tiene varias negligencias, mismas que van desde la inexistencia de programas para la segregación adecuada hasta la utilización de tiraderos con su vida útil concluida.

  • Dicha problemática se da en el contexto de un aumento sostenido en la generación de residuos dado el modelo actual de consumo y producción lineal, el crecimiento de la población, el poder adquisitivo y el cambio en los patrones de consumo y estilos de vida, asociadas a las decisiones que se toman diariamente respecto a la manera en que nos alimentamos, vivimos, nos transportamos, compramos y dedicamos al ocio.

El modelo actual de producción y consumo lineal, basado en tomar–hacer–desechar, que envía prácticamente la totalidad de sus residuos a disposición final es altamente ineficiente; no solo supone un desperdicio de recursos, sino también de nutrientes y energía. En este esquema, recursos inorgánicos como los metales, que tanto ha costado extraer desde la naturaleza, son usados sólo una vez y luego enterrados en un relleno sanitario.

Asimismo, las estrategias de recolección de basura fallan porque la cultura de reciclaje aún está en desarrollo; para forzar un ajuste en la cadena se necesita comenzar la separación desde que se entrega al camión, señaló en entrevista Daniel Beltrán, cofundador de la empresa México Recicla.

“Estamos avanzando a pasos agigantados, aunque vamos un poquito tarde a comparación del resto del mundo. Se están uniendo las cadenas: dueños de marcas con recicladores, con gobiernos… estamos trabajando como una cadena integral y así va a funcionar mucho más rápido todo”, dijo.

Según estudios de la Organización de las Naciones Unidas, el manejo deficiente de los desechos –por ejemplo, vertederos abiertos e insalubres o la dispersión de escombros– contribuye a la contaminación del agua potable, de los ecosistemas y a la propagación de infecciones o enfermedades.

  • México: En la República mexicana la generación de residuos sólidos urbanos se estima en 120 mil 128 toneladas por día (t/d), de las cuales 46.42% son orgánicos, 31.56% susceptibles de aprovechamiento y 22.03% de otro tipo. La cobertura de recolección asciende a 104 mil 351 t/d, es decir, el 87.19% de lo producido.

No obstante, diariamente solo se recogen siete mil 14.65 t de basura separada, lo equivalente al 5% del total de los desechos recopilados a nivel nacional, de acuerdo con la última actualización del Diagnóstico Básico para la Gestión Integral de los Residuos, elaborado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Los centros de acopio –lugares donde se almacenan materiales con capacidad de reciclaje– reciben en promedio 38.4 toneladas de desechos por día; mientras, en las plantas de tratamiento se recuperan 13 mil 460 t/d de residuos reciclables, únicamente el 12.8% de la basura recopilada.

  • Respecto a los sitios de disposición final, el país cuenta con dos mil 203 activos, de los cuales mil 440 –65%– ya concluyeron su vida útil, 134 tienen entre uno y cinco años, 184 entre seis y 10 años y 445 más de una década de operación apropiada.

Ya no hay muchos lugares para disponer la basura, por ello se requieren soluciones con tecnología que permitan disminuir los residuos en los tiraderos y generar energía a partir de ellos, indicó a Publimetro Salvador Rojas Aburto, director de operaciones en Sistemas Eléctricos Metropolitanos, compañía administradora de uno de los rellenos sanitarios más importantes de la Ciudad de México.

La industria privada se involucra mucho en la gestión de los residuos sólidos urbanos, abundó el ingeniero. Por ejemplo, en la capital de la nación los sitios de disposición final no son manejados por autoridades gubernamentales y en algunos municipios del estado de Guanajuato la recolección es realizada por empresas particulares.

  • Ecuador: La mayoría de las ciudades de este país recolectan la basura en conjunto, sin diferenciar entre los residuos orgánicos e inorgánicos. Asimismo, no existe una estrategia de políticas públicas para destinar recursos federales a los procesos asociados con los desechos urbanos, cada urbe se encarga de ello.

Bajo la figura de responsabilidad social corporativa, la industria privada participa en la separación de los residuos. Según la organización Alianza Basura Cero Ecuador, el costo de la diligencia integral de los desechos asciende a 126 dólares por tonelada.

Al día, la producción nacional de residuos sólidos urbanos llega a las 375 mil toneladas, cerca de 0.74 kilogramos per cápita. El 96% de la basura se entierra en sitios de disposición final; solamente el 4% es recuperado por recicladores de base.

  • Colombia: Cada día en el país se producen residuos por el orden de las 32 mil toneladas. En 2019, según datos de la Superintendencia de Servicios Públicos, la cifra total fue de 11.8 millones de toneladas. En ese mismo periodo, se consumieron 1.4 millones de toneladas de plástico, de los cuales solo se recicló el 20%.

El total de residuos dispuestos en los municipios oscila entre 324 toneladas al mes y 202 mil toneladas al mes. El promedio se sitúa en 13 mil 758 toneladas al mes. Mientras, el aprovechamiento municipal oscila entre cero y 65 mil toneladas al mes, con un promedio de dos mil 351 toneladas al mes.

Solo se evidencia aprovechamiento en municipios con población superior a 65 mil habitantes. Un colombiano promedio genera alrededor de 0.75 kilos de residuos al día y 23 kilos al mes, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.

En Colombia una tercera parte del aprovechamiento de los residuos ordinarios se gestiona por los recicladores informales, seguido de las empresas privadas y la oficina de servicios públicos municipal.

  • Chile: Según el Sexto Reporte del Estado del Medio Ambiente (2021), fueron generadas en 2019 siete millones 860 mil 784 toneladas de residuos municipales, con una población proyectada de 19 millones 107 mil 216 habitantes, lo que significa un promedio de 1.13 kilos al día por habitante.

Del total de la basura producida en Chile, el 96% va a disposición final, lo que deja al país en el penúltimo lugar en cuanto al aprovechamiento de residuos entre naciones miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

Esto es consecuencia de la falta de capacidades técnicas por parte de las municipalidades para la elaboración y gestión de financiamiento para proyectos de valorización de residuos orgánicos, de acuerdo con la Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos Chile 2040.

No obstante, abunda el documento, cabe preguntarse si tiene sentido depositar todos los residuos que salen de las ciudades en un contexto en el cual hay alternativas más deseables desde un punto de vista ambiental, social y económico, incluso si se tuviera la posibilidad de construir más rellenos sanitarios.

  • La gestión integral de la basura se divide en: 45% rellenos y 55% vertederos; esto no es eficiente porque un vertedero no se hace cargo de lo producido por los residuos, en cambio, los rellenos tienen una normativa que regula el manejo ambiental, sanitario y de seguridad, señaló en entrevista Andrea Paz Viglino Palma, subgerente de negocios del Consorcio Santa Marta, empresa líder en la gestión integral de residuos sólidos de la Región Metropolitana.

“Un vertedero, finalmente, es un sitio sin ningún tipo de control, sin ningún tipo de manejo de lo que genera un residuo. Nuestra opinión es que se eleve esta transformación o esta obligación se haga para todas las regiones, no solo para la zona metropolitana”, dijo.

Falta mucho para que se pueda tener un 70% de rellenos sanitarios en los sitios de disposición final, agregó, porque el estándar al que se aspira es que toda la población de Chile pueda disponer sus residuos en una zona debidamente controlada, lo cual no sucede en todos los municipios del país./Agencias-PUNTOporPUNTO

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