LOS TEMORES por DOS BOCAS

El proyecto sigue porque el gobierno lo ve como un pilar de su plan energético, pero las dudas sobre su viabilidad aumentan cada día.

El anuncio de que quedó desierta la licitación para el consorcio que iba a llevar a cabo la titánica tarea de construir la primera refinería en México en los últimos 40 años ha alzado más de una ceja entre expertos, por los riesgos que enfrenta el proyecto, cuestionado desde inicios del sexenio, pero que es parte fundamental del plan energético del presidente Andrés Manuel López Obrador.

  • El giro para que ahora la titular de la Secretaría de Energía, Rocío Nalhe, tome el liderazgo del proyecto, cobijado por Pemex y su Consejo de Administración renovado , pone nuevas dudas sobre la viabilidad del proyecto, mientras que mantiene otras que vienen de tiempo atrás.
  • La promesa de autosuficiencia en materia de combustibles hecha por López Obrador surge del hecho de que cerca de 70% de las gasolinas que se consumen en el país vienen del exterior, y Pemex usa cerca del 30% de la capacidad de una infraestructura que le ha costado miles de millones construir y mantener.

¿Por qué falló la licitación?

No queda claro cómo quedaron las ofertas de los consorcios Bechtel-Tecnict, WorleyParsons-Jacobs y de las empresa Technip y KBR. Pemex quería que las propuestas de estas firmas que iban a liderar el contrato llave en mano pudieran ajustarse a los 8,000 millones de dólares (mdd) y tres años de despliegue, periodo al que se comprometió el Gobierno. Las posturas superaron estos parámetros y, por tanto, la licitación quedó desierta, pero no se conocen de manera pública los detalles. López Obrador sólo dejó ver que sobrepasaron los montos al ofrecer entre 10,000 mdd a 12,000 mdd para su construcción, además de sobrepasar el tiempo requerido.

¿Para que va a servir la nueva refinería?

La refinería de Dos Bocas suministrará 340,000 barriles promedio diario de petrolíferos, en su gran mayoría gasolinas y diésel. Esta cantidad se sumará a la capacidad actual de las seis refinerías, que llega a los 1.64 millones de barriles. Esta capacidad no significa que se llegue a producir esta cantidad de refinados: estas plantas generan pérdidas, debido a que no se puede refinar al 100% un barril de petróleo para convertirlo en productos que generen valor. Pemex considera que con la refinería su capacidad de refinación llegará a los 1.38 millones, un número mucho mayor a los 672,000 que promedia en el primer trimestre de 2019.

La idea básica es que si Pemex produce más, no necesitará importar gasolinas y podrá ahorrar, por ejemplo, los 628,000 millones de pesos (mdp) que gastó el año pasado en compras al exterior.

¿Con la nueva refinería acabarán las importaciones?

Si el proyecto para construir la nueva refinería funciona, junto a la rehabilitación de los seis complejos de Pemex, aún faltarán algunos miles de barriles cumplir con la demanda de petrolíferos prevista para dentro de tres o cuatro años. Si bien Pemex vendió 1.38 millones de barriles promedio diario de refinados en el primer trimestre de este año, no funciona bien como referencia para el futuro, porque justo fue un periodo atípico para las ventas. En el mismo periodo de 2018 la demanda fue de 1.51 millones y lo que se espera es que crezca en los próximos años

Además, quizá sea necesario importar petróleo. Al menos tres refinerías de Pemex requieren de petróleo ligero para funcionar con altos porcentajes de utilización, porque no pueden procesar el crudo pesado. México extrae cada vez menos del primero y tampoco le sobra el segundo, por lo que ahí existe la posibilidad de requerir comprar crudo para completar la dieta del sistema nacional de refinación.

¿Nos vamos a ahorrar todo ese dinero?

Por la compra de refinados sí, porque eso ya no aparecerá como un costo en los estados financieros de Pemex. Pero la petrolera va a incurrir en otros gastos. Todo el petróleo que requiera Pemex Transformación Industrial (TRI) para sus refinerías debe adquirirlo al mismo precio en que su firma hermana, Pemex Exploración y Producción, lo hubiera vendido en el mercado. Un cambio de dinero entre bolsillos, pero que implica que esos recursos no irán a las arcas de manera inmediata. Si Pemex TRI además no logra igualar la eficiencia y costos al refinar ese barril comparado con lo que se tiene en Estados Unidos, va a implicar una pérdida para los usuarios finales, que deberán pagar más para que recupere sus costos y tenga además una ganancia.

Pero incluso si todo esto sale con un buen precio y rendimiento por cada litro puesto en el mercado, también es un hecho que es más rentable sacar un barril de petróleo –restando lo que cuesta con lo que se vende- que refinarlo y venderlo. Esto no quiere decir que refinar sea un mal negocio, pero en el caso de Pemex, le ha generado pérdidas constantemente por años, con más o menos importaciones.

¿Tabasco es un edén para la nueva refinería?

La idea es que esta refinería aproveche la cercanía con la producción petrolera de la zona para generar ahorros por una menor infraestructura para alimentarla. Sin embargo, está lejos del mayor centro de consumo, el centro del país y del Bajío. Llevar los productos refinados puede implicar un mayor costo en ductos para transportarlo y, teniendo en cuenta la intensa lucha que vive el Gobierno para frenar el huachicol, crece la duda sobre si esto no incrementa el riesgo de la logística.

¿La secretaria de Energía no tiene otras cosas qué hacer?

También queda la duda del tiempo que le va a requerir a la titular dela Secretaría de Energía, Rocío Nalhe, atender la dirección de este proyecto. La dependencia tiene como tarea fundamental la dirección de toda la política energética del país y la refinación es una de las cuestiones que debe conducir. Pero, aquí, además se va a encargar de un proyecto específico, por lo que su tiempo puede verse divido entre las tareas de la Sener y la nueva planta de Dos Bocas. /EXPANSION-PUNTOporPUNTO

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