“La sequía es un asesino silencioso. Se infiltra, agota los recursos y devasta vidas en cámara lenta.
- Sus cicatrices son profundas”. Con esta frase, Ibrahim Thiaw, el secretario general de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD, por sus siglas en inglés) contextualizó los hallazgos del más reciente reporte sobre este fenómeno en todo el planeta.
El informe ‘Puntos críticos de sequía en el mundo 2023-2025’ identificó las siete zonas más golpeadas por los tiempos secos extremos. Estos son México, el Mediterráneo, el Sudeste Asiático, Panamá, la cuenca del río Amazonas, África Austral y África Oriental.
- El estudio realizado por la UNCCD y el Centro Nacional de Mitigación de Sequías de Estados Unidos explica que las causas de las sequías en los últimos dos años incluyen un fenómeno de El Niño que elevó las temperaturas en algunas partes del planeta, el cambio climático inducido por el humano y la falta de cuidado en las fuentes hídricas.
Sus consecuencias fueron diferenciadas dependiendo de dónde ocurrió la sequía. Así, en México, la situación es crítica por el agua potable.
- En el Mediterráneo sufren además los cultivos porque las tierras pierden su calidad para ser sembrada; mientras que en África del Este y en África Austral, la sequía contribuyó a los riesgos de inseguridad alimentaria e incluso la hambruna. Con un dato adicional: el 85% de personas afectadas por sequía vive en países de bajo y mediano ingreso.
Sin embargo, sus consecuencias no se limitan exclusivamente a estos países ni a los puntos críticos.
Por el contrario, “las sequías mundiales desde 2023 han tenido impactos generalizados que expusieron y exacerbaron las vulnerabilidades sociales, económicas y ambientales existentes”, según el informe.
La ONU señala que la pérdida económica que generó la sequía en los últimos dos años es más del doble en comparación con lo que se registró en el 2000.
África, un continente particularmente vulnerable
En el este, Etiopía, Somalia y Kenia llevan cinco años seguidos donde la temporada de lluvia es más débil de lo habitual. Esto provocó que en enero de 2023 se registrara la peor sequía en setenta años en el Cuerno de África y las consecuencias fueron devastadoras: han muerto más de 11 millones de cabezas de ganado ante la falta de alimento en el suelo.
- Esto, a su vez, contribuyó a que 23 millones de personas tengan una inseguridad alimentaria alta, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y también ocasionó que millones más se tienen que desplazar de sus hogares para buscar una tierra que puedan cosechar.
- Un evento similar ocurrió en el sur del continente, que en julio de 2024 vivió la que puede ser su peor sequía en el último siglo. Esto dañó más de dos millones de hectáreas de cultivos en Malawi, Mozambique y Zambia hasta abril de 2024, dificultando más el acceso a los alimentos.
Mientras que en Zimbabue, casi el 20 % de la población corrió riesgo de padecer hambre debido a la sequía exacerbada por el fenómeno de El Niño en enero de 2024.
Este fenómeno es una de las causas que contribuyó a las sequías en todo el mundo en los últimos dos años, como explicó Daniel Tsegai, oficial de programas de la UNCCD y editor del informe.
- “África del Este y África Austral han sufrido una de las sequías más difíciles en la historia reciente. Los factores incluyen récords de calor, el fenómeno de «El Niño» y el cambio climático. Es una combinación de causas y con cada mala cosecha y con cada animal que se muere, las comunidades se vuelven más vulnerables a los impactos de la sequía”.
Mediterráneo: el recordatorio de que ninguna región es inmune a la sequía
Aunque las primeras imágenes que pueden llegar a la mente al hablar de sequía son de África, este no es el único lugar del planeta afectado. Los países que están alrededor del Mediterráneo enfrentan escasez de agua y desertificación provocados por el crecimiento de la población, la urbanización y el cambio climático.
- Este último se evidencia con el hecho de que cada vez hace más calor y llueve menos. De hecho, aunque las sequías son normales para esta región del planeta, son cada vez más intensas y más frecuentes desde la década de 1950.
- España lo vive de primera mano. Estas condiciones provocaron que, en septiembre de 2023, se duplicara el precio del aceite de oliva porque solo se pudo cosechar la mitad de las aceitunas habituales ante las condiciones del suelo por el calor extremo.
Por otro lado y tras seis años seguidos de sequía, en 2024 Marruecos tuvo un déficit de agua de un 57%; mientras que el 88% de las tierras de Turquía están en riesgo de desertificación, como se le conoce al proceso en el que el suelo fértil deja de ser productivo.
- “El Mediterráneo y el sur de Europa eran considerados como una despensa agrícola, pero ahora son un punto crítico de las sequías. Son un recordatorio de que ningún país y ningún sector económico es inmune a sequía y que todos debemos actuar”, dijo Tsegai.
Hasta el río Amazonas sufrió con la sequía
Ni siquiera uno de los pulmones verdes del planeta escapa de este evento. En 2023, hubo una sequía que el informe cataloga como “sin precedentes y posiblemente la más grave” en la Amazonía.
- Nueve países ubicados sobre el río Amazonas tuvieron temperaturas extremadamente altas y las lluvias más bajas en 40 años.
- La situación fue tan difícil, que este río, uno de los más largos del mundo, perdió casi el 60% de su agua superficial.
- Muchas comunidades que se transportan en pequeñas embarcaciones quedaron incomunicadas y a esto se suma una subida drástica en la temperatura del agua.
Por ejemplo, el lago Tefe, en Brasil, estuvo casi en 40ºC en septiembre de 2023, lo que provocó la muerte de miles de peces y de más de 200 delfines amazónicos que están en peligro de extinción.
Una solución puede estar en la calidad de los cultivos
Tsegai explica que las sequías que ha habido en el planeta muestran la importancia de proteger los acuíferos para no sobreexplotados y para que no se contaminen; y también dejan la enseñanza de cuidar la calidad de las tierras para que puedan retener mayor humedad.
- “Hay soluciones basadas en la naturaleza, como invertir en tu tierra. Eso es muy importante porque si rehabilitas tu tierra, allí podrán crecer las plantas y todavía se podrá hacer agricultura y muchas otras actividades durante los tiempos de sequía.
- Es como suelo decir: cuando hablamos de sequía, no miramos arriba para ver si llueve, sino que debemos mirar abajo para ver si todavía los sembrados pueden crecer y podemos trabajar nuestra tierra”, concluye.
Sequía desplaza a un pueblo en el Himalaya
Ubicado en un valle esculpido por el viento en el Alto Mustang de Nepal, a más de 3.960 metros (13.000 pies) sobre el nivel del mar, este pueblo budista vivía a un ritmo lento y deliberado:
- En el pastoreo de yaks y ovejas, y en la cosecha de cebada bajo acantilados ocres perforados con “cuevas del cielo”, cámaras de 2.000 años de antigüedad utilizadas para entierros ancestrales, meditación y refugio.
Entonces el agua se secó. Las montañas cubiertas de nieve se volvieron marrones y áridas a medida que la nieve disminuía año tras año.
- Los manantiales y canales desaparecieron y, cuando sí llovía, el agua llegaba de golpe, inundando campos y deshaciendo las casas de barro. Las familias se fueron una a una, dejando atrás los restos esqueléticos de una comunidad transformada por el cambio climático: casas de barro desmoronadas, terrazas agrietadas y santuarios descuidados.
- Las regiones montañosas del Hindu Kush y el Himalaya —que se extienden desde Afganistán hasta Myanmar— contienen más hielo que cualquier otro lugar, salvo el Ártico y la Antártida. Sus glaciares alimentan ríos importantes que sostienen a 240 millones de personas en las montañas, y a 1.650 millones más río abajo.
Estas áreas de gran altitud se están calentando más rápido que las tierras bajas.
- Los glaciares están retrocediendo y las áreas de permafrost se están descongelando a medida que la nieve se vuelve más escasa e irregular, según el Centro Internacional para el Desarrollo Integral de las Montañas (ICMOD, por sus siglas en inglés), con sede en Katmandú.
- El cambio climático está remodelando silenciosamente dónde pueden vivir y trabajar las personas, al afectar la agricultura, el acceso al agua y los patrones climáticos, explicó Neil Adger, profesor de geografía humana en la Universidad de Exeter.
- En lugares como Mustang, eso está dificultando la vida, incluso si las personas no siempre dicen que el cambio climático es la razón por la que se mudaron. “En el día a día, los patrones climáticos cambiantes… en realidad están afectando la capacidad de las personas para vivir en ciertos lugares”, agregó.
Comunidades obligadas a mudarse
En diversas partes del mundo, el clima extremo debido al cambio climático está obligando a ciertas comunidades a mudarse, ya sea por poderosas tormentas tropicales en Filipinas y Honduras, sequías en Somalia o incendios forestales en California.
- En las montañas más altas del mundo, Samjung no es la única comunidad que ha tenido que empezar de nuevo, observó Amina Maharjan, especialista en migración en ICMOD.
- Algunas aldeas sólo se mudan distancias cortas, pero inevitablemente el factor clave es la falta de agua. “La escasez de agua se está volviendo crónica”, comentó.
Comunidades obligadas a mudarse
Los glaciares en retroceso —ríos de hielo que se encogen a medida que el mundo se calienta— son la evidencia más tangible y directa del cambio climático.
- Hasta el 80% del volumen de los glaciares en el Hindu Kush y el Himalaya podría desaparecer en este siglo si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, advirtió un informe de 2023.
No ha nevado en el Alto Mustang durante casi tres años, un golpe terrible para quienes viven y cultivan en aldeas de gran altitud.
- Tradicionalmente, la nieve es la que establece el calendario estacional, determinando cuándo se plantan los cultivos de cebada, trigo sarraceno y papas, y afectando la salud del ganado de pastoreo. “Es de importancia crucial”, señaló Maharjan.
Para Samjung, la sequía y las pérdidas crecientes comenzaron alrededor del cambio de siglo. Las casas tradicionales de barro construidas para un clima montañoso seco y frío se desmoronaron a medida que las lluvias monzónicas se intensificaron, un cambio que los científicos vinculan al cambio climático.
- Las empinadas pendientes y los estrechos valles de la región canalizan el agua en inundaciones repentinas que destruyeron hogares y tierras de cultivo, desencadenando una ola de migración que comenzó hace una década.
- El mudar un pueblo —incluso uno con menos de 100 residentes como Samjung— no fue tarea sencilla. Necesitaban tener acceso confiable al agua y comunidades cercanas para apoyo durante desastres.
Reubicarse más cerca de las sinuosas carreteras de montaña permitiría a los aldeanos comercializar sus cultivos y beneficiarse del creciente turismo.
- A la larga, el rey de Mustang, quien aún posee grandes extensiones de tierra en el área casi dos décadas después de que Nepal aboliera su monarquía, proporcionó un terreno adecuado para establecer un nuevo pueblo.
- Pemba Gurung, de 18 años, y su hermana Toshi Lama Gurung, de 22, no recuerdan mucho sobre la mudanza desde su antiguo pueblo.
- Pero sí recuerdan lo difícil que fue empezar de nuevo. Las familias pasaron años reuniendo materiales para construir nuevas casas de barro con brillantes techos de hojalata a orillas del río glacial Kali Gandaki, a casi 15 kilómetros (9 millas) de distancia.
Construyeron refugios para el ganado y canales para llevar agua a sus hogares. Sólo entonces pudieron mudarse.
- Algunos aldeanos todavía pastorean ovejas y yaks, pero la vida es un poco diferente en Nuevo Samjung, que está cerca de Lo Manthang, una ciudad amurallada medieval aislada del mundo hasta 1992, cuando se permitió por primera vez la visita de extranjeros.
Es un centro para peregrinos y turistas que desean hacer senderismo en las altas montañas y explorar su antigua cultura budista, por lo que algunos aldeanos se dedican al turismo.
México ante la emergencia hídrica
La ONU advirtió que México debe transformar de forma urgente su forma de gestionar el agua y revisar los términos del tratado de 1944 que mantiene con Estados Unidos para el reparto del Río Bravo.
- Entre los problemas destacados, la ONU subraya las enormes pérdidas de agua en México debido a fugas en la red de distribución. Millones de metros cúbicos se pierden cada año por tuberías envejecidas, incluso antes de llegar a hogares o negocios, en un contexto de escasez cada vez más crítico.
En México, gran parte del problema del agua tiene que ver con una red de distribución vieja y muy ineficiente.
- De acuerdo con la UNAM y datos citados por la ONU, hasta el 40% del agua que circula por la Ciudad de México se pierde en fugas antes de llegar a casas, escuelas o negocios. Millones de litros se escapan por tuberías rotas o desgastadas.
- A este problema interno se suma una presión externa: el tratado de 1944 con Estados Unidos, que obliga a México a entregar grandes cantidades de agua (1.75 millones de acre-pies cada cinco años) desde ríos compartidos como el Bravo.
El informe también cuestiona el modelo agrícola actual, que depende mucho del riego intensivo en zonas desérticas de México y Texas.
- Según los expertos, se está usando más agua de la que realmente hay disponible, en sistemas poco eficientes y con tecnología rezagada. Esta forma de producción ya no es sostenible con los niveles tan bajos de los ríos y presas.
- La ONU advierte que si el calentamiento global supera los 2 grados, ninguna estrategia actual será suficiente. El reparto de agua requerirá decisiones difíciles, y habrá que aceptar pérdidas y hacer concesiones importantes.
Con el plazo del tratado por vencerse en solo seis meses, y con la sequía afectando tanto a las ciudades como al campo, el gobierno mexicano se enfrenta a una decisión urgente: modernizar a fondo su gestión del agua o entrar en una crisis aún más grave. /PUNTOporPUNTO
Documento Íntegro a Continuación:
https://www.unccd.int/sites/default/files/2025-07/Drought%20Hotspots%202023-2025_ENG.pdf