Mediocracia, “chayotes” y AMLO

Por Eduardo Ibarra Aguirre

El pleno del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y protección de Datos Personales aprobó el recurso de revisión que pide a la Presidencia de la República revelar los nombres de las personas físicas y morales que recibieron recursos de publicidad de 2012 a la fecha.

El mismo día 8, el presidente Andrés Manuel refirió en la mañanera de Zapotlán de Juárez, Hidalgo, –mismas que el colega Jesús Delgado Guerrero asegura que son “a modo”–,  desmintió las versiones de algunos columnistas sobre la inestabilidad en su equipo y sugirió que “detrás hay visos de corrupción: Les pagaban a los columnistas, los que ahora están dale y dale y dale con este asunto, y que incluso inventan cosas como lo de la renuncia de (Alfonso) Romo. Cobraban por sus servicios en el gobierno”.

Entre alusiones al crecimiento de la inversión extranjera en México, porque varios analistas aseguran que va a la baja ¡en la percepción!, dato que nadie facilitó al presidente, y la creación de nuevas plazas de trabajo, López Obrador advirtió sobre algunos de sus críticos: “Y no doy a conocer los datos porque no lo considero sano, pero sabemos por qué esa actitud, tenemos toda la información. Se gastaba muchísimo dinero en el maiceo, en el chayote. Se terminó eso, están molestos y ahora tienen financiamiento de otras partes y tienen seguramente la consigna de estar en contra nuestra”.

Sin el afán de poner nervioso a nadie, desde comienzos del 2007 supe por fuentes del Gobierno Legítimo y del que muchos periodistas se pitorreaban en forma ruidosa, que desde aquél daban seguimiento documentado al modus vivendi y operandi de los principales comentaristas y conductores de noticiarios del duopolio de la televisión y el oligopolio de la radio. Así que cuando AMLO lo aborda es porque tiene los pelos de la burra en la mano.

En entrevista con la equilibrada informadora Azucena Uresti, en la muy desequilibrada Radio Fórmula, el comisionado presidente del Inai, Francisco J. Acuña –excolaborador de Norberto Rivera Carrera, el cardenal que encubrió a sacerdotes pederastas–, aclaró  que la información a revelarse es general, y no sólo en términos de chayote, como se conoce a la entrega de recursos para que periodistas defiendan las acciones de los gobernantes.

Es decir, la coincidencia entre el ofrecimiento presidencial y la solicitud del Inai es fortuita, y el equipo de Jesús Ramírez Cuevas dispone de 10 días para responderla, seguramente sin ningún problema.

Con todo, como mostró el litigio de MVS Radio contra Aristegui, el chayote infinitamente mayor es el que reciben los propietarios y accionistas de los medios como concesiones y negocios no periodísticos y que, de acuerdo con Javier Tejado Dondé, funcionario de Televisa, la empresa de los Vargas recibió 6,311,441.689 millones de pesos en recompensa por el despido de María del Carmen (https://www.eluniversal.com.mx/columna/javier-tejado-donde/cartera/el-precio-de-carmen-aristegui-6-mil-millones).

Realmente es poca la atención que se presta a los recursos que reciben los magnates de las televisoras y las cadenas radiofónicas, aparte de los 4,711 millones de pesos que destinará el gobierno federal en su mayor parte para ellos durante 2019, menos la anunciada reducción presupuestal de 30 por ciento para destinarlo al rescate de Petróleos Mexicanos.

Es allí donde está el problema mayor de la corrupción entre el Estado y la mediocracia y, en menor medida entre los intérpretes y mensajeros de la segunda y el gobierno de la cuarta transformación.

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