MODITO… todo molesta a AMLO de los EMPRESARIOS

Por Carlos Ramos Padilla

Desea ser único y absoluto en el Poder Ejecutivo, pretende dominar el presupuesto de la nación modificando la Constitución y mermando la soberanía del legislativo, asume conductas por encima del Poder Judicial. amlo ha demostrado graves equivocaciones en materia economía, política, legal y social. Prometió un crecimiento del 4% en su primer año de gobierno y no sólo no cumplió sino estancó a la economía, permitió el desempleo y abuso de una “austeridad republicana” que asfixió al sector productivo nacional.

En la política ha roto todos los esquemas de entendimiento con la iglesia, los empresarios y los partidos políticos, ejerce su voluntad sobre la maquinaria democrática del país, les descalifica, les llama adversarios, los coloca al ritmo de los traidores, son conservadores, neoliberales y por supuesto, todos corruptos. En lo legal su astucia equivocada le autoriza a suspender inversiones, proyectos, planes y estrategias bajo asambleístas callejeros de levanta dedos, únicamente lo que le estorba porque los mecanismos sociales no le incumben cuando se trata de Dos Bocas, el Tren Maya o Santa Lucía.

Ha espantado a la inversión extranjera directa y la respuesta es una inusual fuga de capitales y toda vez se le ve más cerca de los grupos del crimen organizado. Era un Jefe de Gobierno del D.F. que se regía con “bandos” y ahora lo hace a través de memorandas. En lo social ha radicalizado, ha enfrentado, ha desacreditado, ha atropellado intereses. Ha dicho que primero los pobres , pero no sabemos si se va a reducir ese sector o está multiplicando las carencias.

Todo indica que va por los segundo. A su antojo y contraviniendo los contratos legales y la Ley Federal del Trabajo reduce salarios, extermina aguinaldos y convierte a los burócratas en la clase más castigada proponiéndoles una vida mediocre e indigna. Y ahora, lejos de arremeter contra el ejercicio de la libre expresión no le gustó “el modito” en que los empresarios buscan sobrevivir con préstamos, créditos y apoyos que el gobierno mexicano ls ha negado, eso sí, los buscó para su cuota voluntaria para la rifa del avión presidencial y luego un intento fallido, a base de amenazas fiscales, para enfrentar tan tardíamente la pandemia del coronavirus.

Dice Gustavo de Hoyos de Coparmex, “amlo no ayuda ni se deja ayudar pero si miente”. La IP ha logrado un acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo y eso le molestó al Ejecutivo porque no pasó por su escritorio y como dice Gerardo Flores Ledesma, el presidente no tiene ninguna atribución para frenar este tipo de acuerdos por 12 mil millones de dólares.

En pocas palabras, el estancamiento que ha producido amlo con sus decisiones económicas hoy tratan de salvarlas los empresarios del país inyectando flujos de capital. Aún aquellos que defiende con o sin argumentos al presidente no han medido las consecuencias de este frenó nacional. El presidente debe apoyar a quienes están dispuestos a generar empleos, riqueza, estábilidad.

La función del Ejecutivo es abrir puertas de entendimiento, no cerrarlas. Ningún empresario del mundo se va atrever a invertir en México si su dinero, producción, empleos y beneficios están bajo la determinación de aquellos que en una plaza pública levantan la mano. Estamos en problemas serios. México no ha visto repartir sus recursos entre todos, o se los llevan los abusivos o aquellos que creen que con austeridades aún así llegarán las proteínas a la mesa. Necesitamos cooperación internacional y voluntad interna y no vemos ninguna de las dos.

En cinco años las empresas automotrices nos van a inundar de autos eléctricos, pero aquí estaremos festejando, si la acaba, una refinería obsoleta, anacrónica y contaminante. No habrá coches que se muevan con gasolina, la tecnología así lo va a demostrar y no queremos que nos conviertan en una mala copia de esa Cuba qué hoy en el 2020 aún se mueve en carros de 1950.

No queremos ser parte del Foro de São Paulo que a todos nos quiere convertir en lo mismo: en pobres para mejor dominarnos, para decirnos que comer y cuànto, cómo viajar y si lo autorizan, a vivir de préstamos los que quiera únicamente el gobierno, que estudiar, que nos cuenten a diario el papel de baño. Y ese “modito” a las enormes mayorías no les va a gustar, seguro estoy.

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