“El ESPIONAJE en MÉXICO sigue siendo una AMENAZA para los PERIODISTAS”: ONU

David Kaye, explicó que con la nueva administración del presidente Andrés Manuel López Obrador no se ha observado un cambio significativo con respecto a la libertad de expresión

AFP PHOTO / SAUL LOEB

El Relator Especial de la ONU sobre la promoción y protección del derecho a la Libertad de Opinión y de Expresión, David Kaye, advirtió en entrevista con Proceso que la amenaza de que periodistas y defensores de derechos humanos sigan siendo vigilados con herramientas como el software Pegasus sigue estando presente.

  • “El espionaje en México sigue siendo una amenaza”, afirmó Kaye en el marco de la presentación de su informe sobre vigilancia digital ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH) que sesiona en Ginebra.
  • Explicó que con la nueva administración del presidente Andrés Manuel López Obrador no se ha observado un cambio significativo con respecto a la libertad de expresión que se distinga de lo vivido durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.
  • Observó que el nuevo gobierno no ha mostrado avances ni con el fortalecimiento del Mecanismo de Protección para Periodistas, ni mejoras en la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), ni tampoco se ha visto ningún resultado con la investigación de espionaje de periodistas y defensores que tuvo lugar en el pasado con el software Pegasus.
  • “No he visto ningún cambio sustancial en estas cuestiones’’, sostuvo Kaye.
  • “Creo que los mexicanos no saben si el gobierno de AMLO continúa comprando herramientas como el software Pegasus, o decidieron no adquirirlo, pusieron restricciones sobre su uso, no sabemos’’, dijo el catedrático de la Universidad de California.
  • “Realmente no sabemos, todo esto se hace en secreto y este es el problema”, remarcó.

Habló sobre el informe que presentó al Consejo sobre vigilancia digital y recalcó que “México es parte de esa historia, hasta que no haya una investigación independiente y transparente sobre los casos de espionaje, el país nunca sabrá exactamente cómo reformar su programa de vigilancia”.

Y sin haber un marco legal que regule el uso y la venta de estos sistemas, “básicamente ahora cualquiera puede espiar, cualquiera puede venderlos, cualquiera comprarlos y cualquiera puede usarlos sin ninguna restricción”, observó Kaye.

En este contexto y a la luz de que este flagelo no atañe solamente al país sino que es un fenómeno que se ha presentado en varios partes del mundo y que transgrede fronteras, Kaye llamó a establecer una moratoria para suspender la venta y el uso de estos programas hasta que no haya un marco legal que los regule.

Antecedentes

Pegasus es un software malicioso desarrollado por la firma israelí NSO Group el cual en teoría debe ser únicamente comercializado con los gobiernos con el fin de llevar a cabo tareas relacionadas a la seguridad nacional. En el sexenio pasado, según datos de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) el malware fue obtenido por la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA) la antigua Procuraduría General de la República (PGR) y la Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN).

Sin embargo, según lo documenta la R3D entre enero de 2015 y julio de 2016 se llevó a cabo una operación de espionaje contra periodistas y activistas en México.

El modus operandi de la infección consiste en el envío de un mensaje SMS al objetivo con un texto que busca engañarlo, mediante el uso de técnicas de ingeniería social, para hacer click en un enlace adjunto. Al hacer click en el enlace, el navegador se abre y redirige al objetivo a uno de los sitios web de la infraestructura de NSO Group, dándole la oportunidad al malware de instalarse en el dispositivo gracias a una vulnerabilidad en el sistema operativo.

  • De este modo, el atacante gana acceso a los archivos guardados en el equipo, así como a los contactos, mensajes y correos electrónicos. El malware también obtiene permisos para usar, sin que el objetivo lo sepa, el micrófono y la cámara del dispositivo. Según reportes de The New York Times, cada infección exitosa tendría un costo que oscila alrededor de los $77 mil dólares./PROCESO-PUNTOporPUNTO

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