El VIOLENTO DESPERTAR de la bestia de SINALOA

El pasado jueves, una bestia que parecía dormida en el Estado mexicano de Sinaloa despertó. La detención y liberación inmediata de Ovidio Guzmán López, hijo de uno de los líderes históricos del cartel de Sinaloa, El Chapo, mostró la fuerza que conservan los narcos, a quienes se presumía en decadencia. “Nunca nos habían faltado al respeto.

  • Nos dijeron: ‘Yo controlo’. ¿Y qué puede hacer uno?”, se pregunta Ana Félix, dueña de una panadería artesanal en el centro de Culiacán. Ella, como miles de personas en la capital sinaloense, supo que algo raro estaba pasando por la cara de terror de su empleada, que comenzó a recibir vídeos de los tiroteos entre los militares y los narcos, a pocas cuadras de su negocio.

“Vimos a mucha gente corriendo. Bajé las persianas, atrancamos las puertas y nos fuimos atrás”. El éxito en la demostración de fuerza del cartel fue posible gracias a la profunda raigambre que tiene en la zona. A la operación para liberar a Ovidio respondieron facciones aliadas de la organización y fieles en nómina./ EL PAÍS

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