ONU: El “TREN MAYA un PELIGRO” para los derechos de los pueblos INDÍGENAS y el MedioAMBIENTE

El presidente Andrés Manuel López Obrador prometió en 2018 que no tiraría ningún árbol como parte de la construcción el Tren Maya y que, al contrario, reforestarían la región a través de programas como Sembrando Vida.

Expertos de la ONU manifestaron hoy su preocupación ante el proyecto de 1,500 kilómetros del Tren Maya en la península de Yucatán, pues podría poner “en peligro” los derechos de los pueblos indígenas y otras comunidades a la tierra y los recursos naturales, los derechos culturales y el derecho a un medio ambiente sano y sostenible.

  • Las personas defensoras de los derechos humanos que plantean sus preocupaciones sobre los impactos negativos se enfrentan a amenazas y ataques y a un acceso seguro muy limitado a un tribunal independiente e imparcial, dijeron los expertos.
  • El Tren Maya, que abarcará cinco entidades, es la obra más emblemática del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador.

“Como proyecto dirigido por el Estado, el gobierno mexicano debería tomar medidas adicionales para garantizar el respeto de los derechos humanos y el medio ambiente”, dijeron las y los expertos de la ONU.

  • Expusieron que el gobierno ha elevado el proyecto a la categoría de proyecto de seguridad nacional, lo que le permite derogar la aplicación de las salvaguardias ambientales y sociales.

“Este cambio de estatus del proyecto dirigido por el Estado no permite a México eludir su obligación internacional de respetar, proteger y cumplir los derechos humanos de las personas afectadas por este megaproyecto y de proteger el medio ambiente de acuerdo con las normas internacionales”, explicaron.

“Esta decisión no sólo tiene el potencial de permitir que los abusos de los derechos humanos sigan sin ser abordados, sino que también socava el propósito del proyecto de llevar un desarrollo social y económico inclusivo y sostenible a los cinco estados mexicanos involucrados. En este contexto, la creciente participación del ejército en la construcción y gestión del proyecto también suscita gran preocupación”, afirmó Fernanda Hopenhaym, presidenta del Grupo de Trabajo de la ONU sobre Empresas y Derechos Humanos.

Pidieron al gobierno que garantice la participación significativa de las comunidades afectadas y la transparencia en las evaluaciones de los derechos humanos y del impacto ambiental antes de cualquier decisión futura relacionada con el proyecto, como elementos clave para identificar, prevenir y abordar cualquier otro impacto negativo.

“Debe respetarse el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas y deben evaluarse de forma transparente los impactos acumulativos reales y potenciales de los proyectos, de acuerdo con las normas internacionales de derechos humanos y medioambientales”, dijeron los expertos.

  • Los integrantes de la ONU han expresado su preocupación por la falta de debida diligencia en materia de derechos humanos por parte de las empresas implicadas en el proyecto, cuyo coste se estima en 20,000 millones de dólares.

“Las empresas e inversores relevantes domiciliados en España, Estados Unidos y China no pueden hacer la vista gorda ante los graves problemas de derechos humanos relacionados con el proyecto del Tren Maya”, apuntaron.

Instaron a las empresas y a las y los inversores a tomar las medidas adecuadas y a ejercer su influencia para garantizar que los procesos de debida diligencia en materia de derechos humanos se llevan a cabo de acuerdo con los Principios Rectores de la ONU sobre las Empresas y los Derechos Humanos.

Tren maya y su impacto ambiental

El presidente Andrés Manuel López Obrador prometió en 2018 que no tiraría ningún árbol como parte de la construcción el Tren Maya y que, al contrario, reforestarían la región a través de programas como Sembrando Vida.

  • Pero los datos desmienten esta afirmación y, de hecho, los datos recabados por el programa Global Forest Watch, del Instituto de Recursos Globales, muestra que, a partir de 2018, se ha incrementado la pérdida de cobertura arbórea en los estados por donde pasará el Tren Maya.

Los datos del Global Forest Watch incluyen la pérdida de cobertura arbórea atribuible a distintos factores, incluyendo incendios o por actividades humanas como la tala o la extensión de la frontera agrícola, así como procesos de urbanización.

Algunos activistas ambientales han argumentado, precisamente, que la ruta del Tren Maya acelerará los procesos de urbanización y, por ende, la deforestación de la región, lo que provoca un impacto ambiental.

Deforestación en los estados por donde pasa el Tren Maya

  • Campeche: Pero la deforestación ha sido mayor en Campeche, donde tan solo en los años 2019 y 2020, se perdieron 134,200 hectáreas de árboles. En esta entidad, el Tren Maya tendrá ocho paradas: Candelaria, Escárcega, Felipe Carrillo Puerto, Edzná, San Francisco de Campeche, Tenabo, Hecelchakán y Calkiní.

La pérdida de árboles en el sureste mexicano no es un problema que llegó con el Tren Maya, sino que tiene larga data. En 2017, por ejemplo, se perdieron en Campeche más de 70,000 hectáreas de cobertura arbórea, sin que existiera ningún proyecto de infraestructura de gran envergadura, como lo es el Tren Maya.

El Global Forest Watch precisa que “de 2001 a 2020, Campeche perdió 779,000 hectáreas de cobertura arbórea, lo que equivale a una disminución del 17% de la cobertura arbórea desde 2000, y al 295Mt de las emisiones de CO₂.” Y el 17% de esta pérdida se concentró en los años 2019 y 2020.

Pero, aún así, llama la atención que, durante 2020, en Tenabo, Campeche, donde el Tren Maya tendrá una estación, se aceleró el proceso de deforestación a niveles nunca vistos. Según los datos del GFR, en 2020 se perdieron más de 4,040 hectáreas de cobertura arbórea.

Esto equivale a las mismas hectáreas que se perdieron entre 2012 y 2018. Es decir, en el año de la pandemia de COVID-19, se perdieron en este municipio las mismas hectáreas de árboles que en todo el sexenio de Enrique Peña Nieto.

  • Tabasco: En Tabasco, se perdieron más de 31,100 hectáreas de cobertura arbórea entre los años 2019 y 2020.

Es decir, en solo dos años del gobierno de López Obrador, quien es de origen tabasqueño, se concentró el 21% de las pérdidas de árboles que se han contabilizado desde el año 2000 (147 mil hectáreas), en la entidad.

Por Tabasco pasarán el Tren Maya por las paradas de El Triunfo y Tenosique de Pino Suárez. En el tramo 1 del Tren Maya que tiene como estación principal la de Palenque, en Chiapas.

En Tabasco, las regiones de Huimanguillo, Tenosique y Balancán concentran el 65% de la pérdida de árboles entre 2001 y 2020.

En Tenosique, donde el Tren Maya tiene una estación proyectada, la deforestación llegó a una cifra récord de 5,290 hectáreas perdidas durante 2019.

  • Chiapas: Palenque es la estación principal del tramo 1 del Tren Maya y la única que está ubicada en Chiapas. Por su diversidad y riqueza vegetal, esta entidad ha sido históricamente afectada por la deforestación.

El problema se ha agravado desde 2016, cuando se alcanzó un récord con 68,200 hectáreas perdidas. La marca fue superada en 2019, año en que se perdieron 70,300 hectáreas de árboles.

Los municipios más afectados son Ocosingo, Las Margaritas, Palenque y Chilón, pues concentran el 52% de las pérdidas contabilizadas entre 2001 y 2020.

En Palenque, la deforestación se aceleró a partir de 2016 y llegó a su máximo en 2019, cuando se perdieron 5,890 hectáreas. En 2020, el ritmo de pérdida de cobertura arbórea se desaceleró, perdiéndose únicamente 2,800 hectáreas.

  • Quintana Roo: Además de la estación del Aeropuerto Internacional de Cancún, en Quintana Roo, el Tren Maya pasará por Felipe Carrillo Puerto, Nuevo Xcán, Leona Vicario, Limones, Puerto Morelos, Playa del Carmen, Xcaret Park, Akumal, Tulum y Bacalar.

La entidad ha perdido, desde el año 2000, más de 551 mil hectáreas de árboles. Esta pérdida se aceleró tras la llegada de AMLO, pues de perder 15,100 hectáreas en 2018, la deforestación llegó a 35,100 hectáreas en 2019 y 55,400 hectáreas en 2020.

Felipe Carrillo Puerto, por donde pasará el tren, es el segundo municipio con más pérdida arbórea en los últimos 20 años, con 120,000 hectáreas. Esto se aceleró también a partir de 2019, pues de tocar un mínimo en 2018, con 2,850 hectáreas perdidas, en 2019 y 2020 este municipio perdió 7,620 en 2019 y 9,290 en 2020.

Es decir, en dos años el municipio de Felipe Carrillo Puerto perdió casi seis veces la superficie arbórea que se perdió en 2018.

  • Yucatán: Maxcanú, Teya, Tixkokob, Izamal, Chichen Itzá, Valladolid, son algunas de las localidades yucatecas por donde el Tren Maya se abrirá paso en su ruta por el sureste mexicano.

La entidad pasó de perder 19,100 hectáreas en 2018 a 26,900 hectáreas en 2019. De 2001 a 2020, Yucatán perdió 483,000 hectáreas, convirtiéndose en una de las entidades con mayor pérdida de cobertura arbórea en la región. El ritmo de deforestación ha sido similar desde 2016, con alrededor de 20,000 hectáreas perdidas por año.

Semarnat autoriza Tramo 6 del Tren Maya sin estudios geológicos

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) aprobó la Manifestación de Impacto Ambiental del Tramo 6 del Tren Maya, que va de Tulum a Chetumal, sin contar con estudios geológicos y geohidrológicos que permitan descartar colapsos en el trazo de la vía férrea.

  • En las recomendaciones hechas por el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) durante la consulta pública del documento, se puede leer de manera textual: “la propuesta del promovente es anticipada y carente de respaldo técnico”.

“Es obvio que el promovente no puede saber si el trazo proyectado cruzará sobre conductos grandes o cavernas si no han realizado los estudios geofísicos y sondeos necesarios para determinar su existencia o ausencia”, señala el documento.

“Al respecto, cabe destacar la necesidad de que los sondeos geofísicos y las exploraciones directas de calibración sean en número o densidad suficiente para proporcionar, en lo posible, un conocimiento del subsuelo en la faja del trazo del T6, con la continuidad que permita detectar la presencia de cavidades de tamaño significativo y, en su caso, el probable espesor de su techo, un espaciamiento excesivo entre sondeos podría pasar por alto algunas de ellas y no hace falta que sean de gigantescas dimensiones para causar un colapso o asentamiento del terreno”, agrega.

  • Sin embargo, al igual que con el Tramo 5, la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) de la Semarnat dio la autorización del proyecto y un plazo de tres meses para que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) presente los estudios geohidrológicos y geológicos de manera extemporánea para localizar posibles zonas de colapso, según el resolutivo con terminación DG-04962-22.

Es decir, se aprobó ambientalmente el proyecto sin haberse realizado los estudios que determinarían si habrá un impacto al entorno y sin que se conozcan con exactitud las zonas de riesgo, por no haberse realizado los estudios que debieron complementar la Manifestación de Impacto Ambiental, tal como lo recomienda el CICM.

  • En caso de que se autorice la ejecución de obras o construcciones sobre cavernas, secas o inundadas, deberá realizarse un programa de monitoreo de las mismas, el cual deberá acompañar al manifiesto de impacto ambiental, para su aprobación y en su caso, implementación”, se lee en las recomendaciones hechas por el CICM.

También queda pendiente la elaboración de estudios que indican si la construcción del tren interrumpirá o no el flujo hidrológico subterráneo.

“Por lo cual, de manera complementaria, deberá establecerse un monitoreo sistemático y permanente sobre el funcionamiento de las obras de drenaje, así como de la calidad y cantidad de agua que surte los ríos subterráneos, por lo que se requerirá que se verifique que las medidas planteadas por el proyecto”, se lee en el resolutivo de la Semarnat.

En cuanto a otras especificaciones, se establece que el Tramo 6 del Tren Maya tenga una longitud de 250.8 kilómetros entre las ciudades de Tulum y Chetumal, implica que la superficie de afectación de selva por derecho de vía y obras sea de 1,582.13 hectáreas, de las cuales 1,459.05 son consideradas como terrenos forestales para cambio de uso de suelo (CUSTF), es decir, 92.22% respecto del total del proyecto.

Tendrá una doble vía, apta para tráfico mixto (pasajeros y carga), con velocidades de proyecto máxima de 160 km/h para trenes de viajeros y mínima de 85 km/h para los trenes de mercancías.

Los principales componentes considerados en el proyecto que evaluará Semarnat son locomotora de biodiesel híbrida acorde con la norma ambiental de California, tren diesel–eléctrico; tres estaciones: Felipe Carrillo Puerto, Bacalar y Chetumal; paraderos: Tulum y Limones; cinco laderos; base de mantenimiento en Felipe Carrillo Puerto y cocheras en Tulum; talleres y cocheras en Chetumal, 56 pasos vehiculares, pasos de fauna y obras de drenaje./Agencias-PUNTOporPUNTO

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