El ‘Efecto Coolidge‘, ideal para tríos, cuartetos y bacanales en el campo. Se basa en el despertar sexual por un nuevo amante, fruto de esa inyección extra de dopamina que viene con la novedad.

  • El trigésimo presidente de los Estados Unidos, Calvin Coolidge y su esposa Grace ilustran una curiosa anécdota que dio nombre a este patrón de comportamiento sexual.
  • El “efecto Coolidge” expone la respuesta y el comportamiento de un mamífero ante sus relaciones sexuales con una o varias parejas sexuales en las que el periodo refractario, esto es, el tiempo que se necesita para recuperarse entre una y otra práctica sexual tras la eyaculación, puede aumentar o disminuir dependiendo de si va a practicar sexo con la misma pareja o con una nueva.
Foto: Calvin y Grace Coolidge / Enciclopedia Británica, Inc.

Lo que determina este patrón descrito en psicología y biología es que el tiempo de recuperación es mucho menor cuando el acto sexual va a realizarse con una nueva pareja y mucho mayor si se repite con la misma.

  • La explicación biológica se debe a que, ante la posibilidad de una nueva relación sexual -con una pareja distinta-, los niveles de dopamina se incrementan, condicionándonos o preparándonos para estar más activos de lo habitual, lo que redunda en un periodo refractario insignificante o nulo de cara al sexo. Por el contrario, ante una relación sexual con la misma pareja, el sistema límbico que gestiona respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales, no reacciona tan rápidamente, haciéndose necesario un tiempo de recuperación –de mayor o menor duración-.

En los animales este comportamiento es más que frecuente (a pesar de que el ser humano se haya inclinado socialmente hacia la monogamia), donde una rata macho, por ejemplo, prefiere copular con dos hembras diferentes que dos veces con la misma.

La dopamina del enamoramiento

Evolutivamente, el efecto Coolidge puede tener sentido en animales que buscan perpetuar la especie con el mayor número posible de descendencia y riqueza genética. Por el contrario, si se extrapola a humanos la cosa se complica bastante; ya que, independientemente del debate sobre si somos o no monógamos por naturaleza, está claro que los sentimientos son especialmente relevantes en las relaciones de pareja.

  • A pesar de todo, estos aumentos en los niveles de dopamina también juegan un papel muy importante, que debe tenerse en cuenta para que la relación perdure. “Cuando una pareja entra en fase de rutina, la dopamina comienza a disminuir y más que estar contento con la otra persona estás tranquilo”, añade Arranz.
  • Por eso es tan importante sorprender a la pareja. “A las personas que acuden conmigo a terapia les suelo recomendar que recuerden el periodo de noviazgo, que se suele olvidar bastante, y sorprendan a su pareja con algo como un viaje inesperado o cualquier detalle especial”.

De este modo se consigue obtener picos de dopamina que pueden ayudar a evitar el hastío típico que sienten algunas parejas después de varios años juntos. Dentro de la propia pareja también se puede innovar en el sexo, y es muy beneficioso, pero no se deben olvidar el resto de cuestiones de la relación. “En el enamoramiento la recompensa es más continuada, porque se va renovando sin la situación sexual puntual”, aclara el psicólogo. “Es lo que hilvana que mantengas un estado, no como al principio, pero sí con brotes de esa sensación placentera cuando descubres que tu pareja aún es alguien que te pueda sorprender. El cerebro lo recompensa bien”.

  • En cuanto al género, el efecto Coolidge afecta tanto a hombres como a mujeres, al igual que cualquiera de ellos puede llegar a ser infiel en un momento dado. Sin embargo, Arranz sí que apunta a una diferencia entre ambos sexos, en lo referente a la selección de pareja. “Las mujeres tienden a ser más selectivas, aunque depende mucho del momento de su vida en el que se encuentren”, explica. “No es lo mismo escoger a una pareja porque quieres que sea tu compañero en la vida, que hacerlo para que se convierta en el padre de tus hijos”.

Esto lleva a que las mujeres sopesen más la elección y finalmente lo hagan con más seguridad. “Teóricamente esto indicaría que después son menos propensas a ‘aburrirse’, aunque siempre pueden equivocarse”, añade. “Conoces realmente a alguien cuando empiezas un proyecto con esa persona y puede que finalmente el resultado no sea el esperado”.

Si la historia de los Coolidge fuese real, hubiese sido mucho más beneficioso para la relación que el presidente hubiese cambiado a última hora la granja experimental por un paseo en globo o a un picnic tranquilo y romántico lejos del bullicio de la Casa Blanca. Pero entonces no sería un chiste, sino un sano consejo para parejas que quieren que su relación perdure. Tampoco está nada mal./Agencias-PUNTOporPUNTO

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