Latinoamérica avanza hacia la modernización de su infraestructura eléctrica con el objetivo de prevenir apagones masivos y mejorar la integración de energías renovables, alertaron especialistas durante la feria Intersolar Europa 2025, celebrada en Alemania.
- “Es crucial modernizar la red eléctrica en América Latina, pues la actual se calcula que en su mayor parte es obsoleta -algunos calculan que hasta 80 %- y por ende no está diseñada para manejar la transición hacia energías renovables”, afirmó Bernardo Fernández, director del Centro de Investigaciones Eléctricas (CIE) de Complet, empresa mexicana dedicada a la elaboración de equipos de respaldo de energía.
Esta advertencia cobra fuerza tras el histórico apagón del pasado 28 de abril en España y Portugal, que dejó sin suministro eléctrico a millones de ciudadanos afectando sus actividades, sobre todo en movilidad, como el tráfico aéreo y ferroviario.
- “No solo ha sido el mayor en la historia de España, sino que también se sitúa, por población afectada, entre los más grandes del mundo en los últimos años”, explicó Sergio Rodríguez, CTO para Latinoamérica de Solis, uno de los fabricantes de inversores string más experimentados y de mayor tamaño a nivel mundial.
La adopción de energías renovables
- A pesar de que América Latina y el Caribe generaron el 62 % de su electricidad a partir de fuentes renovables en 2023, según el informe Global Electricity Review 2024 del grupo Ember, las redes actuales no están preparadas para integrar eficientemente tecnologías como la solar o la eólica.
- Ante esta realidad, en Intersolar Europa 2025, Solis presentó innovaciones que buscan fortalecer esa integración, destacando Solis IA, un sistema que utiliza inteligencia artificial para diagnosticar en tiempo real el rendimiento de instalaciones solares con la que se puede prevenir interrupciones.
- Rodríguez matizó que en América Latina “las redes no están tan interconectadas como en Europa”, y agregó que zonas como el norte de México son especialmente vulnerables. “Se depende mucho de la energía de Texas (…) En el invierno de 2021, se generó un apagón a causa de una tormenta invernal dejando sin electricidad a millones de personas en Estados Unidos y México”, resaltó.
Desafíos estructurales asociados al cambio climático
- En Brasil, los embalses de hidroeléctricas clave han operado a solo 42 % de su capacidad debido a sequías severas, según el Operador Nacional del Sistema Eléctrico.
- Además, en Ecuador, las autoridades aplicaron apagones programados de hasta 14 horas diarias por escasez hídrica.
“En países tropicales como el nuestro (…) siempre hay que estar preparado con sistemas de energía ininterrumpible y plantas de luz en operaciones críticas”, recordó Fernández y citó el caso de Estados Unidos, donde “una rama de árbol cayó sobre una línea eléctrica en Ohio” y desencadenó un apagón masivo en más de ocho estados.
- Con más de 4 décadas de trayectoria, la empresa mexicana Complet se ha posicionado como un referente en soluciones de respaldo eléctrico, desarrollando sistemas UPS industriales que aseguran el funcionamiento continuo durante fallas en la red.
- “Estos dispositivos no solo garantizan energía ininterrumpida, también protegen contra variaciones eléctricas, lo que reduce el riesgo de daños en equipos sensibles”, explicó Fernández.
Aunque países como Uruguay, Paraguay y Costa Rica están cerca de generar el 100 % de su electricidad con fuentes renovables, Nicaragua y Honduras enfrentan aún apagones frecuentes debido a falta de infraestructura.
Los altos costos de no hacer la transición energética en América Latina
Los compromisos del Acuerdo de París y las aspiraciones de Net Zero para 2050 —que las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) se reduzcan a cero— parecen estar desvaneciéndose. En realidad, no es el resultado lo que me preocupa profundamente, es el proceso que sustenta este giro.
- El cambio de rumbo podría achacarse a premisas equivocadas, modelos defectuosos o cisnes negros, pero la falta de una revisión rigurosa de estos objetivos a largo plazo no solo representa un revés para los responsables de formular políticas públicas y para los inversores, sino que también hace mella en la credibilidad de fuentes autorizadas respetadas que han alimentado el debate y el liderazgo intelectual durante décadas, como la Agencia Internacional de la Energía.
Los costos de no hacer la transición, es decir, continuar en los niveles actuales de emisiones, no se presentan en el análisis. Si bien no tengo a disposición los datos o el modelo para estimar con precisión dichos costos, podemos recurrir a un artículo revisado por pares en Nature que ofrece estimaciones probabilísticas de los daños (el costo social) causados por cada tonelada marginal de CO2 emitida en un rango (5%-95%) de 44 a 443 dólares estadounidenses (2022), con una estimación media preferida de 185 dólares por tonelada.
- El costo social que no se contabiliza en el precio de los hidrocarburos es el grueso de los subsidios de los que gozan estos commodities. Son lo que se conoce como subsidios implícitos.
- Además, hay subsidios explícitos, es decir, aquellas cantidades que los gobiernos gastan para cerrar la brecha entre el costo de los suministros y el precio final, ya sea para apoyar a los proveedores o a los consumidores.
Según el Fondo Monetario Internacional, los subsidios totales (explícitos e implícitos) ascendieron en 2022 a al menos 7 billones de dólares estadounidenses o el 6,5% del PIB mundial. ¿Por qué, decimos al menos? Porque los supuestos del costo de las emisiones, y por lo tanto de los subsidios implícitos, son conservadores.
- Una cita directa del blog del FMI atiende el mejor interés del lector para aclarar este punto: “Nuestro análisis muestra que los consumidores no pagaron más de 5 billones de dólares en costos ambientales el año pasado.
Este número sería casi el doble si el daño al clima se valorara a los niveles encontrados en un estudio reciente publicado en la revista científica Nature, en lugar de nuestra suposición básica de que los costos del calentamiento global son iguales al precio de las emisiones necesario para cumplir con los objetivos de temperatura del Acuerdo de París“.
¿Existe aún consenso sobre estas premisas para calcular el costo social? Actualmente, las instituciones científicas están bajo sospecha de dejarse llevar por una ideología en lugar de mitigar adecuadamente los sesgos cognitivos en su trabajo de investigación. Si no estamos de acuerdo, ¿dónde están las premisas, sometidas al escrutinio y adopción por parte de un nuevo consenso científico?
- Las inversiones necesarias para cumplir con la transición energética aspiracional son de 6,7 a 6,8 billones de dólares para 2030, según se cita en el artículo de Foreign Affairs, lo que representa una magnitud equivalente a los recursos monetarios asignados a los subsidios, de acuerdo con los cálculos de costos sociales detallados más arriba.
- Para guiar aún más la comprensión de las alternativas preferidas para la adición de energía (que no solo deberían abastecer la demanda incremental, sino también competir por el reemplazo de la infraestructura al final de su vida útil), se deben considerar estimaciones de costos niveladas.
En el caso de la electricidad, las energías renovables no convencionales, como la energía solar fotovoltaica con baterías (a gran escala), son la opción más económica antes de tener en cuenta cualquier externalidad, como se documenta en este análisis para Alemania de IFF.
- La electrificación a gran escala sigue siendo un gran desafío y el reciente apagón en Chile nos recuerda el riesgo, ya que la mayoría de los usuarios se quedaron sin luz durante varias horas.
- De hecho, sería ingenuo subestimar las inversiones, tanto de tipo brownfield como greenfield, necesarias para la transición a un sistema de energía más electrificado y más verde.
- Las soluciones energéticas para la demanda global a lo largo de la cadena de valor suman enormes cantidades, son complejas y demandan compromisos entre objetivos, lo cual es cierto en cualquier escenario.
Por supuesto, también están los sectores difíciles de descarbonizar: el transporte pesado, el transporte marítimo y la aviación, y los usos industriales. Especialmente en el caso del transporte pesado, los subsidios desempeñan un papel importante en la creación de condiciones para las tecnologías verdes.
Sabemos que el hidrógeno podría ser viable para algunos casos de uso de transporte pesado, pero la competencia donde el diésel es subsidiado es un gran obstáculo. La entrega de proyectos que generen demanda interna es clave para reducir el riesgo de la tecnología y descender en la curva de costos.
- La transición de un estado anterior a uno nuevo puede ser dolorosa durante una evolución que no es lineal. Los mercados reaccionan cíclicamente respondiendo a señales de desequilibrios entre la oferta y la demanda.
- En tales transiciones inevitablemente habrá jugadores que se ven más o menos beneficiados. El péndulo en estos días parece estar favoreciendo a los poderosos intereses establecidos a expensas de los innovadores y el público en general.
- En América Latina, el subsidio a los combustibles fósiles se estima en al menos el 5,3% del PIB o 317.000 millones de dólares estadounidenses (2022). Irónicamente, América Latina podría convertirse en un exportador de clase mundial de energía renovable en forma de materias primas verdes.
¿Sigue la balanza inclinada hacia el subsidio a los combustibles fósiles en lugar de promover este salto industrial? ¿O estrategias de industrialización como la que sigue Brasil demuestran un camino alternativo?
Los latinoamericanos no podemos darnos el lujo de ir por un camino que no sea pragmático.
- Solo tenemos que seguir un camino que tenga en cuenta las externalidades, que se base en la ciencia, que no deje a las comunidades más vulnerables a su suerte en un clima ferozmente cambiante y que en suma sea lo mejor para el desarrollo sustentable del Sur.
Apagones en AL y Europa evidencian urgencia de modernizar las redes eléctricas
Durante 2024, América Latina sufrió fuertes apagones en varias regiones. En Ecuador, por ejemplo, se registraron cortes de electricidad de hasta 14 horas. En Europa, una interrupción generalizada del suministro eléctrico dejó sin luz recientemente a millones de personas en España, Portugal y sur de Francia.
Aunque estos eventos generan preocupación, expertos advierten de que no son señales de una crisis energética global, sino el resultado de los retos estructurales que plantea la transición hacia un modelo basado en energías renovables. Así lo explica Juan José Coble, profesor del área de Energía y Medio Ambiente de la Universidad Nebrija.
- Según el estudio Global Energy Review 2024, publicado por la Agencia Internacional de la Energía, la demanda mundial de energía creció un 2,2 % durante el pasado año, superando el promedio de la última década.
- Este aumento estuvo impulsado por factores como las temperaturas extremas, que incrementaron el uso de sistemas de refrigeración, el crecimiento industrial, la electrificación del transporte y la expansión del sector de los centros de datos.
Para Coble, el verdadero reto no es la generación, sino la modernización de las redes eléctricas, que deben ser capaces de acompañar el crecimiento de las energías limpias y la demanda actual.
- “Estamos ante un nuevo paradigma de cambio de energía fósil a renovable, y en este sentido están remando todas las economías del planeta. Conviene aprender a depender de nosotros mismos en términos energéticos, sin facturas ni dependencias derivadas de comprar productos energéticos a terceros países.
- Esto se consigue introduciendo en el mix energético de cada país una contribución, cada vez mayor, de energías renovables. Y es que la seguridad nacional comienza con la seguridad energética, tanto en generación como en suministro”, detalla el experto.
Aunque los apagones generan alarma pública, Coble recuerda que incidentes eléctricos ocurren todos los días en redes de todo el mundo. La diferencia está en cómo se gestionan.
“Los técnicos, con el apoyo de sistemas de seguridad como redes malladas, redundancias y protecciones selectivas, suelen restablecer el equilibrio rápidamente. Pero una red eléctrica 100 % segura es infinitamente cara y, no queremos ni podemos primero crearla, segundo mantenerla y después trasladar este valor/coste a los ciudadanos. Las redes deben irse adaptando a la mayor presencia de renovables aproximadamente a la misma velocidad a la que se instalan estas energías”.
- Añade que las condiciones climáticas extremas, como sequías o incendios forestales, también representan un desafío creciente. Estos fenómenos afectan tanto a la generación como a la distribución eléctrica, especialmente en los sistemas hidráulicos.
- En este contexto de transformación energética, la colaboración entre la academia y la industria es fundamental. Por ello, la Universidad Nebrija cuenta con una alianza estratégica con ENGIE España, plasmada en la creciente creación de la Cátedra ENGIE-Nebrija de Energía y Transición Justa.
Esa iniciativa tiene como fin promover el intercambio de conocimientos a nivel nacional y regional, mediante la publicación de informes divulgativos, artículos científicos y libros temáticos. Todo ello con el fin de facilitar la transferencia de conocimiento y apoyar el desarrollo de una transición energética justa y sostenible. /Agencias-PUNTOporPUNTO