El 30 de enero, 10 días después de la investidura de Donald Trump, una firma vinculada al presidente creó dos compañías en Delaware, DT Marks Abu Dhabi LLC y DT Marks Abu Dhabi Member Corp. Las convenciones de nomenclatura de las entidades (que comienzan con las iniciales de Trump, seguidas de la palabra “Marks” y luego la ubicación de un proyecto futuro) coinciden con la forma en que el presidente ha nombrado a más de 30 otras entidades licenciatarias en su cartera.
- La Organización Trump aún no ha anunciado ningún acuerdo en la capital de los Emiratos Árabes Unidos, pero probablemente sea solo cuestión de tiempo. Desde el otoño pasado, Trump ha estado en plena actividad de negociación, y su empresa ha revelado ocho nuevos proyectos en tan solo 10 meses.
- Sus ingresos por licencias extranjeras se dispararon de unos 6 millones de dólares en 2023 a casi 50 millones el año pasado. Trump tiene más negocios en camino: los documentos corporativos apuntan a al menos otros tres acuerdos sin anunciar en Abu Dabi, Serbia y Hungría.
Todo esto representa un cambio radical para el presidente, quien conservó la propiedad de sus activos durante su primer mandato, pero los depositó en un fideicomiso y prometió no emprender nuevas empresas en el extranjero.
En los seis años posteriores a su primera elección, solo firmó un acuerdo: la marca de un complejo de golf en Omán. Pero hoy, Trump se beneficia de la política sin reservas, tanto a nivel nacional, firmando recientemente una legislación sobre criptomonedas que probablemente le hizo ganar decenas de millones de dólares, como en el extranjero, expandiendo su imperio de licencias a una velocidad vertiginosa. Los conflictos de intereses son ahora más descarados y más ignorados que nunca.
Los viajes internacionales de Trump, por ejemplo, parecen estar tan relacionados con sus asuntos personales como con sus prioridades nacionales. Viaja a Escocia el viernes, con planes de visitar las dos ciudades donde tiene campos de golf. Su único otro viaje al extranjero desde que asumió la presidencia, además de una breve visita al funeral del Papa y un par de cumbres obligatorias, fue una gira por Oriente Medio.
- Primero, aterrizó en Riad, Arabia Saudita, sede de Dar Al Arkan, una empresa de desarrollo cuya filial ha firmado numerosos acuerdos con Trump en toda la región, incluyendo Riad. A continuación, se dirigió a Doha, Catar, que pronto acogerá una comunidad de golf de la marca Trump a unos 40 kilómetros al norte de la ciudad. Finalmente, voló a Abu Dabi.
- Todo esto es desconcertante para personas como Walter Shaub, quien dirigió la Oficina de Ética Gubernamental durante el primer mandato de Trump y se enfrentó públicamente con la Casa Blanca por la decisión del presidente de retener su negocio; Shaub renunció en 2017.
- Lo que Trump está haciendo hoy, dice Shaub, es mucho peor que en su primer mandato. “Este presidente ha destruido por completo cualquier idea de un programa de ética gubernamental”, explica Shaub. “De hecho, ha llegado al extremo de convertirse en lo que es directamente opuesto a la ética gubernamental; supongo que a eso lo llamaríamos corrupción”.
Las potencias extranjeras han intentado comprar favores en Estados Unidos desde su fundación. El rey Luis XVI le regaló a Benjamin Franklin una caja de rapé con 408 diamantes a su salida de París, como relata Zephyr Teachout en su libro “Corruption in America”.
Franklin, reconociendo que los Artículos de la Confederación prohibían los regalos de gobernantes extranjeros, obtuvo un permiso especial del Congreso para conservar la caja. Al año siguiente, él y sus compatriotas se reunieron en Filadelfia para desmantelar los Artículos de la Confederación y redactar la Constitución de Estados Unidos.
Una sección permaneció intacta: la cláusula de emolumentos, que exigía a todos los funcionarios públicos obtener permiso del Congreso si querían aceptar “cualquier regalo, emolumento, cargo o título, de cualquier tipo, de cualquier rey, príncipe o estado extranjero”.
- Más de 200 años después, Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de 2016, lo que desató un debate legal sobre el significado de un “emolumento” y si el presidente podía mantener intereses comerciales en el extranjero.
- El equipo de Trump se tomó el asunto con cierta seriedad, no solo prometiendo no cerrar nuevos acuerdos con el extranjero, sino también cancelando varios proyectos pendientes, como uno en la antigua república soviética de Georgia.
“La cláusula de emolumentos era sin duda la principal preocupación”, declaró Giorgi Rtskhiladze, uno de los antiguos socios del presidente en Georgia, a Forbes en 2017.
- “Su preocupación era que, una vez que se empezara a negociar con el gobierno, y luego con el Sr. Trump como presidente, les preocupaba, de nuevo, que la prensa y todos los demás lo vieran como si estuviera recibiendo favores”.
Trump avanzó con otros acuerdos, delegando en sus hijos Eric y Don Jr. En un viaje a la India en 2018, Don Jr. se irritó con las restricciones de su familia.
- “Nos hemos impuesto estas imposiciones”, dijo durante una entrevista televisiva, “pero básicamente no recibimos ningún reconocimiento por hacerlo realmente ni por hacer lo correcto”.
La razón por la que los Trump no recibieron ningún reconocimiento fue porque seguían recibiendo abundante dinero extranjero, a través de acuerdos de licencia, operaciones hoteleras e incluso ventas de propiedades. Surgieron demandas, por parte de una organización sin fines de lucro y los fiscales generales de Maryland y el Distrito de Columbia, acusando al presidente de violar la cláusula de emolumentos.
El litigio llegó lentamente a la Corte Suprema, que nunca antes se había pronunciado sobre la definición de emolumento. No se había pronunciado cuando Trump perdió las elecciones de 2020, y poco después de dejar el cargo, declaró los casos irrelevantes. Si el tema apenas había surgido en 200 años, ¿qué probabilidades había de que resurgiera pronto?
- Desde una perspectiva puramente empresarial, también parecía improbable que la gente quisiera pagarle a Trump para que marcara sus edificios tras su salida de Washington. El 6 de enero dejó una mancha en la imagen del presidente. Los bancos dejaron claro que querían cortar lazos con él, y las plataformas de redes sociales cerraron sus cuentas.
- “La gente no va a estar dispuesta a perdonar“, declaró Kevin Brown, analista bursátil que cubre hoteles para Morningstar, a Forbes un mes después del ataque al Capitolio. “Ha causado un daño permanente al nombre y la imagen de Trump, al menos durante dos o tres décadas“.
O no. Trump lanzó su campaña presidencial de 2024 el 15 de noviembre de 2022. Al día siguiente, una inmobiliaria saudí firmó un acuerdo para desarrollar una comunidad de golf con la marca Trump en colaboración con el Sultanato de Omán. El acuerdo supuso la entrega de más de 6 millones de dólares a DT Marks Oman LLC, una empresa de la que Trump es propietario absoluto.
Luego llegó 2024. En junio, Joe Biden se derrumbó en el debate, consolidando la posición de Trump como favorito para la Casa Blanca. Ese mismo mes, el promotor inmobiliario creó discretamente empresas con nombres que apuntaban a futuros negocios en Arabia Saudita y Dubái.
- En julio, sus dos hijos mayores aparentemente se movieron para asumir una mayor participación en el negocio de marcas, con una firma vinculada a Trump creando nuevas entidades en Delaware llamadas DJT Jr Licensing LLC y ET Licensing LLC.
- La participación de Trump en las empresas se redujo al 80%, mientras que otros miembros de la familia —presumiblemente Eric y Don Jr.— se dividieron el 20% restante, según documentos que Trump padre presentó posteriormente al gobierno.
- La familia Trump buscó lugares para construir propiedades en todo el mundo, encontrando terreno fértil en Vietnam, donde, según se informa, el primer ministro prometió acelerar un proyecto de Trump.
- Los negocios en otros lugares se recuperaron después de las elecciones, ya que los Trump registraron entidades con nombres de tres localidades de la India —Pune, Noida y Gurgaon—, así como de la capital de Hungría y Filipinas.
- La Organización Trump reveló públicamente su acuerdo con Arabia Saudí en diciembre, y Eric Trump sugirió que su familia se adheriría a las mismas normas éticas que durante la administración anterior de su padre.
“Creo que vamos a gestionarlo con mucha inteligencia”, declaró a Reuters . “Igual que en 2016”.
- Eso claramente no era cierto. Con un aumento estimado del 650 % en los ingresos de Trump por licencias extranjeras en 2024, la promesa de no cerrar nuevos acuerdos con el extranjero desapareció.
- Lo mismo ocurrió con las preocupaciones sobre la colaboración con gobiernos extranjeros. Desde principios de 2025, la Organización Trump parece haber creado al menos ocho nuevas empresas para operar en el extranjero.
¿Por qué tan poca gente presta atención? En parte, porque hay mucho que analizar, incluyendo las nuevas empresas de criptomonedas del presidente. “Hay un agotamiento por los escándalos éticos de Trump; es una cosa tras otra”, dice Richard Painter, exabogado de ética de George W. Bush, quien trabajó en el litigio de emolumentos durante la primera administración Trump, pero se muestra escéptico de que los casos se vuelvan a presentar pronto. “La gente piensa que es como el teflón, que nada se le pega”.
Puede que tengan razón. La oficina de prensa de la Casa Blanca, contactada para este artículo, se negó a responder a una lista de preguntas específicas, pero insistió en que el presidente actúa en beneficio del pueblo estadounidense, no de sí mismo.
- “Los bienes del presidente Trump están en un fideicomiso administrado por sus hijos”, declaró la subsecretaria de prensa, Anna Kelly, sin reconocer que un fideicomiso no sirve de mucho si quien lo crea conserva sus activos, los revisa periódicamente y modifica las normas cuando se vuelven inoportunas. “No hay conflictos de intereses”, añadió Kelly.
- Mientras tanto, la Organización Trump sigue operando, anunciando un nuevo proyecto casi cada mes, pisoteando las promesas previas del presidente y la Constitución de Estados Unidos. En abril, por ejemplo, una inmobiliaria estatal de Catar reveló que había firmado un acuerdo para desarrollar una comunidad de golf con la marca Trump en las afueras de Doha, la capital del país.
- Hace dos semanas, la firma que registra las empresas de la Organización Trump creó otras dos entidades en Delaware, DT Marks Doha LLC y DT Marks Doha Member Corp. No está claro si esas empresas están vinculadas al proyecto ya anunciado en Qatar o si son un indicio de otro nuevo acuerdo extranjero.
Trump va a tolerar la corrupción mientras sirva a sus amigos: analista
Un empresario multimillonario invierte cientos de millones de dólares para ayudar a elegir a un presidente y al llegar su candidato a la Casa Blanca nombra al multimillonario –en este caso el hombre más rico del planeta– a un puesto desde donde puede canalizar decenas de miles de millones de dólares en contratos federales a sus empresas.
Eso, en cualquier país, tiene nombre, y usualmente es una práctica un poco más sutil. Aquí se llama oficialmente “eficiencia” y es proclamado, sin pena, como parte de la lucha anticorrupción.
- El año pasado, la Oficina de Contabilidad del Gobierno de Estados Unidos calculó que el gobierno federal pierde entre 233 mil millones y 521 mil millones de dólares por fraude cada año, y a lo largo de los últimos 20, este gobierno ha “perdido” 2.7 billones de dólares en total.
- Esos datos reales son parte de la justificación empleada por el presidente Donald Trump para que diera el nombramiento al multimillonario Elon Musk –dueño de las empresas Tesla, X, Starlink y Space X– “empleado gubernamental especial” a cargo de la recién inventada instancia oficial llamada Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) dedicada a frenar la corrupción y reducir el gasto y el tamaño del gobierno federal.
- Pero las empresas de Musk tienen en vilo 3.8 mil millones en contratos con el gobierno federal en 2024. Trump calificó de ridícula la acusación de que Musk tiene un conflicto de intereses entre sus negocios privados y ser un servidor público, y vale señalar que hasta ahora el multimillonario no ha sido acusado de ningún acto corrupto.
Pero muchos dudan de su inocencia en este rubro. “El abuso de poder y corrupciones que se están extendiendo a través de las agencias federales por el papel doble de Musk es horrendo”, declaró al New York Times Danielle Brian, directora ejecutiva de Project on Government Oversight, ONG independiente que monitorea contratos federales. Una docena de funcionarios federales actuales y retirados comentaron al rotativo que SpaceX, en particular, está posicionándose para obtener miles de millones de dólares más en nuevos contratos.
En su discurso ante el Congreso a principios de mes, Trump prometió que Estados Unidos enviará astronautas a Marte –donde, aseguró, plantarán la bandera nacional–, algo que Musk ha promovido durante años.
Empleados de Musk en DOGE ya están dentro de la Administración Federal de Aviación (FAA), la agencia que regula tráfico aéreo y espacial, incluyendo las actividades de SpaceX. La empresa ha estado cabildeando al Pentágono por un contrato para transporte de cargamentos militares por el mundo y ya ha asegurado, desde la llegada de Trump, nuevos contratos para lanzar satélites y otros materiales al espacio.
- La FAA está por cancelar un contrato de 2.4 mil millones con Verizon para contratar a las empresa Starlink de Musk en su lugar, reportó el Washington Post. El secretario de Comercio recién anunció que el programa de 42 mil millones para ampliar la banda ancha a zonas rurales ahora incluirá conexiones satelitales, lo cual sería una gran oportunidad para Starlink y su sistema de Internet vía satélite.
- Obviamente, Musk no es el único multimillonario con contratos con el Pentágono y otras partes del gobierno. El dueño de Amazon, Jeff Bezos, quien fue uno de los huéspedes de honor junto con su novia en la toma de posesión de Trump, es dueño de la empresa espacial Blue Origin, que también ha asegurado grandes contratos del gobierno federal. Pero Bezos no tiene un puesto en el nuevo gobierno.
- Otro multimillonario, David Sachs, el nuevo zar de criptomonedas en la Casa Blanca, debió obtener un permiso oficial por su trabajo ofreciendo asesoría al presidente, a pesar de que es un inversionista mayor en las criptomonedas. Y éstos son sólo algunos de los multimillonarios que tienen o tendrán puestos en el nuevo gobierno; por ahora serán 13 en total, reporta ABC News.
El otro multimillonario en el gobierno es el propio presidente, quien usó su campaña electoral para promover la venta de productos con su nombre, desde Biblias hasta gorras. Y justo antes de asumir la presidencia anunció su propia criptomoneda. El valor de su nuevo instrumento monetario digital se incrementó casi de inmediato.
El diputado demócrata Jake Auchincloss comentó que anunciar su criptomoneda era “equivalente a anunciar el número de tu cuenta en Suiza, indicar a adversarios extranjeros que pueden depositar fondos a esa cuenta de manera anónima, pero después llegar con él para mostrarle los recibos… Es el acto más desvergonzado de corrupción de la presidencia moderna”.
“Gobierno multimillonario”, fue el encabezado de la portada de la revista Foreign Policy este mes y el artículo principal fue “¿America (Estados Unidos) es una cleptocracia?” La profesora Jodi Vittori, de la Universidad de Georgetown, escribió que “se están deshaciendo las instituciones y normas anticorrupción”.
- Señala que el gobierno de Trump ha despedido a por lo menos 17 inspectores generales encargados de investigar corrupción y fraude dentro de las dependencias del gobierno, incluidos algunos que estaban en medio de investigaciones sobre el jefe de la Casa Blanca y de los contratos federales de Musk, y advierte que ese tipo de acciones son usualmente un primer paso hacia la “corrupción en grande” y finalmente la cleptocracia.
- Trump y Musk insisten en que están descubriendo cientos de miles de millones en actividades corruptas o ineficientes y están despidiendo a aquellos que son parte de un gobierno inflado. Pero muchas de las investigaciones de los detalles que ellos reportan carecen de evidencia, y el objetivo real es desmantelar programas y agencias que Trump y sus aliados conservadores siempre han buscado destruir.
“Poner al hombre más rico del mundo, quien obtiene contratos federales, a cargo de dólares federales que pueden ser incluidos en contratos federales, es un problema real”, afirmó el diputado demócrata Mark Pocan en una entrevista de radio. “Es para que florezca la corrupción”.
- De hecho, Estados Unidos ya había caído 11 puntos en la última década en el índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional de 2024, y con Trump los expertos esperan que ese desplome se acelerará.
- Con toda una serie de nuevas acciones y órdenes, queda clara “la intención del presidente –expuesta con descaro a la vista de todos– de tolerar la corrupción mientras le sirva a sus amigos y aliados políticos”, comenta Eduardo Porter en su artículo en el Washington Post.
- Más aún, políticos progresistas y otras figuras, desde atletas famosos hasta artistas y líderes comunitarios y sindicales, han resaltado que el proyecto del nuevo gobierno es recortar programas de bienestar social con el fin de pagar los recortes de impuestos y nuevos negocios para los más ricos.
El senador independiente Bernie Sanders y la diputada demócrata Alexandria Ocasio Cortez han lanzado una gira llamada “Lucha contra la oligarquía” con actos multitudinarios por el país.
- “La abrumadora mayoría de estadunidenses están de nuestro lado. No quieren que nos convirtamos en una oligarquía. No quieren que nos volvamos una sociedad autoritaria”, ha repetido Sanders.
- “La lucha que enfrentamos no será fácil. Tenemos que confrontar al trumpismo, y derrotarlo. Tenemos que crear un gobierno que funcione para todos, y no sólo para unos cuantos”.
Trump se beneficia económicamente de la presidencia
Cuando Hillary Clinton era primera dama, una oleada de furor se expandió por las noticias de que una vez ganó 100,000 dólares con una inversión de 1,000 dólares en futuros de ganado. Aunque había ocurrido una decena de años antes de que su marido llegara a la presidencia, se convirtió en un escándalo que se prolongó por semanas y obligó a la Casa Blanca a iniciar una revisión.
- Treinta y un años después, tras una cena en Mar-a-Lago, Jeff Bezos accedió a financiar una película promocional sobre Melania Trump que, según se ha informado, pondrá 28 millones de dólares directamente en su bolsillo:
- 280 veces la ganancia de los Clinton y, en este caso, de una persona con intereses creados en las políticas establecidas por el gobierno de su esposo. ¿Escándalo? ¿Furor? Washington siguió adelante sin apenas prestarle atención.
- Los Trump no son la primera familia presidencial que saca provecho de su tiempo en el poder, pero han hecho más por monetizar la presidencia que cualquiera que haya ocupado la Casa Blanca.
La escala y el alcance del mercantilismo presidencial han sido impresionantes. La familia Trump y sus socios comerciales han recaudado 320 millones de dólares en comisiones de una nueva criptomoneda, han intermediado en negocios inmobiliarios en el extranjero por valor de miles de millones de dólares y están abriendo un club exclusivo en Washington llamado Executive Branch (Poder Ejecutivo) al que cada uno cobra 500.000 dólares por unirse, todo eso solo en los últimos meses.
- La semana pasada, Catar entregó un avión de lujo destinado a ser utilizado por Trump no solo en su cargo oficial, sino también para su biblioteca presidencial cuando abandone el poder.
- Los expertos han valorado el avión, donado formalmente a las Fuerzas Aéreas, en 200 millones de dólares, más que todos los regalos extranjeros concedidos a todos los presidentes estadounidenses anteriores juntos.
- Y Trump organizó una cena exclusiva en su club de Virginia para 220 inversionistas en la criptomoneda $TRUMP que lanzó días antes de asumir el cargo en enero. El acceso se vendió abiertamente en función de la cantidad de dinero que aportaran, no a una cuenta de la campaña, sino a un negocio que beneficia personalmente a Trump.
Según los estándares convencionales de Washington, y de acuerdo con los estudiosos de la corrupción oficial, el segundo mandato de Trump —que recién empieza— ya es candidato al uso más descarado del cargo gubernamental en la historia de Estados Unidos, eclipsando incluso al caso del Teapot Dome, Watergate y otros escándalos famosos.
“Llevo 50 años observando la corrupción y escribiendo sobre ella, y la cabeza me sigue dando vueltas”, dijo Michael Johnston, profesor emérito de la Universidad Colgate y autor de varios libros sobre la corrupción en Estados Unidos.
Sin embargo, una señal de lo mucho que Trump ha transformado Washington desde su regreso al poder es la normalización de las tramas de enriquecimiento que antes habrían generado interminables reacciones políticas, audiencias televisadas, investigaciones oficiales y control de daños. La muerte de la indignación en la era Trump, o al menos la escasez de indignación, ejemplifica hasta qué punto el mandatario ha cambiado el comportamiento aceptado en Washington.
Trump, el primer delincuente convicto que ha sido elegido como presidente, ha eliminado los límites éticos y desmantelado los instrumentos de rendición de cuentas que limitaban a sus predecesores. No habrá investigaciones oficiales porque Trump se ha asegurado de ello.
Ha despedido a los inspectores generales del gobierno y a los vigilantes de la ética, ha instalado a simpatizantes leales para dirigir el Departamento de Justicia, el FBI y las agencias reguladoras, y ha dominado a un Congreso controlado por los republicanos que no está dispuesto a celebrar audiencias.
- Como resultado, aunque los demócratas y otros críticos de Trump intentan cada vez más centrar la atención en las actividades del mandatario, les ha costado mucho ganar tracción sin los mecanismos habituales de revisión oficial.
- Y en un momento en el que Trump genera una noticia importante cada día o incluso cada hora —más aranceles a los aliados, más represalias contra los enemigos, más desafíos a las órdenes judiciales—, rara vez una sola acción permanece en los titulares el tiempo suficiente como para influir en la conversación nacional.
- Paul Rosenzweig, quien fue asesor principal en la investigación de Ken Starr sobre el presidente Bill Clinton y posteriormente trabajó en el gobierno de George W. Bush, dijo que la falta de revuelo por el incumplimiento de las normas éticas por parte de Trump le ha hecho preguntarse si las antiguas suposiciones sobre el deseo público de un gobierno honesto eran erróneas desde el principio.
“O al público en general nunca le ha importado esto”, dijo, o “al público sí le importaba, pero ya no”. Concluyó que la respuesta es que “al 80 por ciento del público nunca le importó” y “el 20 por ciento, estamos abrumados y agotados”.
“La indignación no ha muerto”, añadió Rosenzweig. “Siempre fue un producto de la imaginación de las élites”.
La Casa Blanca ha defendido las acciones de Trump, desechando las preguntas sobre consideraciones éticas al argumentar que era tan rico que no necesitaba más dinero.
“El presidente cumple todas las leyes sobre conflictos de intereses aplicables al presidente”, dijo Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca. “La opinión pública estadounidense considera absurdo que alguien insinúe que este presidente se está lucrando con la presidencia. Este mandatario tuvo un éxito increíble antes de dejarlo todo para servir públicamente a nuestro país”.
Pero decir que acata todas las leyes sobre conflicto de intereses aplicables al presidente carece de sentido porque, como el propio Trump ha señalado desde hace tiempo, las leyes sobre conflicto de intereses no son aplicables al presidente.
- Además, no ha renunciado a todo; de hecho, sigue ganando dinero con sus intereses empresariales privados dirigidos por sus hijos, y estimaciones independientes indican que apenas se ha sacrificado financieramente al participar en política. Forbes estimó el patrimonio neto de Trump en 5100 millones de dólares en marzo, 1200 millones más que el año anterior y el más alto de su historia en la clasificación de la revista.
- Los hijos del mandatario se burlan de la idea de que deban limitar sus actividades empresariales, que benefician directamente a su padre. Donald Trump Jr. ha dicho que la familia se contuvo durante el primer mandato de su padre solo para ser criticada de todos modos, por lo que no tenía sentido contenerse más. “Te van a golpear pase lo que pase”, dijo la semana pasada en un foro empresarial en Catar. “Así que simplemente vamos a jugar el partido”.
En los últimos días ha habido algunos signos incipientes de rechazo público. El regalo del avión de Catar pareció calar en el público en general de un modo que otros episodios no lo han hecho. Una encuesta de Harvard/CAPS Harris publicada la semana pasada reveló que el 62 por ciento de los estadounidenses pensaba que el regalo “suscita preocupaciones éticas sobre la corrupción”, e incluso algunos destacados partidarios derechistas de Trump, como Ben Shapiro y Laura Loomer, expresaron sus objeciones.
Tucker Carlson, el antiguo presentador de Fox News que hizo campaña con Trump el año pasado, expresó sus recelos la semana pasada durante su participación en un pódcast con Shawn Ryan, un influente de derecha, quien mencionó todos los negocios de la familia Trump que parecían coincidir con el reciente viaje del presidente a Medio Oriente.
- “Esas cosas me preocupan”, dijo Ryan.
- “Parece corrupción, sí”, coincidió Carlson.
Pero mientras varias decenas de manifestantes protestaban ante el club de golf de Trump la otra noche, los demócratas están divididos sobre hasta qué punto hay que centrarse en los beneficios de Trump, y algunos prefieren concentrarse en los temas económicos. Christopher S. Murphy, senador demócrata por Connecticut, ha liderado la ofensiva en la otra dirección, y ha dado discursos en el hemiciclo y organizado ruedas de prensa en las que ha denunciado lo que él califica como “corrupción descarada”.
“Es poco probable que se le exijan responsabilidades por los medios tradicionales”, dijo Murphy en una entrevista. “No va a haber abogados especiales; no va a actuar el Departamento de Justicia. Así que en realidad solo se trata de movilización pública y política. Si los republicanos siguen pagando un precio por la corrupción perdiendo elecciones especiales a lo largo del próximo año, quizá eso los haga replantearse su complicidad”.
- Durante mucho tiempo, Trump prometió “drenar el pantano” de Washington tras años de corrupción de otros políticos. Cuando se postuló por primera vez a la presidencia en 2016, censuró a los Clinton por aceptar dinero de Arabia Saudita y de otras monarquías de Medio Oriente con un interés evidente en ganarse su favor en caso de que Hillary Clinton ganara la presidencia.
- Pero ese dinero fue a parar a la Fundación Clinton con fines filantrópicos. El dinero que la familia de Trump está trayendo de Medio Oriente va a parar a sus cuentas personales a través de diversas empresas que The New York Times ha documentado.
- Johnston, experto en corrupción, dijo que los Trump representan “un caso absolutamente atípico, no solo en términos monetarios”, sino también “en cuanto a su descarado desprecio” por las normas del pasado. “Aunque podamos discrepar en cuanto a los méritos de la política, se espera que el presidente y las figuras del poder ejecutivo sirvan al bien público, no a sí mismos”, dijo.
Trump hizo un guiño a esas normas en su primer mandato al decir que restringiría los negocios de su familia en el extranjero.
Pero, desde entonces, ha sido condenado por 34 delitos graves de falsificación de registros empresariales y fue declarado responsable civil por fraude, mientras que la Corte Suprema le ha conferido inmunidad por actos oficiales. En su segundo mandato, Trump ha prescindido de los límites éticos autoimpuestos.
“Ya no intenta dar la apariencia de que hace lo correcto”, dijo Fred Wertheimer, fundador de Democracy 21 y veterano defensor de la ética gubernamental. “No hay nada en la historia de Estados Unidos que se acerque a este uso de la presidencia para un beneficio personal masivo. Nada”.
- Los republicanos del Congreso se pasaron años investigando a Hunter Biden, hijo del presidente Joe Biden, por comerciar con su apellido para ganar millones de dólares, llegando a calificar al clan como la “Familia del Crimen Biden”.
- Pero aunque el flujo de dinero de Hunter Biden era una fracción ínfima del de Donald Trump Jr., Eric Trump y Jared Kushner, los republicanos no han mostrado ningún interés por investigar las finanzas de la actual familia presidencial.
“El público estadounidense ha tenido que acostumbrarse a la corrupción de Donald Trump y de su presidencia porque el presidente y su Partido Republicano no le han dado ninguna opción al respecto”, dijo J. Michael Luttig, exjuez conservador del Tribunal de Apelaciones, quien se ha convertido en un crítico de Trump.
A Trump no le preocupa que las personas que ingresan dinero en las arcas de su familia tengan intereses en las políticas del gobierno.
Algunos de los criptoinversores que asistieron a su cena del jueves por la noche reconocieron que estaban aprovechando la oportunidad para presionarlo sobre la regulación del sector. Según un video obtenido por el Times, Trump respondió prometiendo a sus invitados que no sería tan duro con ellos como lo fue el gobierno de Biden.
Uno de los invitados al Trump National Golf Club de Sterling, Virginia, esa noche fue Justin Sun, un multimillonario chino que se convirtió en uno de los mayores tenedores de la memecoin $TRUMP tras comprar más de 40 millones de dólares, lo que le valió un puesto en una recepción VIP privada aún más exclusiva con el presidente antes de la cena. En 2023, la Comisión del Mercado de Valores acusó a Sun de fraude pero, tras la llegada de Trump al poder, la agencia dejó en suspenso su demanda al tiempo que abandonaba otras investigaciones sobre criptomonedas.
En cuanto a Bezos y Catar, ambos tienen motivos para caerle bien a Trump. En su primer mandato, Trump, molesto por la cobertura de The Washington Post, propiedad de Bezos, presionó en repetidas oportunidades a sus colaboradores para que castigaran a su principal empresa, Amazon, aumentando de manera drástica las tarifas de envío del Servicio Postal estadounidense y negándole un contrato multimillonario con el Pentágono. Trump denunció a Catar como “financiador del terrorismo” y lo aisló diplomáticamente. En su segundo mandato no ha atacado ni a Bezos ni a Catar.
- El mandatario tampoco ha dudado en instalar en puestos de poder a aliados con problemas de conflicto. Nombró a un colaborador cercano de Elon Musk como administrador de la NASA, que proporciona a SpaceX, de Musk, miles de millones de dólares en contratos. La fiscala general, Pam Bondi, quien trabajó como miembro de un grupo de presión para Catar, dio el visto bueno a la legalidad del regalo del avión de Catar.
- Zach Witkoff, fundador de la empresa de criptomonedas de la familia Trump, World Liberty Financial, e hijo de Steve Witkoff, enviado especial del presidente, anunció un acuerdo de 2000 millones de dólares en los Emiratos Árabes Unidos, justo un par de semanas antes de que su padre y Trump viajaran allí para una visita presidencial.
Wertheimer dijo que la acumulación de tantos conflictos sitúa a Trump en la lista de todos los tiempos de la corrupción presidencial. “Ocupa los 10 primeros puestos”, dijo. “Está en el salón de la fama de estafar a la presidencia en beneficio propio”. Pero dijo que la opinión pública acabaría enfadándose. “Creo que eso lo alcanzará. Tardará algún tiempo, pero lo alcanzará”.
Trump desactivó los mecanismos de control de la corrupción política
Creada después del escándalo Watergate, la Sección de Integridad Pública del Departamento de Justicia de Estados Unidos ha luchado contra la corrupción política durante casi medio siglo.
- Cinco meses después del inicio del segundo mandato del presidente Donald Trump, éste ha sido despojado de su poder.
- La unidad ha perdido su autoridad para presentar nuevos casos. Su personal se ha reducido de más de 30 abogados a cinco.
- Y su otrora poderosa función de control —la revisión de posibles casos contra miembros del Congreso y otros funcionarios públicos para evitar procesamientos por motivos políticos— ha sido suspendida.
Estos cambios, confirmados por tres personas familiarizadas con las operaciones del departamento, son parte de una revisión del Departamento de Justicia por parte de la administración Trump que está desmantelando las barreras diseñadas para detener la interferencia política en las investigaciones criminales que involucran a políticos, jueces federales y otras figuras públicas.
- Reuters revisó los casos y memorandos internos de la Sección de Integridad Pública y realizó más de 15 entrevistas para documentar la destrucción de una oficina, con la misión de investigar y procesar las denuncias de corrupción en todos los niveles de gobierno y supervisar las investigaciones penales sobre delitos electorales.
Entre los cambios más significativos está la suspensión de un antiguo requisito del Departamento de Justicia de que los fiscales federales busquen la aprobación de la Sección de Integridad Pública antes de presentar cargos contra miembros del Congreso y consulten con la unidad antes de iniciar procesos penales en muchos otros asuntos que involucran a funcionarios públicos.
La suspensión de esta norma a principios de mayo no se había informado previamente. Esta medida permite a los funcionarios designados políticamente en el Departamento de Justicia procesar a funcionarios públicos sin someterse a una revisión destinada a prevenir procesamientos infundados o con motivaciones políticas. También impide que la unidad supervise casos de fraude electoral, incluidas las acusaciones de desinformación electoral.
Un portavoz del Departamento de Justicia confirmó que los cambios a las normas están bajo revisión, pero afirmó que no se ha tomado una decisión definitiva. El portavoz añadió que los líderes del Departamento de Justicia creen que las fiscalías federales de todo el país, que están «más cerca de los hechos y de las comunidades a las que sirven, están mejor posicionadas para determinar si se deben presentar cargos por estos delitos». Los fiscales federales son nombrados por el presidente.
Los requisitos para tramitar casos de corrupción pública a través de la Sección de Integridad Pública le otorgan a la unidad “demasiado poder”, dijo el portavoz.
- La paralización de la Sección de Integridad Pública, bajo un presidente que hizo campaña con la promesa de imponer represalias contra sus enemigos, podría facilitar el procesamiento de los oponentes de Trump y perdonar a sus aliados , dijeron expertos en derecho constitucional y ex funcionarios del Departamento de Justicia.
- “Hablamos de la politización del sistema judicial”, declaró Stuart Gerson, jefe de la división civil del Departamento de Justicia durante la presidencia de George H. W. Bush y fiscal general interino durante la presidencia de Bill Clinton. “El Estado de derecho está en peligro”.
- El Departamento de Justicia defendió los cambios. «Este Departamento de Justicia se compromete a poner fin al uso del gobierno como arma y continuará persiguiendo los delitos violentos, haciendo cumplir las leyes de inmigración de nuestro país y garantizando la seguridad de Estados Unidos», declaró el portavoz.
Trump ha afirmado que los cambios son necesarios para erradicar a los abogados del Departamento de Justicia, a quienes califica de «piratas y radicales» por procesarlo a él y a algunos de sus partidarios mientras estaba fuera del poder.
En un discurso pronunciado en marzo en el Departamento de Justicia, argumentó que, durante el gobierno del expresidente Joe Biden, los fiscales federales socavaron la confianza pública y utilizaron a las fuerzas del orden para «frustrar la voluntad del pueblo estadounidense». La fiscal general de Trump, Pam Bondi, ha prometido reorientar el departamento hacia la lucha contra la delincuencia violenta y la inmigración ilegal.
Los indultos de Trump minimizan la gravedad de la corrupción pública
Las pruebas del Gobierno contra Scott Jenkins eran convincentes, incluyendo un video y otras evidencias que mostraban a Jenkins, entonces sheriff del condado de Culpeper (Virginia), aceptando más de 75,000 dólares a cambio de dar a empresarios locales autoridades que solo competen a la policía.
- Todos los coacusados en el caso de Jenkins se declararon culpables, y los miembros del jurado no tardaron en condenarlo el año pasado, declarándolo culpable de todos los cargos.
- Cuando Jenkins fue condenado a 10 años de prisión en marzo, el fiscal federal en funciones del Distrito Oeste de Virginia precisó que “violó su juramento del cargo y la fe que los ciudadanos del condado de Culpeper depositaron en él cuando se involucró en un “fraude de aceptar dinero a cambio de entregar insignias”.
- Pero el lunes, el presidente, Donald Trump, anunció que indultaría a Jenkins, calificándolo como “una víctima del Departamento de Justicia de Biden”, que “no merece pasar un sólo día en la cárcel”.
Este perdón es parte de un patrón en el accionar de Trump, quine en los primeros meses de su segundo mandato ha indultado al menos a cuatro exfuncionarios públicos allegados al republicano, que fueron condenados por fraude financiero.
Trump, quien fue acusado en dos casos penales federales que fueron desestimados después de ganar la elección en noviembre, ha argumentado durante mucho tiempo que el Departamento de Justicia y el FBI fueron usados en su contra como un arma política. Y ha alegado lo mismo cuando se trata de allegados políticos acusados durante el Gobierno de Biden.
En febrero, Trump indultó a Rod Blagojevich, exgobernador demócrata de Illinois, cuya sentencia había conmutado en 2020, tras ser condenado por cargos de corrupción relacionados con sobornos. Blagojevich asistió a la Convención Republicana de 2024 en apoyo del republicano.
Trump indultó en marzo al exsenador estatal republicano de Tennessee Brian Kelsey, a poco más de dos semanas de cumplir una condena de 21 meses por fraude, relacionada con la financiación de campañas. Compañeros republicanos de Tennessee imploraron a Trump que indultara a Kelsey, quien le dio las gracias al salir de prisión y dijo que “Dios puso a Donald Trump” en su camino para “salvarlo”.
- El mes pasado, el mandatario indultó a la exconcejala republicana de Las Vegas Michele Fiore, cuya condena estaba prevista para este mes, tras ser declarada culpable de cargos de conspiración y fraude electrónico relacionados con el uso indebido de fondos.
- Esas cuatro figuras y sus indultos no son la única prueba de que el Departamento de Justicia (DOJ) está restando importancia a los casos de corrupción pública. En los primeros días de la Administración, el DOJ también abandonó un caso de financiación de campaña contra el exrepresentante republicano por Nebraska Jeff Fortenberry, cuyo juicio habría empezado el próximo mes.
- La Administración Trump también tomó acción para abandonar el caso de corrupción contra el alcalde de Nueva York, Eric Adams, lo que llevó a varios funcionarios del DOJ a dimitir en protesta.
Los casos de Adams y Jenkins, entre otros, tienen en común a la Sección de Integridad Pública del Departamento de Justicia. Esa división, centrada en llevar casos contra funcionarios públicos acusados de infringir la ley, se ha reducido tanto en tamaño como en influencia durante la Administración Trump. La Oficina de Campo del FBI en Washington está cerrando una brigada de corrupción pública que se centraba en la corrupción federal.
“Está claro que esta Administración no cree que reprimir la corrupción pública sea una prioridad”, precisó Stacey Young, una exfuncionaria del DOJ que fundó Justice Connection, un grupo formado en respuesta a los cambios dentro del departamento por parte del Gobierno de Trump.
“Indultar a un sheriff que aceptó dinero en efectivo por otorgar insignias oficiales es sólo la más reciente de una serie de acciones que este presidente ha tomado para socavar cualquier esfuerzo por hacer que los funcionarios rindan cuentas ante el público al que han jurado servir”.
No está claro cómo el caso Jenkins entró por primera vez en el radar de la Casa Blanca, pero encontró respaldo en Ed Martin, el activista conservador a quien Trump puso inicialmente a cargo de la oficina del fiscal general en Washington antes de nombrarlo recientemente fiscal de indultos.
Martin escribió en la red social X que estaba “encantado” de que el de Jenkins fuera el primer indulto desde que asumió el cargo: “Enhorabuena, sheriff Jenkins: Haz grandes cosas y haznos sentir orgullosos”, dijo.
- En un hilo en el que daba las gracias a Trump por indultar a Jenkins, Martin –que también es director del Grupo de Trabajo sobre Armas del Departamento de Justicia– escribió: “Que ningún MAGA se quede atrás”.
- Martin se reunió con la ‘zar de los indultos’ de la Casa Blanca, Alice Marie Johnson, cuya cadena perpetua por una condena relacionada con drogas Trump conmutó en su primer mandato. Más tarde, Trump concedió a Johnson un indulto completo.
- En una entrevista con la nuera de Trump, Lara Trump, que se emitió este mes en la cadena Fox News, Johnson indicó que revisaría los casos de las personas que han pasado demasiado tiempo tras las rejas, así como “las víctimas de la guerra legal, de la misma manera que nuestro presidente”.
Un funcionario del Departamento de Justicia precisó que Martin estaba ansioso por involucrarse en el caso Jenkins después de las reuniones con la Casa Blanca y que estaba de acuerdo y apoyaba la decisión de Trump de emitir un indulto.
Jenkins había argumentado que se le había perseguido por su política conservadora, incluidas sus posturas sobre inmigración, armas y los cierres por la pandemia del COVID-19. En su propio memorando de sentencia, los abogados de Jenkins estipularon que “mantiene firmemente su inocencia”.
Un abogado de Jenkins no respondió a una solicitud de comentarios, y un mensaje dejado en un número de teléfono registrado a nombre de Jenkins no fue contestado.
Mientras tanto, más indultos para los partidarios de Trump pueden estar en el tintero.
Indulto a dos estrellas de televisión
El martes, Trump llamó a dos de los hijos de la pareja Todd y Julie Chrisley, dos estrellas de televisión, y les dijo que sus padres recibirían indultos a sus condenas por fraude bancario, evasión de impuestos y cargos de conspiración.
Una de sus hijas, la estrella de televisión Savannah Chrisley, habló en su nombre en la Convención Nacional Republicana el año pasado.
- La pareja, conocida por sus papeles en el programa de televisión Chrisley Knows Best, solicitó el indulto a Trump en febrero tras ser condenados por estafar a bancos por decenas de millones de dólares en 2022.
- Un juez había dictado una sentencia de 12 años para Todd Chrisley y siete años para su esposa, Julie Chrisley, en noviembre de 2022, después de que un jurado de Atlanta los declarara culpables de fraude, evasión fiscal y conspiración para defraudar a Estados Unidos tras un juicio federal de varias semanas.
- Los fiscales dijeron que Todd y Julie Chrisley habían conspirado para defraudar a bancos del área de Atlanta más de 36 millones de dólares en préstamos personales mediante la presentación de extractos bancarios falsos y otros documentos, que gastaron en autos de lujo y viajes.
Más tarde, defraudaron al Servicio de Impuestos Internos, al evadir el pago de 500,000 dólares en impuestos adeudados por Todd Chrisley, según la fiscalía, mientras ganaban millones de dólares con su programa de televisión. Los Chrisley también presuntamente no presentaron declaraciones ni pagaron impuestos durante los años fiscales 2013 a 2016. /Agencias-PUNTOporPUNTO