El Congreso de la Ciudad de México aprobó la implementación de nuevas acciones legales contra la contaminación que genera la llamada moda rápida (fast fashion), un fenómeno que impacta de forma directa en el medio ambiente global. De acuerdo con cifras de la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA), el fast fashion representa el 10 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono en todo el planeta, un dato que subraya la magnitud de esta problemática.
La decisión se formalizó mediante una serie de reformas y adiciones a la Ley de Residuos Sólidos del Distrito Federal, con el objetivo de regular y reducir los residuos textiles que provienen principalmente de ropa, bolsas y calzado desechados.
- Según información recogida por la Congreso capitalino, la nueva legislación asigna responsabilidades tanto a la SEDEMA como a las alcaldías para desarrollar programas de recolección, reciclaje y disposición final de estos materiales. El dictamen aprobado contempla, entre otras medidas, la fracción XXXVII Bis al artículo 3; las fracciones IX Bis, X Bis y XI Bis 1 al artículo 6; y las fracciones XV Bis y XV Bis 1 al artículo 10. Además, el primer párrafo de este último artículo fue reformado.
Durante la presentación de la iniciativa, Juan Estuardo Rubio Gualito, legislador por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y representante de la Comisión de Preservación del Medio Ambiente, Cambio Climático y Protección Ecológica, explicó que “el propósito es que la SEDEMA y las alcaldías generen programas integrales para el tratamiento, reciclaje, reutilización y coprocesamiento de residuos textiles”. Rubio Gualito también destacó que parte central de estas políticas será la puesta en marcha de campañas de concientización, las cuales buscarán modificar los hábitos de consumo para que las personas intercambien y reutilicen sus prendas y accesorios en lugar de desecharlos.
Mala gestión, el gran problema de la CDMX
La congresista Elvia Estrada Barba, presidenta del mismo órgano colegiado y principal impulsora de la reforma, intervino para respaldar la necesidad de intervenir en el sector. Estrada Barba argumentó que la moda rápida no solo produce una gran cantidad de residuos, sino que también contamina los cuerpos de agua y vuelve más compleja la gestión de desechos en la capital. Este pronunciamiento fue recogido por la Congreso de la Ciudad de México, que subrayó la urgencia de una respuesta legislativa ante la expansión de este modelo de consumo desechable.
- El impacto ambiental del fast fashion ha sido documentado por organismos internacionales y por autoridades locales como la SEDEMA, que advierten acerca de sus efectos en el calentamiento global y el cambio climático. El dióxido de carbono, generado en grandes volúmenes por la industria textil, es reconocido como el principal gas de efecto invernadero responsable del incremento de la temperatura promedio del planeta. Además, el proceso de fabricación, distribución y eliminación de prendas de vestir incorpora sustancias químicas y consume agua en niveles alarmantes.
La reforma legal no solo busca elevar el estándar de manejo y disposición de textiles, sino que aspira a desarrollar un marco para la economía circular en el sector moda. Integrar el reciclaje y la reutilización a escala comunitaria podría, según los impulsores de la medida, disminuir la presión sobre los sistemas de gestión de residuos de la ciudad y reducir la huella ecológica del consumo textil.
Autoridades buscan acercamiento con empresarios de la industria
La Congreso de la Ciudad de México también publicó que entre los retos identificados por las autoridades capitalinas se encuentra la necesidad de vincular a la industria con los nuevos lineamientos. Las autoridades exhortaron a las empresas y comercios dedicados a la moda y el calzado a sumarse a los programas de reciclaje y a promover el intercambio de productos como alternativa al descarte masivo. Esta colaboración interinstitucional y público-privada se considera fundamental para avanzar en los objetivos ambientales planteados.
El dictamen aprobado por la asamblea legislativa local señala que los próximos pasos incluyen la elaboración de reglamentos específicos y la coordinación entre dependencias ambientales y alcaldías para operar los nuevos centros de acopio textil. El Congreso de la Ciudad de México espera que la implementación de estas acciones logre reducir el volumen de residuos textiles y siente las bases para una gestión integral y sustentable en el contexto de la capital mexicana./CONGRESO-PUNTOporPUNTO