En México, cada vez más familias logran poner en su mesa alimentos nutritivos y suficientes, pero la brecha entre quienes viven en el campo y la ciudad sigue siendo profunda, de acuerdo con el Análisis de los Resultados de la Medición de la Pobreza Multidimensional 2024 del Inegi.
- En 2024, 18.8 millones de personas tuvieron problemas para acceder a una alimentación de calidad —el equivalente al 14.4% de la población—, una mejora significativa respecto a 2022, cuando la cifra alcanzaba los 23.4 millones.
- La inseguridad alimentaria moderada —hogares que reducen la calidad o variedad de sus comidas— bajó del 12.7% en 2022 al 9.8% en 2024, lo que representa casi tres millones de personas que dejaron esta condición.
También disminuyó la inseguridad alimentaria severa, donde la comida es insuficiente y hay hambre real: pasó del 8.2% al 6.5%.
- Pero el lugar de residencia sigue marcando una gran diferencia. En las zonas rurales, más de 1 de cada 5 personas (21.6%) enfrenta dificultades para acceder a comida nutritiva, mientras que en las ciudades la proporción baja a 12.4%.
Esto confirma que, aunque en el campo hay producción de alimentos, los problemas económicos y de transporte siguen limitando lo que realmente llega a la mesa.
- El estudio también advierte que un 4.1% de la población mantiene una dieta limitada, con poca variedad y nutrientes insuficientes, lo que impacta en la salud y el bienestar a largo plazo.
En pocas palabras: México avanza en la lucha contra el hambre, pero mientras las ciudades mejoran con mayor rapidez, el campo sigue esperando soluciones que cierren la distancia en el acceso a una buena alimentación.
1 de cada 3 hogares tiene problemas para llevar comida a su mesa en México
Millones de hogares aún padecen dificultades para llevar comida a su mesa, lo que se conoce como inseguridad alimentaria, pese a los diversos apoyos que otorga el gobierno, el ingreso constante de remesas, el aumento en el salario mínimo y el menor ritmo de avance en la inflación.
- Un total de 12.85 millones de familias aseguró que experimentó alguna dificultad para satisfacer sus necesidades alimentarias en los últimos tres meses por falta de dinero o recursos no monetarios.
Como producción propia de alimentos para el autoconsumo, trueque o apoyos alimentarios de instituciones públicas y privadas.
- La cifra representa 33% de los hogares del país, es decir, uno de cada tres experimentó esta situación, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Si se ve por estado, Guerrero está en la peor situación, con 57% de las familias en esa condición, mientras que la menor proporción es de Aguascalientes, con 19.1 por ciento.
¿Qué es inseguridad alimentaria?
Una persona padece inseguridad alimentaria cuando carece de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales y para llevar una vida activa y saludable.
- Esto puede deberse a la falta de disponibilidad de alimentos y la falta de recursos para obtenerlos, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) “Las consecuencias de la inseguridad alimentaria son de gran alcance, impactando no solo la salud, sino también el bienestar general.
- El acceso inadecuado a alimentos nutritivos socava la capacidad de las personas para participar plenamente en actividades económicas y sociales, perpetuando así los ciclos de pobreza y marginación”, advierte Diego Arias, gerente de práctica en el área de Agricultura y Alimentación del Banco Mundial.
Pedir limosna para comer
De acuerdo con los resultados de la ENIGH, 816,801 hogares (6.4% del total) tuvieron que hacer algo que hubieran preferido no hacer para conseguir comida, como mendigar (pedir limosna), mandar a los niños a trabajar o recurrir a prácticas socialmente no aceptadas.
- Los datos también reflejan que en 3.72 millones de hogares (29%) alguna persona adulta sintió hambre y no comió y en 2.68 millones (20.8%) alguna dejó de comer todo el día o sólo lo hizo una vez.
- La FAO describe el hambre como una sensación física incómoda o dolorosa, causada por un consumo insuficiente de energía alimentaria. Se vuelve crónica cuando la persona no consume una cantidad suficiente de calorías (energía alimentaria) de forma regular para llevar una vida normal, activa y saludable.
- El especialista del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Uberto Salgado Nieto, señaló que la cuestión alimentaria es un fenómeno complejo en México, porque coexisten problemas de países subdesarrollados con aquellos del primer mundo.
Por ejemplo, a la par que tenemos elevados niveles de desnutrición y falta de acceso a comida, también vemos que ocupamos uno de los primeros lugares en términos de obesidad y diabetes. A lo anterior, dice, se suman fenómenos como la desigualdad y la pobreza.
10.2 millones de personas en México se saltan una o más comidas al día
En México, personas que tienen empleos estables y que, a su vez, residen en municipios de alta y media marginación, viven preocupadas por la posibilidad de quedarse sin alimentos antes de la llegada del periodo de pago (semanal o quincenal), así lo revela la investigación Inseguridad alimentaria y niveles de marginación:
- Accesibilidad, consumo y preocupación por los alimentos en México, realizada por el Dr. Oscar Martínez Martínez, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la IBERO.
- Uno de los principales hallazgos de esta investigación es que el miedo e incertidumbre de experimentar inseguridad alimentaria lleva a las personas a realizar distintas estrategias de afrontamiento como:
- Racionar las porciones de alimentos, almacenar comida de baja calidad nutrimental, dar de comer primero a las y los niños y enfermos antes que, a las y los adultos, entre otras acciones, para no quedarse sin comer en los días previos al pago quincenal o semanal.
De acuerdo con el Dr. Martínez, en los diferentes niveles de marginación se ve afectada la disponibilidad y el acceso a los alimentos en cuatro estados: Ciudad de México, Estado de México, Oaxaca y Tamaulipas. Esto ofrece un panorama de cómo varían las experiencias en diversos contextos urbanos y semiurbanos.
- Encontró que en estas zonas existe una prevalencia significativa de alimentos ultraprocesados. Son más accesibles, pero contribuyen a una nutrición deficiente que se agrava por la falta de acceso económico a opciones más saludables. Esto refuerza el ciclo de pobreza y malnutrición.
- De acuerdo con un estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), sólo 57.8% de la población en México puede asegurar suficientes alimentos para el consumo regular.
- Mientras que 42.2% de los mexicanos, aproximadamente 53.5 millones de personas, enfrentan algún nivel inseguridad alimentaria. De este grupo, alrededor del 8.1%, es decir, 10.2 millones de personas, experimentan niveles severos de inseguridad alimentaria, como saltarse una o más comidas del día (desayuno, comida o cena).
El investigador de la IBERO señala que la situación se deterioró significativamente entre 2016 y 2020, periodo marcado por un aumento en la inseguridad alimentaria previo a la pandemia de COVID-19.
El Coneval atribuye esta tendencia a condiciones macroeconómicas adversas, incluyendo crecientes tasas de desempleo, pobreza, desigualdad e inflación. Estos factores han limitado la capacidad de muchos hogares para acceder a una alimentación adecuada, exacerbando la vulnerabilidad y ampliando la brecha de desigualdad en el país.
- Para abordar esta problemática, el académico recomienda una serie de intervenciones políticas y sociales que aseguren un suministro constante y accesible de alimentos nutritivos.
- Por ello, resalta que es fundamental que las políticas públicas se enfoquen en mejorar la infraestructura de distribución de alimentos y buscar el cambio de patrones alimentarios a la población sobre la nutrición.
Asimismo, destacó la importancia de una colaboración entre el gobierno, las organizaciones no gubernamentales, el sector privado y las instituciones educativas para desarrollar soluciones sostenibles. «Una acción coordinada es esencial para cambiar las estructuras que perpetúan este problema en nuestra sociedad». /PUNTOporPUNTO