BRECHA de INGRESOS crece en México; 3 millones de MUJERES viven con POBREZA LABORAL

La participación de las mujeres en el campo laboral es menor que previo a la pandemia y siete de cada diez que han podido integrarse a un empleo gana menos de seis mil pesos mensuales.

En México, 15.7 por ciento de las mujeres con empleo (ocupadas) vive en pobreza laboral, es decir, no les alcanza para comprar una canasta alimentaria con el ingreso que perciben por su trabajo.

La cifra es mayor a la de los hombres, donde 10.7 por ciento está bajo esa condición, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) del cuarto trimestre de 2020.

Ahora, tres millones 250 mil mujeres de los 20 millones 730 mil que trabajan no ganan lo suficiente para comprar una canasta de alimentos básica para subsistir. “Las cifras reflejan la brecha salarial de género que existe en el país, la cual ya representa un problema estructural de la economía”, comentó Héctor Magaña, analista del Tec de Monterrey.

Brecha de 16 por cierto

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la brecha de ingreso entre ellas y ellos es de 16 por ciento en el país.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 62.9 por ciento de las mujeres ocupadas gana hasta dos salarios mínimos al mes, mientras que en los hombres la cifra se reduce a 53.6 por ciento.

En tanto, sólo 2 por ciento de las damas percibe más de cinco minisalarios y en los caballeros la proporción se eleva a 3.2 por ciento.

“Estas diferencias salariales amenazan con ampliarse a consecuencia de la pandemia, debido a que las mujeres registran una recuperación más lenta en el mercado laboral”, señaló José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (Idic).

Precarización

Juan José Li Ng, analista de BBVA México, comentó que la pandemia trajo consigo una precarización de los salarios en el país. De acuerdo con el Inegi, las mujeres ocupadas que ganan hasta un salario mínimo aumentaron de 26.9 a 30 por ciento de la población femenina ocupada, es decir, durante 2020 se sumaron 300 mil damas a ese segmento.

En tanto, las que perciben más de cinco minisalarios bajaron de 2.5 a 2 por ciento, es decir, 133 mil menos trabajadoras.

Oportunidades desiguales

En México, el género sí influye en las oportunidades. Las mujeres que nacen en pobreza tienen menos posibilidades de salir de ella que los hombres con condiciones de origen similares.

Así lo indican los resultados de movilidad social obtenidos del análisis de la ESRU-EMOVI 2017, elaborados por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias y publicados en el Informe “Movilidad Social en México 2019: hacia la igualdad regional de oportunidades”.

  • Los resultados muestran que las ventajas o logros que alcanzan las mujeres son más limitados que de los hombres con condiciones de origen equivalentes, en especial, cuando inician en posiciones menos favorables. – Informe “Movilidad Social en México 2019: hacia la igualdad regional de oportunidades”

“Si una mujer nació en la base de la escalera social, tendrá menos probabilidades que un hombre de escapar de la pobreza: 75 de cada 100 mujeres que nacen en dicha posición no logran superar la condición de pobreza, además que lo mismo sucede con 71 de cada 100 hombres que provienen de la misma condición”, señala el reporte.

Además, el estudio explica que en el caso de México, el que las mujeres se inserten o no en el mercado laboral se relaciona de manera directa con el nivel educativo de sus padres, ya que entre más educación hayan tenido estos, más probabilidades hay de que ellas tengan un empleo formal.

“A partir del entorno y de las características de las familias de las familias es que las desigualdades se harán más profundas entre hombres y mujeres”.

El documento también revela que si los padres tienen bajos niveles educativos, una mujer tendrá más posibilidades de quedarse con baja educación que un hombre.

Otro de los puntos que se señalan es que, de entre quienes nacen en hogares del grupo de riqueza más alto, 50 mujeres en comparación con 57 hombres se mantienen ahí el resto de su vida.

Educación limitada

Las mujeres también suelen tener menos oportunidades académicas que los hombres cuando ambos provienen de hogares en desventaja, menciona el informe.

“Cuando los padres no tienen estudios, los hombres experimentan mayor movilidad ascendente hacia los niveles de preparatoria y profesional: 16 por ciento de las mujeres en contraste con el 21 por ciento de los hombres”, se lee.

  • Además, este documento detalla que hay menos participación de mujeres en las áreas enfocadas en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas y esta misma segregación se repite en la participación económica de ciertas ocupaciones.
  • Debido a que las mujeres realizan más trabajo no remunerado, eso les afecta en su productividad laboral. Mientras que su trayectoria también se ve condicionada por la intermitencia laboral que ocasiona la maternidad.

“Lo anterior hace que la movilidad social a lo largo del ciclo de vida se vea interrumpida, y el trabajo remunerado no necesariamente sea el principal recurso de las mujeres”, se explica.

Otro de los obstáculos que enfrentan las mujeres a lo largo del ciclo de su vida es el llamado “techo de cristal”, que se define como la barrera invisible que impide a las mujeres avanzar en su carrera laboral.

  • La condición de invisibilidad del techo se debe a que no existen reglas escritas ni mecanismos sociales formalmente establecidos que impongan dicha limitación a las mujeres, se acota.
  • Es decir, aunque las mujeres cuenten con niveles y capacidades similares a las de los hombres, el “techo de cristal” les impide alcanzar puestos más altos, lo que ocasiona que haya una subrepresentación del sexo femenino en los cargos de alta dirección dentro de las organizaciones públicas y privadas.
  • “De acuerdo con ONU Mujeres (2015), en la actualidad, las mujeres solo ocupan 33 por ciento de los puestos directivos en el mundo”.

Pero las trabas no se limitan al ámbito educativo ni laboral. Las mujeres también tienen menos probabilidades de escapar de la pobreza que sus pares hombres.

“Esto se debe, en parte, a que participan menos en el mercado laboral, cuentan con menos ingresos propios y otros recursos personales para lograrlo. Ejemplo de lo anterior —y que constituye una barrera— es el tener menos acceso al crédito y a productos financieros en general”, se explica.

Un dato que se menciona es que las mujeres de clase media tienen más posibilidades de descender que de ascender en comparación con los hombres.

El trabajo no remunerado que realizan las mujeres les afecta en su productividad laboral; su trayectoria también se ve condicionada por la intermitencia laboral que ocasiona la maternidad.

Desigualdades

El informe explica que la acumulación de desigualdades da como consecuencia estas limitaciones en la movilidad social de las mujeres, es decir, a los cambios que experimentan las personas en su condición socioeconómica.

  • “Los principales elementos son, a su vez, causa y consecuencia de las desigualdades de género e incluyen las diferencias en los roles de mujeres y hombres, entre otros, en lo que se refiere a la distribución del trabajo remunerado y no remunerado, la violencia de género y la discriminación”, menciona.
  • Estas desigualdades repercuten en la participación social y económica que tienen las mujeres y en buena manera como consecuencia de la división de las tareas de proveería económica y cuidado del hogar y sus integrantes, lo que se conoce como trabajo no remunerado, y que suele ser enseñado desde la infancia.

“La misma distribución del trabajo no remunerado, aunada a la fecundidad temprana y la formación de los propios hogares, incide sobre las características de la participación social femenina en la juventud y la edad adulta”.

La participación de la mujer en el mercado laboral formal

Marzo 2021. La participación de las mujeres en el campo laboral es menor que previo a la pandemia y siete de cada diez que han podido integrarse a un empleo gana menos de seis mil pesos mensuales.

  • Marzo de 2031. La participación de las mujeres en el campo laboral seguirá siendo menor a la de los hombres y no podrán integrarse a los empleos mejor pagados debido a que la mayoría de ellas no se formaron en las áreas que más trabajos generan.
  • El panorama económico y laboral de las mujeres mexicanas en una década no será más prometedor que el que se reporta actualmente si no se generan programas para incentivar la integración de las niñas y adolescentes en las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, advierten expertos y organismos internacionales.

El salto digital por el que transita el campo laboral y los desafíos sociales y económicos actuales son un claro aviso de que los trabajos del futuro emanaran sobre todo de las áreas profesionales STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, por sus siglas en inglés), afirma Graciela Rojas, presidenta y Fundadora del Movimiento STEM, que promueve las enseñanzas en esta área con visión social incluyente.

  • “Los empleos que se perdieron en 2020 por el COVID-19 no podemos ignorar que la mayoría ocurrió en las mujeres. Además estamos viviendo saltos cuánticos que se están dando con el avance de la tecnología, robótica avanzada, blockchain, energías renovables, inteligencia artificial, ahí se concentrarán las industrias en unos pocos años y es muy importante que las mujeres sean parte de estos procesos”, señala Rojas.

En la educación superior, las mujeres mexicanas son minoría en carreras enfocadas en ingeniería, manufactura y construcción en donde son 28.5 por ciento del total de los alumnos y en las enfocadas en tecnologías de información y comunicación en donde suman 28.4 por ciento, de acuerdo con datos de ONU Mujeres.

Bajo este panorama preocupa que las mujeres pierdan las mejores oportunidades laborales del futuro, lo que agravaría los procesos de contratación de las empresas debido a la menor cantidad de candidatos para los puestos y reduciría la diversidad al interior de la empresa, advierte el Foro Económico Mundial.

7.61 millones de mujeres se registraron como trabajadoras aseguradas

En el último lustro, las 32 entidades del país presentaron avances en la participación de la mujer en el mercado laboral formal.

De acuerdo con datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), a nivel nacional, 6.53 millones de mujeres se registraron como trabajadoras aseguradas en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) al cierre de enero del 2016, cifra que representó 36.4% del total general, mientras para el mismo periodo del 2021, ascendió a 7.61 millones de personas del género femenino, con una participación de 38.4%, es decir, un aumento de 2.0 puntos porcentuales.

  • Por entidad, los mayores avances en los últimos cinco años se dieron en Durango, de 32.4% de contribución de la mujer en el sector del trabajo formal en el primer mes del 2016 a 35.9% en igual lapso de este año, con un incremento de 3.6 puntos porcentuales; en Aguascalientes, de 33.9 a 37.4% (+3.5 puntos); en Guanajuato, de 34.8 a 38.0% (+3.2 puntos); en Coahuila, de 32.1 a 35.3% (3.2 puntos), y en Tlaxcala, de 35.9 a 39.0% (3.2 puntos).
  • Con crecimientos entre 3.0 y 2.0 puntos porcentuales se ubicaron Zacatecas, Querétaro, San Luis Potosí, Campeche, Sinaloa, Hidalgo, Puebla, Michoacán, Colima, Chihuahua, Jalisco, Nuevo León, Estado de México y Guerrero.

En tanto, en el rango menor a 2.0 puntos y mayor a 1.0, se colocaron Chiapas, Yucatán, Nayarit, Morelos, Quintana Roo, Sonora, Veracruz, Tamaulipas, Baja California, Ciudad de México, Oaxaca y Baja California Sur. El último lugar fue para Tabasco, con un ascenso de 0.5 puntos porcentuales.

  • En términos nominales, el mayor incremento en el último lustro se observó en Jalisco, con 132,538 mujeres que se integraron como trabajadoras aseguradas en el IMSS; le siguieron Nuevo León (96,377 altas), Estado de México (96,296), Baja California (79,623), Guanajuato (78,321), Ciudad de México (66,240) y Querétaro (61,597).

Resaltan los casos de Campeche, Guerrero y Tabasco, que en el periodo de análisis dieron de baja a 334, 874 y 1,982 mujeres, respectivamente. Lo anterior significa que los porcentajes de participación aumentaron debido a que mermó todo el mercado laboral de estas entidades, aunque las pérdidas en el género femenino fueron menores en relación a la de los hombres.

  • Por su parte, la Ciudad de México es la entidad con la menor brecha laboral de género en el país. Al cierre de enero del 2021, registró a 3.22 millones personas como trabajadoras aseguradas en el IMSS, dato del cual, 1.33 millones corresponden a mujeres, dando una contribución de 41.5%; continuaron en la lista Baja California (41.3%), Chihuahua (41.1%), Morelos (40.5%) y Jalisco (39.4 por ciento).

Al otro extremo, con la mayor brecha, se posicionaron Coahuila (35.3%), Nuevo León (34.6%), Campeche (30.8%) y Tabasco (30.3%); gran parte de la economía de estos dos últimos estados depende de la minería petrolera, por lo que su mercado de trabajo se enfoca principalmente en la especialización de este sector./Agencias-PUNTOporPUNTO

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