CAMBIO CLIMÁTICO podría COLAPSAR la CORRIENTE del GOLFO generando amplias repercusiones CLIMÁTICAS

El progresivo deshielo de las capas de hielo está desacelerando la Corriente Circumpolar Antártica (ACC), la corriente oceánica más potente del planeta, y podría reducir su velocidad en aproximadamente un 20 % para el año 2050 en un escenario de altas emisiones de carbono.

En un estudio reciente, investigadores del University College de Londres publicado en la revista Nature, advierte que el cambio climático podría conducir al colapso de la Corriente del Golfo, una corriente esencial de agua cálida, lo que tendría consecuencias profundas para Europa.

  • Jack Wharton, investigador principal del estudio, explicó que el calentamiento global podría debilitar la Corriente del Golfo, una cinta transportadora gigante de agua a través del Atlántico Norte, lo que reduciría las temperaturas en Europa hasta 15 °C. “Si en el futuro los vientos son más débiles, como lo muestra un estudio reciente que utiliza modelos climáticos, podría significar una Corriente del Golfo más débil y una Europa más fría”, dijo Wharton.

La Corriente del Golfo transporta agua cálida desde los trópicos hacia Europa, lo que libera energía térmica a la atmósfera y mantiene un clima templado en el continente europeo. Sin embargo, un cambio significativo en estas corrientes podría alterar drásticamente el clima. Los investigadores del UCL recolectaron muestras de sedimentos de las costas de Carolina del Norte y Florida, buscando la presencia de microorganismos antiguos llamados foraminíferos, para entender mejor la sensibilidad de la Corriente del Golfo a los cambios climáticos.

  • El coautor del estudio, el profesor David Thornally, indicó que estos fósiles permiten registrar la densidad del agua en la que vivían al momento, lo que facilita determinar cómo fluía la Corriente del Golfo en épocas pasadas. “Descubrimos que durante la última Edad de Hielo, la Corriente del Golfo era mucho más fuerte debido a los vientos más intensos en el Atlántico Norte”, señaló Thornally.

La última Edad de Hielo, hace unos 20.000 años, cubrió gran parte del hemisferio norte con hielo. Sin embargo, los registros sugieren que una Corriente del Golfo fuerte ayudó a mantener temperaturas más cálidas en Europa. Según el Dr. Wharton, la corriente era entonces dos veces más profunda y dos veces más rápida que en la actualidad debido a los vientos del Atlántico Norte subtropical.

“La Corriente del Golfo seguía transportando mucho calor hacia el norte, a pesar de que el resto del planeta era mucho más frío”, explicó Wharton.

  • Estudios recientes indican que el cambio climático ya está debilitando los fuertes vientos del Atlántico Norte que ayudan a impulsar la Corriente del Golfo. Thornally también señaló que la circulación global de calor depende en gran medida de estas corrientes, por lo que cualquier cambio en su fuerza puede tener amplias repercusiones climáticas.
  • “El océano mueve enormes cantidades de calor alrededor del mundo, equivalentes a la energía de millones de centrales eléctricas”, dijo.
  • “Cambiar la fuerza de las corrientes oceánicas puede alterar la cantidad de calor que se distribuye en cada lugar, alterando nuestro clima y, en escalas temporales más cortas, nuestro tiempo atmosférico”.

La Corriente del Golfo es solo una parte de la Circulación Meridional del Atlántico (CMA), una vasta red de corrientes que bombean agua caliente alrededor del mundo. Investigaciones anteriores sugieren que el colapso de un gran sistema de corrientes oceánicas podría provocar una disminución de la temperatura de más de 3 °C cada 10 años.

El profesor Mark Maslin, coautor del estudio, afirmó que el cambio climático podría interrumpir el “motor” que impulsa la corriente subtropical. Cuando el agua del océano se encuentra con el hielo alrededor de Groenlandia en el Atlántico Norte subpolar, se enfría rápidamente y se vuelve extremadamente densa y salada. Esto provoca que el agua se hunda, atrayendo agua caliente detrás de ella y creando un amplio patrón de circulación. Sin embargo, el derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia podría diluir estas aguas y hacerlas menos densas, desacelerando la rotación del circuito subtropical y debilitando la Corriente del Golfo.

  • El colapso de la Corriente del Golfo tendría múltiples efectos devastadores en la Tierra, incluyendo un dramático enfriamiento de Europa y un incremento del nivel del mar que afectaría severamente a América del Norte. Maslin advirtió: “Paradójicamente, el calentamiento del clima podría enfriar gran parte de Europa al alterar la AMOC”.
  • El costo del aumento del nivel del mar también tendría un impacto negativo en el producto interno bruto (PIB) de varios países, afectando especialmente a aquellos en la costa este de Estados Unidos, como se muestra en un mapa interactivo. En caso de un debilitamiento considerable de la CMA, se producirían alteraciones en los patrones climáticos normales y sería más frecuente ver fenómenos climáticos extremos, incluyendo inundaciones, olas de calor y sequías.

Los investigadores no pueden predecir con exactitud el impacto que tendrá el cambio climático, pero los modelos actuales indican un debilitamiento de la Corriente del Golfo, que ya está afectando la agricultura y los patrones climáticos en Europa. Al igual que en la película El día después de mañana, esto también podría provocar un aumento del nivel del mar en América del Norte. Thornally concluye: “Los cambios en la AMOC también provocarán cambios en el nivel del mar alrededor del Atlántico Norte, con aumentos significativos a lo largo de la costa este de América del Norte”.

@archivoxt La corriente del golfo, la corriente que mantiene templada a Europa, lleva debilitándose 300 años, mucho antes del cambio climático industrial. Un estudio de las universidades de Southampton y Durham advierte que está cerca de un punto de no retorno. Si colapsa, Europa podría enfrentar inviernos de hasta 15 °C más fríos y el clima global entraría en caos. El océano guarda el registro… y la advertencia. Corriente del golfo se apaga Corriente oceánica debilitándose 300 años Consecuencias del colapso del AMOC Europa podría enfriarse 15 grados Estudio revela punto de no retorno climático #MisteriosDelClima #CambioClimático #ArchivoXtraño #CienciaYCaos #FenómenosGlobales ♬ original sound – ArchivoXtraño


La corriente marina que caldea Europa permanece estable hace milenios

La corriente océanica que mantiene un clima benigno en Europa ha experimentado fluctuaciones naturales en los pasados milenios, pero se mantuvo estable durante largos periodos.

  • Análisis geoquímicos de sedimentos marinos han permitido reconstruir cuantitativamente la Circulación Meridional Atlántica de Retorno (AMOC) a lo largo de los últimos 12.000 años.
  • Un equipo internacional de investigación, liderado por científicos de la Universidad de Heidelberg y la Universidad de Berna (Suiza), es el primero en calcular los patrones de circulación a gran escala del Holoceno.

La AMOC forma parte de un sistema global de aguas oceánicas profundas que redistribuye el calor y el agua dulce del hemisferio sur al hemisferio norte, lo que impacta significativamente el tiempo, los océanos y el clima. Esto la convierte en uno de los componentes clave del sistema climático de la Tierra. Incluye la Corriente del Golfo, un factor clave del clima europeo.

Como parte de la «cinta transportadora» oceánica, transporta grandes cantidades de calor desde las regiones tropicales a latitudes más altas, desempeñando un papel crucial en el equilibrio de temperaturas entre los hemisferios norte y sur.

Según Lukas Gerber, investigador de doctorado del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Heidelberg, los cambios en la intensidad de esta circulación pueden tener un impacto trascendental en los patrones climáticos, los ecosistemas marinos y las tendencias climáticas globales a largo plazo. Si bien la variabilidad de la AMOC durante la última Edad de Hielo está bien documentada, su comportamiento durante el Holoceno -el período comparativamente suave de la historia de la Tierra que comenzó hace unos 12.000 años y continúa hasta nuestros días- está atrayendo cada vez más interés entre los investigadores.

  • La reconstrucción de la circulación atlántica se basó en mediciones geoquímicas de los elementos radiactivos torio y protactinio, extraídas de sedimentos del lecho del Atlántico Norte. La proporción de estos radioisótopos raros registra la intensidad de la circulación durante los últimos 12.000 años y proporciona información sobre las condiciones ambientales que han prevalecido desde el final de la última Edad de Hielo.
  • Utilizando los datos recopilados, los científicos ejecutaron un modelo numérico del sistema terrestre para simular la AMOC en diversos escenarios climáticos. Esto les permitió calcular los patrones de circulación en aguas profundas del Atlántico Norte para la época geológica actual, el Holoceno. Su estudio se publica en la revista Nature Communications.

La reconstrucción del equipo muestra que, tras un período de recuperación hacia el final de la última Edad de Hielo, la AMOC experimentó otro debilitamiento marcado entre 9.200 y 8.000 años antes del presente. «Esta fase coincide con los pulsos de agua de deshielo en el Atlántico Norte, durante los cuales se liberaron grandes volúmenes de agua de deshielo en un corto período de tiempo, probablemente debido al colapso de la capa de hielo de Norteamérica», explica Gerber.

Lleva 6.500 años con su intensidad actual

Hace unos 6.500 años, la AMOC comenzó a estabilizarse y finalmente alcanzó su intensidad actual, según los investigadores. Esto equivale aproximadamente a 18 Sverdrups, de los cuales un Sverdrup corresponde a un caudal volumétrico de mil millones de litros por segundo.

«Nuestros hallazgos demuestran que la AMOC se mantuvo estable durante gran parte del Holoceno», enfatiza en un comunicado Jörg Lippold, líder del proyecto y que estudia la dinámica oceánica con su equipo en el Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Heidelberg.

Sin embargo, las proyecciones para el futuro indican claramente que el cambio climático provocado por la actividad humana podría debilitar la circulación atlántica a niveles nunca antes vistos en el actual período cálido del Holoceno. El Dr. Lippold señala los modelos climáticos actuales que pronostican una desaceleración de entre 5 y 8 Sverdrups, dependiendo de la magnitud real del calentamiento global para el año 2100.

En su opinión, dicho cambio podría tener consecuencias graves y sin precedentes para la estabilidad de las temperaturas y los patrones globales de precipitación.

El deshielo amenaza la Corriente Circumpolar Antártica

El progresivo deshielo de las capas de hielo está desacelerando la Corriente Circumpolar Antártica (ACC), la corriente oceánica más potente del planeta, y podría reducir su velocidad en aproximadamente un 20 % para el año 2050 en un escenario de altas emisiones de carbono.

  • Según un estudio publicado en Environmental Research Letters, la inyección masiva de agua dulce en el océano Austral está alterando propiedades clave del agua marina, como su densidad y salinidad, lo que impacta en los patrones de circulación oceánica. La investigación ha sido realizada por un equipo de expertos de la Universidad de Melbourne, encabezado por el profesor asociado de mecánica de fluidos Bishakhdatta Gayen y el científico climático Taimoor Sohail, junto con el oceanógrafo Andreas Klocker del Centro de Investigación NORCE en Noruega.
  • Para evaluar el impacto del calentamiento global en la ACC, los científicos emplearon simulaciones de alta resolución sobre la interacción entre el océano y el hielo marino, analizando la dinámica de las corrientes oceánicas, la transferencia de calor y la influencia del viento.

El profesor Gayen subrayó la delicada estabilidad del sistema oceánico y advirtió sobre las consecuencias de una posible interrupción de este «motor» natural. «Si la Corriente Circumpolar Antártica se debilita, podríamos experimentar una mayor variabilidad climática con fenómenos extremos más pronunciados en diversas regiones. Además, la desaceleración del transporte oceánico reduciría la capacidad del océano para absorber carbono, lo que aceleraría el calentamiento global», explicó.

  • La ACC cumple un papel fundamental en la regulación del ecosistema marino antártico. Al actuar como una barrera natural, impide la llegada de especies invasoras, como algas marinas flotantes o animales como camarones y moluscos, desde otras regiones del planeta. Su debilitamiento aumentaría el riesgo de que estas especies lleguen a la Antártida, con un impacto potencialmente devastador en la cadena alimentaria, lo que podría alterar, por ejemplo, la dieta de los pingüinos antárticos.
  • La ACC es una pieza clave en la llamada «cinta transportadora oceánica», el sistema de circulación global que conecta los océanos Atlántico, Pacífico e Índico y desempeña un papel central en el intercambio de calor, dióxido de carbono y nutrientes entre las diferentes cuencas oceánicas. Su flujo es más de cuatro veces más fuerte que el de la Corriente del Golfo, lo que la convierte en un componente esencial del equilibrio climático global.

Los científicos llevaron a cabo el estudio utilizando el superordenador GADI, el simulador climático más avanzado de Australia, ubicado en Access National Research Infrastructure en Canberra. El modelo empleado, ACCESS-OM2-01, ha sido desarrollado durante años por un consorcio de investigadores de varias universidades australianas.

  • Las proyecciones de este análisis se basan en estudios previos realizados por un equipo de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW), los cuales indican que, además de la ralentización de la ACC, el transporte de agua desde la superficie oceánica hasta las profundidades también podría disminuir en el futuro.

El doctor Sohail advirtió que esta desaceleración se mantendría incluso en un escenario de bajas emisiones, siempre que el derretimiento del hielo continúe en la dirección proyectada por otros estudios. «El Acuerdo de París de 2015 tenía como objetivo limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales. Muchos científicos coinciden en que ya hemos alcanzado ese umbral y que la temperatura seguirá en ascenso, con efectos indirectos sobre el deshielo de la Antártida», afirmó Sohail./Agencias-PUNTOporPUNTO

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