- La reciente detención de dos exmilitares colombianos en Michoacán, en una operación contra el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), revela una práctica que se ha sostenido por años: el reclutamiento de extranjeros por parte del crimen organizado.
De acuerdo con una investigación de EL UNIVERSAL, esta estrategia se ha intensificado durante los últimos seis años.
- Los cárteles mexicanos, como el CJNG y el de Sinaloa, contratan a exmilitares de distintas nacionalidades debido a su experiencia táctica, dominio del uso de armamento especializado y conocimientos en entrenamiento militar.
Entre los perfiles más requeridos se encuentran:
- Colombianos
- Guatemaltecos
- Ucranianos
- Israelíes
- Holandeses
- Rusos
El objetivo es aumentar su capacidad de combate y mantenerse competitivos frente a otros grupos criminales y fuerzas de seguridad del Estado.
¿Qué buscan específicamente los cárteles?
Según especialistas consultados, los grupos delictivos se interesan en perfiles militares con experiencia en:
- Uso y manejo de armas de alto poder
- Fabricación de explosivos caseros y minas
- Adiestramiento en operaciones tácticas y de sobrevivencia
- Técnicas de combate adaptadas a drones armados
Armando Rodríguez Luna, investigador de Casede, explicó que “los cárteles mexicanos ahora pueden acceder con mayor facilidad a armamento y explosivos que antes eran limitados al uso de las Fuerzas Armadas”.
- Esto se relaciona directamente con el aumento de la demanda en el mercado ilegal.
Por su parte, Luis Leal, experto de la Universidad de Copenhague, señaló: El crimen organizado codicia estos elementos e invierte una gran cantidad de dinero para tener a algunos de estos elementos entre sus filas”.
¿Desde cuándo ocurre este tipo de reclutamiento?
Aunque los casos recientes se han dado a conocer por medio de operativos en Michoacán, el uso de exmilitares extranjeros por parte de los cárteles no es nuevo.
- Desde al menos 2005, hay registros de cómo Los Zetas, entonces brazo armado del Cártel del Golfo, pagaban hasta 5 mil dólares a miembros de los Kaibiles, una unidad de élite del Ejército guatemalteco, por entrenar a sus sicarios.
- Un ejemplo documentado fue la detención de cuatro Kaibiles en Chiapas en diciembre de 2005. También se ha vinculado su entrenamiento con hechos violentos como la masacre de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, en 2010.
¿Cómo cambia la violencia con este tipo de entrenamiento?
Armando Rodríguez explicó que “a partir de 2008 se escaló el uso de mercenarios y de personas altamente capacitadas para ejercer la violencia”. Agregó que “la violencia es el mecanismo que utilizan los cárteles para basar sus relaciones en el mercado ilegal”.
Luis Leal ejemplificó la letalidad de estos perfiles con el caso reciente de la explosión de una mina en Michoacán, que dejó ocho militares muertos. Dijo que estos ataques demuestran que los grupos criminales no solo compiten entre sí, sino también con las fuerzas de seguridad.
¿Qué perfil buscan el CJNG y el Cártel de Sinaloa?
Ambos grupos han desarrollado estrategias distintas, aunque coinciden en contratar personal extranjero especializado:
- CJNG: Prefiere a exmilitares colombianos y guatemaltecos con experiencia en explosivos, drones y armas de alto poder.
- Cártel de Sinaloa: Busca adiestramiento enfocado en precisión e inteligencia. Ha reclutado a personas como Marco Ebben, “El Holandés”, y Jorge Humberto Figueroa, “El Perris”, ligados a facciones como Los Mayos y Los Chapitos.
De acuerdo con Rodríguez, estos sicarios presentan características físicas que les permiten operar armas como las Barret de forma manual, algo que no todos los integrantes nacionales pueden hacer por cuestiones de tamaño y fuerza.
¿Dónde operan estos extranjeros?
En febrero, el padre Gregorio López afirmó que en Buenavista, Michoacán, operan al menos 300 agentes extranjeros que comandan actividades delictivas. Aunque la cifra no ha sido confirmada oficialmente, coincide con los patrones de reclutamiento detectados por diversas investigaciones.
La presencia de exmilitares extranjeros en el crimen organizado mexicano es un fenómeno creciente. Refleja un cambio en la manera de operar de los cárteles, que ahora priorizan la profesionalización de su violencia para mantenerse en control de territorios y competir tanto con otros grupos como con el Estado.
Colombianos están entrenando en tácticas de guerra a carteles mexicanos
Exmilitares colombianos estarían siendo contratados por grupos criminales de México, como Los Viagras y el Cartel Jalisco Nueva Generación (Cjng), según reveló una investigación de El País, de España.
- Según el citado medio, los involucrados estarían entrenando a los sicarios mexicanos en temas como el manejo de drones, uso de explosivos y la instalación de minas antipersonas.
- Habitantes de La Ruana, en Michoacán, aseguran que los exmilitares colombianos patrullan en la noche y que familias se han visto afectadas por las minas antipersonas. Los testigos afirmaron que la mayoría “son sanguinarios”.
La investigación publicada por el País de España indicó que el reclutamiento se llevaría a cabo a través de servicios de mensajería, como WhatsApp.
- Según el citado medio de comunicación, plataformas de mensajería promocionan empleos bien remunerados, pasajes aéreos cubiertos y condiciones favorables para quienes se suman a actividades de cárteles.
- Además, precisaron en su investigación que algunas agencias de viaje en Colombia ayudan a los interesados con indicaciones sobre indumentaria y respuestas para las revisiones migratorias.
La mayoría de quienes aceptan la oferta llega a México como turistas, ya que no necesitan visa para ingresar.
Se calcula que entre 2.000 y 3.000 han sido reclutados por distintos grupos criminales para funciones de mercenarios por colombianos.
- En una inspección reciente en un sembradío de Uruapan, Michoacán, las fuerzas de seguridad hallaron armamento pesado, uniformes del Cjng y vestigios de un campamento.
- Material audiovisual almacenado en el teléfono de un implicado revela prácticas de adiestramiento de nuevos integrantes, algunas dirigidas por ciudadanos colombianos, señala El País de España.
- El gobierno de Claudia Sheinbaum puso en marcha un nuevo esquema de vigilancia. A partir de octubre, se ha denegado la entrada a más de 1.700 colombianos en terminales aéreas mexicanas. La colaboración de las autoridades colombianas ha sido limitada.
En una publicación en X, el presidente Gustavo Petro aseguró que el “mercenarismo debe ser castigado” en la legislación colombiana.
- El jefe de Estado afirmó que este tipo de prácticas son un robo de recursos públicos, porque según él, “terminan en manos de los narcotraficantes”.
“El mercenarismo debe ser castigado en nuestra legislación nacional. Es un robo de recursos públicos que se invierten para la defensa nacional. Y terminan en manos de los narcotraficantes más bárbaros del mundo y en guerras en que no estamos”, afirmó Petro.
El 17 de julio de 2025, el presidente Gustavo Petro emitió declaraciones contundentes tras la advertencia del embajador ruso en Colombia, Nikolái Tavdumadze, sobre la creciente presencia de colombianos como mercenarios en el conflicto ucraniano.
- Gustavo Petro indicó que el fenómeno constituye un despojo para la nación, ya que el dinero público destinado al entrenamiento militar pasa a fortalecer intereses ajenos a la soberanía del país.
- El mandatario resaltó los riesgos asociados, señalando que detrás de la muerte de jóvenes se benefician empresas de seguridad que, en algunos casos, también prestan servicios a figuras vinculadas al crimen organizado.
Gustavo Petro criticó la participación de nacionales en guerras extranjeras, especialmente en Ucrania, donde la cantidad de colombianos involucrados se ha incrementado.
- Tavdumadze, representante diplomático de Moscú en Colombia, denunció que Ucrania estaría captando mercenarios colombianos incluso mediante su embajada.
- El diplomático consideró que esta práctica contraviene la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
La postura oficial rusa ha tomado un tono más severo:
- Recientemente, un colombiano fue condenado a 28 años de prisión por combatir con el ejército ucraniano y otros dos enfrentan investigaciones penales, acusados de actuar como mercenarios.
- En respuesta, la diplomacia ucraniana rechazó todo señalamiento de reclutamiento oficial y aseguró que la participación en la Legión Internacional de Defensa Territorial responde a decisiones personales motivadas por la solidaridad con una nación.
El Gobierno colombiano, representado en Moscú por Héctor Isidro Arenas Neira, admitió la ausencia de datos concretos respecto al número de colombianos implicados. Esta falta de cifras oficiales contrasta con las afirmaciones de autoridades rusas sobre la magnitud del fenómeno.
Modalidades de reclutamiento y coacción
Según testimonios recogidos por Los Angeles Times, ex combatientes colombianos han sido atraídos con promesas de empleos bien remunerados en el extranjero (por ejemplo, sueldos de alrededor de 3,000 dólares mensuales frente a ingresos mucho menores en Colombia), reclutamiento que se difunde a través de redes informales e incluso plataformas digitales.
Al arribar a México, muchos describen la confiscación de sus teléfonos y documentos, el traslado a campamentos aislados y la coacción -a menudo con amenazas contra sus familias- para obligarlos a fabricar explosivos, entrenar sicarios o participar directamente en combates. Estas dinámicas revelan fallas en los mecanismos de detección en puntos de entrada y subrayan la necesidad de reforzar controles migratorios con enfoque de riesgo.
Escalada paramilitar: uso de explosivos y tácticas de guerrilla
- La aparición de “narco-minas” en Michoacán ha cobrado vidas de miembros del Ejército y de la Guardia Nacional. Un ataque reciente con minas antipersona causó la muerte de ocho efectivos mexicanos, y en ese operativo se detuvo a doce ciudadanos colombianos, de los cuales nueve habrían sido exmilitares.
- Además, fuentes indican que la fabricación de estos artefactos requiere conocimientos técnicos específicos, asociados a la experiencia en conflictos armados, lo que sugiere la participación de veteranos extranjeros en su diseño y ejecución.
- Asimismo, la adopción de drones para reconocimiento y colocación de cargas explosivas incrementa la complejidad de la amenaza, obligando a las fuerzas nacionales a desarrollar capacidades de contrainteligencia electrónica y unidades especializadas en desactivación de explosivos.
Colombianos crean empresas de reclutamiento para cárteles
Es un excoronel de 65 años, pensionado desde hace siete, cuando debió tomar el retiro forzoso; hoy encabeza una de las organizaciones que vela por los derechos sociales y jurídicos de militares retirados, entre las que existen decenas en las grandes y medianas ciudades de Colombia.
- Como miembro de esa asociación, el excoronel del ejército —cuyo nombre prefiere no hacer público— ha atestiguado el proceso donde muchos hombres con experiencia militar, que son pensionados o que fueron retirados por problemas de conducta, terminan participando en guerras en otros países o al servicio de organizaciones criminales como el Cártel Jalisco Nueva Generación.
- A raíz del caso de los nueve exsoldados colombianos y otros tres hombres con formación militar que fueron detenidos hace unas semanas en Michoacán, hecho que llevó al secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, a hablar de un “patrón de reclutamiento”.
- El exmilitar comienza por recalcar que ni el Estado ni la institución apoyan el mercenarismo: “El Estado colombiano y las fuerzas militares no promueven ni contratan ni defienden el mercenarismo de los exsoldados; esa no es una política nuestra, no tenemos esa cultura”.
Recuerda que en la actualidad la única misión de las Fuerzas Armadas colombianas en el exterior es en el Sinaí, Egipto, donde desde 1982 un grupo de soldados participa en la Fuerza Multinacional de Paz y Observadores.
- No obstante, la formación de los soldados en medio del conflicto armado que ha vivido Colombia los ha convertido en profesionales de la guerra con entrenamiento en varios países y especializados en inteligencia, tácticas de campo y manejo de armas. Por ello es que se han vuelto muy cotizados para las empresas de seguridad privada.
- Exmilitares colombianos han participado o participan en guerras o conflictos internos en Irak, la ex-Yugoslavia, Libia, Afganistán, Yemen, Ucrania, Rusia y Sudán; en este último país, como lo informó el gobierno de Gustavo Petro, 300 exsoldados colombianos participaron desde 2023 en el conflicto que enfrenta a las Fuerzas Armadas de Sudán con el grupo paramilitar llamado Fuerzas de Apoyo Rápido.
En noviembre pasado, las Fuerzas Armadas de esa nación reportaron haber dado muerte a “22 mercenarios de nacionalidad colombiana”.
El gobierno anunció entonces las gestiones para la repatriación de los cuerpos y de los exsoldados, y el presidente publicó en su cuenta de X:
- “El mercenarismo debe prohibirse en Colombia. Los militares deben tener un mejor nivel de vida en Colombia, pero los dueños de la sangre joven derramada por dinero en pueblos extranjeros deben ser castigados penalmente”.
- Otro caso muy doloroso fue el de la participación de 17 colombianos, en su mayoría exmilitares, en el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, en julio de 2021; en esta historia, los exsoldados han referido el reclutamiento por parte de una empresa de seguridad privada desde Miami.
- Para el excoronel, aunque la situación de los exmilitares que van a un conflicto internacional en otro país es diferente de la de viven quienes se van con una organización criminal o en una misión como la de Haití, sí se advierten rasgos comunes.
“Los exsoldados van con mucha ilusión, con la idea de hacer plata y devolverse en un año para montar un negocio o hacerse de una casita, pero allá la realidad es otra. No tienen seguro de vida, no se comunican con la familia; a los que se fueron a Ucrania los pusieron de carne de cañón. Muchas veces quedan lisiados, no les reconocen nada, se ven afectados sicológicamente y desmoralizados”.
- Una característica común en todos los casos es la forma como son reclutados. El excoronel relata: “Los reclutadores son quienes más ganan en este negocio; por ejemplo, si a un soldado le ofrecen 2 mil o 3 mil dólares, a ellos les dan hasta 5 mil”.
- Lo paradójico es que los reclutadores, reconoce, en la mayoría de los casos, son exmilitares.
- A menudo, son ellos los que dirigen o forman parte de las empresas de seguridad que los reclutan, son empresas que se promocionan en redes sociales con una oferta de cursos de entrenamiento, asesoría y servicios de escolta.
“El reclutador suelta los mensajes en redes sociales o por voz a voz: ‘Yo tengo una empresa de seguridad y necesito 200 tipos pa’ llevarme a Ucrania’. Cuando leen eso, muchos quedan motivados. El reclutador es la persona que tiene los contactos en Ucrania o en México, y le pagan para que comience a reunir la gente.
- A los exmilitares los agarran de bobos útiles, los invitan a comer, les dan un millón [250 dólares] para que le compren cosas a la esposa, y les prometen que allá les van a dar 3 mil dólares y un trabajo como asesores o jefes de un departamento de seguridad.
- Pero la realidad es otra. No les cumplen y, por razones obvias, una vez que entran no se pueden salir de esos cárteles, no los dejan. Ni siquiera muertos salen, los desaparecen. Queda una incógnita y la familia y el gobierno son los perjudicados”.
Según el excoronel entrevistado, los reclutados no suelen ser altos mandos
- “Casi siempre son exsargentos, exsubtenientes o extenientes; suboficiales con pensiones de 2 millones de pesos [500 dólares] a los que les ofrecen 12 millones de pesos [3 mil dólares].
- O también se da el caso exmilitares que salieron de las Fuerzas Armadas por mala conducta y que se van porque al fin y al cabo no tienen nada que perder”. /Agencias-PUNTOporPUNTO