China se acerca a un cambio fundamental en su estrategia energética, y se prevé que el consumo de petróleo alcance su punto máximo en 2027 y luego disminuya, según las proyecciones del gobierno.
- En respuesta a las preocupaciones de que las alianzas lideradas por EE. UU. podrían interrumpir sus importaciones de petróleo, Beijing ha invertido mucho en impulsar la producción nacional de crudo y acelerar su transición a vehículos eléctricos (VE), respaldada por más de 14 millones de estaciones de carga de VE en todo el país.
- La rápida industrialización de China en las últimas décadas la convirtió en el mayor importador de petróleo del mundo, impulsando el crecimiento económico pero dejándola vulnerable a la presión externa. En medio de las crecientes tensiones geopolíticas con los EE. UU., la seguridad energética se ha convertido en un objetivo político central.
Desde mediados de la década de 2010, Beijing ha priorizado la producción nacional de petróleo, al tiempo que promueve simultáneamente la adopción de vehículos eléctricos y la infraestructura para reducir la dependencia del petróleo.
La estrategia se alinea con los compromisos climáticos de China de alcanzar el pico de emisiones antes de 2030 y lograr la neutralidad de carbono para 2060.
- Por qué es importante para el planeta: Reducir la demanda de petróleo en el mayor consumidor del mundo representa un paso fundamental hacia la descarbonización del transporte, que representa aproximadamente una cuarta parte de las emisiones globales de CO₂
- La escala de China y el despliegue agresivo de vehículos eléctricos podrían acelerar las reducciones de costos de los vehículos eléctricos a nivel mundial y la expansión de la infraestructura. Sin embargo, aún quedan dudas sobre el impacto ambiental de la producción de baterías y la continua dependencia del carbón en la red eléctrica.
Los responsables políticos chinos probablemente mantendrán los incentivos para la exploración petrolera nacional mientras aumentan aún más la producción y las exportaciones de vehículos eléctricos, con el objetivo de consolidar el dominio de China en la movilidad limpia
Los analistas esperan que el gobierno revele nuevas medidas para 2026 para garantizar que el consumo alcance su punto máximo en 2027
- La eficacia con la que China equilibre la seguridad energética con la descarbonización (mientras navega por el comercio exterior y las presiones políticas) dará forma a las trayectorias energéticas y climáticas globales en la próxima década.
- “Reducir la dependencia del petróleo se ha convertido en una cuestión tanto de seguridad nacional como del cambio climático, y China está decidida a liderar en ambos frentes”. — Funcionario energético chino anónimo, citado en un informe del WSJ.
China tiene un plan para liberarse del petróleo y dominar la energía del futuro
- Desde 2009, China se ha consolidado como el mayor consumidor de energía del planeta. Actualmente, demanda una cuarta parte del suministro global, superando en un 35% el consumo anual de Estados Unidos.
Esta creciente necesidad ha generado serios problemas de dependencia energética, por lo que el país asiático explora múltiples alternativas para asegurar su abastecimiento, especialmente en un contexto marcado por el auge de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial.
La mayor parte del suministro energético chino proviene aún de fuentes fósiles. En 2019, alrededor del 67.3% del petróleo crudo que utilizó el país fue importado.
- China compra electricidad, principalmente de Rusia, Myanmar, Corea del Norte y Laos. Ante este panorama, el gobierno ha intensificado sus políticas energéticas para disminuir la dependencia del exterior y acelerar la transición hacia fuentes limpias y sostenibles.
- En el país, este año, entró en vigor la nueva Ley de la Energía, que prioriza el desarrollo de energías renovables e hidrógeno con el objetivo de reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mejorar la seguridad energética.
La legislación obliga a las autoridades a establecer metas mínimas de consumo de energías verdes.
- Paralelamente, se impulsó una reforma profunda del mercado eléctrico: A partir de junio de 2025, toda la energía solar y eólica deberá comercializarse mediante subastas o precios de mercado, eliminando las antiguas tarifas reguladas.
- Estas medidas, sumadas a incentivos financieros y la eliminación progresiva de subsidios del pasado, buscan fomentar la inversión nacional en energías limpias y optimizar el sistema energético.
Aunque las fuentes renovables cubren más del 80% del aumento en la demanda energética, los combustibles fósiles aún representan el 62% del total de la electricidad generada en el país, según datos de Ember, una organización internacional especializada en energía.
Ante este desafío, China ha anunciado diversos proyectos para lograr su independencia energética.
Torio: la nueva esperanza energética
Una de las principales apuestas del gobierno de Xi Jinping es el torio, un elemento que podría garantizar el suministro energético del país durante miles de años. Según un estudio desclasificado citado por el South China Morning Post, China contaría con reservas suficientes para abastecerse durante 60,000 años. Este recurso se encuentra en los residuos mineros del país, que permanecen prácticamente intactos.
El principal reto es su adecuada extracción. Si se logra superar esta barrera tecnológica, el torio podría reemplazar a los combustibles fósiles no solo en China, sino a nivel mundial. El informe señala la existencia de 233 zonas ricas en torio, siendo el distrito minero de Bayan Obo, en Mongolia Interior, un ejemplo destacado.
Allí, cinco años de residuos mineros bastarían para obtener un millón de toneladas de torio, lo cual sería suficiente para abastecer las necesidades energéticas de los hogares estadounidenses durante un milenio.
- Liderazgo solar imbatible: China ha consolidado su supremacía en la energía solar con la instalación de 329 gigavatios (GW) de nueva capacidad en 2024, lo que representa el 55% del total mundial desplegado ese año. Esta cifra supera a la de los nueve países siguientes combinados, según un informe de Solar Europe.
En total, se alcanzaron 597 GW nuevos de capacidad fotovoltaica a nivel global, lo que significó un incremento del 33% respecto a 2023. El 70% de esta expansión se concentró en la región Asia-Pacífico, que experimentó un crecimiento anual del 37%.
Entre las razones de este avance se encuentran los avances tecnológicos que han convertido a la energía solar en la opción de generación eléctrica más asequible en muchas partes del mundo, así como la baja histórica en los precios de los componentes solares, impulsada por el exceso de capacidad productiva.
- Dominio en energía eólica: El gigante asiático también lidera en el sector eólico. En 2024, los tres mayores fabricantes de turbinas fueron chinos: Goldwind encabezó la lista con 20,000 megavatios instalados, seguido por Envision y MingYang.
De hecho, seis de las diez compañías más importantes del mundo en esta industria son de origen chino, desplazando a empresas europeas como Vestas y Siemens Gamesa del podio.
Según la consultora Wood Mackenzie, este dominio se debe al vigoroso mercado interno, que en 2024 sumó más capacidad eólica que el resto del mundo combinado. Además, se espera que el mercado doméstico siga creciendo, sin señales de desaceleración en el corto plazo.
- Expansión nuclear estratégica: China continúa fortaleciendo su apuesta por la energía nuclear. En abril de 2025, el Consejo de Estado aprobó la construcción de diez nuevos reactores, manteniendo el ritmo anual iniciado en 2022.
La inversión total será de 200,000 millones de yuanes (alrededor de 27,500 millones de dólares), una cifra considerablemente superior a los 146,900 millones destinados el año anterior.
Los nuevos reactores ampliarán la capacidad de cinco plantas existentes: Fangchenggang (Guangxi), Sanmen (Fujian), Haiyang (Shandong), Xiapu (Chongqing) y Taishan (Guangdong). Esta expansión busca diversificar las fuentes de generación eléctrica y garantizar el suministro estable en todo el país.
El “sol artificial” chino
El reactor Experimental Advanced Superconducting Tokamak (EAST), conocido como el «sol artificial», ha establecido un nuevo récord de operación continua: 17 minutos y 46 segundos. Su marca anterior era de poco menos de siete minutos.
Inspirado en el proceso de fusión nuclear que ocurre en las estrellas, este reactor busca replicar la unión de núcleos atómicos (principalmente de hidrógeno) para formar helio, liberando grandes cantidades de energía sin residuos radiactivos a largo plazo.
- Desde 2017, el Instituto de Física de Plasma de la Academia de Ciencias de China (ASIPP), ubicado en Hefei, ha logrado ampliar progresivamente el tiempo de funcionamiento del reactor.
- Aunque la tecnología de fusión lleva más de 70 años en desarrollo global, apenas se han comenzado a superar las marcas de mil segundos de operación. Según Song Yuntao, director del ASIPP, lograr un funcionamiento estable y prolongado es crucial para hacer viable esta fuente de energía en el futuro.
Batería nuclear de larga duración
Una batería nuclear capaz de generar electricidad durante siglos podría dejar de ser ciencia ficción. Un equipo de investigadores chinos, liderado por el profesor Wang Shuao, de la Universidad Soochow, y en colaboración con el Instituto de Tecnología Nuclear del Noroeste y la Universidad de Xiangtan, ha desarrollado una célula fotovoltaica basada en radiación alfa.
- El diseño, publicado en la revista Nature, incorpora una capa incrustada que actúa como panel solar, aprovechando de forma eficiente la radiación emitida por isótopos nucleares. Esta innovación soluciona el problema de la autoabsorción, un obstáculo técnico que había limitado el uso de radioisótopos en baterías micro nucleares.
Si se confirman estos resultados, las aplicaciones serían vastas: desde naves espaciales hasta sensores remotos, dispositivos médicos y sistemas energéticos autónomos. La durabilidad teórica de estas baterías podría superar los 100 años.
Pekín instaló 198 gigavatios de capacidad solar
Durante años el impulso global hacia las energías limpias fue guiado por acuerdos políticos, cumbres climáticas y compromisos multilaterales. Hoy el motor ha cambiado de combustible: el verdadero impulsor de la transición energética ya no es la política, sino el mercado.
- Y ningún país ejemplifica mejor este viraje que China.“El motor de la transición energética ya no es la política, sino el mercado.
Las familias con bajos ingresos ahora pueden permitirse un coche eléctrico, mientras que el coste de un campo de paneles solares o turbinas eólicas es menor que el de las centrales eléctricas de carbón o gas natural”, afirma Jiang Kejun, profesor de política climática, citado por Le Monde ayer.
- En sólo cinco meses, entre enero y mayo de este año, China instaló 198 gigavatios (GW) de capacidad solar, casi tanto como todo lo acumulado por Estados Unidos (239 GW).
Ha superado los mil GW en total, frente a los 338 GW de la Unión Europea. Señala el reportaje de los periodistas Jordan Pouille y Harold Thibault, de Le Monde, China no sólo lidera por volumen, sino por estructura: ha construido “el sistema de energía renovable más extenso (…) y la cadena industrial de nuevas energías más completa”, según palabras del propio Xi Jinping.
- Lo que comenzó como una respuesta política a la grave crisis de contaminación urbana se ha transformado en un nuevo modelo de crecimiento.
Así, la llamada industria verde –energía solar, baterías, vehículos eléctricos y almacenamiento– creció en 2024 tres veces más rápido que el resto de la economía china, generando más de 1.75 billones de dólares de producto interno bruto –superior al total de la economía mexicana–, según Le Monde.
“La transición verde es hoy un eje estratégico para reconstruir el modelo económico chino post-Covid”, publicó The Economist el 25 de mayo de este año en su artículo “China se reinventa a través de la energía limpia”.
- El éxito de empresas como CATL y BYD –que controlan más de 50 % del mercado mundial de baterías– ha convertido a China en potencia exportadora de tecnología energética.
- Lo notable no es solo el volumen de producción, sino la presión competitiva. Los fabricantes privados de paneles, baterías y automóviles eléctricos compiten a diario. Muchos sucumben.
- De esa manera, “lo que empezó como una política ambiental se ha convertido en una competencia darwiniana donde sólo sobreviven los más eficientes”, señaló Bloomberg Green el 14 de mayo en el reportaje
“El mercado chino devora a sus propios campeones verdes”. La consecuencia, para el mundo, es positiva:
- Una caída dramática en los precios de tecnologías limpias: “sin China, la transición energética global sería más cara, más lenta y mucho menos equitativa”, opinó The New York Times en su editorial del 2 de junio, titulado “La energía verde que viene de Oriente”.
- En medio de esta expansión solar y eólica, hay otro elemento central para satisfacer la creciente demanda eléctrica: la energía nuclear. Ahí tampoco hay sorpresas: China construye actualmente cerca de 30 de los 60 reactores nucleares en desarrollo en todo el mundo.
Ha convertido a la energía atómica en una prioridad estratégica, no sólo como fuente limpia de base, sino como pilar de seguridad energética.
- “La energía nuclear será indispensable para lograr la neutralidad de carbono en 2060”, dijo el viceadministrador de la Agencia Nacional de Energía de China en una conferencia en Pekín, citado por Reuters la semana pasada.
- Le Monde confirma este enfoque, señalando que China “construye la mitad de los aproximadamente sesenta reactores nucleares que se levantan hoy en todo el planeta”. También lo respalda la Agencia Internacional de Energía.
- En su informe del 28 de junio de 2025, “Camino a la neutralidad: el papel de la energía nuclear”, advirtió que sin una expansión significativa de la capacidad nuclear será imposible cubrir la creciente demanda global sin seguir quemando combustibles fósiles.
Pero el liderazgo chino en energías limpias (la nuclear es energía limpia) convive con una paradoja. China sigue siendo el mayor emisor de gases de efecto invernadero del planeta: 12 mil millones de toneladas de CO₂ en 2024, 30 por ciento del total mundial.
Aunque la proporción del carbón como fuente energética bajó de 70 por ciento en 2010 a 58 por ciento en 2024, el país aún quema más carbón que el resto del mundo combinado, según el Centro para la Investigación de la Energía y el Aire Limpio (CREA), de acuerdo con el reportaje de Le Monde.
- Aun así, hay señales de cambio. El 80 por ciento del aumento en la demanda eléctrica de China en 2024 ya fue cubierto con energías limpias. El dominio chino tiene implicaciones globales.
- Estados Unidos ha respondido con proteccionismo: aranceles descomunales a los coches eléctricos chinos y el desmantelamiento de políticas climáticas bajo la presión del expresidente Trump.
- Un reportaje publicado el jueves, “Pekín no roba la revolución verde: la vende”, en Foreign Policy, se subraya que China no busca imponer su modelo, sino exportar productos y tecnologías baratas que otros necesitan.
Así es que, en efecto, el mundo está cambiando. Pero no por tratados ni promesas, sino por una lógica implacable de mercado: quien domine la producción, dominará el futuro energético. China lo entendió y se puso manos a la obra. Ahora le toca al resto decidir cómo responder.
Analistas prevén disminución de los inventarios de petróleo crudo en EE. UU.
Los inventarios de petróleo crudo de Estados Unidos probablemente cayeron por segunda semana consecutiva, mientras que se prevé que las existencias de productos disminuyan con una desaceleración en el uso de la capacidad de refinación, según una encuesta de The Wall Street Journal.
- Se espera que las reservas comerciales de crudo hayan disminuido en 800.000 barriles, hasta los 421,4 millones de barriles, durante la semana que finalizó el 18 de julio, según la estimación promedio de 10 analistas y operadores.
- Siete prevén una reducción de las reservas y tres pronostican un aumento. Las expectativas oscilan entre una disminución de 3,1 millones de barriles y un aumento de 2,7 millones de barriles.
- Se estima que los inventarios de gasolina disminuirán en un millón de barriles, a 231,9 millones de barriles, con estimaciones que varían entre un aumento de 2,9 millones de barriles y una disminución de 2,7 millones de barriles.
EU tocará tema ‘delicado’ en acuerdo comercial con China
La próxima ronda de conversaciones para un nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos y China podría incluir un debate sobre las compras de petróleo ruso e iraní por parte de Beijing, adelantó el secretario del Tesoro, Scott Bessent, este lunes 21 de julio.
- La discusión de los negocios de China con Irán y Rusia, países sancionados por los estadounidenses, es una señal de que el enfoque podría desplazarse de cuestiones comerciales más tradicionales a otras que se vinculan con la seguridad nacional de Estados Unidos.
- “El comercio está en una buena situación”, declaró Bessent en CNBC, refiriéndose a las negociaciones recientes y en curso con China. “Y creo que ahora podemos empezar a hablar de otros temas. Desafortunadamente, los chinos son grandes compradores de petróleo iraní y ruso, así que podríamos empezar a hablar de ello”.
- También se le preguntó a Scott Bessent sobre si habrá más sanciones a Rusia (Trump amenazó con aranceles de 100 por ciento). El secretario del Tesoro aclaró que es más probable que EU aplique aranceles a países que adquieran crudo ruso.
“Cualquier país que compre petróleo ruso sancionado estará sujeto a aranceles secundarios de hasta 100 por ciento”, afirmó.
El presidente Trump ha cambiado el rumbo de la conversación y animo a nuestros aliados europeos, que han hablado mucho, a que nos sigan si implementamos estos aranceles secundarios, apuntó.
La semana pasada, Donald Trump amenazó con imponer “aranceles muy severos” a Rusia si Vladimir Putin no llega a un acuerdo de paz con Ucrania. El presidente de EU dio a su homólogo un plazo de 50 días para cerrar el tema. /PUNTOporPUNTO