Choque de AMLO con el PODER JUDICIAL y Órganos AUTÓNOMOS marcan ELECCIÓN

Morena, el partido del Gobierno mexicano, dejará de tener la mayoría absoluta tras las elecciones del próximo 6 de junio

El presidente profundiza su batalla contra los jueces mientras su partido lucha por no perder la mayoría absoluta en la Cámara

México enfila la recta final de la campaña de las elecciones del 6 de junio con un horizonte político marcado por el choque del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador con el poder judicial y las autoridades electorales y el intento del presidente de sentar las bases para fortalecer su proyecto en la segunda mitad del sexenio.

  • Las encuestas arrojan unos pronósticos generalmente favorables para Morena, aunque el partido oficial se enfrenta a una probable pérdida de la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, según una encuesta elaborada por SIMO Consulting, y va camino de fracasar en Nuevo León, una de sus principales apuestas.
  • La caída en el Congreso se debe, en esencia, al diseño de los comicios legislativos y a la nueva forma de reparto de los escaños entre las fuerzas que concurren en coalición, pero la formación debe lidiar también con el desgaste y el peso de la gestión del mandatario.

Los ciudadanos están llamados a las urnas en la movilización electoral más grande de la historia del país para renovar la Cámara baja, las gubernaturas de casi la mitad de los Estados y unos 20.000 cargos locales. La campaña ha girado en torno a la figura de López Obrador como eje polarizador de todas las discusiones y el hecho de que la oposición -de las alianzas entre PRI, PAN y PRD a Movimiento Ciudadano- carezca de liderazgos fuertes a escala nacional contribuye a desdibujar su presencia.

  • El presidente tiene una ventaja estructural. Esto es, una exposición constante, desde el púlpito cotidiano de las conferencias de prensa matutinas, que utiliza para librar sus batallas contra sus adversarios e incluso las instituciones federales que, en su opinión, se interponen en su camino.

El cuerpo a cuerpo que más críticas y preocupaciones ha despertado es el que enfrenta al Gobierno y el estamento judicial. El mandatario anunció hace meses una reforma de la justicia que, de momento, se ha traducido en la extensión del mandato del presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar, un magistrado progresista que goza de su confianza, y en una campaña de descrédito contra los jueces.

  • La primera decisión, tramitada por Morena en el Congreso, está rodeada de dudas sobre su constitucionalidad. La segunda maniobra ya es parte del proyecto político de la autodenominada Cuarta Transformación.
  • El argumentario oficialista es sencillo. López Obrador apelado a una supuesta lucha contra la corrupción para presionar o cargar abiertamente contra el Poder Judicial cuando sus resoluciones no le convienen. Con ese fin justifica su intromisión en la separación de poderes, al igual que ha ocurrido con el INE o el Tribunal Electoral.

El mandatario ha llegado a señalar con nombre y apellidos algunos magistrados, como Juan Pablo Gómez Fierro, que suspendió la reforma eléctrica y la ley de hidrocarburos. “Yo soy muy respetuoso del equilibrio entre los poderes, de la autonomía y la independencia de los poderes, pero sí hace falta una reforma en el Poder Judicial, urge una reforma en el Poder Judicial”, manifestó.

A esta operación de desgaste se han sumado algunos representantes del Gobierno. El viernes lo hizo el secretario de Marina, el almirante José Rafael Ojeda Durán. “Parece ser que el enemigo lo tenemos en el Poder Judicial”, afirmó el jefe de la Armada mientras informaba sobre unas operaciones contra el narcotráfico durante la mañanera del mandatario. En la misma conferencia de prensa, el presidente instó abiertamente a la Suprema Corte a resolver “lo más pronto posible” el caso de Francisco García Cabeza de Vaca.

  • La investigación contra el gobernador opositor del Estado de Tamaulipas es uno de los episodios que está sobrevolando esta campaña electoral y que ha elevado el tono de la confrontación política. Sobre él pesa una orden de arresto, concedida la semana pasada por la Fiscalía General de la República (FGR), por un supuesto delito de lavado de dinero.

El político, dirigente del Partido Acción Nacional (PAN), fue despojado de su inmunidad por la Cámara de Diputados federal, pero el Congreso local rechazó la decisión y votó a favor de mantener el fuero. Esta circunstancia, el choque entre los dos legislativos, dio pie a un cortocircuito institucional que aún no está resuelto. Pero sí ha profundizado la brecha entre Morena y una parte de la oposición, que considera a Cabeza de Vaca víctima de una persecución política.

  • La Fiscalía también abrió expediente a los dos principales candidatos opositores en Nuevo León, Adrián de la Garza, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), por presuntas prácticas de compra de voto, y Samuel García, de Movimiento Ciudadano (MC), por la financiación de su campaña.

Aun así, la candidata de Morena en el Estado norteño, Clara Luz Flores, no ha conseguido remontar en las encuestas desde que el pasado mes de marzo se filtrara el vídeo de una reunión que mantuvo hace cinco años con Keith Raniere, líder de la secta NXIVM, condenado a más de 120 años de cárcel de Estados Unidos por tráfico sexual.

El partido en el poder sí mantiene, en cambio, una sustancial ventaja en el Estado de Guerrero, donde su precandidato, Félix Salgado Macedonio, fue sustituido por su hija Evelyn Salgado Pineda tras ser inhabilitado por el INE y el Tribunal Electoral por no haber justificado los gastos de precampaña.

El político guerrererense enfrentaba, además, dos denuncias por violación y otras acusaciones de acoso sexual. La cancelación de su lista enfureció al presidente, que lo había defendido a ultranza tratando de presentarlo como una víctima de persecución, y profundizó su pulso con las autoridades electorales, al igual que con todas las instituciones que han frenado sus planes.

Morena necesita de aliados para controlar el Congreso

Morena, el partido del Gobierno mexicano, dejará de tener la mayoría absoluta tras las elecciones del próximo 6 de junio y necesitará pactar con partidos aliados para controlar el Congreso, según una encuesta de SIMO Consulting.

  • La composición de la Cámara de Diputados definirá el futuro político de México para los próximos tres años. Las votaciones pondrán a prueba, principalmente al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y los planes del presidente, Andrés Manuel López Obrador, y su llamada Cuarta Transformación.
  • La encuesta indica que Morena se quedaría con 230 escaños, frente a los 256 con los que contaba desde su victoria en 2018 (seis por encima de los 250 que delimitan la mayoría absoluta).
  • Todo ello a pesar de que esta formación obtiene un notable 44% en intención efectiva de voto, que superaría al 39% que consiguió en 2018, pero que dado el formato de competiciones y coaliciones en cada distrito y circunscripción, no se traduce necesariamente en una mayoría más holgada. En este sentido, López Obrador mantiene una alta popularidad y un 66% de la población aprueba su gestión.

El socio de Morena con una evolución más favorable sería el Partido Verde (PVEM), que de ocupar 11 curules alcanzaría 53 asientos en la Cámara de Diputados, mientras que el PT sufriría un retroceso, pasando de 46 a 32, según el sondeo.

  • El Verde, que en 2012 estuvo en coalición con el PRI, mantiene desde 2018 una sólida alianza con el partido de López Obrador y ha obtenido réditos al situarse como una formación con eslóganes llamativos, sin una brújula concreta y proclive a pactar la agenda del Gobierno en turno. La proyección de SIMO le aseguraría la mayoría absoluta a esta coalición oficialista, pero le negaría la calificada de dos tercios de la Cámara (333 escaños).

Entre todas las combinaciones del tablero, un escenario en el que Morena no tuviese una mayoría absoluta supondría la instalación de negociaciones del partido en el Gobierno, tanto con sus aliados como con la oposición, para sacar adelante los proyectos de López Obrador.

La Cámara de Diputados tiene como actividad exclusiva la aprobación anual de los presupuestos, por lo que en los últimos tres años Morena y su mayoría absoluta han conseguido redistribuir el dinero público en la agenda del presidente: proyectos de infraestructura (como el Tren Maya, el aeropuerto Felipe Ángeles y la refinería de Dos Bocas), los programas sociales, y el robustecimiento de las Fuerzas Armadas.

  • Significativo es también el crecimiento del PRI. La formación tricolor, que sufrió un descalabro en las elecciones de 2018 como castigo al Gobierno de Enrique Peña Nieto, pasa de 48 escaños a 82.
  • El otro gran partido de oposición, Acción Nacional (PAN) apenas ve un ligero repunte en su presencia, de 77 a 79 curules, pero quedaría relegado como segunda fuerza en detrimento del PRI.
  • El PRD, que ya sufrió un varapalo hace tres años, ve cómo su presencia apenas cambia y registraría 14 escaños, por los 12 que posee actualmente. Caería considerablemente Movimiento Ciudadano, que pese a que aspira a lograr la victoria en uno de los principales Estados —Nuevo León— en la Cámara su presencia sería casi insignificante, perdiendo 13 escaños, de 25 a 12.

Hay que subrayar la incertidumbre en estas proyecciones. A tres semanas de una elección que está movilizando a todo el país, aún hay espacio para vaivenes. Algunos podrían ser en la intención de voto, pero otros pueden darse en la propia afiliación efectiva de los candidatos.

El Instituto Nacional Electoral (INE) estableció en marzo una serie de normas destinadas a garantizar la regla constitucional de proporcionalidad, fijada en un 8%. Estas normas podrían terminar afectando el número final de curules a disfrutar por el grupo parlamentario de cada partido.

  • La proyección presentada por SIMO tiene en cuenta tanto las normas como la incertidumbre asociada, y por eso ofrece intervalos amplios. Pero ni siquiera dentro de dichos intervalos está Morena, a día de hoy, en condiciones de revalidar su mayoría absoluta en la Cámara.

El partido de López Obrador ha apostado por compensar esta pérdida a través de alianzas más estrechas y generosas con sus socios preferenciales: el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde (PVEM).

El objetivo es que la alianza resultante, bautizada con un nombre que indica continuidad respecto a la que ya firmaron en 2018 (de “Juntos Haremos Historia”, entonces con Encuentro Social en vez de con el Verde, a “Juntos Hacemos Historia”), alcance la mayoría calificada de dos tercios de la Cámara, lo cual le ofrecería un margen de maniobra extra para cambios legislativos de mayor calado./Agencias-PUNTOporPUNTO

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