- En México, los costos económicos asociados a desastres derivados del cambio climático superan los 100 mil millones de pesos anuales y más del 70% de la población mexicana habita en zonas vulnerables a estos impactos, de acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INEC) del gobierno federal.
“Esos datos confirman que la crisis climática es también una crisis social y económica que exige respuestas basadas en ciencia, cooperación y justicia ambiental”, señaló Rosaura Ruiz Gutiérrez, secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación de la UNAM.
- Al participar en el XV Congreso Nacional de Investigación en Cambio Climático y el VII Congreso Latino del mismo tema, subrayó que el aumento del calentamiento global ha intensificado los fenómenos meteorológicos extremos, las olas de calor, las sequías y los incendios forestales, afectando especialmente a las regiones rurales y costeras.
Aumento de temperatura en el mundo
Recordó que el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) y la Organización Meteorológica Mundial revelaron que el planeta ha incrementado su temperatura en aproximadamente 1.2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.
- El año 2024 fue el más cálido del que se tiene registro, con una anomalía térmica promedio de 1.55 grados Celsius y una tendencia ascendente sostenida en los últimos 20 años. En el caso de México, diversos estudios estiman incremento superior al promedio global, alertó.
Añadió que en el gobierno federal se promueve la creación de una plataforma intersectorial georreferenciada con datos sobre clima, biodiversidad y conflictos socioambientales, como herramienta para la investigación y la planeación pública.
- En su oportunidad, el coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC) de la máxima casa de estudios, Francisco Estrada Porrúa, comentó que desde hace cuatro años este Programa universitario ha desarrollado DataPINCC, un portal para la visualización y el intercambio de modulación de información académica donde se incluyen proyecciones sobre clima, modelos del IPCC, escenarios sociales, de crecimiento económico y de población, entre otros, así como los impactos económicos de este fenómeno.
También trabajan con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y el INEC un Atlas Socioambiental de Cambio Climático, donde se podrá acceder a datos climáticos, modelos agrícolas y de biodiversidad, información socioeconómica e infraestructura crítica de nuestro país, entre muchos otros datos.
«Hay que estar preparados para el calentamiento global»
Por su parte, el subsecretario de Desarrollo Sostenible y Economía Circular de la Semarnat, José Luis Samaniego Leyva, comentó datos del PINCC los cuales advierten que los costos acumulados de la inacción ante el cambio climático en este siglo son comparables a perder de 2 a 9 por ciento del producto interno bruto de 2024.
“Estamos viviendo un desastre natural de enormes consecuencias en los estados de Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí, Querétaro, Veracruz y Tamaulipas, en donde esperábamos un cierto impacto de lluvias que fue tres veces más de lo estimado”, reconoció.
- Por ello, destacó la necesidad de estar mejor preparados para enfrentar el calentamiento global porque se esperan que estos eventos extremos sean más intensos, agudos y posiblemente más frecuentes.
- Destacó el trabajo de más de 30 colaboradores del PINCC encabezados por Francisco Estrada Porrúa, pues sus datos son clave para apoyar políticas públicas basadas en ciencia para la adaptación.
- México se está calentando más rápidamente que el promedio mundial, con una tasa de aumento de la temperatura de 3.2 grados Celsius por siglo, en comparación con la tasa de aumento global de 2 grados Celsius por siglo, acotó Samaniego Leyva.
“Esto significa que tenemos menos tiempo para adaptarnos. El incremento del nivel del mar en las costas mexicanas no es homogéneo, es más profundo en el Pacífico que en otras regiones”, advirtió.
El 50% de las poblaciones están expuestas a ciclones tropicales extremos
Los desastres naturales provocados por el cambio climático ocurren cada año con mayor intensidad y frecuencia alrededor del mundo.
- Los efectos de estos fenómenos se han filtrado en la toma de decisiones de negocio en el sector inmobiliario, ya que aumentan el riesgo de pérdida de valor en los bienes raíces.
- De acuerdo con el reporte “El punto de inflexión climático”, elaborado por la firma de servicios inmobiliarios JLL, en Estados Unidos se encuentran en riesgo 1 millón de dólares en edificaciones vulnerables a inundaciones en zonas costeras.
- En el caso de México, el riesgo también es alto. Se estima que más del 50% de las poblaciones y áreas construidas en el país están expuestas a ciclones tropicales extremos.
“Los inversores sin estrategias de mitigación o adaptación climática están experimentando una reducción en la liquidez e impacto en los precios de las ventas de activos. Si bien, esta no es una tendencia nueva, se vuelve más frecuente a medida que aumenta la comprensión de las implicaciones del riesgo climático”, indica el estudio.
- América Latina y el Caribe es una de las regiones más vulnerables al cambio climático en el mundo, debido a su dependencia de los recursos naturales y servicios ecosistémicos, así como a las altas desigualdades y niveles de pobreza.
- Inundaciones, tormentas tropicales, huracanes, sequías, olas de calor o incendios han generado pérdidas estimadas en más de 360,000 millones de dólares desde 1980.
- “Los eventos climáticos extremos están afectando los precios de los activos y la liquidez. Los precios generalmente disminuyen después de que ocurren, particularmente en lugares que no están acostumbrados a climas extremos.
Con el tiempo, los eventos repetidos pueden provocar importantes descuentos en los precios y una caída de la demanda”, añade JLL.
El punto del no retorno
La pérdida de infraestructura por el cambio climático ha obligado a que la población abandone lo que antes fue su hogar.
- En el 2023, se registraron 196,000 desplazamientos internos por desastres en todo el territorio mexicano, según el Informe Global sobre Desplazamiento Interno 2024, elaborado por el Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC, por sus siglas en inglés).
- Pese a las pérdidas materiales y humanas, el planeta parece estar por llegar al punto de no retorno. Según JLL, es casi seguro que se incumplirán los objetivos para mantener las temperaturas globales dentro del umbral crítico de 1.5 °C en línea con el Acuerdo de París.
Mientras tanto, los estudios globales encuentran que los beneficios de invertir en infraestructura resiliente al clima superan los costos. Esto incluye defensas duras, como malecones y barreras contra inundaciones, así como infraestructura natural, como humedales. Asimismo, los enfoques basados en la naturaleza suelen ser más baratos.
- “Los edificios principales de hoy en día deberán adaptarse al clima para mantener su atractivo. Más de 90% de las empresas más grandes del mundo tendrán, al menos, un activo inmobiliario expuesto financieramente a riesgos climáticos para la década de 2050, pero el riesgo climático sigue siendo un punto ciego para muchas empresas”.
- El costo y la falta de datos son los dos argumentos más utilizados por las empresas para omitir estrategias que mitiguen el cambio climático, según el reporte. Datos de S&P Global arrojan que solo una de cada cinco compañías tiene un plan para adaptarse a los riesgos físicos de este fenómeno.
Algo que destaca es que el desempeño del sector inmobiliario en este rubro es ligeramente mejor, con 26.5% de las empresas involucradas en el proceso de adaptarse a los desastres naturales.
“La ausencia de políticas adecuadas, estandarización y educación son barreras para la implementación de estrategias de mitigación y adaptación climática. La colaboración que involucra al gobierno en todos los niveles, propietarios de activos, prestamistas, aseguradoras y agencias de calificación crediticia es vital para impulsar la inversión hacia la resiliencia”, añade JLL.
Lecciones de La Niña, la AMO y el cambio climático en Veracruz
- Estamos siendo testigos directos de cómo los eventos climáticos extremos alteran paisajes y vidas. Entre el 7 y el 11 de octubre de 2025, lluvias intensas —provocadas por un frente frío y la transición hacia una La Niña moderada— desencadenaron inundaciones históricas en ríos como el Cazones y el Tempoal.
Estas afectaron gravemente comunidades en Poza Rica, Álamo y desde El Higo hasta Tempoal, causando decenas de muertes, pérdidas masivas de ganado y evacuaciones generalizadas.
- Según CONAGUA y el Servicio Meteorológico Nacional, los ríos Pánuco, Pantepec, Tecolutla y Nautla elevaron su nivel y transportaron grandes cantidades de sedimentos al Golfo de México. ¿Qué factores climáticos y ecológicos explican este fenómeno? ¿Qué podemos esperar en el futuro? La urgencia de estas preguntas es innegable.
Las imágenes satelitales avanzadas permiten estudiar los patrones espacio-temporales de inundaciones y sequías, clave para evaluar la salud de los manglares y humedales del norte de Veracruz. Estos ecosistemas son vitales para mitigar el cambio climático:
Capturan carbono a tasas mayores que muchos bosques terrestres, estabilizan suelos y filtran contaminantes, reduciendo inundaciones costeras. No obstante, el calentamiento global, con regímenes hidrológicos más impredecibles, amenaza su resiliencia.
Comparando las imágenes satelitales disponibles a través de portales web de la NASA1 y COPERNICUS2 del 4 y del 12 de octubre de 2025, los contrastes son evidentes: hay elevados niveles de agua en los valles de los ríos Tempoal, Pánuco, Pantepec (Tuxpan), Cazones, Tecolutla y Nautla, que generaron en sus desembocaduras plumas de agua enturbiada por la gran cantidad de sedimento, seguramente acarreando también plásticos, químicos agrícolas y escombros que pueden acumularse en estos ecosistemas, afectando la biodiversidad, o que terminan en el Golfo de México y son transportados hacia el sur. Es posible que tales eventos exacerben la degradación ecológica en un contexto de cambio climático.
El Niño/ La Niña, la OMA y los Patrones Regionales de Calentamiento Marino
Desde un enfoque científico, el origen radica en patrones climáticos globales interconectados. El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) regula anualmente la temperatura del mar en el Pacífico ecuatorial.
- En la fase de La Niña, como la que surge en 2025, los vientos alisios se intensifican, aumentando la evaporación y desplazando aire húmedo hacia el Golfo de México, lo que genera lluvias intensas y frentes fríos.
- Por otro lado, durante El Niño, los vientos del norte (“nortes”) se fortalecen, reduciendo huracanes en el Golfo y el Caribe, pero incrementándolos en el Pacífico, según modelos y datos de la NOAA.
- Este fenómeno se intensifica por la Oscilación Multidecadal del Atlántico (AMO), un ciclo de baja frecuencia que varía cada 60-80 años. Desde aproximadamente 1995, el Atlántico norte está en una fase cálida, elevando las temperaturas superficiales del mar y aumentando la actividad ciclónica.
Según Trenberth y Shea, así como reportes del IPCC, esta dinámica amplifica eventos extremos: La Niña genera lluvias récord, mientras El Niño intensifica los vientos. Los patrones regionales de calentamiento de la temperatura superficial del mar (SST, por sus siglas en inglés), destacados por Zhao y Knutson, son clave.
- Sus modelos climáticos muestran que los gradientes regionales y las anomalías persistentes de SST en el Atlántico tropical y el Pacífico fomentan inestabilidad atmosférica en el Golfo de México.
Aumentando la conversión de energía oceánica en lluvias extremas.
- El cambio climático antropogénico agrava esto al incrementar la humedad atmosférica (~7% por cada °C de calentamiento), intensificando estos eventos, según el grupo académico World Weather Attribution.
Perspectivas futuras y prevención civil
Según el Centro de Predicción Climática de la NOAA, (1) La Niña continuará hasta al menos febrero de 2026, elevando el riesgo de lluvias intensas en México. (2) La fase cálida prolongada de la AMO aumenta la frecuencia e intensidad de huracanes y tormentas en el Atlántico, agravada por (3) patrones regionales de temperatura marina que desencadenan eventos extremos.
Sin una reducción significativa de las emisiones humanas, estos fenómenos se volverán frecuentes, poniendo en peligro ecosistemas costeros y comunidades vulnerables.
- Aquí radica la importancia crítica de monitorear, prevenir y preparar. Con la colaboración de las instituciones científicas, las autoridades municipales, estatales y federales se deben integrar los datos satelitales oportunos en planes de Protección Civil, enfatizando la identificación y señalización de vías de escape seguras en zonas de riesgo fluvial.
- En zonas inundables como Poza Rica y Tempoal, deben identificarse y difundirse rutas elevadas hacia terrenos elevados e implementarse el uso de alertas y alarmas tempranas supervisadas por CONAGUA y el SMN. Un ejemplo de esta estrategia es el exitoso simulacro de temblor del 19 de septiembre pasado.
Los simulacros regulares, refugios equipados y educación comunitaria sobre evacuación rápida —priorizando niños, ancianos, mascotas y ganado— salvan vidas.
- La restauración de vegetación de las orillas de los ríos, la vegetación de galería y de humedales y manglares proporcionan una “infraestructura verde” complementaria, reduciendo la velocidad de las crecidas.
- Deben promoverse acciones basadas en evidencia, como expandir redes de monitoreo satelital, monitoreo in situ, enlace y estandarización de instituciones que mantienen monitoreos permanentes en tierra y mar.
- Así como restaurar ecosistemas de ríos y costeros para potenciar servicios ecosistémicos, fortalecer políticas de adaptación y capacitar en prevención civil con énfasis en ejercicios de vías de escape predefinidas.
El mejor aliado de la protección civil es el conocimiento científico, ya que no solo explica el pasado, sino que señala estrategias para contar con un futuro resiliente.
El cambio climático es una amenaza en Jalisco
El cambio climático dejó de ser una amenaza lejana para convertirse en una realidad que impacta a la salud, la economía y la seguridad ambiental de Jalisco.
- El calentamiento global ya cobra factura al estado y las proyecciones para las próximas décadas no son alentadoras. Casi un grado centígrado se ha incrementado la temperatura promedio global, y esto ya se refleja en la entidad.
- Hermes Ulises Ramírez Sánchez, profesor investigador de la Universidad de Guadalajara, explica que las estimaciones, de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial, deben basarse en datos de las últimas tres décadas.
Es decir, ya alcanzamos el panorama que se advirtió hace años. “Se están dando esos cambios que antes no se percibían porque no se tenía la estadística suficiente”, advierte.
El cambio climático debe afrontarse no solamente desde lo científico, sino también desde lo político y lo social, donde se sufren las consecuencias de no actuar a tiempo ante el aumento de temperatura y los fenómenos meteorológicos que afectan la vida diaria e incluso el bienestar de la ciudadanía.
Regiones más afectadas
- La temperatura promedio global subió casi un grado, pero puede ser un rango mayor según la zona y la estación del año. “En algunas zonas ese rango ha aumentado hasta tres grados centígrados”, precisa el académico.
- Según sus proyecciones, hacia finales de este siglo los incrementos podrían alcanzar entre 2.5 y seis grados Celsius por encima del promedio de 1990.
- “Eso es mucha temperatura, porque estamos hablando de promedio; ya si lo manifestamos localmente puede irse a más. En realidad, vivimos ya el impacto del cambio climático, ya tenemos evidencias, y lo peor es lo que viene de aquí al futuro”.
De acuerdo con Ramírez Sánchez, las regiones más afectadas en Jalisco son la zona Norte, los Altos, la Zona Metropolitana de Guadalajara y la Costa —especialmente la Norte—. “Son las regiones en las cuales ya hay manifestaciones muy importantes de cambio climático, y no solamente en la temperatura”.
- El cambio climático, puntualiza, no se reduce al aumento térmico, sino que altera los patrones de precipitación, la humedad del suelo y la disponibilidad de agua, lo que afecta las actividades agrícolas, pecuarias y turísticas.
- “Si hablamos de la zona Costa, ahí tenemos una actividad muy importante que es el turismo, que también puede ser muy afectada por esos incrementos que se pueden dar de aquí a finales de siglo”, señala.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), 2024 fue el año más caliente registrado en los últimos 30 años. La temperatura media anual fue la más alta, y eso lo percibieron también los ciudadanos, según los registros de una encuesta del Instituto de Información Estadística y Geográfica (IIEG).
Pérez Rojas advierte que no se trata solo de calor extremo, sino de una alteración generalizada en los ciclos naturales.
- “Era un privilegio del planeta tener un clima tan predecible que, gracias a esa estabilidad, crecieron los desarrollos culturales y económicos de la sociedad. Ahora las irregularidades del clima amenazan esa estabilidad:
- Hay más lluvias, temperaturas más altas, periodos agrícolas inestables y más riesgos sanitarios”, explica Gema Isabel Pérez Rojas, directora de Gestión Transversal ante el Cambio Climático de la Semadet.
El agua, el principal reto
Para el académico, el principal reto ambiental que enfrenta Jalisco ante el cambio climático es la disponibilidad de agua. “Va a haber zonas en las cuales no va a llover como solía llover anteriormente, principalmente la zona Norte y la de los Altos, y nosotros sabemos que ahí se produce una cantidad muy importante de huevo, carne de pollo, cerdo y res; si no hay agua, esa productividad se va a ver comprometida”.
- Aun cuando Guadalajara sufre inundaciones durante la temporada de lluvias, el problema persiste el resto del año. “Nos inundamos únicamente durante la época de lluvias y por una mala planeación, pero ¿qué sucede en el resto del año?
- En los meses de febrero, marzo y abril tenemos tandeos de agua porque ha descendido la disponibilidad. Uno de los retos más importantes tiene que ver con eso y con todas las actividades que dependen del vital líquido”, insistió.
Ramírez Sánchez considera que Jalisco no está preparado para enfrentar escenarios prolongados de sequía. “Desafortunadamente no hemos tomado las medidas necesarias; aquí están involucrados los gobiernos, los ciudadanos y las industrias.
- Yo creo que la política pública que se ha hecho en este estado, primero en cuestión de cambio climático, es mínima, no ha habido una política pública real para tomar acciones concretas”, sostiene.
- El experto señala que la gestión integral del agua en Jalisco “no existe”, pues se beneficia a unos cuantos, particularmente a grandes industrias con un importante consumo del líquido que no lo pagan de igual forma que los consumidores comunes. “Deben tomar medidas muy importantes para cambiar este esquema”.
- Por otro lado, el agua que llega a los hogares “no tiene la calidad suficiente (…) cualquier ciudadano se puede dar cuenta de que cuando abre la llave tiene agua de todos los colores: amarillas, verdes, grises y hasta color chocolatoso”.
Acciones individuales que suman
Si bien las acciones para el control industrial son fundamentales, las individuales también pueden contribuir a aminorar los efectos negativos, señala el experto. “Hay una frase que dice: ‘acciones locales, efectos globales’, y es muy cierta. Cada uno de nosotros tiene que aportar su granito de arena”.
Como ejemplos, precisa: “Apagar los aparatos eléctricos cuando no los necesitamos; el 80 por ciento de la energía que consumimos en el país viene de termoeléctricas que queman combustibles fósiles. Si desperdiciamos energía, aumentamos el efecto invernadero y el calentamiento global”.
- Otra acción simple, dijo, es caminar más y usar menos el automóvil. “Queremos ir a la cuadra por las tortillas en coche, y eso no puede seguir. Si camino, beneficio mi salud y contribuyo a mitigar el cambio climático”.
- Lo mismo ocurre con el uso racional del agua. “El agua no llega sola a mi casa; necesito bombearla, consumir electricidad o combustible fósil. Si desperdicio agua, contribuyo otra vez al cambio climático”.
El cambio climático altera los patrones de precipitación, la humedad del suelo. (Fernando Carranza)
- Así, la conciencia individual es clave. “Siempre pensamos: ‘¿por qué lo voy a hacer yo si los demás no lo hacen?’ Creo que eso es un compromiso personal. Si tú contribuyes y logras que tu entorno cercano también lo haga, ya estamos ayudando”.
Impactos en la salud
De no tomarse medidas urgentes, Ramírez Sánchez advierte que los impactos no solo serán ambientales, sino también en la salud pública y la economía.
- “El cambio climático traerá una gran cantidad de efectos en la salud de la población: cardiovasculares, respiratorios, gastrointestinales y hasta enfermedades mentales como ansiedad, depresión o suicidio”, alertó.
- Esto ya es una realidad para Aracely, que cada día, antes de salir de casa, revisa el clima con cautela. “No sabes si sacar un suéter o una ropa un poco más fresca”, dice entre resignación y humor.
- Desde hace tres meses vive en la colonia Santa Teresita, en Guadalajara, donde el aire parece más denso que en Oblatos, donde residía antes, y el ruido de los automóviles no cesa. “Incluso en este cambio de vivienda he notado que el ambiente es más pesado”.
Ella padece asma y rinitis alérgica, dos enfermedades respiratorias que se agudizan con los cambios de temperatura y los niveles de contaminación del aire. Su cuerpo ha aprendido a reaccionar ante las estaciones del año y a anticipar cuándo llegará la tos o la dificultad para respirar.
“Quiero pensar que es por la cantidad de autos que hay en este lado de la zona centro de la zona metropolitana de Guadalajara; quisiera decir que eso me ha afectado, sin embargo, le adjudico un poco más a las estaciones del año, al clima que se vive ahorita, los cambios bruscos que hemos estado en lluvias y de repente está el calor”, comparte.
Las alteraciones del clima la han obligado a cambiar rutinas y hábitos. Hay días en que no puede salir sin cubrebocas y otros en que las alergias no le permiten concentrarse en sus actividades cotidianas.
- “Regularmente en invierno es cuando yo padezco más, incluso es cuando más acudo a la sala de urgencias y los mismos médicos o enfermeros mencionan que es un hecho que en esa temporada las personas asmáticas o con rinitis acudan más por las bajas temperaturas”, cuenta.
- El invierno es, para ella, una prueba de resistencia; pero la primavera no es menos cruel: el aire se llena de polen y polvo, el cuerpo reacciona con picazón en los ojos, estornudos y congestión nasal. Aunque el asma está controlada gracias a un tratamiento del Seguro Social, las alergias siguen siendo un desafío constante.
Para Aracely, vivir en Guadalajara se ha convertido en un ejercicio de adaptación. Cambiar de colonia no mejoró su condición; al contrario, la expuso a un aire más denso y contaminado.
Cada estación del año le recuerda lo frágil que puede ser el acto de respirar y cómo los efectos del cambio climático no son solo cifras o pronósticos, sino sensaciones que se viven en el cuerpo todos los días.
Una política pública transversal
Gema Isabel Pérez Rojas, directora de Gestión Transversal ante el Cambio Climático en la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), explica que este primer año de administración ha estado enfocado en la planeación y coordinación de políticas públicas para enfrentar esta crisis global, a través de la Comisión Interinstitucional de Cambio Climático, integrada por diferentes dependencias estatales, en las que se analiza y mapea la información, las metas en común y las acciones que pueden implementarse.
El cambio climático, precisa, no es un problema exclusivo de la Semadet, sino un tema transversal que debe involucrar a todos los sectores. “No solamente tiene que ver con cuidar árboles y reciclar; tiene que ver con salud, migración, economía y bienestar. El cambio climático es mucho más integral y complejo”.
- Como resultado del trabajo interinstitucional se desarrollará el Programa Estatal de Acción ante el Cambio Climático, el cual se pondrá próximamente a consulta pública a inicios del siguiente año.
- “Ya hemos tenido acercamientos con diversos sectores de la sociedad civil, principalmente a través del Consejo Estatal de Cambio Climático, quien ha acompañado este proceso”, señala la funcionaria.
El académico de la UdeG coincide en la necesidad de una política pública integral y transversal. “No es exclusivo de una sola secretaría, tiene que haber colaboración entre todas, porque el cambio climático afecta agricultura, ganadería, transporte, energía, salud, vivienda, es el panorama completo”.
De ahí la importancia de la educación ambiental. “Muchas veces se quieren hacer políticas públicas por decreto y no funcionan así.
- Primero tengo que informar, después educar y concientizar; todo esto que estamos haciendo ahorita sirve para eso: informar que tenemos problemas y que yo, con mis acciones, puedo hacer que los efectos no sean tan drásticos”, expresa Ramírez Sánchez.
- Entre las estrategias impulsadas por la Semadet y otras dependencias destaca la actualización de mapas de cobertura de suelo y la medición de tasas de deforestación, fundamentales para conservar los sumideros de carbono a través de las áreas naturales protegidas.
- Además, el sector productivo reportará sus emisiones de gases de efecto invernadero, y la Secretaría de Gestión Integral del Agua implementa sistemas alternativos de captación y abastecimiento en comunidades vulnerables.
El gran desafío ahora, explica, es ampliar la colaboración con la academia, las organizaciones civiles y el sector privado. Además, se requiere hacer estrategias más rápidas y creativas, porque el cambio climático avanza muy acelerado y los procesos de gobierno a veces son lentos. “Debemos ser más eficientes y aprovechar la tecnología para generar información predictiva”, enfatiza.
Adaptarse para sobrevivir
La ventana de tiempo para actuar se está cerrando, reconoce Pérez Rojas. “El Panel Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático nos ha advertido que la brecha para solucionar se está reduciendo”. Y aunque la mitigación es esencial, la adaptación será inevitable.
- “Aunque dejáramos de emitir gases de efecto invernadero, la misma inercia del clima va a continuar, por eso todos, gobierno, empresas y ciudadanía debemos adaptarnos; todos los sectores somos vulnerables al cambio climático”.
- Más allá de bajar las emisiones, hay que adaptarse. “Por eso también la Secretaría de Ciencia y Tecnología impulsa el desarrollo científico orientado a la mitigación y adaptación, con convocatorias para incentivar soluciones innovadoras”.
- Incluso dependencias que parecieran ajenas al tema se involucran. “La Secretaría de Administración va a fomentar el uso de energía renovable para las operaciones del gobierno, lo que ayuda directamente a reducir emisiones”.
Respecto a la calidad del aire, la directora detalla que la temporada invernal es la más complicada debido a las condiciones meteorológicas que impiden la dispersión de contaminantes.
“El reto principal es el invierno, porque las condiciones climáticas no favorecen la dispersión del aire; también en las épocas de sequía los incendios forestales generan contaminación y gases de efecto invernadero”.
- Pérez Rojas asegura que el cambio climático también representa una oportunidad para innovar dentro del gobierno.
- “Debemos verlo como una oportunidad de innovarnos; las dependencias ya están más abiertas a introducir el tema ambiental en sus finanzas.
- Por ejemplo, existe el Anexo Transversal de Cambio Climático, donde todas las dependencias presupuestan y transparentan sus acciones en esta materia”.
Para la directora de Gestión Transversal ante el Cambio Climático en la Semadet, el acceso a la información y la transparencia serán claves para lograr esa corresponsabilidad. “El proceso de adaptación es de toda la humanidad, y la corresponsabilidad es de todos”. /PUNTOporPUNTO
























