DESPLAZAMIENTO y la MIGRACIÓN inducidos por el CAMBIO CLIMÁTICO llega a 32 MILLONES de PERSONAS

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) anunció la puesta en marcha de un fondo con el que espera recaudar 100 millones de dólares (94 millones de euros) antes de finales de 2025 para apoyar a los refugiados y otros desplazados más afectados por la crisis climática.

Los efectos del cambio climático en el planeta –sequías extremas, carencia de agua, devastaciones– se han convertido en una de las principales razones por la que millones de personas alrededor del mundo migran a zonas menos afectadas dentro de su país o deciden emigrar hacia alguna otra nación.

  • Por ejemplo, en el reporte de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR, por sus siglas en inglés) ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, respecto de la solicitud de Opinión Consultiva sobre la Emergencia Climática y Derechos Humanos de la República de Colombia y la República de Chile, la UNHCR apunta lo siguiente:

“Cada año, desde 2008, se estima que un promedio de 24.5 millones de desplazamientos han sido ocasionados por peligros repentinos relacionados con el clima, como inundaciones, tormentas, incendios forestales y temperaturas extremas.”

  • Y añade que “casi dos tercios de todos los solicitantes de asilo recién desplazados y los refugiados en 2022 provienen de 15 países que son altamente vulnerables a los impactos del cambio climático. Además, casi el 60 % de los refugiados y personas desplazadas internamente por conflictos ahora viven en naciones que se encuentran entre las más vulnerables al cambio climático”.

No obstante, subraya la UNHCR, aunque el promedio anual ha sido de 24.5 millones, estima que durante 2022 este tipo de refugiados se disparó a 32 millones, y menciona:

“En 2023 las temperaturas globales alcanzaron nuevos máximos históricos y el año estuvo marcado por decenas de incendios, inundaciones e intensas tormentas en todo el mundo. El cambio climático es la crisis definitiva de nuestro tiempo y sus impactos los experimentan de manera desproporcionada las personas en situaciones vulnerables.”

Escenario catastrófico

Para el Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR, por sus siglas en inglés), “dependiendo del escenario, el cambio climático obligará a desplazarse entre 210 y 320 millones de personas, la mayoría dentro de sus propios países”. La cifra podría aumentar o disminuir, señalan los investigadores del estudio, en función de las medidas que se tomen en el corto y mediano plazos para combatir la crisis climática.

  • Además, el problema podría empeorar hasta ocasionar un mayor número de desplazados, ya que de acuerdo con su análisis: “centrándonos en el escenario intermedio, el cambio climático reducirá el ingreso por trabajador en un 15 % en las naciones cercanas al ecuador y lo aumentará en un 10 % en latitudes más altas.
  • Por tanto, la brecha de ingresos entre los países más ricos y más pobres aumentará un 25 % en el transcurso del siglo XXI. El cambio climático aumenta en 0.5 puntos porcentuales la proporción de la población mundial que vive con menos del 2 % del nivel medio mundial de ingresos”.
  • La Organización Internacional para las Migraciones indica que, según sus cálculos, de no implantarse acciones que combatan el cambio climático, en América Latina y el Caribe cerca de 113.5 millones de personas estarán expuestas a los efectos más severos del cambio en los patrones de clima para 2090.

Poca preparación

Para Amparo Martínez Arroyo, investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM, las migraciones siempre han sido parte de la historia de la humanidad; no obstante lo que se vive actualmente es una problemática mayúscula que debe ser atendida a la brevedad. “La migración es un mecanismo de adaptación al cambio climático sólo cuando han fallado todos los demás”, explica.

Aunque, argumenta la investigadora, la problemática no está sólo ligada al cambio climático: las tendencias sí parecen estar incrementándose, pero no es culpa de aquél, sino que es una cuestión que se encuentra directamente relacionada con la preparación social frente a los riesgos que hay en cada zona, lo que implica el conocer cuáles son los riesgos climáticos y ambientales a los que los migrantes están expuestos.

  • “Debemos ver cuáles son las condiciones que tienen para enfrentarlos y hacer una estrategia para reducir esa vulnerabilidad y no estar tan expuestos a los daños y así poder estar protegidos”.
  • Es un punto en el que coincide Úrsula Oswald Spring, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, ya que los números apuntan que alrededor del mundo no se han hecho los preparativos necesarios para evitar mayores afectaciones.

“La aseguradora Swiss Re calcula que en los últimos 30 años se ha incrementado anualmente un 7 % el gasto de seguros por huracanes y tormentas. En 2023, la misma compañía estimó que en los últimos cinco años se han gastado cerca de 32,000 millones de dólares, el doble de los últimos 10 años, por daños ocasionados por tormentas extremas. Y esto, claro, en países vulnerables como el norte de Centroamérica y el sur sureste de México, ha causado desde 2020 una enorme migración hacia Estados Unidos, a pesar de cerrar su frontera.”

  • “Las migraciones pueden ser ordenadas y programadas”, sugiere Martínez Arroyo, “para que tanto la población que recibe como la que migra tengan protegidos sus derechos y no se complique todo cuando sea en la última instancia.”

¿Por qué no se han tomado más medidas?

Hechos recientes, como el huracán Otis en Guerrero, argumenta Oswald Spring, muestran la poca preparación que se tiene para atender este tipo de desastres ambientales y sus consecuencias:

  • “Para México, Otis es realmente un llamado de atención. En 12 horas, una depresión tropical se convirtió en huracán categoría 5. Es uno de los más veloces que hemos tenido en la historia del mundo, con rachas de 330 kilómetros por hora.
  • El océano es un absorbente enorme del excedente de energía generada por el calentamiento global. Cuando se conjunta con un fenómeno de El Niño, el cual tenemos actualmente, se puede pensar en que tendremos en el Pacífico otros fenómenos como Otis.”

La universitaria añade que es difícil encontrar soluciones debido a los intereses económicos. Un buen ejemplo de esto es la pasada COP28, cuyo objetivo es organizar las acciones de las naciones participantes alrededor del cambio climático, pero el evento se realizó en Dubái, una de las ciudades más importantes de los Emiratos Árabes Unidos y, a su vez, una de las naciones con mayores cifras de contaminación gracias a su industria petrolera.

“Debemos de tomar en cuenta que las industrias más contaminantes son las petroleras, las cementeras, las de construcción y el transporte de carros, entonces cómo trabajamos en contra de enormes intereses transnacionales, que hacen lobby en el Congreso de Estados Unidos para impedir que, por ejemplo, se controle el fracking. La pasada COP sucedió en un país petrolero, así que hay una presión enorme en contra de la reducción de gases de efecto invernadero”, comenta.

  • Al respecto, Amparo Martínez Arroyo agrega: “ha habido grandes avances, que se van dando poco a poco y que no se notan tanto. No son suficientes ni de la envergadura que se necesitan, porque nos estamos enfrentando a una serie de intereses creados y lo que requerimos son cambios en la estructura social y económica”.

“En algunos países hay una falta de confianza en el conocimiento y lo que plantea, por lo que se piensa que tal vez la tecnología, no el conocimiento científico, podrá encontrar salidas que resuelvan el problema. Le están apostando a esto en algunas naciones desarrolladas, porque las industrias no quieren disminuir sus ganancias ni arriesgar, cuando está más que claro que los cambios se tienen que hacer ya”, suma la investigadora y advierte:

  • “Es un problema social ligado a nuestra forma de desarrollo económico, muy vinculado al mercado y a pequeños grupos con intereses económicos, que, a su vez, son los que están generando la mayor parte de las emisiones del mundo y poniéndolo en completo riesgo. Ante esto no queda más que la organización de la gente y las demandas conjuntas de los países que más lo padecen, aunque la reacción está siendo mucho más lenta de lo que debería ser”, concluye.

Migran millones de personas al año por la catástrofe climática

Actualmente se vive una catástrofe climática que ha llevado a unas 20 millones de personas en el planeta a migrar cada año a causa de hambrunas o eventos como el huracán Otis, que impactó Acapulco el año pasado.

  • La responsabilidad de todo esto es del sistema económico: ha hecho de unos cuantos multimillonarios y grandes emisores de gases de efecto invernadero los causantes del calentamiento global, y ha llevado a los más pobres a padecer las consecuencias, señala la científica Ornela de Gasperín Quintero.

Las condiciones que se viven actualmente en el país, la escasez de agua y una sequía desde hace al menos tres años, indican el comienzo de un colapso climático, estamos en un punto que ya no es seguro, dice en entrevista la experta en crisis climática del Instituto de Ecología de Veracruz, integrado al Conahcyt, y miembro de la organización internacional Rebelión Científica.

Advierte, asimismo, que hay puntos claves que no se deben romper, como el derretimiento de los glaciares de la Antártida o Groenlandia, porque provocarán un efecto dominó que llevará a la extinción de la humanidad. Si no se frena esa trayectoria, la pregunta no es qué va a pasar, sino cuándo va a pasar. Y lo que va a suceder es el colapso de nuestras sociedades como las conocemos.

–¿Por qué se habla de una catástrofe climática?

–La palabra cambio fue un concepto que algunos medios de comunicación corporativos comenzaron a utilizar. Pensamos que es una estrategia para mitigar el efecto que tiene en nuestras mentes hablar de ese proceso. Muchos científicos, científicas, activistas, estamos cambiando el lenguaje y tratando de guiarlo a lo que creemos que científica y humanitariamente es más correcto. Hablamos de colapso, crisis o catástrofe climática.

“Con el actual nivel de calentamiento ya estamos viendo la migración de más de 40 personas por hora. Este sufrimiento nos parece inhumano. Y no decir que se trata de una catástrofe, es minimizar el sufrimiento de millones y millones de personas. Entonces, si vemos lo que viene a futuro, si no se frena la trayectoria, será una catástrofe. No serán millones de migrantes, sino miles de millones. Un proceso totalmente insostenible.

“El problema son los puntos de quiebre o puntos de no retorno, que son sistemas muy grandes del planeta, tanto biológicos como climáticos, que tienen un umbral y si lo cruzamos vamos a desencadenar un proceso que ya no se puede frenar en términos humanos, esta parte es lo realmente terrorífico de la catástrofe climática.

“Son 16 puntos de quiebre y los más centrales son el Amoc –el patrón de circulación marítima del Atlántico–, las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida, la selva de la Amazonia, la muerte de los arrecifes de coral, el derretimiento del permafrost y el de glaciares. Hay indicadores de que ya se están afectando, pero aún no tenemos evidencia de que se hayan roto.”

–¿Aún se puede hacer algo?

–Debemos hacer cambios radicales en las sociedades para no subir 3.2 grados Celsius al final de siglo, pues eso rompería esos puntos de quiebre. Un problema con estos puntos es que puede haber un efecto dominó: al romperse uno, puede afectar otros. Si se están derritiendo capas de hielo, se frenan corrientes de circulación. Por ejemplo, el punto de quiebre de Groenlandia puede hacer que se rompa el de la circulación del Amoc, y esto haría que nos extingamos: ocasionaría cambios en precipitación y temperatura a nivel global, la temperatura en Europa bajaría entre 10 y 30 grados Celsius, se invertirían los patrones de lluvia en todo Sudamérica y África. En México habría un estrés hídrico muy severo. Son escenarios a los que no tenemos que llegar.

“En estrés hídrico las migraciones serán mayores, a la larga serán todos los seres humanos. La incógnita es cuándo pasará. Bajo estas trayectorias la humanidad no llegará a finales de siglo. No sé si llegaremos a 2050, año en el que se espera que en México habrá 40 por ciento más demanda de agua de la que puede suministrar el país. Necesitamos transmitir a la ciudadanía que necesitamos actuar, poner frenos al gran capital.

  • En México, 80 por ciento de la riqueza está en manos de 10 por ciento de la población, es una distribución desigual del capital y esos son espejos de la contaminación. Esto habla del nivel de desigualdad económica, social y climática, todo esto va de la mano. Finalmente, gran parte de los efectos de la catástrofe climática los sufre la gente más pobre, que no ha contribuido a generar la crisis y no se han beneficiado de la economía que tenemos.

–Las medidas que se han adoptado, el Acuerdo de París y las cumbres climáticas, ¿sirven de algo?

–Pienso que no van a dar ningún resultado; su existencia es más dañina. Hacen pensar a la gente que sí se están implementando medidas. No podemos creer que estas conferencias darán resultados, porque parte del problema es que los poderes económicos están sumamente ligados con los poderes políticos en el mundo, los multimillonarios tienen una agenda personal y corporativa y usan estas conferencias.

Van décadas de conferencias, acuerdos, con sistemas de mercado que buscan solucionar esto con impuestos y nada ha dado soluciones, cada año está peor. El problema es que tampoco hay mucho tiempo para experimentar con soluciones de mercado.

Hasta 3.1 millones de desplazados en México

Según un informe “Desplazamiento interno por megaproyectos, cambios en procesos productivos, afectaciones ambientales y cambio climático en México: un diagnóstico” se prevé un aumento en los desplazamientos forzados debido a los estragos generados por este fenómeno a escala global, que para 2050 podría alcanzar entre 1.7 y 3.1 millones de desplazados en el país.

  • En el texto elaborado por el antropólogo, José Omar Peral Garibay, se explicó que el desplazamiento y la migración inducidos por el cambio climático está adquiriendo una importancia creciente en las discusiones internacionales sobre los refugiados y los derechos humanos.
  • Y a pesar de ello, aún no existe una protección legal específica para estas personas desplazadas por razones climáticas, lo que ha generado una brecha legal que debe ser abordada por la comunidad internacional.
  • En términos de población afectada, la publicación detalló que se estima que más de 1.2 millones de personas viven en municipios con un grado muy alto de exposición al cambio climático, mientras que más de 41 millones de personas residen en áreas con un grado alto de exposición.

Por lo anterior, destacó la urgente necesidad de desarrollar políticas públicas que aborden las necesidades de estas poblaciones vulnerables y promuevan la adaptación y mitigación del cambio climático.

Además, se explicó que, a nivel nacional, se han identificado 39 municipios con un grado muy alto de vulnerabilidad frente al cambio climático, principalmente ubicados en áreas indígenas y caracterizados por la pobreza y la marginación.

Estos municipios representan solo el 0.3% del territorio nacional, pero albergan a una población significativa que requiere atención y apoyo.

  • También, se destacó la importancia de implementar políticas públicas diferenciadas que aborden las necesidades de los desplazados climáticos, tanto en sus lugares de origen como en los de destino. El texto hace hincapié en la importancia de fortalecer la legislación relacionada con el desplazamiento interno en México.
  • Naxhelli Ruiz Rivera, investigadora del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante la presentación del trabajo resaltó la importancia de considerar el papel del cambio climático en este problema, señalando que los fenómenos climáticos locales, como mal manejo de costas y escasez de agua, están contribuyendo al desplazamiento de poblaciones.

“El mal manejo de las costas que estamos haciendo en México está generando, por ejemplo, que tengamos una gran cantidad de población expuesta, que se está asentando en zonas que no son adecuadas y que cuando ocurren ciertos fenómenos como, por ejemplo, los huracanes por el hecho de estos asentamientos (…) tienen un impacto mayor, lo que hacemos es aumentarles lo que llamamos la exposición”, consideró la experta.

Colombia reconoce desplazamiento forzado asociadas al cambio climático

La Corte Constitucional de Colombia reconoció la existencia del desplazamiento forzado interno por factores ambientales, incluidos hechos asociados al cambio climático.

  • Lo anterior, luego de estudiar una acción de tutela interpuesta por una pareja de campesinos de 63 y 66 años, que fue desplazada del predio donde vivían por las diversas inundaciones del río Bojabá, en el municipio de Saravena (Arauca). Los accionantes manifestaron que las acciones de prevención y atención ejecutadas por las autoridades para garantizar sus derechos han sido mínimas e insuficientes.
  • Los demandantes le solicitaron a la Unidad para la Atención y Reparación Integral para las Víctimas (Uariv) ser reconocidos como víctimas de desplazamiento forzado interno y recibir los mismos beneficios que se otorgan a otros desplazados en el marco de la Ley de Víctimas. Sin embargo, la Uariv rechazó la solicitud por no cumplir con los requisitos que se exigen para la demostración de ser víctima del conflicto armado.

Para decidir este caso, el alto tribunal primero examinó el concepto de desplazamiento forzado por factores ambientales y destacó que este puede ser causado, tanto por desastres ambientales, repentinos como por procesos graduales de deterioro ambiental, como el cambio climático, la deforestación o la acidificación de los océanos. Además, hizo énfasis en que este tipo de desplazamiento forzado afecta principalmente a las personas más vulnerables por su menor capacidad de adaptación a los efectos de los cambios ambientales.

  • Al examinar la normativa nacional, la Corte determinó que, aunque en Colombia existen disposiciones legales que contemplan medidas que permiten algún tipo de atención a las víctimas del desplazamiento forzado por factores ambientales, ellas resultan limitadas. En concreto, porque:
  • “(i) no reconocen de manera expresa el fenómeno del desplazamiento forzado por factores ambientales; (ii) no prevén una regulación integral frente a este fenómeno; (iii) definen medidas de atención parciales o limitadas; y (iv) no proveen una protección definitiva”, señaló el alto tribunal.
  • Además, la Corte advirtió que la normatividad existente se ha centrado en la atención de desastres naturales y en la protección de las víctimas del desplazamiento forzado interno a causa del conflicto armado, pero ha dejado de lado el fenómeno de desplazamiento causado por otros factores, como los hechos asociados al cambio climático de evolución lenta.

Por esta razón, concluyó que la población desplazada por este fenómeno debe tener una atención urgente y priorizada, pues se trata de un fenómeno que ya impacta de manera importante a la población colombiana, especialmente a aquella en mayor condición de vulnerabilidad.

Además, la Corte resaltó la urgencia de que el país adopte una política pública integral que aborde específicamente el desplazamiento causado por factores ambientales, que reconozca su naturaleza multifacética y que permita adoptar medidas efectivas de prevención, mitigación y atención.

Colombia es el segundo país de Latinoamérica en reconocer este fenómeno

Para María Lucía Torres, directora de la clínica jurídica del Grupo de Acciones Públicas (GAP) de la Universidad del Rosario, la sentencia de la Corte Constitucional marca un hito en el manejo del desplazamiento forzado interno en Colombia, reconociendo que “se trata de un fenómeno multicausal que afecta a millones de personas en el país. De ahí, la decisión de tener un fallo con efecto ‘inter comunis’, al considerar que otras personas de la comunidad se pudieron ver afectadas por el mismo fenómeno y les cubre la sentencia”.

  • Lo anterior, sin duda, representa un avance en materia de protección de los derechos de las personas desplazadas internamente, y de lograr una regulación Colombia “sería el segundo país de América Latina, luego de Perú, en reconocer las diversas causales de desplazamiento forzado interno”, resaltó la experta.
  • Frente al caso concreto que estudió el alto tribunal, la sentencia concluyó que el caso de los accionantes se enmarca en un desplazamiento forzado interno por factores ambientales y que estos tienen el derecho a que el Estado proteja sus derechos fundamentales vulnerados.

El alto tribunal extendió los efectos de la decisión para beneficiar a todas las personas desplazadas por el desbordamiento del río Bojabá que se encontraran en una situación similar a los campesinos que se vieron afectados. Por ello, exhortó al Congreso para que desarrolle un marco normativo comprensivo para atender el fenómeno del desplazamiento forzado interno por factores ambientales.

2.3 millones de desplazamientos de menores por desastres naturales en AL

En América Latina y el Caribe (ALC), los desastres relacionados con el clima, como inundaciones fluviales, y tormentas, causaron 2.3 millones de desplazamientos internos de niños, niñas y adolescentes en seis años, o aproximadamente 1.050 desplazamientos de niños, niñas y adolescentes por día- según un nuevo análisis de UNICEF publicado en octubre de 2023.

  • Niños y niñas desplazados por el cambio climático es el primer análisis mundial del número de niños y niñas desarraigados de sus hogares entre 2016 y 2021 debido a inundaciones, tormentas, sequías e incendios forestales, y examina las previsiones para los próximos 30 años.
  • Según el análisis, en la región de ALC, Cuba y Honduras registraron el mayor número de niños, niñas y adolescentes desplazados debido a peligros relacionados con el clima en números absolutos entre 2016 y 2021 1 2.
  • “Cada día, las inundaciones, los deslizamientos de tierra y los huracanes están desarraigando a más y más niños, niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe”, afirmó Garry Conille, Director Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe.
  • “Cuando las familias se ven gravemente afectadas por estos desastres relacionados con el clima, los niños, niñas y adolescentes no solo pierden sus hogares sino que también su acceso a la educación, la salud, el agua y la protección.
  • Todo su futuro está en peligro y su única opción es huir porque ya no queda nada. En los próximos años y décadas, esta preocupante tendencia no hará más que acelerarse aún más, dando lugar a una generación de ‘niños, niñas y adolescentes migrantes climáticos’ en toda la región”.

“Esperar a que pase la tormenta es una pérdida de tiempo valioso. A todos nos interesa construir comunidades más resilientes en la región, incluido el fortalecimiento de la educación climática, la protección de los niños, niñas y adolescentes y las familias en riesgo de desplazamiento y el apoyo a quienes ya se encuentran en movimiento”, añadió Conille.

  • Las decisiones de trasladarse pueden ser inevitables y abruptas en caso de catástrofe o ser el resultado de una evacuación preventiva que permite salvar las vidas pero que también obliga a muchos niños y niñas a afrontar los problemas que supone el desarraigo de sus hogares, a menudo durante largos periodos.
  • Los más jóvenes están especialmente expuestos al riesgo de desplazamiento en países que ya se enfrentan a crisis superpuestas como los conflictos y la pobreza, y donde las capacidades locales para hacer frente a cualquier desplazamiento adicional de niños y niñas son bastante limitadas.
  • Haití, por ejemplo –que ya corre un alto riesgo de desplazamiento infantil relacionado con desastres– también es un país azotado por la violencia y la pobreza, con una inversión limitada en las tareas de mitigación de riesgos y preparación.

En países – donde el número de niños y niñas vulnerables que corren el riesgo de sufrir desplazamientos en el futuro es mayor y las capacidades para afrontar esta situación y conseguir financiación son limitadas- la mitigación de riesgos, la adaptación, los esfuerzos de preparación y la financiación son más urgentes.

  • Utilizando un modelo de riesgo de desplazamiento por desastres elaborado por el Observatorio de Desplazamiento Interno, el informe prevé que las inundaciones fluviales pueden desplazar a casi 96 millones de niños y niñas en los próximos 30 año sobre la base de los datos climáticos actuales*.
  • En la región de ALC, se prevé que sólo las inundaciones desplazarán a 4.6 millones de niños y niñas en el mismo período. Debido al aumento de la frecuencia y la gravedad de los fenómenos meteorológicos como consecuencia del cambio climático, las cifras reales serán casi con toda seguridad más elevadas.
  • En Brasil, por ejemplo, las inundaciones fluviales y las tormentas podrían desplazar a aproximadamente 1.5 millones de niños, niñas y adolescentes en los próximos 30 años. En México, hasta 672.000 niños, niñas y adolescentes podrían verse desplazados debido a estos peligros durante el mismo período de tiempo.

Fondo de 100 mdd para apoyar a los refugiados del cambio climático

  • La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) anunció la puesta en marcha de un fondo con el que espera recaudar 100 millones de dólares (94 millones de euros) antes de finales de 2025 para apoyar a los refugiados y otros desplazados más afectados por la crisis climática.
  • Este fondo pretende financiar de forma exclusiva los esfuerzos para proteger a los refugiados y desplazados que más sufren el impacto del cambio climático, así como a los países de origen y acogida, equipándolos para prepararse, resistir y recuperarse de los choques relacionados con el clima.

Para ello, dará prioridad a los proyectos que tengan mayor efecto a nivel local, que impliquen a las comunidades afectadas en su diseño y ejecución y que se alineen con las estrategias climáticas y los planes de desarrollo nacionales.

«Estos proyectos aportarán mejoras tangibles en las condiciones de vida, la seguridad y el bienestar de los refugiados y sus anfitriones», indicó el alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, en un comunicado de la organización.

El fondo tiene entre otros objetivos aumentar la disponibilidad de recursos sostenibles en los entornos de desplazamiento, construir refugios resistentes al clima para los refugiados y desplazados o reducir el impacto de la respuesta humanitaria en el entorno natural.

  • También tiene como objetivo impulsar el alcance de la acción climática de ACNUR en países en los que ya está respondiendo a importantes situaciones de desplazamiento forzado relacionadas con conflictos como Bangladés, Chad, Etiopía, Kenia o Mozambique.
  • Según cifras de ACNUR, alrededor del 60 % de los desplazados forzosos y apátridas del mundo viven en países frágiles o afectados por conflictos que se encuentran a su vez entre los más vulnerables al cambio climático.

«Muchos de los países que han sido más generosos en la acogida de refugiados son también los más afectados por la crisis climática», aseguró Grandi, quien destacó que la financiación disponible actualmente para hacer frente a los impactos del cambio climático no llega ni a los desplazados ni a las comunidades que los acogen.

En 2022, más del 70 % de los refugiados y solicitantes de asilo huyeron de países altamente vulnerables al clima según ACNUR./Agencias-PUNTOporPUNTO

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