En México, 34.3% de la población (alrededor de 44.9 millones de personas) se encontraron en situación de pobreza laboral en el tercer trimestre del año, es decir, que no contaron con el ingreso suficiente por su trabajo para adquirir la canasta alimentaria para cada integrante del hogar, informó el Inegi.
- Con ese resultado, la pobreza laboral en el país se ubicó 0.8 puntos porcentuales debajo del nivel de 35.1% alcanzado en el segundo trimestre del año. Sin embargo, aún está 0.4 unidades por arriba de la tasa de 33.9% de los primeros tres meses de 2025, el nivel más bajo desde 2005, cuando inició su medición.
- Entre los factores que habrían contribuido a la reducción de este indicador destaca el aumento anual del ingreso laboral per cápita en 20 de las 32 estados del país, explicó en entrevista José Nabor Cruz Marcelo, profesor e investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
Sin embargo, el también exsecretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) —institución que realizaba la medición de la pobreza en el país antes de transferir esa responsabilidad al Inegi— advirtió que la desaceleración económica y la creciente debilidad del mercado laboral en el tercer trimestre del año pudieron impedir una mayor reducción de la pobreza laboral.
Cabe recordar que en el periodo de julio a septiembre de 2025 el Producto Interno Bruto (PIB) de México reportó una contracción trimestral de 0.3%, su primer retroceso en el año, en tanto que el número de plazas laborales adscritas al IMSS hasta septiembre apenas era 0.4% mayor al reportado un año antes, siendo la tasa más baja para dicho mes desde 2020, cuando se redujo debido a la crisis generada por la pandemia de Covid-19.
Por zona y región
- En el ámbito rural la población en pobreza laboral disminuyó 0.7 puntos porcentuales, pues pasó de 49.1% en el periodo abril-junio de 2025 a 48.4% en el tercer trimestre del año. Por su parte, en el ámbito urbano también retrocedió 0.6 puntos porcentuales, moviéndose de 30.8% a 30.2% en igual lapso.
Durante septiembre pasado se reportó un incremento en el costo de la canasta alimentaria de 3.6% anual en el ámbito rural y de 4.7% en el urbano, lo que podría explicar que, aunque en términos generales se tuvo una mejora en los ingresos laborales, la reducción de la pobreza fue mucho menor a lo que podría haber sido, si no fuera por esta carestía, explicó Cruz Marcelo.
- Los estados con mayor porcentaje de población en pobreza laboral en el periodo entre julio y septiembre pasados fueron Chiapas, con una tasa de 61.1%; Oaxaca, con 58.1%, y Guerrero, con 52.3 %, en tanto las de menor porcentaje fueron Baja California Sur, con 13.4%; Colima 18.4%, y Quintana Roo, con 19.4%.
- Entre el tercer trimestre de 2024 y el mismo lapso de este año la pobreza laboral disminuyó en 24 entidades. Los estados donde hubo los mayores retrocesos anuales fueron Tlaxcala, con una baja de 5.6 unidades; Aguascalientes, con 5.2; Hidalgo, 4.6; Querétaro, 4.1, y Guerrero, con 3.6 puntos.
En contraste, las entidades que registraron los mayores aumentos en el periodo de referencia fueron San Luis Potosí, con 5.5 unidades; Veracruz, 3.2; Durango, 2.5; Chihuahua, 1.1, y la Ciudad de México, con un punto.
Brechas salariales
- El ingreso laboral real promedio de la población ocupada a nivel nacional fue de 7 mil 472.72 pesos al mes. Los hombres ocupados reportaron un ingreso laboral real mensual de 8 mil 137.40, mientras que para las mujeres fue de 6 mil 519.53, cifra 19.9% inferior respecto a la población ocupada masculina.
- Por género de la jefatura del hogar, la tasa de pobreza laboral para las mujeres se encuentra consistentemente más alta que para los hombres, con una tasa de 38.8% en el periodo julio-septiembre, en tanto que para el grupo masculino se ubicó en 32.3%, tasa 6.5 puntos porcentuales menor.
- Por otra parte, los empleados en el sector formal de la economía reportaron un ingreso laboral mensual de 10 mil 573.62 pesos, mientras que, para la población ocupada de manera informal fue de 5 mil 237.34 pesos, lo que significó 50.5% menos que la ocupada en el sector formal.
Debido a lo anterior, el porcentaje de la población ocupada con un ingreso inferior al costo de una canasta alimentaria en el sector formal fue de apenas 0.7%, mientras que para los empleados en la informalidad fue de 19.6%.
La tasa de empleo informal llegó a 55.4% de la población ocupada en el tercer trimestre de 2025, la más alta en los últimos tres años.
México sigue entre los países con más desigualdad del mundo
En la última década, México ha registrado una reducción en sus niveles de desigualdad, impulsada principalmente por el aumento del salario mínimo y la expansión de los programas de bienestar.
Así lo explicó el economista Ricardo Gómez-Carrera, investigador que participó en la elaboración del Informe mundial sobre la desigualdad 2026, en entrevista con La Jornada.
El especialista subrayó que, si bien el país continúa figurando entre las naciones con mayor desigualdad, los datos muestran un cambio relevante en los años recientes, resultado de políticas públicas enfocadas en redistribuir el ingreso y mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores.
¿México sigue siendo un país desigual?
De acuerdo con Gómez-Carrera, la respuesta es sí, pero con matices. México se mantiene entre los 15 países con mayor desigualdad a nivel mundial, aunque presenta una reducción en este indicador durante los últimos años.
- México lo ha hecho bien en cuestión de reducción de la desigualdad en los últimos años. Creo que hay todavía un gran margen por hacer”, señaló el economista.
- Esta disminución no implica que el problema esté resuelto, sino que algunas políticas han comenzado a modificar una estructura históricamente desigual.
El papel del salario mínimo en la reducción de la desigualdad
- Uno de los factores más relevantes ha sido el incremento sostenido del salario mínimo. Gómez-Carrera explicó que este tipo de medida pertenece a lo que se conoce como políticas de predistribución, es decir, aquellas que reducen la desigualdad antes de que el ingreso llegue a los hogares.
La parte que ha ayudado más a disminuir la desigualdad en México ha sido el aumento de los salarios mínimos y también han tenido que ver las transferencias”, afirmó.
- Además, destacó que diversos estudios muestran que el aumento al salario mínimo no incrementa la desocupación, como se argumentó durante años, sino que puede contribuir a mejorar las condiciones laborales en economías como la mexicana.
Programas de bienestar y transferencias públicas
- Otro componente clave han sido las transferencias directas e indirectas del Estado. En el caso de México, estas incluyen programas como las becas Benito Juárez, así como el acceso a servicios públicos de salud y educación.
- El economista explicó que estas políticas de redistribución han demostrado ser efectivas en distintas regiones del mundo, pero tienen un impacto particular en América Latina, donde la desigualdad de origen es más profunda.
Menos pobreza y mayor poder adquisitivo
Las cifras respaldan esta tendencia. En agosto pasado, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) confirmó que 13.4 millones de personas salieron de la pobreza entre 2018 y 2024.
- A ello se suma que, entre el sexenio anterior y el actual, el poder adquisitivo del salario mínimo se ha recuperado 154.2 por ciento, como resultado directo de los incrementos aplicados en los últimos años.
Estos datos refuerzan la idea de que el ingreso laboral volvió a jugar un papel más relevante en la reducción de carencias.
Redistribución y predistribución: dos caminos complementarios
Gómez-Carrera explicó que existen dos grandes tipos de políticas para enfrentar la desigualdad:
- Redistribución, que actúa después de que el ingreso se genera, mediante impuestos progresivos y transferencias.
- Predistribución, que busca reducir la desigualdad desde el origen, a través de mejores salarios y derechos laborales.
- Una política de predistribución es el aumento en salarios mínimos, por ejemplo, o los derechos de los trabajadores”, detalló.
Ambos enfoques, señaló, deben funcionar de manera conjunta para lograr cambios sostenidos.
Educación y salud, claves para el largo plazo
- A pesar de los avances, el investigador enfatizó que la inversión en educación y salud sigue siendo la vía más sólida para reducir la desigualdad de forma estructural.
- Dirigir recursos a estas áreas no solo impacta a quienes reciben el beneficio directo, sino que amplía las oportunidades de las siguientes generaciones.
- Es una política que ayuda a la generación que se beneficia, pero también a la siguiente”, explicó.
¿Es necesaria una reforma fiscal?
Sobre una posible reforma fiscal, Gómez-Carrera planteó que el objetivo no debe ser aumentar la carga a quienes ya pagan impuestos, sino ampliar la base gravable, en especial en los sectores de mayores ingresos.
- Los grupos más ricos suelen quedar fuera de los esquemas de impuestos progresivos, por lo que gravarlos permitiría financiar de forma sostenible la educación y salud.
- México tiene un gobierno con alta aprobación, un gobierno de izquierda y puede ser un campeón en este esfuerzo por gravar a la parte más alta de la distribución”, afirmó.
- Incluso mencionó que el país podría sumarse a experiencias como las de Brasil y Sudáfrica, donde se discuten impuestos a los patrimonios cercanos al 2 por ciento.
Avances claros, pero con un reto pendiente
El diagnóstico final demuestra que México ha logrado avances medibles en la reducción de la desigualdad gracias al salario mínimo y los programas sociales, pero el desafío sigue siendo profundo.
- El propio Gómez-Carrera insistió en que el siguiente paso debe centrarse en más inversión pública en educación y salud, acompañada de un sistema fiscal que distribuya mejor la carga.
La reducción de la desigualdad, concluyó, no es un logro de corto plazo, sino un proceso que requiere continuidad y decisiones de fondo.
México lidera los avances en la región en la disminución de la pobreza
En el contexto de América Latina y el Caribe, la reducción de la pobreza sigue siendo una de las principales preocupaciones para gobiernos y organizaciones internacionales. En este sentido, el informe anual “Panorama Social de América Latina y el Caribe, 2025”, presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), revela datos importantes sobre los avances y retos que enfrenta la región en esta materia.
Si se ordenaran los 30 países de América Latina y el Caribe en función de la reducción de la pobreza registrada en 2025, México ocuparía un destacado 4º lugar, con una disminución del 3.1% anual.
- Este dato refleja un avance significativo para el país, que ha logrado mejorar las condiciones de vida de millones de personas en situación de vulnerabilidad.
- Por su parte, Brasil se posicionaría en el séptimo lugar, con una reducción de 1.9%, un avance que, aunque positivo, es inferior al logrado por otros países de la región.
Los países que encabezan la lista de los mayores avances en la reducción de la pobreza son Honduras, con una impresionante caída del 4.2%, seguida por Costa Rica y República Dominicana, con una reducción del 3.3% cada uno.
- Estos resultados son un reflejo de las políticas sociales implementadas por los gobiernos de estos países, que han priorizado la mejora de las condiciones de vida de sus ciudadanos más desfavorecidos.
- José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal, destacó durante la presentación del informe que la pobreza monetaria en la región disminuyó de 174 millones de personas en 2024 a 162 millones en 2025.
Este descenso fue impulsado principalmente por los avances de México y, en menor medida, por Brasil.
- Aunque estos dos países no fueron los líderes en la reducción de la pobreza, su tamaño y peso demográfico en la región (representan el 52% de la población de América Latina y el Caribe) tuvieron un impacto determinante en la media regional.
Factores Clave para la Reducción de la Pobreza en México
Según el informe de la Cepal, los principales factores que han contribuido a la disminución de la pobreza en México incluyen las transferencias públicas, especialmente las becas otorgadas a los grupos más vulnerables, y el aumento del salario mínimo, lo que ha mejorado el poder adquisitivo de las familias de menores ingresos.
Sin embargo, Alberto Arenas de Mesa, director de la división de desarrollo social de la Cepal, advirtió que las transferencias de ingreso no contributivas, por sí solas, no son suficientes para erradicar la pobreza en la región. Aseguró que, aunque estas transferencias son un apoyo importante, no garantizan una solución definitiva al problema de la pobreza estructural.
Desigualdad y Retos Estructurales en América Latina
El informe de la Cepal también abordó el tema de la desigualdad, otro de los grandes desafíos de América Latina. Según el análisis, la región enfrenta tres trampas de desarrollo que dificultan la construcción de un futuro más inclusivo y productivo.
- Estas trampas son: la baja capacidad para crecer, la baja capacidad institucional y gobernanza poco efectiva, y la alta desigualdad, la baja movilidad social y la débil cohesión social.
- Uno de los aspectos más preocupantes que destaca el informe es la persistente desigualdad en los ingresos, que sigue siendo una característica estructural en América Latina.
El informe señala que el 10% de los hogares más ricos de la región captan 34.2% del ingreso total, lo que evidencia una distribución de la riqueza profundamente desigual.
Esta desigualdad, además de ser un obstáculo para el bienestar de muchas personas, también se presenta como un freno para el crecimiento económico sostenido en la región.
Recomendaciones para Avanzar en la Reducción de la Pobreza y la Desigualdad
La Cepal subraya que, para continuar avanzando en la reducción de la pobreza y la desigualdad, es crucial adoptar políticas estructurales que promuevan un desarrollo más inclusivo y equitativo. Entre las recomendaciones de la Comisión se destacan:
- Incentivar el crecimiento económico para dinamizar el mercado laboral y generar más oportunidades de empleo.
- Impulsar un sistema fiscal progresivo, que permita redistribuir mejor los recursos y reducir las brechas de desigualdad.
- Desarrollar políticas sociales y de protección social que lleguen a los sectores más vulnerables y garanticen una red de seguridad para las personas en situación de pobreza.
- Fortalecer los sistemas educativos, para promover la movilidad social y proporcionar a las nuevas generaciones las herramientas necesarias para salir de la pobreza.
A pesar de los avances en la reducción de la pobreza en algunos países de la región, la desigualdad sigue siendo el principal obstáculo para un desarrollo sostenible y justo. La alta concentración de ingresos en los hogares más ricos de América Latina refleja una estructura económica que favorece a unos pocos, dejando a la gran mayoría en una situación de desventaja.
El desafío que enfrenta América Latina es enorme, pero los esfuerzos de países como México, Brasil, Honduras, Costa Rica y República Dominicana demuestran que es posible lograr avances significativos en la lucha contra la pobreza. /PUNTOporPUNTO
























