HEPATITIS AGUDA GRAVE sigue en aumento en la República MEXICANA, se han confirmado 207 CONTAGIOS

Los estados con mayor número de contagios son la Ciudad de México, con 48 casos; seguida del Estado de México, con 29; Veracruz, con 12 casos, e Hidalgo, también con 12.

De un total de 405 casos sospechosos, México ha confirmado 207 casos de HEPATITIS AGUDA GRAVE por causa desconocida (identificada como A-E), todos ellos en menores de edad y, la mayoría, en un rango de 0 a 5 años.

El 20 de mayo pasado, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, informó que se registraban entre 25 y 30 casos de hepatitis aguda grave en el país, es decir que, en seis meses se registraron 182 casos confirmados más de esta enfermedad.

De acuerdo con el reporte epidemiológico de la Secretaría de Salud (Ssa) del 14 de noviembre pasado, no existe un porcentaje mayor entre hombres y mujeres; sin embargo al revisar la estadística por edades, el grupo de 0 a 5 años es el que registra el mayor número de casos, con 162, seguido del grupo de 6 a 11 años, con 26 casos, y de 12 a 16 años, con 19.

  • La sintomatología más frecuente es la ictericia (color de piel amarillo), que se presenta en el 83.5 % de los casos; seguido del dolor abdominal, en el 57.7 % de los casos, y el vómito, registrado en el 57.2 % de los pacientes.
  • Sin embargo los enfermos también han registrado coluria (color oscuro en la orina), en el 45.1%; náuseas, en 42.7% de los casos, y adinamia (ausencia de fuerza física), en el 45% de los casos.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad se cura sin consecuencias graves ni necesidad de cuidados o tratamientos especiales, pero “en raras ocasiones puede provocar insuficiencia hepática grave o la muerte”.

  • Según datos de la Secretaría de Salud federal, los casos de hepatitis aguda grave comenzaron a registrarse en México a partir del 4 de abril pasado.
  • Los estados con mayor número de contagios son Ciudad de México, con 48 casos; seguida del Estado de México, con 29; Veracruz, 12 casos, e Hidalgo, también con 12.

El 15 de junio pasado, la Comisión Permanente del Congreso aprobó un punto de acuerdo de la diputada de Morena Yuritzi Almazán en el que exhortó a la Secretaría de Salud federal y a sus homólogas de los 32 estados del país a continuar y, en su caso, incrementar actividades de vigilancia epidemiológica, investigación, prevención y concientización, así como a continuar realizando acciones de control de contagios relativos a la hepatitis aguda infantil de origen desconocido.

Atendiendo el exhorto, la Secretaría de Salud de la Ciudad de México respondió el pasado 4 de noviembre que han estudiado 157 casos sospechosos, de los cuales 89 fueron descartados y 44 reunieron la definición de caso probable, mientras que 24 más seguían en estudio.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), por el momento “estos casos siguen siendo relativamente raros”.

  • En su sitio, la OMS señala que “cada año surgen casos de hepatitis de origen desconocido en la población infantil, pero estamos tratando de averiguar si ha habido más casos de lo habitual este año o no. Algunos países han informado de que las cifras comunicadas son superiores a las esperadas”.

Refiere que siguen investigando varias causas posibles diferentes, tanto infecciosas como no infecciosas:

  • “Por el momento, ninguno de los casos parece haber sido causado por los virus que habitualmente causan hepatitis aguda (hepatitis A, B, C o E). No parece que haya ningún denominador común entre los casos, ya sea un lugar en concreto, una comida, un medicamento, un animal, una bacteria o alguna enfermedad concomitante”.

De ahí que para la OMS es posible que exista un vínculo con algunos virus que causan síntomas similares al resfriado y la gripe llamados adenovirus y también investigan “si los casos de hepatitis podrían estar relacionados con la Covid-19”, pero es una teoría que todavía no está confirmada.

Antecedente

El 4 de mayo pasado, el Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica emitió un aviso destacando que el 5 de abril el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte notificó a la OMS sobre el incremento en casos de hepatitis aguda de causa desconocida en niños menores de 10 aos residentes en Escocia. Una semana después, los casos se habían extendido a las regiones británicas de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.

  • Para el 21 de abril, se reportaban casos fuera del Reino Unido, en países como Israel, España, Estados Unidos, Países Bajos, Dinamarca, Irlanda, Países Bajos, Italia, Noruega, Francia, Rumania y Bélgica.

Hepatitis infantil no corresponde a ninguna de las ya existentes: UNAM

Con la información que se tiene al alcance, Roberto Vázquez Campuzano, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que no hay una relación de la enfermedad con los tipos de hepatitis A, B, C, D y E ya conocidos.

A través de la Gaceta de la UNAM, el académico refirió que los casos de hepatitis en niños es un evento que no se produce “de forma habitual”, por lo que es regularmente un “evento raro”.

Sostiene que los cinco tipos de hepatitis actualmente conocidos y para los que se tienen tratamientos no son causantes de la actual enfermedad, y que hay tres hipótesis que se mantienen sobre su origen y propagación:

  • La primera hipótesis está vinculada “con el adenovirus 41, que se ha aislado en la mayoría de los casos y está vinculada a gastroenteritis”.
  • Otra hipótesis está relacionada con el COVID-19, ya que recientemente un estudio publicado en la revista The Lancet señaló que un porcentaje de niños enfermos de hepatitis habían sido contagiados del virus con meses de antelación en Inglaterra e Israel.
  • Finalmente, la tercera posibilidad conocida, de acuerdo con Roberto Vázquez Campuzano, tendría que ver con la intoxicación por medicamentos: “En el caso del nuevo brote, se analiza si la hepatitis es causada por la intoxicación con algún medicamento; hasta ahora se manejan varios, como paracetamol, de uso muy frecuente en la pandemia”, pero se continúa indagando.

El especialista señala que hay muchos aspectos raros con este tipo de hepatitis que se ha propagado recientemente en niños, estos van desde el adenovirus 41 que ha sido identificado en la sangre pero no en el hígado. Otro tema importante es que los contagios de la hepatitis no se ha transmitido entre familias.

Roberto Vázquez Campuzano señala que la mayoría de casos de hepatitis detectados en niños es del tipo “A”, suele atacar a niños menores de cinco años y su prevalencia es de hasta el 70 por ciento.

  • Las autoridades de salud sugieren vacunar a las personas contra la hepatitis tipo A hasta que cumplan su primer año de vida.
  • También señala que la hepatitis no deja secuelas en los niños, salvo el caso del tipo “B”, mismo que “si se adquiere la infección durante los primeros cinco años de vida, la persona se vuelve portadora crónica, lo que significa que vamos a tener la infección toda nuestra vida y podemos desarrollar alguna complicación”.

Por esta razón se aplican tres vacunas contra la hepatitis B en los primeros seis meses de vida de los menores.

Finalmente, el experto de la UNAM asegura que el lavado de manos, cubrirse con el antebrazo al toser o estornudar, además de mantener las precauciones contra la COVID-19 son necesarios para estar prevenidos ante la propagación de este tipo de hepatitis.

Signos y síntomas

Hasta la fecha, el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos de la Secretaría de Salud no ha podido verificar que alguno de los casos registrados en México esté asociado a adenovirus o a otro agente etiológico específico.

“Por lo regular, la hepatitis A en niños es una infección aguda benigna y, muchas veces, asintomática. Los infantes pueden presentar ictericia, o sea, una coloración amarilla en el cuerpo y los ojos, o no, y aunque experimentan malestar general y cansancio extremo, al cabo de unos días se sienten bien. Lo que estamos detectando ahora son niños con ictericia, dolor abdominal, diarrea, náusea y vómitos que van a dar al hospital”, indica la especialista.

  • Las vacunas contra la hepatitis A y la hepatitis B producen anticuerpos y una respuesta de memoria y protección en contra de los virus A y B, respectivamente, por lo que se ha visto que los niños vacunados con ellas no pueden combatir esta hepatitis aguda grave de etiología desconocida.

“Si un niño menor de 16 años se muestra cansado, apático, sin ganas de moverse, o tiene ictericia, dolor abdominal, diarrea, náusea y vómitos, debe ser llevado de inmediato al médico para que lo valore y le mande hacer una prueba de la función hepática”, apunta Rosa María Wong Chew, jefa de la Subdivisión de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina.

Si bien aún no se sabe a ciencia cierta cuál es el agente patógeno que causa este tipo de hepatitis, es fundamental seguir algunas medidas de prevención básicas.

“La primera de ellas es lavarse las manos antes y después de preparar los alimentos y después de ir al baño o de cambiarle el pañal a un bebé. Otras son: cubrirse con un pañuelo desechable la nariz y la boca a la hora de toser o estornudar; no compartir alimentos, bebidas, cubiertos y platos porque la saliva pudiera contener el agente patógeno todavía no identificado; limpiar y desinfectar perfectamente los juguetes y los objetos que manipulan los niños en las guarderías; tomar agua filtrada, hervida o embotellada; desinfectar o lavar las frutas y verduras crudas con agua y jabón; comer alimentos cocidos; tener completo el esquema de vacunación contra la hepatitis A y la hepatitis B, así como manejar adecuadamente las excretas, especialmente en aquellos lugares donde no hay baños ni drenaje, como las zonas rurales del país”, dice la especialista.

  • Para que se hable de un posible caso de hepatitis aguda grave de etiología desconocida, la OMS, la Unión Europea y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos han establecido que la persona debe ser menor de 16 años, tener niveles de las enzimas transaminasas mayores a 500 y mostrar signos y síntomas compatibles con hepatitis, pero sin la presencia en sangre de los virus de la hepatitis A y de la hepatitis B.

“Algunos pacientes tienen el antecedente de haber padecido la Covid-19, pero otros no. En algunos se encontraron cuerpos de adenovirus, pero en otros no. Se ha manejado la hipótesis de que la causa de esta enfermedad pudiera ser la coexistencia de adenovirus con alguna variante del virus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, como la ómicron, o bien el virus de Epstein-Barr o el consumo de paracetamol en dosis altas… No olvidemos que durante la pandemia de Covid-19 se usó mucho el paracetamol, y se sigue usando por cualquier cosita… En dosis altas, dicho medicamento puede ser tóxico y favorecer la aparición de una hepatitis que evolucione de leve a grave. De todos modos, aún no hay nada claro”, comenta Héctor González Cabello, académico de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina.

De acuerdo con información de la OMS, seis por ciento de los casos reportados han requerido un trasplante de hígado. Al respecto, el académico universitario señala: “Una hepatitis aguda no avisa en ningún momento que se volverá fulminante. Por eso, la cuestión de los trasplantes es lo que más asusta a la gente, ya que, a diferencia de los países europeos o de Estados Unidos, México no dispone de un buen programa de trasplantes de órganos”.

De esta manera, lo más recomendable es tomar muy en cuenta la alerta epidemiológica emitida por la OMS y continuar al pie de la letra con las medidas de prevención, finalizó.

Hepatitis aguda y crónica: ¿Cuál es la diferencia?

La hepatitis aguda se produce en un niño previamente sano, sin lesión hepática preexistente. Las principales causas de hepatitis aguda en los niños se deben a los medicamentos y a las infecciones.

La hepatitis crónica se produce en niños con una enfermedad hepática subyacente. Los niños pueden presentar signos de enfermedad hepática avanzada, como cirrosis, hemorragias, acumulación de líquido y escaso aumento de peso.

Los signos y síntomas de la hepatitis aguda incluyen

  • Orina oscura
  • Heces de color claro (pálidas)
  • Picor en la piel
  • Piel u ojos amarillos (ictericia)
  • Fatiga
  • Fiebre mayor de 100.4°F o 38°C
  • Náuseas o vómitos
  • Dolor abdominal
  • Pérdida de apetito
  • Dolor en las articulaciones

Los niños también pueden no presentar síntomas. Si le preocupa que su hijo tenga alguno de estos síntomas o si su hijo ha estado en contacto con alguien con hepatitis viral activa, llame a su pediatra.

Para diagnosticar la hepatitis aguda, el pediatra puede pedir un análisis de sangre para comprobar si hay hepatitis. Si el análisis muestra que tiene hepatitis, su hijo puede necesitar más análisis de sangre y una ecografía abdominal./Agencias-PUNTOporPUNTO

Recibe nuestro boletín informativo, suscríbete usando el formulario