En octubre de este año, la canasta alimentaria en el ámbito urbano registró un aumento de 4.27 por ciento a tasa anual, cifra superior a la inflación general, que fue de 3.57 por ciento en el mismo mes, mientras que en el ámbito rural el incremento anual fue de 2.93 por ciento, de acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Así, en el décimo mes del año, el valor de la canasta alimentaria (que refleja la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos) fue de dos mil 450.01 pesos en el ámbito urbano y de mil 844.15 pesos en el rural.
- Según el reporte de Líneas de Pobreza, el Inegi estimó que la carne y los alimentos que se consumen fuera del hogar fueron los factores que más encarece los productos básicos.
- Cabe destacar que el costo de la canasta alimentaria en las áreas rural y urbana son los referentes de las Líneas de Pobreza Extrema por Ingresos (LPEI), para indicar qué porcentaje de la población se encuentra en dicha condición.
En el reporte se reveló que los alimentos que más impactaron el costo de la canasta alimentaria rural fueron aquellos productos y bebidas consumidos fuera del hogar, que registraron un aumento de 7.5 por ciento; en tanto que el bistec de res mostró un incremento de 19.4 por ciento y la molida de res, alcanzó un alza de 17.6 por ciento.
En tanto, el precio de la canasta urbana también se vio impactada por alimentos y bebidas y bistec de res, con los mismos aumentos que se dieron en el ámbito rural, pero con un mayor incremento en la leche pasteurizada, de 8.6 por ciento.
Por su parte, la canasta alimentaria y no alimentaria, que incluye, además de alimentos, la posibilidad de acceder a bienes y servicios reportó en el área rural un costo de tres mil 411.88 pesos, con un incremento de 3.1 por ciento.
En el caso del ámbito urbano, el precio en el décimo mes fue de cuatro mil 759.91 pesos con un incremento de 3.6 por ciento en su comparación anual.
- En este segmento, el Inegi destacó que, en el citado mes, los productos con precios al alza se encontraron en la canasta alimentaria, con 4.3 por ciento; en la educación y recreación, con 5.7 por ciento; así como en la vivienda y servicios de conservación, de 4.1 por ciento.
Por su parte, en la medición mensual, el incremento mensual de la canasta alimentaria en octubre fue de 0.35 por ciento en el ámbito rural, mientras que en el urbano fue de 0.19 por ciento.
Cabe mencionar que, de acuerdo con el Inegi, la inflación general anual del país en octubre de 2025 fue de 3.57 por ciento, lo que representó una disminución de 1.2 puntos porcentuales respecto a octubre de 2024, cuando se ubicó en 4.8 por ciento.
Esta inflación resultó similar a la de octubre de 2007, que fue de 3.7 por ciento. Por su parte, la general mensual de octubre de 2025 (0.36 por ciento) aumentó en 0.2 puntos porcentuales respecto al mes anterior, lo que contrasta con los datos de enero a julio de 2025, periodo en el que la inflación se mantuvo en 0.3 por ciento.
Inflación general habría repuntado en noviembre
La inflación general de México se habría acelerado durante la primera mitad de noviembre después de dos quincenas en declive, mostró este viernes un sondeo de Reuters, en momentos en que el mercado apuesta a que el Banco de México (Banxico) recortaría nuevamente su tasa clave de interés antes de que culmine el año.
- Según la mediana de las proyecciones de 10 participantes, el índice general de precios al consumidor habría repuntado a un 3.56% a tasa interanual.
- Para la inflación subyacente, que elimina productos de alta volatilidad, las estimaciones indican que se habría mantenido estable en un 4.32%, si bien continuaría por encima de la meta oficial de un 3% +/- un punto porcentual.
Con respecto a la quincena previa, los precios habrían crecido un 0.42%, mientras que para el índice subyacente se prevé una tasa del 0.05%, de acuerdo con la encuesta. Los datos oficiales serán divulgados el lunes.
Banxico espera hacer otro recorte de tipos antes de que acabe el año
Banxico redujo a inicios de noviembre la tasa referencial por undécima ocasión seguida para ubicarla en un 7.25% y, aunque adoptó un tono más cauto en su comunicado respecto una mayor flexibilización, dejó abierta la puerta para recortar nuevamente los tipos de interés.
- Según la minuta del encuentro divulgada esta semana, la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno creen que el débil desempeño de la economía ayudaría a moderar la inflación, lo que dejaría margen para recortar el costo de los créditos.
- La gobernadora del banco, Victoria Rodríguez, afirmó recientemente en una entrevista que veía “altamente probable” un nuevo recorte de un cuarto de punto porcentual en el próximo anuncio de política monetaria del 18 de diciembre.
En consonancia con las autoridades, el mercado anticipa que la tasa culminaría este año en un 7%, según una encuesta de Citi.
Recesión e inflación presionan al gobierno de Sheinbaum
El tic tac económico que acompaña al gobierno de Claudia Sheinbaum marca el umbral de su segundo año, con la inflación y el poco crecimiento nuevamente en el centro del tablero. Ayer, en conferencia matutina, llamó la atención un reconocimiento poco habitual, ya que la presidenta admitió que la economía mexicana “no tuvo tanto crecimiento este año”, pese a las estrategias desplegadas desde Palacio Nacional.
Para contener el desgaste, ha adelantado una estrategia apoyada en la canasta básica y el mensaje de que el incremento al salario mínimo previsto para 2026 no generará presiones significativas. Contrariamente, atribuye la desaceleración al desempeño de la economía estadounidense y al impacto de los aranceles internacionales.
Indicadores
Pero más allá del discurso, los hogares mexicanos seguirán enfrentando aumentos reales en su consumo cotidiano, mientras el sector empresarial observa un horizonte aún incierto. Lo advierte el Banco de México y lo confirman los especialistas consultados por EL DEBATE, que el margen para transitar 2026 sin sobresaltos existe, pero es más estrecho de lo que el gobierno está dispuesto a reconocer públicamente.
- La economía mexicana muestra señales de deterioro y podría estar entrando en recesión, de acuerdo con la economista Gabriela Siller. Compartió que el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) acumula en el año un crecimiento de apenas 0.12 por ciento, su peor registro desde 2020, cuando la pandemia hundió la actividad. Es un nivel que solo se ha visto en años asociados a crisis, como 2019, 2009 o 1995.
El freno proviene sobre todo de las actividades secundarias, que retrocedieron 3.28 por ciento anual y suman siete meses consecutivos de caídas. Todos sus componentes, minería, servicios básicos, construcción y manufacturas, cayeron en septiembre, algo que no ocurría desde la emergencia sanitaria de 2020.
Doble dificultad
Aunado a ello, mencionó que las actividades primarias crecieron 7.36 por ciento, pero su avance no ha sido suficiente para compensar la debilidad industrial. En tanto, las actividades terciarias, el sector servicio, apenas crecieron 0.67 por ciento anual, con retrocesos en alojamiento, comercio al por mayor y otros servicios. Solo algunos rubros, como apoyo a negocios, servicios profesionales y salud, mostraron dinamismo.
Para Gabriela Siller, el patrón es claro: “Los indicadores señalan un deterioro en la economía de México y la posibilidad de estar atravesando una recesión”.
- Para Daniel Jaffet León, economista y especialista en política pública, el reto que enfrenta la administración de Claudia Sheinbaum hacia el cierre de 2025 no es únicamente técnico, sino también es también una prueba de la solidez institucional del país.
- “La dificultad es doble. Romper la persistencia inflacionaria sin provocar una desaceleración profunda”. Una tarea que exige precisión y, sobre todo, confianza en quienes toman las decisiones.
Tasa de interés
En este equilibrio frágil, el Banco de México continúa siendo la pieza central. Con la inflación rondando el 3.76 por ciento, la institución conserva cierto margen para recurrir a su instrumento principal, la tasa de interés. Pero cada incremento implica costos visibles para la economía real que encarecen el crédito, desalienta la inversión privada y modera el consumo de los hogares. “El verdadero punto de apoyo es la credibilidad del banco central”, compartió León.
- El gobierno ha intentado responder a las presiones de corto plazo con medidas de corte social, como la decisión de fijar el costo de la canasta básica en 910 pesos para 2026. Una iniciativa anunciada como apoyo directo a las familias, pero que, según Daniel Jaffet León, no constituye una estrategia antiinflacionaria.
“El Índice Nacional de Precios al Consumidor abarca bienes y servicios que el Estado no puede controlar: vivienda, educación, energéticos, servicios. Intervenir en una canasta específica puede ofrecer alivio momentáneo, pero también conlleva riesgos de distorsión y presiones fiscales si requiere subsidios crecientes”.
Un problema que, dijo, si se desborda, podría afectar incluso la percepción internacional del país.
Enfoques locales
- El más reciente monitoreo de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) sobre la Canasta Básica Alimentaria revela un movimiento lento, pero firme, hacia precios más altos. Entre octubre y noviembre, el costo promedio de los 44 productos analizados ascendió a 2 mil 4.42 pesos.
- El ajuste mensual, 12 pesos adicionales, podría parecer menor en apariencia, pero se inscribe en una tendencia que desde inicios de año se ha vuelto difícil de revertir y que ya acumula 4.12 por ciento de incremento en el costo de los alimentos esenciales.
Más que una variación aislada, el estudio de ANPEC evidencia que algunos productos frescos como la cebolla, el chile jalapeño o el tomate verde, han sido especialmente sensibles en las últimas semanas, impulsados por factores que van desde estacionalidad hasta problemas de logística o mayores costos operativos.
- Para Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC, esta divergencia entre la inflación general y el comportamiento de los alimentos es central para entender el malestar económico que se vive en los hogares.
“Los alimentos mantienen una trayectoria alcista que nuestro monitoreo registra mes con mes”, señaló.
Extorsión
El panorama para 2026 añade nuevos elementos de incertidumbre. La entrada en vigor de impuestos a bebidas saborizadas, tabaco y videojuegos coincidirá con aumentos en trámites migratorios, servicios aeronáuticos y autorizaciones sanitarias.
- A ello se suma la intención gubernamental de encarecer con aranceles de hasta 50 por ciento numerosas importaciones provenientes de Asia, entre ellas insumos industriales y bienes de consumo cotidiano. Estos ajustes, consideró que no sólo presionarán los precios finales, sino que podrían complicar la operación de miles de negocios que dependen de estos productos para surtir sus inventarios.
Por otro lado, destacó la extorsión como un fenómeno que ha mutado de amenaza esporádica a costo permanente para muchos pequeños comercios y que se ha convertido también en un factor silencioso de inflación.
“Para un número creciente de tiendas de barrio, el cobro ilegal opera como un impuesto paralelo que obliga a elevar precios o reducir márgenes de supervivencia. En algunos territorios, el costo del delito termina reflejándose en el precio del kilo de tortillas, del huevo o de los productos de limpieza”, advirtió.
Variación
En contraste, Rodolfo Servín Gómez, profesor del posgrado en Estudios Fiscales del CUCEA-UDG, propone una lectura menos estridente y más histórica del fenómeno inflacionario. Para él, lo primero es recordar la escala larga, donde México dejó atrás las inflaciones de dos dígitos hace tres décadas y, salvo los sobresaltos de la pandemia, cuando el índice trepó por encima del 7 por ciento en 2021 y 2022, el país ha operado con un nivel relativamente contenido. “Hoy estamos en 3.78 por ciento y todo apunta a cerrar 2025 entre 4 y 4.5 por ciento”, estimó.
- Eso, advirtió, no significa que el problema esté resuelto. También, rechazó un viejo argumento que reaparece con cada discusión salarial, ante la idea de que aumentar el salario mínimo desata inflación. Que para 2026, se estima en 12-13 por ciento. Servín recordó que, en la práctica, el salario mínimo funciona más como referencia que como remuneración real, argumentando que la mayor parte de los trabajadores gana por encima de ese umbral.
“Si sube el mínimo, no se mueve automáticamente el salario de quien ya gana 350 o 400 pesos al día”, explicó. Solo aumentos generalizados y sustanciales podrían presionar costos y trasladarse a precios. Con la estructura actual del mercado laboral, añade, “no hay evidencia para afirmar que un incremento al salario mínimo provoque un repunte inflacionario”.
Concluyó que México mantiene una inflación acotada, pero no inmune. La estabilidad, sugiere Servín, no depende de las metas oficiales, sino de lo que ocurra en los segmentos más volátiles y más sensibles para la población, donde un choque externo puede borrar, en semanas, la calma estadística.
La extorsión influye en la inflación
La inseguridad en el País, especialmente la extorsión que pone piso a muchos precios, así como la falta de competencia en muchos mercados, son problemas estructurales que influyen en la inflación, expuso Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México (Banxico).
Cuestionado sobre qué tan factible será para el banco central lograr la meta puntual de inflación de 3 por ciento, resaltó que hay factores que escapan de la política monetaria.
”El problema de la seguridad, las extorsiones, eso está poniendo un cierto piso a muchos precios; está la falta de competitividad en muchos sectores de la economía que tienen empresas que tienen mucho poder de mercado, entonces no hay mucha competencia, y la competencia ayuda a mantener precios”, expresó en el marco de la 53 Convención del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
- Heath reconoció que la complicación que ha tenido Banxico para poder bajar los niveles de inflación es una de las razones que han llevado a la institución a una crisis de credibilidad, y la forma de recuperarla es realmente atenuar el aumento sostenido de los precios.
- ”Hay una crisis de credibilidad en las proyecciones del Banco. Nadie nos está creyendo que vamos a realmente poder bajar la tasa de inflación”, manifestó.
Destacó que el más optimista de los analistas económicos cree que el mejor trabajo que va a poder hacer el Banco es llevar la inflación al rango de 3 a 4 por ciento para finales del siguiente año.
”Yo creo que la única forma en que la que podemos recuperar (la credibilidad) es a través de resultados, es a través de realmente bajar la inflación a la meta de 3 por ciento y mantenerla alrededor del 3 por ciento por un buen rato”, apuntó.
- ”El problema es que si tú ves la historia desde 2003 para acá, nunca lo hemos hecho. Las Juntas de Gobierno anteriores, pues como que estaban cerca de conseguirlo, pero no terminaban. Justamente por eso yo peleo por llevar la inflación a 3 por ciento y no dejarla cerca de 4 por ciento, porque creo que eso nos afecta a nuestra credibilidad de mediano y largo plazo”, añadió.
Consideró que, como todavía no se están logrando los objetivos de inflación, hay que ser más prudentes.
”No estoy en contra de la dirección de ir bajando las tasas, simplemente vamos con cautela, con prudencia, para asegurar que realmente la inflación retome su trayectoria a la baja”, expuso.
Durante el primer trimestre del siguiente año, mencionó, se espera que haya una pausa en el recorte de la tasa de interés de referencia y poder revisar la situación en ese momento./Agencias-PUNTOporPUNTO
Documento íntegro a continuación:
https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2025/lp/lp2025_11.pdf





















