CONTAMINACIÓN y el aumento de las TEMPERATURAS son las principales AMENAZAS para los POLINIZADORES

Un estudio advierte además que incrementar la superficie de hábitats naturales no basta si no se garantiza su calidad y permanencia a largo plazo.

El 10 % de las abejas silvestres de Europa están en peligro de extinción, al igual que el 15 % de las mariposas, según una evaluación a nivel continental, financiada por la Unión Europea, de la Lista Roja de Especies Amenazadas.

  • La agricultura intensiva, la contaminación y el aumento de las temperaturas constituyen las principales amenazas para estos polinizadores, según un informe hecho público este sábado en Abu Dabi.
  • Al menos 172 de las 1.928 especies de abejas evaluadas están en peligro, de acuerdo con la lista que elabora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que celebra un congreso en la capital emiratí.
  • En grupos como los abejorros, que tienen un importante papel en la polinización de las leguminosas, o las abejas del celofán, que ayudan a polinizar las margaritas, los arces rojos y los sauces, las especies en riesgo de extinción superan el 20 %.

La especie de abeja minera Simpanurgus phyllopodus, la única especie de este género en Europa y exclusiva del continente, está ahora en peligro crítico de extinción.

  • Las nuevas evaluaciones de la Lista Roja revelan asimismo que el número de especies de mariposas europeas amenazadas aumentó un 76 % en la última década.
  • El 15 % de ellas afronta riesgo de extinción, 65 de 442 especies evaluadas, frente a las 37 especies de 2010.
  • Entre las mariposas que son exclusivas de la región europea, el 40 % están «amenazadas o a punto de estarlo».

La mariposa blanca grande de Madeira, que se limitaba a ese archipiélago, ya está oficialmente clasificada como extinta.

Pérdida de hábitat

Según el informe, «la pérdida de hábitat sigue siendo la principal amenaza para las abejas y mariposas silvestres europeas, pero ahora afecta a un mayor número de especies».

  • Los polinizadores europeos, advierte, «dependen en gran medida de los paisajes rurales tradicionales, en particular de los prados ricos en flores creados por una gestión no intensiva».
  • Por ello, la intensificación de la agricultura y la silvicultura y el abandono de tierras en zonas menos productivas «está contribuyendo a la degradación y fragmentación de hábitats cruciales para la supervivencia de los polinizadores».

También les afecta negativamente la deposición de nitrógeno procedente de los fertilizantes y la aplicación generalizada de plaguicidas que reducen la diversidad floral.

  • El estudia calcula que el cambio climático afecta ahora al 52 % de las especies amenazadas de mariposas, aproximadamente el doble que en el informe anterior.

Especies como el tímalo de Nevada, en peligro crítico de extinción y restringido a unas pocas cadenas montañosas en el sureste de España, sufren esa combinación de pérdida de hábitat y cambio climático.

  • En cambio, son dispares los efectos del aumento de las temperaturas sobre las abejas.

«Mientras que los abejorros y otros grupos adaptadas al frío se ven afectados negativamente, otros, como las abejas carpinteras, se benefician de las temperaturas más cálidas, que aceleran su desarrollo y reproducción», apunta.

El reto de conservarlos

Muchas especies se encuentran en declive y uno de los principales factores es la falta de hábitats adecuados. Para conservar las poblaciones y mantener las funciones del ecosistema, es imprescindible que el ser humano proporcione espacios naturales.

  • La investigación, publicada en la revista Science con la colaboración de equipos de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y del Instituto de Agricultura Sostenible (IAS-CSIC), propone aumentar la superficie de hábitats naturales dentro de las áreas agrícolas, así como garantizar su calidad y permanencia a largo plazo.
  • Según informó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Estrategia de Biodiversidad de la UE establece que al menos el 10% de la superficie agraria debe estar ocupada antes de 2030 por elementos paisajísticos de gran diversidad, como franjas de protección, setos, árboles no productivos, muros de terraza, estanques o tierras retiradas de la producción.

Sin embargo, el compromiso del 10 % resulta insuficiente para asegurar la supervivencia de polinizadores como abejas, abejorros y mariposas.

El estudio

El equipo científico analizó cómo influyen la extensión y la calidad de los hábitats naturales en las poblaciones de distintos polinizadores, a partir de 59 estudios realizados en 19 países.

  • Los resultados muestran que las abejas solitarias necesitan al menos un 16 % de hábitat natural en zonas agrícolas, los abejorros un 18 % y las mariposas un 37 % para lograr una protección efectiva.
  • Además, los hábitats con mayor abundancia de plantas con flores albergan más polinizadores de todos los grupos, aunque la calidad no siempre compensa la falta de espacio disponible.
  • «Aunque la calidad de estas áreas sea alta, si no se alcanza el mínimo de hábitat natural resulta imposible mantener poblaciones de polinizadores sanas», explicó Ignasi Bartomeus, investigador del CSIC en la EBD-CSIC.

Por ello, los expertos insisten en que la prioridad debe ser ampliar primero la superficie de hábitats naturales. «Es mejor concentrarse primero en aumentar el área de los hábitats naturales, en lugar de gestionar pequeños hábitats, incluso cuando tienen muchas flores”, afirmó Gabriella Bishop, primera autora del estudio e investigadora de la Universidad de Wageningen.

Calidad y permanencia a largo plazo

El estudio advierte además que incrementar la superficie de hábitats naturales no basta si no se garantiza su calidad y permanencia a largo plazo.

  • Actualmente, gran parte de las políticas de conservación en Europa se enfocan en medidas temporales en pequeñas parcelas de tierras productivas, como la creación de franjas de flores silvestres junto a los cultivos. Aunque estas prácticas generan un aumento puntual de insectos, no ofrecen una solución duradera.
  • «Hay cultivos, como muchos frutales, en los que conservar la biodiversidad dentro de las fincas es compatible con una alta producción agrícola, pero en otros cultivos más intensivos, como el girasol, se necesitan compensaciones económicas por destinar tierras cultivables a mantener la biodiversidad», subrayó Bartomeus.

Los investigadores insistan en la necesidad de establecer mecanismos de apoyo estables para el sector agrícola que permitan integrar la conservación de polinizadores en la gestión de las tierras de cultivo.

Los polinizadores olvidados en México

Las abejas son la especie más popular entre los insectos polinizadores, no obstante, el trabajo de este bello y complejo mecanismo de reproducción de las plantas tiene a muchos héroes sin capa, algunos desestimados, otros más vilipendiados.

  • Moscas y mosquitos tienen mala fama por generar molestias entre los humanos, no obstante, algunas de sus especies están detrás de la polinización de árboles de cacao y mango, frutos imprescindibles en el paladar de dichos quejosos.
  • Lislie Solís Montero es experta en polinización y de este tipo de especies olvidadas. Desde El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) realiza la investigación necesaria para comprender este tipo de procesos ecológicos entre plantas e insectos.

“Cuando hablamos de polinización lo primero que nos viene a la mente son las abejas, porque son los polinizadores más abundantes y uno de los más importantes, ya que polinizan la mayoría de las plantas que conocemos con flores. Pero no son los únicos”, señala en entrevista la Investigadora por México.

  • El segundo polinizador en importancia después de las abejas, explica, son las moscas que, si bien son asociadas con aversión, son vitales en la producción de mango Ataulfo, manjar originario de la región del Soconusco, Chiapas, donde la científica desempeña buena parte de su investigación.
  • También están los mosquitos haciendo su heroica labor con el cacao, acota, pero además hay otros polinizadores impopulares como las avispas, algunas de las cuales tienen predilección por el néctar de las flores y son capaces de polinizar cultivos. Menos olvidadas, agrega, están las mariposas que, si bien son distinguibles, su contraparte nocturna no tiene el mismo reconocimiento, las polillas.

“Finalmente, y aunque no menos importantes, están los escarabajos quienes son los polinizadores más antiguos –polinizaron las primeras plantas que no tenían flores– (…) He mencionado a estos insectos polinizadores, algunos de los cuales no nos habríamos imaginado que lo son”.

  • Lislie Solís estudia la polinización del cacao y el trabajo de los mosquitos de la familia Ceratopogonidae –del género Forcipomyia, mosquitos muy diminutos que tienen un tamaño menor a los tres milímetros–, cuyos machos se encargan de la polinización, aunque hay registro de que también lo hacen hembras, mayormente hematófagas.
  • El equipo de la investigadora ha hallado que no sólo los mosquitos ceratopogónidos polinizan cacao, sino otras especies, como los cecidómidos. “No todos son polinizadores, definitivamente hay unos que sí son hematófagos, te pican y transmiten enfermedades, pero algunos otros realizan un importante papel de polinización”.

Si bien estos son los principales polinizadores, acota, son muy escasos en la naturaleza, por lo que creen que hay otros mosquitos que no han identificado aún y que también polinizan el árbol de cacao.

  • El Soconusco es una región muy interesante en la frontera sur de Chiapas, que durante la época prehispánica fue el principal productor de cacao, añade, pero también es epicentro de la variedad de mango más popular de México y el mundo.
  • Suculento, característico en tamaño y forma, el mango Ataulfo es polinizado principalmente por moscas, aunque se sabe que sus plantas también son visitadas por abejas.
  • Lislie Solís ha estudiado el proceso de polinización de unas moscas silvestres llamadas sírfidos, popularmente conocidas como “moscas de las flores”. “Reciben este nombre porque les encanta andar probando el néctar”, apunta la ecóloga.

“Hemos encontrado que estos sírfidos podrían ser importantes polinizadores del mango, incluso aquí́ en la región se producen moscas domésticas –como las que hay en nuestras casas– y las liberan de forma masiva porque, lamentablemente, los polinizadores en el Soconusco son muy escasos debido al alto uso de insecticidas y pesticidas en la zona”.

  • Esta es una de las principales amenazas que enfrentan moscas, mosquitos, polinizadores y fauna en general, pero también la pérdida de hábitat debido al crecimiento urbano. Otro más es el cambio climático, señala la experta.
  • “Para nosotros el cambio climático es algo fuerte, entonces imagínate para los insectos donde pequeñas variaciones en la temperatura pueden afectar todos sus ciclos biológicos, así como en las flores”.

¿Y por qué́ es tan importante saber quiénes son estos polinizadores y así conservarlos? “Porque gracias a ellos se forman los frutos y las semillas. Entonces, sin estos insectos no podríamos comer mango ni obtener el cacao que después consumiremos como chocolate”, puntualiza Solís Montero, quien en sus investigaciones trabaja estrechamente con los productores.

  • El camino de conservación, después de identificar a los polinizadores, añade, es cuidarlos. “En el caso de los de los productores no aplicando excesivamente los pesticidas usados para plagas y que los matan de forma directa, pero que, finalmente, ayudan a la producción de sus cultivos”.
  • Una tercera acción en la conservación, apunta, es fomentar su crianza y el servicio de la polinización en las huertas.
  • ¿Esto cómo se hace? Con las abejas es un poco más sencillo, explica, porque ya existe la apicultura en la que el insecto se puede criar e introducir a los huertos. Así ha ocurrido en la región con la polinización de la planta de rambután y abejas sin aguijón, un caso de éxito a cargo de su colega retirado Miguel Guzmán, relata.

En el caso de los mosquitos es un proceso de reproducción más complejo, pero se pueden aplicar estrategias de acumulación de agua para proteger las larvas. En el caso de las moscas, como refirió, existe ya la cría masiva.

  • “Pero son moscas domésticas, por lo que en el futuro nos gustaría generar crías silvestres y así ser una alternativa para incrementar este servicio en las huertas”.
  • Llevar a cabo esta tercera activación de conservación es el objetivo futuro de la investigación de Lislie Solís.

Tras una década de estudio, apunta, apenas han comenzado a conocer quiénes son los polinizadores y dónde están. “Esperemos que en el futuro podamos llevar a cabo esta investigación de manera más aplicada y seguir trabajando con los productores estrechamente”.

La comunidad maya que enfrenta a las granjas porcícolas para salvar a sus abejas

Caminar dos horas por la selva yucateca con el agua hasta las rodillas es como avanzar por un lodazal. Más aún si el sol abrasa y un lagarto nada en la laguna, que en la temporada seca se evapora hasta convertirse en un camino árido. “Una vez, uno mordió la bota de mi hijo”, dice entre risas Matilde Dzib, mientras su esposo, Carlos Llamá, abre una brecha con su machete.

  • Ambos son apicultores y fundadores del Consejo Maya del Poniente de Yucatán Chik’in-já, que lucha en contra de la megagranja Kekén (Grupo Porcícola Mexicano), instalada en 2013 cerca del poblado indígena de Kinchil, a unos 45 minutos de Mérida, la capital yucateca.
  • Paralelamente a la laguna que atraviesa el matrimonio maya, corre la carretera pavimentada que conduce a la empresa, un conjunto de seis naves que alberga más de 300 mil cerdos.
  • Desde la creación de la megagranja, los excrementos de los animales han contaminado el agua de la zona y han provocado la muerte de miles de abejas. “En el 2013 todos sacaban miel menos yo; se vino abajo la población y no entendíamos por qué había flores, pero la abeja se iba muriendo.

Luego entendimos que fumigaban para matar a las moscas, pero lógicamente también morían las abejas”, recuerda Carlos, que trae puesta una gorra y viste una camisa de manga larga para protegerse del sol y de los zancudos.

  • “Las abejas son parte esencial de nuestra vida, las consideramos como parte de nuestra familia”, agrega Matilde, quien destaca la necesidad de preservar una tradición que se remonta al siglo 19, cuando la apicultura se convirtió en una de las principales actividades económicas del estado.

La carretera que conduce a Kekén permitiría a la pareja ahorrar hora y media de tiempo de viaje, pero prefieren no tomarla; la decisión de no aceptar nada de la empresa y mantener su forma de vida es parte de su resistencia cotidiana a la megagranja.

Población en riesgo

El Dictamen diagnóstico ambiental de la actividad porcícola en Yucatán, que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) realizó en 2023, identifica la presencia en el estado de 507 granjas, más de un centenar para autoconsumo, y el resto con una o hasta 20 naves instaladas.

El estudio descubrió una concentración hasta tres veces mayor de nitrógeno amoniacal en el agua subterránea de las zonas con granjas porcícolas, y mayores niveles de contaminación por fósforo. El agua de los cenotes es fundamental para la vida de las abejas, pues también ellas beben de ahí.- Irina Llamas, bióloga

  • Las heces y la orina de los puercos, al filtrarse en el suelo poroso yucateco, contaminan el manto freático y los cenotes, lo que pone en riesgo la salud de quienes se abastecen de esa agua: la población, los animales, y también las abejas.

“El agua de los cenotes es fundamental para la vida de las abejas, pues también ellas beben de ahí”, dice la bióloga Irina Llamas, quien ha sido testigo de los estragos causados por la megagranja porcícola desde que llegó a Kinchil como estudiante de doctorado cuando comenzaba a construirse.

  • Un reporte de la organización Greenpeace estima que, de 222 granjas de cerdos que ubicó en el estado —con registro en alguna base oficial—, solo 18 tienen una Manifestación de Impacto Ambiental.
  • Según datos del Inventario nacional de emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero, el dióxido de carbono producido por estas granjas equivalió en 2018 a las emisiones de más de 3.6 millones de vehículos en México en un año.

Kekén forma parte del Grupo Kuo, que posee también industrias químicas y automovilísticas. Es el mayor productor de carne de cerdo en México, que exporta a diez países. La empresa comenzó a construir en 2012 la granja Kinchil 1; entre 2013 y 2018, se levantaron las naves 2, 3 y 4, y en 2020, la 5 y la 6, todas con el mismo nombre.

La población maya, de alrededor de 7 mil 500 habitantes, nunca fue consultada, a pesar de que la zona forma parte de un Área Natural Protegida, el Anillo de Cenotes, cuya formación semicircular se relaciona con el impacto del meteorito de Chicxulub, hace unos 65 millones de años. /PUNTOporPUNTO

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