En la mayoría de los países del mundo la situación democrática es cada vez peor. Son unos años realmente malos para la democracia, así lo deja ver el Informe sobre la Democracia 2025, realizado por el Centro Regional V-Dem.
Hemos experimentamos lo que se denomina «la tercera ola de autocratización mundial»; una tendencia que empezó hace unos cuarenta años. Las predicciones sobre la decadencia y los problemas de autocratización de las democracias contemporáneas se están cumpliendo. Es una tendencia mundial, que se acelera recientemente con la evolución autoritaria de la presidencia de los Estados Unidos. Todo indica que la tercera ola de autocratización continúa, y no decrece (realmente se está incrementando).
- A eso contribuye además el hundimiento de la democracia en Estados Unidos a manos del presidente Trump. Incluso Europa occidental no es inmune a esta regresión democrática. La situación actual del mundo es la peor en los últimos 25 años. La autocratización es cada vez mayor, y se extiende a más países. Además, en varios países democráticos (de democracia liberal) la democracia se está debilitando. Los continentes africano y asiático son fundamentalmente de regímenes autocráticos (hay excepciones como el sur de África, y Japón).
La democracia está en decadencia. El nivel democrático del mundo se ha revertido a la situación mundial del año 1985. La tendencia hacia la autocratización es clara. Es más pronunciada en la Europa oriental, y en Asia central y meridional. Actualmente, el número de países democráticos (88), de democracia liberal y democracia electoral, es menor que el número de las autocracias (91 países).
El número de «democracias liberales» —que en otros informes se denominan «democracias totales»— se ha reducido a veintinueve países. Al final del artículo incluyo la lista. El 72% de la población mundial vive actualmente bajo un régimen autocrático (autoritario o totalitario). Para entender bien esta regresión, hace dos décadas eran solamente el 49% de la población mundial. El empeoramiento es evidente. Este porcentaje del 72% es el más elevado desde 1978.
- La libertad de expresión ha empeorado en cuarenta y cuatro países; hace veinte años eso solo ocurría en siete países. Actualmente, cuarenta y cinco países están autocratizándose, es decir, tendiendo a regímenes autoritarios o totalitarios. Hace veinte años eran solamente doce. Lo malo es que veintisiete de esos países en su origen eran democracias.
- Actualmente, solo hay diecinueve países que se están democratizando. En total, y es el dato más importante, solamente un 28% de la población mundial vive en democracias, cuando hace dos décadas era el 51%. Es un decremento muy sustancial que no se puede ignorar ni justificar de ninguna manera.
Se ha producido un deterioro de los regímenes democráticos en el mundo. Este declive no se está parando. Un problema considerable es la decadencia de la India (que tiene 1.400 millones de habitantes), por ser una población muy numerosa. Los países más grandes —como India, Indonesia, y Pakistán— no son democráticos.
El siguiente, que es Estados Unidos, parece que está cambiando hacia un régimen autoritario. Por alguna razón, la autocratización ha atacado más a los países grandes. Algunos países grandes (como China) han tenido un desarrollo económico elevado, pero sin cambiar su régimen autocrático. Se demuestra así que el desarrollo económico no favorece, necesariamente, la democratización.
Igualmente, son países poderosos que influencian mucho a sus vecinos. Por ejemplo, el declive autocrático de Rusia es manifiesto y creciente. Los niveles más bajos de democracia se encuentran en MENA (The Middle East and North Africa). El retroceso democrático en el África subsahariana es también elevado. Algunos países son importantes, pero hay que tener en cuenta la población que vive en esos países, para entender mejor la evolución de las democracias en el mundo.
- El cambio clave es que actualmente hay en el mundo más autocracias (noventa y un países) que democracias (ochenta y ocho). Esto supone que el 72% de la población mundial vive bajo regímenes autocráticos: ¡nada menos que 5.800 millones de habitantes! El declive democrático es evidente. Por otra parte, los países autoritarios han incrementado su nivel de autocratización. Hay entre ellos unos treinta y cinco países totalitarios. Bielorrusia es el país más totalitario en Europa.
- A su vez, los países democráticos están tendiendo a ser menos democráticos. Antiguos países que eran democracias liberales pasan a veces a ser simplemente democracias electorales (como Grecia, Israel, o Eslovenia). Parece que la ola de autocratización está influenciando no solo los regímenes autoritarios, sino también a las propias democracias (bien las liberales o las electorales).
Los regímenes totalitarios son muy abundantes en Asia, debido a la importancia numérica de China. La región más democrática es Europa occidental y Norteamérica, con un 82% de la población viviendo en democracias liberales. España es, lógicamente, uno de esos países, con una democracia completa que en el escalafón mundial aparece en el lugar 25.º.
Lo preocupante es que los aspectos de la democracia que empeoran lo hacen más que los que mejoran. Lo más llamativo es la pérdida de la libertad de expresión. El informe señala que la pérdida de la libertad de expresión es realmente alarmante, deteriorándose en una cuarta parte de los países del mundo. Un sistema eficaz es la represión de los medios de comunicación ejercitada por esos Gobiernos no democráticos mediante la censura, e incluso actos violentos contra periodistas.
La ola de autocratización se expande ya durante unos veinticinco años, y no parece decrecer. Alrededor del 38% de la población mundial vive en países que están autocratizándose, mientras que solamente el 6% de población mundial vive en países que se están democratizando (como Brasil, Polonia, o Tailandia). Todo esto supone que alrededor del 40% de la población mundial sufre regímenes políticos que están autocratizándose. Es, pues, cada vez una proporción más elevada de la población mundial, que lógicamente sufre muchos problemas. En cambio, solamente un 6% de la población mundial vive en países que se están democratizando.
El desequilibrio es patente
El informe de V-Dem llama la atención sobre que «la mitad de los Gobiernos que se están autocratizando utilizan la desinformación. La polarización está incrementándose en una cuarta parte de todo los países, a menudo hasta niveles tóxicos. Ambos factores se refuerzan, alimentando la autocratización».
- La desinformación, la polarización, y la autocratización suelen ir juntas. Resultan un peligro para la democracia. Un caso claro que se cita es el de Rusia. La polarización política se produce también en democracias. Ejemplos son Francia y Estados Unidos, donde la polarización alcanza nivel tóxicos. Hungría es otro caso claro. España es un país con abundante polarización política. También se utiliza el discurso del odio en esos casos.
El año pasado —2024— fue un año de elecciones en muchos países del mundo. Alrededor de sesenta y uno países (nada menos que 3.800 millones de habitantes) fueron a las urnas, bastantes de ellos en países no democráticos. Pero esas numerosas elecciones, ya terminadas, no han cambiado apenas el panorama democrático (o autoritario) en el mundo. Solamente tuvo alguna influencia en el 18% de esos países.
De los países que tuvieron incidencia, esta fue negativa en el 64% de los casos. Hubo un incremento de la violencia política. Así, el año de elecciones (2024) solo significó «más de lo mismo».
- La tercera ola de autocratización continuó ese año. Los líderes autoritarios incrementaron la represión para permanecer en el poder. En Rusia se notaron signos evidentes de deterioro. Hay que tener en cuenta que Rusia ocupa un lugar muy bajo en la clasificación de democracias (en el puesto 159.º de 179 países). Putin ha censurado alrededor de 247.000 lugares de la web. Se ha criminalizado además cualquier opinión sobre la guerra de Ucrania.
La situación de Europa occidental es comparativamente la mejor. Dentro de la Unión Europea destaca la excelente salud democrática de España. En el total de 179 países mundiales, España ocupa en el ránking del índice de democracia liberal el puesto 25.º, con una nota del 74%, teniendo en cuenta que el máximo de democracia que tiene Dinamarca es el 88%. El mínimo de las democracias liberales es Brasil, que tiene un índice del 71%. Italia está en el puesto 30.º, ya de democracias electorales, con un índice del 70%. Justo al lado está Taiwán, en el puesto 31.º, en Asia, y con un Gobierno progresista.
- En Europa, algunos países aparecen más retrasados, como Grecia en el puesto 49.º o Hungría en el puesto 95.º. Nuestro vecino Marruecos ocupa el puesto 109.º con un índice de democracia liberal ya bastante limitado del 25%. Rusia está en el puesto 159.º, con un 6% del índice de democracia. China está aún más abajo en el puesto 173.º (de 179 países) con un 4% del índice. Los dos países menos democráticos del planeta son Corea del Norte y Eritrea.
- España es una democracia liberal desde el año 1982. Y además una de las mejores democracias en el mundo. Su situación apenas ha cambiado en los últimos años, contradiciendo algunos cantos de sirena que provienen de la polarización política de los partidos de derecha (PP) y de extrema derecha (Vox).
Adicionalmente, hay que tener en cuenta que el Gobierno actual es progresista, lo que supone una combinación excelente para la población (país democrático y progresista). Es mejorable —como demuestra el informe del V-Dem— en el componente igualitario, y en el componente deliberativo.
El informe termina con un análisis sobre USA — A Democratic Breakdown in the Making? (pp. 46-47). La tendencia de Estados Unidos hacia un régimen autoritario tiñe toda la evolución internacional hacia la autocratización de los regímenes políticos actuales. El modelo USA se define como un proceso muy rápido hacia un régimen autoritario. Diferencia entre Trump 1.0 (2017) y Trump 2.0 (2025). Este último período se perfila como un ataque casi total a las instituciones estadounidenses. Supone una expansión sin precedentes del poder ejecutivo.
Enumera las acciones recientes de Trump hacia políticas autoritarias. Comenzando por el perdón a unos 1.500 criminales convictos por el asalto al Capitolio (el 6 de enero). Actualmente, Trump tiene ya más de 70 demandas por saltarse la Ley y la Constitución. Trump contradice la división de poderes entre el Ejecutivo y el Congreso, de acuerdo con la Constitución. También, ha realizado una purga de funcionarios y de militares.
- El Department of Government Efficiency (DOGE) —en manos de Elon Musk— no es controlado por nadie (excepto por el propio Trump). Es grave además la eliminación de USAID, la United States Agency for Internatinal Development. El informe sueco termina sugiriendo que hay un hundimiento del régimen democrático estadounidense, que camina hacia un régimen autoritario.
- El informe sobre democracias sueco elabora un índice de democracias liberales (liberal democracy index, o LDI) que mide y ordena los regímenes de todo el mundo. Los veintinueve primeros países son considerados como democracias plenamente liberales. El total de países (y territorios) excluyendo los micro-Estados es 179. Cubren a casi la totalidad de la población mundial en 2025.
- Las democracias liberales (full democracies) se producen en veintinueve países, lo que supone menos del 12% de la población mundial, alrededor de 900 millones de habitantes. Son las cantidades más bajas en cincuenta años. Además, la población que vive bajo regímenes totalitarios supone el 26% de la población mundial, es decir, alrededor de 2.100 millones de personas.
- Más de las dos terceras partes de los países que son democrático en el mundo están en Europa (el 69%). Las excepciones son Norteamérica (es decir, Estados Unidos y Canadá), Oceanía (Nueva Zelanda y Australia), cuatro países latinoamericanos (Costa Rica, Chile, Uruguay y Brasil), y solamente uno en la lista de Asia (Japón aunque Taiwán está en el puesto 31.º).
La mayoría de los países democráticos mantienen sus puestos, aunque se notan algunas tendencias autoritarias en algunos de ellos, sobre todo actualmente en los Estados Unidos de Trump. Los regímenes democráticos deben estar ojo avizor a tres factores desestabilizadores: desinformación (interna y externa), polarización política, y autocratización.
En conclusión. Las dos grandes potencias del mundo no están entre las mejores democracias. Al contrario, Rusia con un 6% del índice de democracia liberal, y China con un 4%. Además, son países con muchos habitantes y extensos territorios. En cambio, los países europeos —y algunos latinoamericanos— sí son democráticos (y pequeños). Es importante lo que vaya a pasar con Estados Unidos en 2025, pues parece tender hacia el autoritarismo. Asimismo, va a intentar anexionarse Groenlandia, además de intentar anexionarse.
La situación mundial es, pues, desequilibrada y con un futuro incierto. España puede resistir como democracia (con un excelente 74% del índice), pero dentro de un nuevo orden mundial inestable y quizás poco democrático. Pero como decía Séneca, «más vale saber que no saber, aunque por saber seamos perseguidos».
Europa mantiene una frágil estabilidad democrática
A pesar de las divisiones entre el Este y el Oeste, los niveles de democracia operativa en Europa siguen siendo altos, incluso cuando los niveles mundiales descienden, según un estudio publicado el jueves por Economist Intelligence Unit (EIU). El último Índice de Democracia muestra que, tras un año de elecciones en todo el mundo, la democracia global se ha debilitado, y prevé que la tendencia de «malestar democrático» continuará este año.
«Mientras que las autocracias parecen estar ganando fuerza, como muestra la tendencia del índice desde 2006, las democracias del mundo están luchando», declaró Joan Hoey, directora del Índice de Democracia, en un comunicado. El estudio anual evalúa cinco categorías (proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento del Gobierno, participación política y cultura política), otorgando a cada país una puntuación sobre 10.
Sobre esta base, los países se clasifican en democracias plenas, democracias imperfectas, regímenes híbridos o regímenes autoritarios. Este año, Noruega encabezó la clasificación con un 9,81, mientras que Afganistán ocupó el último puesto con un 0,25. Los descensos más pronunciados se produjeron en el funcionamiento del Gobierno y en el proceso electoral, ya que la media de este último cayó 0,08 puntos en comparación con 2023, lo que el estudio considera «especialmente decepcionante dado que tantos países acudieron a las urnas en 2024».
- ¿Dónde se sitúa España en la lista? Europa presentó un panorama desigual. Europa del Este experimentó un ligero descenso, mientras que Europa occidental mejoró en 0,01 puntos marginales. Nueve de las diez primeras democracias del mundo se encuentran en Europa, con Nueva Zelanda como única excepción en segundo lugar. Europa occidental sigue siendo la región mejor valorada y la única que ha recuperado los niveles anteriores a la pandemia.
«De los 21 países cubiertos por el índice de democracia, se observan cambios significativos en las puntuaciones de los países», según dice el informe. «Cinco naciones, Luxemburgo, Portugal, España, Suiza y Reino Unido, han mejorado su puntuación, lo que refleja avances en sus sistemas democráticos», añade. Según la clasificación, España es una democracia plena con una puntuación de 8,13.
Por otro lado, diez países han mantenido su puntuación con respecto a 2023, mientras que Francia, Alemania, Grecia, Islandia, Italia y Turquía han experimentado un retroceso en su calificación. El informe también pone de relieve el descontento generalizado de los ciudadanos.
Según el estudio, «este descontento está alimentando un giro creciente hacia partidos contrarios a la corriente dominante, una tendencia ampliamente ilustrada por las numerosas elecciones celebradas en todo el continente en 2024». Añade que estas elecciones estuvieron marcadas por un claro rechazo a los líderes en el poder y un aumento del apoyo a las fuerzas políticas antisistema y populistas.
- Portugal ya es una democracia plena, según el índice. En la región se produjeron cambios notables: Portugal ascendió a la categoría de ‘democracia plena’, mientras que Francia pasó a la de ‘defectuosa’. Portugal fue degradado por primera vez en 2011 y recuperó el estatus de democracia plena en 2019. Sin embargo, el EIU, tras considerar las limitaciones a la libertad personal derivadas de la pandemia del COVID-19, volvió a degradarlo en 2020.
Francia también ha estado cerca del umbral de 8 puntos, que separa las ‘democracias plenas’ de las ‘defectuosas’, cayendo a la segunda categoría en 2010-2013, 2015-2018 y 2020-2021, durante lo que el EIU clasifica como «periodos de turbulencia política en los que la Administración se ha enfrentado a un malestar social generalizado y/o a divisiones internas sobre las políticas, que socavaron la gobernanza».
- El informe concluye que la rebaja de la calificación de Francia este año refleja un deterioro en la puntuación de la confianza en el Gobierno. Europa del Este, agrupada con Asia Central en el informe, experimentó «la regresión más leve de todas las regiones», con un descenso de 0,02 puntos, hasta los 5,35 puntos.
En esta región se produjo un hito, ya que la República Checa y Estonia pasaron de ser ‘democracias defectuosas’ a ‘democracias plenas’, obteniendo esta calificación por primera vez desde 2013, cuando la República Checa cayó de la máxima categoría. Por el contrario, este año Rumanía descendió de la categoría de ‘democracia defectuosa’ a la de ‘régimen híbrido’, después de que la anulación de las elecciones presidenciales hiciera caer al país 12 puestos en la clasificación.
Democracia de América Latina en jaque
La democracia en América Latina ha sufrido un golpe silencioso pero devastador. Con la suspensión y disminución del financiamiento de organizaciones clave como la National Endowment for Democracy (NED), el International Republican Institute (IRI), el Instituto para la Paz, el Inter-American Foundation y USAID, cientos de programas que garantizaban elecciones libres, fortalecían instituciones democráticas y promovían la libertad de prensa han sido cancelados.
- Esta situación se suma a una tendencia que ha estado erosionando las democracias en la región. En varios países, los propios gobiernos están debilitando las instituciones encargadas de garantizar procesos electorales justos y mantener el equilibrio de poderes. La reducción de fondos para elecciones, el debilitamiento de organismos de control y la presión sobre los medios forman parte de una estrategia para concentrar el poder y restringir el acceso a información independiente.
Este no es un problema exclusivo de la política estadounidense, nos afecta directamente. La debilitación de las instituciones democráticas erosiona el Estado de derecho, compromete la seguridad y concentra el poder en unos pocos, con consecuencias en nuestras libertades y oportunidades económicas.
El peligro de la desfinanciación: ¿por qué nos debe importar?
Cuando se habla de la reducción de fondos para la democracia, suele percibirse como un problema distante, pero esta crisis impacta a todos. Durante décadas, estos programas han promovido elecciones transparentes, fortalecido congresos y gobiernos locales, defendido derechos humanos y permitido la supervivencia de medios independientes. Si estas instituciones desaparecen, ¿quién tomará su lugar?
- Los gobiernos han implementado medidas para reducir la capacidad de acción de la sociedad civil y debilitar las instituciones que podrían frenar los intentos de centralizar y perpetuar el poder. Esto no es un debate ideológico: sin democracia, no hay espacio para el debate ni la diversidad de ideas. Donde el poder se concentra, las reglas cambian a conveniencia, afectando la estabilidad económica, la seguridad jurídica y las libertades individuales.
¿Qué iniciativas están en riesgo?
El impacto de esta crisis ya se siente. Algunos programas afectados incluyen:
- Medios de comunicación independientes que dependen de fondos externos para investigar y publicar información en entornos donde la censura es una amenaza.
- Sistemas de monitoreo electoral que garantizan elecciones limpias y minimizan el fraude.
- Organismos electorales y tribunales de justicia que enfrentan recortes presupuestarios o ataques a su independencia.
- Investigaciones académicas y encuestas de opinión sobre el estado de la democracia.
- Programas de formación política y cívica para ciudadanos líderes.
- Tecnologías cívicas que fomentan transparencia y rendición de cuentas.
- Campañas de información y movilización ciudadana en defensa de derechos.
- Monitoreo de desinformación y discursos de odio en redes sociales y medios.
- El debilitamiento de estas iniciativas solo beneficia a los regímenes autoritarios y a quienes buscan eliminar cualquier forma de control al poder.
¿Quién se beneficia del debilitamiento de la democracia?
La suspensión de estos fondos no es solo un tema burocrático. Mientras las organizaciones democráticas pierden apoyo, los regímenes autoritarios del continente ganan terreno. Esto implica:
- Menos acceso a información veraz, debilitando la capacidad de los ciudadanos para tomar decisiones informadas.
- Reducción de espacios de participación ciudadana.
- Mayor vulnerabilidad en elecciones debido a la pérdida de autonomía de los organismos electorales.
- Desconexión de la ciudadanía con la política y la acción cívica.
- Cuando la democracia se debilita, las consecuencias son claras: menos transparencia, más corrupción, desconfianza institucional y crisis económicas y sociales más profundas.
- Además, la participación ciudadana es clave en la lucha contra el cambio climático, por lo que el debilitamiento democrático también afecta esta agenda crucial.
¿Qué podemos hacer? Poder ciudadano y comunidad organizada
Si los gobiernos miran hacia otro lado y la cooperación internacional se repliega, la respuesta está en nosotros. No hay democracia sin una ciudadanía activa ni empresas comprometidas con su defensa. Algunas acciones urgentes:
- Empresarios: Respaldar organizaciones sociales que trabajan por reglas justas y equitativas.
- Ciudadanos: Participar, donar y hacer voluntariado en organizaciones sociales.
- Medios independientes: Suscribirse, donar y compartir contenido para defender su labor.
- Organizaciones locales: Contribuir con tiempo, recursos o conocimientos.
- Educación: Consumir y difundir información de fuentes confiables para frenar la desinformación.
- Involucrarse en causas concretas: Elegir una lucha y comprometerse con ella.
- Participación política: Votar, exigir a representantes y formar redes de incidencia.
- Políticos: Redoblar esfuerzos para fortalecer el sistema de frenos y contrapesos.
Si nos mantenemos activos e informados, seremos un obstáculo para quienes buscan concentrar el poder y silenciar voces críticas.
En tiempos de incertidumbre, la esperanza no es una ilusión ingenua, sino una estrategia de resistencia. Defender la democracia en América Latina no es tarea de unos pocos, sino responsabilidad de todos. Y la mejor forma de hacerlo es juntos.
La democracia se ubica en México en “zona gris”
En niveles de democracia, México se ubica en una zona gris, con “un episodio de autocratización, a partir de 2023”, en el que la concentración de poder en el Ejecutivo, sin el respeto por las instituciones y otros poderes como el Judicial y el Legislativo, además de la militarización de la seguridad, llevan al país a socavar un proceso democrático que comenzó hace algunos años.
- La decisión de delegar la tarea de la seguridad pública a las Fuerzas Armadas para enfrentar el crimen organizado es la misma desde Felipe Calderón hasta Andrés Manuel López Obrador, concluye el “Informe Sobre la Democracia 2024. La democracia gana y pierde en las urnas”, del Instituto Variedades de la Democracia V-Dem, que es parte del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia.
- El instituto produce el mayor conjunto de datos en el mundo acerca de la democracia, con más de 31 millones de datos de 202 países. Ubica a América Latina como una región con un avance en materia democrática, pero con algunos estancamientos con inclinación hacia la autocracia.
Hasta hace unos meses México se ubicaba en un nivel del -0.3 y -0.2 en una escala donde los países más democráticos están en 0.5; en América Latina, por ejemplo, el que más se acerca a la democracia es Brasil (entre el 0.1 y el 0.2).
- Un elemento fundamental de este análisis, que cuenta con la participación de más de 4 mil 200 académicos y expertos de más de 180 países, es el aumento de las tasas de criminalidad, que desde hace años se ha convertido en un problema central en América Latina. Sobre este tema le dedica un capítulo a México y a El Salvador por la situación excepcional que viven a nivel mundial.
“En 2021 la región tuvo la tasa de homicidios más alta del mundo, casi tres veces el promedio regional global. Esto ha aumentado la demanda ciudadana de medidas de seguridad. En algunos países, como El Salvador y México, la estrategia para combatir la violencia ha sido la implementación de medidas de mano dura y la adopción de estados de excepción”.
En el caso de México se refieren al poder que se le ha dado a las Fuerzas Armadas, en específico para las labores de seguridad pública, y lo enmarca en un eventual desenlace negativo: en una democracia, con el incremento de la violencia el Ejecutivo enfrenta el conflicto con militarización, con ello se eluden los controles legislativos y judiciales, se restringen libertades civiles y, finalmente, ocurre el socavamiento del régimen democrático./Agencias-PUNTOporPUNTO
Documento íntegro a continuación:
https://www.v-dem.net/documents/62/V-Dem_Democracy_Report_2025_spanish_lowres.pdf