La humanidad no va por buen camino en sus intenciones por conservar los bosques tropicales. Durante 2022, la Tierra perdió un 10% más de selva tropical virgen en comparación con el año anterior, una tendencia que de no hacer algo se mantendrá a la alza.
- Estos fueron algunos de los hallazgos publicados por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) en la edición más reciente de su plataforma Global Forest Watch (GFW).
- En otras palabras, el planeta perdió 4,100 millones de hectáreas de bosques tropicales vírgenes durante el último año, lo que equivale a perder 11 campos de futbol de selva por minuto.
- «Estamos perdiendo una de nuestras herramientas más eficaces para combatir el cambio climático, proteger la biodiversidad y proteger la salud y los medios de subsistencia de millones de personas», sentenció Mikaela Weisse, directora de GFW.
En medio del fenómeno, los ojos están puestos en Brasil, país que registró un aumento en la pérdida de bosques tropicales primarios de 15% entre 2021 y 2022, que representa el 43% del total de selvas tropicales extintas a nivel mundial.
- De acuerdo con el informe, “la gran mayoría de la pérdida de bosques primarios se produjo en la Amazonía.
- Las pérdidas no relacionadas con incendios, que en la Amazonía brasileña se deben con mayor frecuencia a la deforestación total, alcanzaron el nivel más alto desde 2005”.
Diez países que más bosques tropicales vírgenes han perdido, son:
Se complementa con Bolivia (que representa el 9% a nivel mundial), República Democrática del Congo (13%), Indonesia (5%), Perú (3.9%), Colombia (3,1%), Laos (2.3%), Camerún (1.9%), Papúa Nueva Guinea (1.8%) y Malasia (1.7%). El resto del mundo representó poco menos del 15% de los bosques perdidos en el planeta en 2022.
Ante la sombra de estos números, el WRI estima que 2022 fue el cuarto año más devastador en los últimos 20 años para los bosques tropicales vírgenes del planeta.
- “Desde el cambio de siglo, hemos visto una hemorragia en algunos de los ecosistemas forestales más importantes del mundo, a pesar de años de esfuerzos para revertir esa tendencia», advirtió Weisse.
No solo perdemos bosques tropicales, ganamos más CO2
La tendencia aleja a la humanidad, sus organizaciones y gobiernos, de cumplir los compromisos para reducir el avance y efectos del cambio climático, así como aquellos relacionados con la sustentabilidad.
Los bosques tropicales son ecosistemas críticos para combatir el cambio climático. Estimaciones publicadas por el WRI indican que la vegetación y el suelo de estos ecosistemas absorben alrededor del 30% de la contaminación por CO2 desde 1960. Sin menos bosques tropicales, estas emisiones se han elevado hasta en un 50%.
- El bienestar de muchas comunidades a largo plazo también está en riesgo. Según el reporte, “1,600 millones de personas, incluidos casi 70 millones de pueblos indígenas, dependen de los recursos forestales para su sobrevivencia.
- La deforestación, especialmente en los trópicos, afecta las temperaturas locales y las precipitaciones de manera que pueden agravar los efectos locales del cambio climático global, con consecuencias para la salud humana y la productividad agrícola”.
La pérdida de bosques tropicales también incrementa las emisiones de CO2. El año pasado, la extinción de más de 4 millones de hectáreas en el mundo produjo 2,7 gigatoneladas (Gt) de emisiones de dióxido de carbono, equivalentes a las emisiones anuales de combustibles fósiles de la India.
- Tal solo en Brasil, las 1,800 millones de hectáreas de bosque primario perdido resultaron en 1,2 Gt de emisiones de dióxido de carbono, que se traduce en 2.5 veces las emisiones anuales de combustibles fósiles de aquella nación.
Organizaciones y protectores ambientalistas han expresado sus preocupaciones sobre este fenómeno. El año pasado, 145 países firmaron la Declaración de los líderes de Glasgow sobre los bosques y el uso de la tierra para detener el avance de la deforestación para finales de la década.
Aunque el esfuerzo es loable, todo indica que los esfuerzos no son suficientes. Como declara el informe del WRI, “en lugar de disminuciones consistentes en la pérdida de bosques primarios para alcanzar ese objetivo, la tendencia se está moviendo en la dirección equivocada”.
Los países del mundo que talan más árboles
No es la primera vez que los líderes del mundo hacen promesas de este tipo y muchos ponen en duda que los acuerdos se lleguen a poner en práctica en la fecha prevista.
- En 2014, Naciones Unidas anunció un acuerdo para reducir a la mitad la deforestación para 2020 y ponerle fin para 2030. Luego, en 2017, estableció otro objetivo para aumentar las tierras boscosas en un 3% en todo el mundo para 2030.
- Pero la deforestación continuó a «un ritmo alarmante», según un informe de 2019, con graves consecuencias para la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, se trata de un tema que los expertos no dudan en calificar de «urgente».
Y es que los bosques absorben grandes cantidades de dióxido de carbono (CO₂), uno de los principales contribuyentes al calentamiento global, por lo que la tala de árboles puede tener un gran impacto sobre la vida en el planeta.
- La ONU dice que 420 millones de hectáreas de bosque se han perdido desde 1990 y la agricultura es la razón principal de esto. Ha habido algunos esfuerzos de reforestación, mediante el crecimiento natural o la plantación, pero los árboles necesitan años para madurar antes de que puedan absorber completamente el CO₂.
- Durante la última década, se perdieron anualmente 4,7 millones de hectáreas de bosques, con Brasil, la República Democrática del Congo, Indonesia y Bolivia entre los países más afectados. Para muchos, es alarmante que tres países de América Latina estén en la cabeza de la lista. Te contamos cuáles son.
Brasil: continúa la tala ilegal
Aproximadamente el 60% de la selva amazónica se encuentra en Brasil y desempeña un papel vital en la absorción de CO₂ nocivo que, de otro modo, se escaparía a la atmósfera.
- Después de caer de manera constante desde 2004, la deforestación en la Amazonía brasileña ha aumentado nuevamente, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) del país. Según un reporte de la organización, en 2020 la tasa de deforestación fue la más alta en más de una década.
- El entonces presidente Jair Bolsonaro le dijo a la ONU que, a partir de agosto de este año, la deforestación en Brasil se redujo en comparación con 2020. Sin embargo, la tasa de deforestación es aún más alta que antes de que asumiera el cargo en 2019.
- Imazon, un instituto de investigación centrado en la Amazonía, dice que sus datos no muestran que la tasa de deforestación se desacelere este año. El expresidente Bolsonaro fue criticado por políticas «antimedioambientales», como el fomento de la agricultura y la minería en la Amazonía.
El exmandatario también fue cuestionado por los recortes de los fondos para las agencias gubernamentales que son responsables de enjuiciar a los agricultores y madereros que violan la ley ambiental. Las multas por tala ilegal cayeron un 20% en 2020.
No se dispone de cifras exactas, pero estudios recientes sugieren que hasta el 94% de la deforestación y destrucción del hábitat en Brasil podría ser ilegal.
El caso de Bolivia
Brasil no es el único país responsable de la deforestación de la Amazonía; los países vecinos, incluido Bolivia, también contribuyen.
- El año pasado, Bolivia perdió casi 300.000 hectáreas de bosque tropical, el cuarto más alto del mundo.
- De 2002 a 2020, Bolivia perdió 3,02 millones de ha de bosque primario húmedo, lo que representó el 51% de su pérdida total de cobertura arbórea en el mismo período, según datos de Global Forest Watch.
- El área total de bosque primario húmedo en el país andino disminuyó un 7,4% en este período de tiempo.
De 2001 a 2020, Bolivia perdió 6,11 millones de hectáreas de cobertura arbórea, equivalente a una disminución del 9,5% en la cobertura arbórea desde 2000, lo que implica unas 2,67 gigatoneladas de emisiones de CO₂.
- En el país, de acuerdo con el estudio de Global Forest Watch, de 2001 a 2019, el 74% de la pérdida de cobertura arbórea ocurrió en áreas donde los principales impulsores de la pérdida resultaron en la deforestación.
Perú
- De 2002 a 2020, Perú perdió 2,16 millones de hectáreas de bosque primario húmedo y el área total de bosque primario húmedo disminuyó un 3,1% en este período, según Global Forest Watch.
- En ese mismo lapso, el país perdió 3,39 millones de hectáreas de cobertura arbórea, lo que equivale a una disminución del 4,3% en la que existía desde 2000 y a 2,17 gigatoneladas de emisiones de CO₂.
Qué pasa en el resto del mundo
Indonesia, en Asia, y la región del Congo, en África, son las otras áreas que se encuentran entre las de mayor tasa de deforestación del mundo. Indonesia ha estado entre los cinco principales países que reportan mayor pérdida de bosques durante las últimas dos décadas.
- Según datos de Global Forest Watch, el país perdió 9,75 millones de hectáreas de bosque primario entre 2002 y 2020, principalmente debido a la tala para plantaciones de palma aceitera.
- Hasta el 80% de los incendios se iniciaron con este fin, según datos oficiales. En 2016, desapareció un récord de 929.000 hectáreas de bosque, pero desde entonces ha habido una disminución constante en la tasa de deforestación allí.
Cuenca del Congo
La cuenca forestal del Congo es la segunda selva tropical más grande del mundo. Más de la mitad se encuentra en la República Democrática del Congo.
El grupo de campaña ambiental Greenpeace dice que la tala ilegal, tanto por parte de empresas grandes como pequeñas, está conduciendo a la deforestación.
- Aunque EE.UU. y la Unión Europea han prohibido la importación de madera ilegal, todavía se contrabandea fuera del país.
- Otras amenazas incluyen la agricultura de subsistencia en pequeña escala, la extracción de carbón y combustible, la expansión urbana y la minería.
- En los últimos cinco años, la pérdida anual de bosque primario allí ha sido de casi medio millón de hectáreas, según Global Forest Watch.
Incendios y la agricultura, la principal causa
La pérdida mundial de bosques alcanzó máximos históricos en 2024, impulsada por un aumento catastrófico de incendios masivos. La tendencia general se encamina en una dirección preocupante, alertó el análisis anual de Global Forest Watch.
“Si esta tendencia continúa, podría transformar permanentemente áreas naturales críticas y liberar grandes cantidades de carbono, intensificando el cambio climático y alimentando incendios aún más extremos,» señaló Peter Potapov, codirector del laboratorio Global Land Analysis and Discovery (GLAD), del Departamento de Ciencias Geográficas de la Universidad de Maryland. «Es un peligroso círculo vicioso que no podemos permitirnos desencadenar más”.
- Basado en datos del laboratorio GLAD, el informe de GFW señala que, por primera vez en sus registros, los incendios, y no la agricultura, fueron la causa principal de la pérdida de bosques primarios tropicales, representando casi el 50% de toda la destrucción forestal.
- Esto marca un cambio drástico con respecto a los últimos años, cuando los incendios promediaban el 20%.
- “Este nivel de pérdida de bosques no se parece a nada que hayamos visto en más de 20 años de datos. Es una alerta roja global, un llamado colectivo a la acción para todos los países, empresas y personas que se preocupan por un planeta habitable”, afirmó Elizabeth Goldman, codirectora de GFW.
En 2024, el año más caluroso registrado, las condiciones extremas impulsadas por el cambio climático y el fenómeno de El Niño hicieron que los incendios fueran más intensos y difíciles de controlar.
Si bien los bosques tienen la capacidad de recuperarse, la presión combinada de la conversión de tierras y el cambio climático obstaculizan esta recuperación y aumentan la probabilidad de incendios futuros.
- A nivel mundial, los incendios emitieron 4.1 gigatoneladas de gases de efecto invernadero (GEI), liberando más de cuatro veces las emisiones de todos los vuelos comerciales en 2023. Estos eventos empeoraron la calidad del aire, afectaron el suministro de agua, y amenazaron la vida y el sustento de millones de especies, incluida la humana.
La importancia de los bosques primarios
Los bosques primarios, también conocidos como vírgenes, primigenios o antiguos, son ecosistemas intactos, desarrollados naturalmente, sin intervención humana. Existen en zonas tropicales, templadas y boreales.
- Por el contrario, los bosques secundarios son aquellos que se desarrollan en áreas donde el bosque primario ha sido alterado o deforestado por actividades humanas; son valiosos si se regeneran naturalmente y su recuperación es sostenida.
La biomasa, al igual que otros aspectos, puede recuperarse, pero se necesita un gran bosque primario para mantener el sistema en su conjunto.
Los datos de GFW se enfocan en la pérdida de bosques primarios tropicales, debido a que “estos representan la mayor biomasa, mayor biodiversidad y, en consecuencia, se trata de los bosques con mayor valor de conservación y servicios ecosistémicos. Recuperar un bosque primario y todas sus funciones, una vez talado, no es viable.
- Además, es en estos ecosistemas donde se produce más del 94% de la deforestación», comentó en conferencia el doctor Matt Hansen, profesor de la Universidad de Maryland y codirector del Laboratorio GLAD.
- Los datos señalan que, en 2024, la pérdida de bosques primarios tropicales aumentó el 80% en comparación con 2023, alcanzando 6.7 millones de hectáreas, el equivalente a 18 campos de fútbol por minuto.
- Además de los incendios masivos, la pérdida de bosque primario tropical impulsada por otras causas (deforestación para agricultura, minería, etc.) aumentó un 14%, el mayor incremento desde 2016.
El análisis señala que, si bien los incendios son fenómenos naturales en algunos ecosistemas, los que se producen en los bosques tropicales son, en su mayoría, provocados por actividad humana, a menudo con el fin de preparar nuevas áreas para la agricultura.
El aumento de la pérdida de bosques también se extendió más allá de los trópicos. El planeta experimentó un aumento del 5% en la pérdida total de cobertura arbórea en comparación con 2023, alcanzando 30 millones de hectáreas, un área equivalente a Italia.
Este aumento se debió en parte a las intensas temporadas de incendios en Canadá y Rusia, lo que marcó la primera vez que grandes incendios azotaron tanto los trópicos como los bosques boreales desde que comenzó el registro de GFW.
Principales países con pérdida de bosques
Brasil, el país con la mayor superficie de bosque tropical y que será sede de la COP30, representó el 42% de la pérdida global de bosque primario tropical en 2024.
- Los incendios, alimentados por la peor sequía registrada, causaron el 66% de la pérdida forestal nacional, un aumento de más de seis veces con respecto a 2023, mientras que la Amazonia experimentó su mayor pérdida de cobertura arbórea desde 2016.
Además, la pérdida por otras causas también aumentó un 13%, principalmente debido a la agricultura a gran escala para la producción de soja y la ganadería.
Un caso alarmante fue Bolivia, donde se disparó un 200% la pérdida de bosque primario, alcanzando un total de 1.5 millones de hectáreas.
- Por primera vez ocupó el segundo lugar mundial en pérdida de bosque primario tropical, solo superado por Brasil. Más de la mitad de la pérdida arbórea se debió a incendios, a menudo provocados para usar tierras para el cultivo de soja, ganado y caña de azúcar.
- Perú tuvo un aumento del 135% en la pérdida de bosque primario tropical debido a incendios, principalmente provocados por la quema de bosques para despejar tierras con fines agrícolas. En total perdió 190,000 hectáreas.
En otros países de América Latina los incendios del año pasado igualmente registraron importantes picos en la pérdida de bosques primarios tropicales, como fueron los casos de Guatemala, México y Nicaragua.
- Nicaragua registró el mayor porcentaje de pérdida proporcional de área de bosque primario a nivel global, con un 4.7%.
- El país centroamericano perdió 95,000 hectáreas de bosque primario. En el caso de Guatemala, perdió el 2.7%, principalmente en la zona norte del país.
Colombia, en 2023, registró la mayor disminución en la pérdida de bosque primario en 20 años; sin embargo, para el año siguiente hubo un retroceso, ya que la pérdida aumentó casi un 50%. A diferencia de otras partes de América Latina, los incendios no fueron la causa principal, sino la minería ilegal y la producción de coca.
- México se ubicó entre los 10 países con mayor pérdida de cobertura arbórea primaria en 2024, con 93,000 hectáreas. El país experimentó un aumento del 90% en la pérdida de bosque primario tropical entre 2023 y 2024, principalmente debido a incendios, seguido por la agricultura comercial, la ganadería y la soja.
- En reportes anteriores, Global Forest Watch ya señalaba una significativa pérdida de cobertura arbórea, especialmente en bosques tropicales. Por ejemplo, durante el periodo 2001-2023, México perdió 4.89 millones de hectáreas de cobertura arbórea, lo que representa una disminución del 9.2% respecto al año 2000.
- En equivalencia, sería una pérdida de casi cinco veces el tamaño de la Ciudad de México. Este total incluye la pérdida de 793,000 hectáreas de bosques primarios, lo que representa 16% de su pérdida total de cobertura arbórea.
Del otro lado del Atlántico, al igual que la Amazonía, la cuenca del Congo desempeña un papel crucial como sumidero de carbono, pero el aumento de los incendios amenazan su función vital.
En la República Democrática del Congo, la pérdida de bosque primario aumentó un 150% en 2024, en comparación con el año anterior, y los incendios causaron el 45% de los daños, agravados por condiciones inusualmente cálidas y secas, por la pobreza, conflictos armados y una profunda dependencia de los bosques para la supervivencia de la población local.
Países sin pérdida de bosques
“No todas son malas noticias. En el Sudeste Asiático hay indicios de progreso. Indonesia redujo la pérdida de bosque primario en un 11%, revirtiendo un aumento constante entre 2021 y 2023, mientras que Malasia experimentó una disminución del 13% y, por primera vez, salió de la lista de los 10 principales países con pérdida de bosque primario tropical”, comentó el doctor Hansen, del Laboratorio GLAD.
- A pesar de la sequía, Indonesia registró una baja tasa de pérdidas por incendios forestales gracias a las iniciativas de prevención de incendios, las lluvias tardías y las labores de extinción del sector privado y las comunidades locales.
En Laos, a pesar de una disminución del 15% con respecto a las tasas de 2023, la pérdida total de bosque primario siguió siendo la segunda más alta registrada en la región.
Soluciones contra la pérdida de bosques
En 2021, en el marco de la COP26 (en Glasgow, Reino Unido), más de 140 países se comprometieron a detener la pérdida de bosques para 2030; sin embargo, 17 de los 20 signatarios con las mayores áreas de bosque primario están perdiendo árboles a un ritmo mayor que cuando se firmó el acuerdo.
- El análisis de GFW indica que para alcanzar el objetivo global de detener la pérdida de bosques para finales de esta década —en escasos cinco años—, el mundo debe reducir la deforestación en un 20% anual, comenzando de inmediato. Desgraciadamente, la realidad opera en contra de este objetivo, tal como exhiben los datos ya repasados.
Algunas propuestas de los expertos son: una inversión sostenida en la prevención comunitaria de incendios, sistemas de respuesta a incendios más eficaces, aplicación más estricta de las normas contra la tala ilegal, un enfoque en el uso sostenible de la tierra, cadenas de suministro de productos básicos sin deforestación, una mejor aplicación de las regulaciones comerciales y un mayor financiamiento para la protección forestal, especialmente las iniciativas lideradas por pueblos indígenas.
Otras soluciones son reforzar los sistemas de monitoreo forestal globales, nacionales y estatales, tal como es el caso de GFW, una iniciativa esencial para conocer el estado de los bosques.
- Mediante el uso de tecnología satelital, GFW facilita el monitoreo forestal casi en tiempo real, genera datos e información sobre dónde, cómo y por qué están cambiando los bosques. Desde su lanzamiento en 2014, más de 7 millones de personas en todo el mundo han visitado su plataforma digital.
Las huellas de la palma de aceite en Latinoamérica
El aceite de palma, que está presente en miles de productos -desde champús, alimentos procesados o maquillajes-, ha acumulado innumerables denuncias por daños ambientales en las principales regiones productoras, como el sudeste asiático y América Latina. La mayoría de las denuncias son por la pérdida de bosques tropicales que ha provocado la expansión de la palma aceitera.
- En los países latinoamericanos, las comunidades que son vecinas de las plantaciones de palma suman otras quejas: a partir del momento en que este monocultivo domina su territorio, reportan que las fuentes de agua empiezan a reducirse, algunos ríos a secarse —al punto incluso de dejar de ser aptos para pescar o beber— y la contaminación con pesticidas y químicos de las fuentes de agua entra a agravar la situación.
Estas denuncias se escuchan cada vez más en aquellos países latinoamericanos en donde el cultivo de palma de aceite crece de forma discreta.
- Cifras del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) indican que en el 2023 la producción mundial fue de 79,53 millones de toneladas, mientras que en el 2022 se ubicó en 77,96 millones de toneladas. Esto representa un incremento del 2%; una tendencia al alza que se seguirá consolidando en el 2024, ya que las proyecciones de la USDA estiman una producción de 80,19 millones de toneladas.
Indonesia, Malasia y Tailandia concentraron el 87% de la producción mundial en el 2023, mientras que los países africanos y latinoamericanos produjeron el 13% restante.
- Colombia fue el principal productor por fuera del sudeste asiático (1,9 millones de toneladas), ocupando el puesto 4. En el top 15 también aparecen Guatemala en el puesto 6, Honduras en el 9, Brasil en el 10 y Ecuador en el 12.
Esta tendencia al alza en la producción de aceite de palma, que incluye a los países latinoamericanos, revela también el peligro que representa el incremento de los problemas ambientales, sobre todo si las autoridades no asocian la bonanza económica con la fiscalización de la actividad.
De hecho, la base de datos construida por Mongabay Latam y la alianza periodística Tras las Huellas de la Palma, a través de solicitudes de información a entidades de gobierno, documenta la existencia de al menos 298 procesos abiertos por distintas quejas ambientales, entre 2010 y 2021, contra empresas y productores de palma en Colombia, Ecuador, Brasil, Guatemala, Honduras y Costa Rica.
- Algunas de las denuncias más frecuentes en Colombia, Ecuador, Guatemala y Honduras están relacionadas, precisamente, con la contaminación de agua –principalmente con pesticidas y otros agroquímicos- y con el desvío o acaparamiento de esta. Se encontraron 59 procesos sancionatorios: 32 en Colombia, 25 en Guatemala, 2 en Ecuador y ninguno en Honduras, a pesar que las comunidades denuncian lo contrario.
- Del total de casos, solo seis finalizaron con una sanción monetaria contra el infractor, en tres se pidieron medidas de reparación ambiental y en dos se hicieron solicitudes de mejora de la actividad productiva.
- En cinco casos las autoridades no dieron información sobre las sanciones impuestas y en 46 fue imposible determinar en qué estado se encontraba la investigación o proceso sancionatorio (en algunos casos las autoridades impusieron dos o más sanciones).
La falta de información y la entrega de información incompleta son una constante en las respuestas que brindan las autoridades. A eso se suma otro gran problema: la ausencia de estudios técnicos y científicos que analicen la contaminación del agua y que ayuden a determinar la responsabilidad de la industria palmicultora en esa contaminación.
“Los países que lideran estudios en temas de evaluación de pesticidas en ecosistemas acuáticos son Brasil y Argentina. En los demás países de Latinoamérica, la información es superescasa”, asegura Marcela Cabrera, especialista en Gestión Integral del Agua y directora del Laboratorio Nacional de Referencia del Agua en la Universidad Regional Amazónica Ikiam de Ecuador. /PUNTOporPUNTO