Los BOSQUES son clave para frenar el CALENTAMIENTO GLOBAL; SEQUÍA empuja a la AMAZONÍA a una situación CRÍTICA

La deforestación tropical puede elevar la temperatura local hasta 5 °C, lo que expone a más de 300 millones de personas a condiciones extremas de calor y se vincula con unas 28.000 muertes anuales relacionadas con el calor.

Photo by Pablo COZZAGLIO / AFP

Los bosques no solo embellecen el planeta, sino que constituyen un escudo vital frente al calentamiento global. Preservarlos es clave para proteger la biodiversidad, regular el clima y asegurar recursos esenciales para la humanidad.

Según ha divulgado el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, los bosques son ecosistemas críticos, ya que proporcionan hábitats para la mayoría de las especies del planeta y medios de vida para casi 1.000 millones de personas. Los bosques sanos desempeñan un papel crucial en la mitigación del cambio climático al actuar como sumideros de carbono y absorber miles de millones de toneladas métricas de CO2 al año. Sin embargo, están amenazados debido a la deforestación y la degradación».

“Si de verdad queremos mantener el calentamiento global por debajo del umbral crítico de 2 °C, debemos realizar esfuerzos colectivos para conservar, restaurar y gestionar los bosques de forma sostenible, empezando por reconocer su papel invaluable en la consecución de dicho objetivo», sumaron desde el Programa.

Para la ONU, estos sitios “cubren casi el 31% de la superficie de nuestro planeta y albergan más del 80% de todas las especies terrestres de animales, plantas e insectos. Sin embargo, el deterioro de la biodiversidad se está produciendo a un ritmo más rápido ahora que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad”.

En el mundo, se queman o talan alrededor de 13 millones de hectáreas de bosques cada año, según The Nature Conservancy (TNC). Esta pérdida de cobertura forestal no solo afecta la biodiversidad y el clima, sino también la vida de comunidades locales, campesinas e indígenas, que dependen de estos ecosistemas para su subsistencia.

Además de la preservación, la restauración de bosques degradados se presenta como una herramienta clave en la lucha contra el cambio climático. Plantar árboles en zonas dañadas permite recuperar la biodiversidad, mejorar la calidad del aire y crear sumideros de carbono que absorben dióxido de carbono de la atmósfera.

  • The Nature Conservancy divulga que “plantar árboles en bosques dañados o talados crea un cultivo de árboles jóvenes consumidores de carbono. A medida que crecen los árboles –a lo largo de 50 a 100 años– absorben CO2 del aire y, a su vez, recuperan el hogar para pájaros y para la vida silvestre”.
  • En América Latina, la situación es particularmente alarmante. Argentina, por ejemplo, perdió cerca de 7 millones de hectáreas de bosques nativos entre 1998 y 2022, según datos de Greenpeace, y tan solo en 2024 la deforestación en el norte del país alcanzó casi 150.000 hectáreas y afecta principalmente a las provincias del norte del país, como Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa.

Es por ello que expertos consultados plantearon a Infobae claves de la importancia de los bosques para frenar el calentamiento global.

1- Los bosques son reguladores naturales del clima y sumideros de carbono

La función más reconocida de los bosques en la lucha contra el calentamiento global es su capacidad para capturar dióxido de carbono. A través de la fotosíntesis, los árboles transforman CO2 en biomasa y liberan oxígeno, actuando como pulmones del planeta. Sin esta absorción natural de carbono, la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera sería significativamente mayor, acelerando el calentamiento global y sus consecuencias.

La protección de bosques existentes es tan importante como la reforestación, ya que los ecosistemas maduros almacenan grandes cantidades de carbono acumuladas durante décadas. La tala y quema de bosques liberan este carbono almacenado al aire, intensificando el efecto invernadero.

Actividades como la producción de madera, la expansión agrícola o la conversión de bosques en tierras de pastoreo contribuyen directamente a la liberación de CO2, incrementando la temperatura global y alterando los patrones climáticos. Los bosques intactos, en cambio, regulan el clima a escala local y global, proporcionando estabilidad en la temperatura y precipitación, lo que es fundamental para la agricultura y la seguridad alimentaria.

Además, los bosques tropicales desempeñan un rol clave en la formación de nubes y la generación de lluvias, gracias a la evaporación de agua de su follaje y suelos. Este ciclo contribuye a mantener el equilibrio hídrico en regiones extensas y evita sequías prolongadas que afectan a millones de personas. En términos simples, conservar los bosques significa conservar un sistema climático estable, vital para la vida en la Tierra.

2- Los bosques conservan la biodiversidad y servicios ecosistémicos

Los bosques son el hogar del 80% de la biodiversidad terrestre. Albergan desde especies de árboles únicas hasta mamíferos, aves, reptiles, anfibios y millones de microorganismos. Esta riqueza biológica no solo tiene valor intrínseco, sino que asegura la estabilidad de los ecosistemas y la continuidad de los servicios que brindan, como polinización, control natural de plagas, y producción de alimentos y medicinas.

“Los bosques vivos sostienen la vida: benefician a las personas, a las plantas y a los animales por todo el trabajo invisible que realizan como almacén de carbono. También ayudan a controlar el clima del planeta y las precipitaciones”, señaló The Nature Conservancy. La pérdida de biodiversidad debilita estos sistemas, reduciendo la capacidad de los bosques para adaptarse a cambios climáticos y para continuar proporcionando servicios esenciales a las comunidades humanas.

La deforestación genera fragmentación de hábitats y pone en riesgo a especies endémicas, que dependen de áreas específicas para sobrevivir. En Argentina, por ejemplo, los desmontes en provincias como Salta, Chaco y Formosa han afectado gravemente ecosistemas nativos, provocando la pérdida de hábitats y el desplazamiento de comunidades locales.

“Estamos en vísperas de una cumbre de cambio climático COP30 que se realizará en la ciudad brasileña de Belén, en plena Amazonía, donde se espera que se avance con financiamiento para la protección de los bosques y con un plan concreto para cumplir con la meta de Deforestación Cero para el año 2030”, precisó a Infobae Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Argentina.

“El monitoreo satelital de la organización ecologista estima que durante 2024 la pérdida de bosques en el norte de Argentina fue de casi 150.000 hectáreas, mientras que los incendios forestales en la Patagonia durante los primeros meses de 2025 arrasaron con cerca de 32.000 hectáreas de bosques”, agregó.

3- Los bosques protegen el suelo y el ciclo del agua

Más allá de la captura de carbono y la biodiversidad, los bosques cumplen funciones clave en la protección de suelos y recursos hídricos. Sus raíces estabilizan el terreno y previenen la erosión, mientras que la vegetación y la cobertura del suelo regulan la infiltración del agua, recargan acuíferos y previenen inundaciones.

En áreas degradadas, la ausencia de árboles puede derivar en desertificación y pérdida de productividad agrícola, afectando la seguridad alimentaria y económica de comunidades enteras.

Según dijo anteriormente a Infobae Emiliano Ezcurra, director de Banco de Bosques, “los bosques tienen un valor enorme en muchos aspectos en el país. Protegen las cuencas que riegan cultivos estratégicos como la caña de azúcar. También evitan inundaciones y son herramientas clave de la atracción del turismo para distintas provincias”.

La conservación de bosques no solo protege la fauna y flora, sino también el equilibrio de los suelos y las cuencas hidrográficas, esenciales para la agricultura y el suministro de agua. Además, brindan refugio a especies que ayudan a controlar plagas de forma natural.

Una estrategia integral frente al cambio climático

Conservar y restaurar los bosques es una de las estrategias más efectivas para frenar el calentamiento global, garantizar la biodiversidad y proteger recursos esenciales.

Un relevamiento de Greenpeace en 1000 personas en el país, indica que el 86% de los argentinos considera que proteger los bosques es clave para enfrentar el cambio climático.

Aporte de los árboles en la conservación del medio ambiente

Los árboles juegan un papel fundamental en la conservación del medio ambiente:

  • Liberan el oxígeno y transforman el dióxido de carbono (CO2) en biomasa, reduciendo el efecto invernadero.
  • Son reguladores de los ciclos hidrológicos contribuyendo a evitar inundaciones.
  • Previenen la erosión de los suelos, favoreciendo el desarrollo de la agricultura.
  • Constituyen el hábitat de especies de plantas, aves, mamíferos, reptiles y anfibios.
  • En las zonas selváticas contribuyen a formar un ambiente húmedo.
  • Contribuyen a regular el clima, reduciendo los efectos del cambio climático generado principalmente por el hombre.
  • Son una fuente de materia prima para la elaboración de medicinas, alimentos, papel, combustible (madera y carbón), fibras y otros materiales naturales como corcho, resinas y caucho.

El calor y las sequías empujan a los bosques a una situación crítica

La selva amazónica está transitando de forma gradual hacia un nuevo tipo de clima conocido como hipertropical, caracterizado por temperaturas más altas y sequías más frecuentes e intensas. Estas condiciones no se habían registrado en la Tierra desde hace decenas de millones de años y están llevando a los árboles a un nivel de estrés mortal.

Un estudio encabezado por la Universidad de California en Berkeley, en Estados Unidos, advierte que si continúan las altas emisiones de gases de efecto invernadero, la Amazonía podría experimentar sequías cálidas hasta por 150 días al año para 2100, incluso durante la temporada húmeda.

¿Por qué este cambio preocupa a los científicos?

La Amazonía no solo es uno de los ecosistemas más grandes del mundo, también cumple un papel clave en la absorción de dióxido de carbono. Los bosques tropicales capturan más emisiones humanas de carbono que cualquier otro bioma del planeta.

La investigación señala que este nuevo escenario podría provocar una muerte generalizada de árboles, reduciendo la capacidad de la Tierra para compensar el aumento del CO₂ atmosférico. Informes recientes ya han detectado incrementos de dióxido de carbono en la atmósfera tras sequías severas en la región, lo que confirma que el clima tropical influye de forma directa en el balance global de carbono.

El clima hipertropical

Los científicos denominan hipertrópicos al nuevo régimen climático que está emergiendo por efecto del calentamiento global. Este fenómeno prolonga la estación seca, que normalmente va de julio a septiembre, debido a temperaturas más altas de lo habitual.

“Cuando se producen estas sequías cálidas, ese es el clima que asociamos con un bosque hipertropical, porque supera los límites de lo que consideramos actualmente un bosque tropical”, señaló el director del estudio, Jeff Chambers, en un comunicado de la Universidad de California en Berkeley.

El impacto directo en los árboles

El estudio publicado en la revista Nature documenta que la combinación de calor y sequía eleva la tasa de mortalidad de los árboles. Los investigadores identificaron los mecanismos que explican por qué los árboles mueren bajo condiciones hipertropicales, que hoy aún ocurren solo por periodos cortos durante sequías extremas.

Cuando la humedad del suelo baja hasta cerca de un tercio de su volumen, los árboles dejan de capturar carbono, mueren por falta de nutrientes o desarrollan burbujas de aire en la savia, lo que interrumpe su funcionamiento interno.

“Demostramos que los árboles de crecimiento rápido y baja densidad de madera eran más vulnerables y morían en mayor número que los árboles de alta densidad de madera”, explicó el investigador, quien estudia la Amazonía desde 1993, en colaboración con el Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia (INPA), en Manaos.

Un riesgo que va más allá de la Amazonía

Los científicos advierten que las condiciones hipertropicales no se limitarían a Sudamérica. También podrían aparecer en las selvas tropicales de África occidental y en regiones del sudeste asiático, ampliando el impacto a escala global.

Chambers subrayó que el peor escenario se daría si la sociedad no reduce de forma significativa las emisiones de dióxido de carbono.

“Depende de nosotros hasta qué punto vamos a crear realmente este clima hipertropical”, indicó el investigador, y advirtió que si las emisiones continúan sin control: “Entonces crearemos este clima hipertropical antes”.

Un llamado directo a la acción climática

El estudio deja claro que el futuro de la Amazonía está ligado a las decisiones humanas actuales. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no solo es clave para frenar el cambio climático, sino también para preservar uno de los ecosistemas más importantes para el equilibrio ambiental del planeta.

La deforestación tropical dispara olas de calor y pone en riesgo a millones

Un nuevo mapa interactivo desarrollado por investigadores de la Universidad de Leeds revela que la deforestación tropical puede elevar la temperatura local hasta 5 °C, lo que expone a más de 300 millones de personas a condiciones extremas de calor y se vincula con unas 28.000 muertes anuales relacionadas con el calor, según datos de la Universidad de Leeds y ENN.

  • Esta herramienta, presentada antes de que tenga lugar la COP 30 en Belém, Brasil, permite observar con detalle el impacto de la pérdida de bosques en el clima local y la salud pública.
  • El mapa interactivo, diseñado por el equipo de la Universidad de Leeds y presentado también por ENN, resalta el papel esencial de los bosques tropicales en la regulación de los climas locales.

La plataforma ofrece a gobiernos, organizaciones de conservación y actores del sector agrícola la posibilidad de analizar cómo distintos niveles de deforestación afectan la salud, la producción de alimentos y la productividad en regiones tropicales.

Según la Universidad de Leeds, esta es la primera herramienta que proporciona a responsables de políticas y comunidades locales una comprensión directa de las consecuencias de la deforestación en sus propios entornos.

Consecuencias sociales y ambientales del aumento de temperatura

Los datos presentados muestran que la deforestación tropical ha causado incrementos de temperatura de hasta 5 °C en ciertas zonas, con consecuencias directas para millones de personas.

  • El estudio, liderado por la doctora Carly Reddington y el profesor Dominick Spracklen, incluyó regiones de América Central y del Sur, África y el Sudeste Asiático, y concluyó que más de 300 millones de personas están actualmente expuestas a este aumento térmico.

Además, la investigación asocia la deforestación a unas 28.000 muertes anuales vinculadas al calor. Reddington señaló: “Este calentamiento local tiene importantes implicaciones para la salud humana, la seguridad hídrica, la agricultura y la resiliencia climática, especialmente para las comunidades vulnerables en los trópicos”, según declaraciones recogidas por la Universidad de Leeds.

Según la Universidad de Leeds, la desaparición de bosques tropicales elimina mecanismos naturales de enfriamiento como la sombra, la liberación de humedad por evapotranspiración y la absorción de dióxido de carbono.

Sin estos procesos, el calor se acumula rápidamente en la superficie, la humedad atmosférica disminuye y se incrementan las concentraciones de gases de efecto invernadero. Este fenómeno genera un mayor riesgo de olas de calor y perjuicios tanto para la salud como para la agricultura.

Variabilidad regional y amenazas a la seguridad alimentaria

El mapa interactivo permite visualizar el aumento de temperatura asociado a la deforestación en diferentes regiones, provincias o distritos. En el estado de Rondônia, en la Amazonía brasileña, la pérdida de bosques podría generar un calentamiento local de 2,1 °C.

En zonas del Sudeste Asiático y África, el incremento supera los 3 °C, mientras que en la región de Katavi, en Tanzania, la deforestación podría elevar la temperatura en más de 5 °C. Estas cifras evidencian la gravedad y variabilidad del fenómeno según la ubicación.

La Universidad de Leeds advierte que el aumento de temperaturas por deforestación tiene efectos directos en la salud pública, la seguridad alimentaria y la capacidad de adaptación comunitaria.

El mayor calor puede incrementar la mortalidad por exposición, reducir la disponibilidad de agua y afectar negativamente los cultivos y la productividad agrícola. Estas amenazas impactan en particular a las poblaciones más vulnerables de las regiones tropicales, donde las opciones de respuesta ante el cambio climático son limitadas.

Innovación para la adaptación y la conservación de los bosques

El lanzamiento de la herramienta coincide con la COP 30 en Belém y se incluye en la iniciativa Tropical Forests Forever Facility, liderada por Brasil y apoyada por el Reino Unido. El mapa interactivo está alojado en el sitio VIEWpoint del Met Office, como parte del proyecto Climate Science for Services Partnership (CSSP) Brazil, una colaboración internacional financiada por el gobierno británico.

  • La doctora Nike Doggart, responsable del desarrollo del mapa, subrayó que es la primera herramienta que permite a los actores de los países tropicales comprender el impacto de la deforestación en sus climas locales.
  • Doggart añadió que la iniciativa busca favorecer la protección de millones de personas frente al calor extremo y servir de base para políticas de conservación y adaptación.

La investigación y desarrollo de este mapa interactivo resaltan el valor de los bosques tropicales como proveedores de servicios ecosistémicos esenciales, y consolidan la idea de que su protección y restauración pueden ser estrategias eficaces de adaptación local ante el cambio climático./Agencias-PUNTOporPUNTO

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