Méxicanos viven PRECARIEDAD LABORAL, 2 de 3 con ingreso No Mayor a dos SALARIOS mínimos

Las mujeres y la población indígena componen dos de los grupos más vulnerables en términos laborales

Dos de cada tres personas que laboran en México percibe un ingreso no mayor a dos salarios mínimos, alrededor de 283.4 pesos. Se trata de la proporción más alta desde que existen registros oficiales, revela la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

“En el país se está viviendo una precariedad laboral; es decir, una degradación en las condiciones de trabajo, en este caso, en materia de salarios. Los trabajos están siendo peor pagados, de ahí, el aumento de la pobreza laboral”, afirma Jesús Rubio, profesor investigador en El Colegio de la Frontera Norte (Colef).

  • El nivel de ingreso de dos terceras partes de la población ocupada apenas cubre el costo de lo que se considera en México la canasta básica de alimentos, cuyo valor es de mil 827.39 pesos, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

A principios de 2008, antes de que comenzará la crisis financiera internacional, el porcentaje de personas que percibían hasta dos salarios mínimos era de 32.78 por ciento, conforme pasó la crisis, las condiciones fueron mejorando y el porcentaje se mantuvo en niveles de 30 por ciento, hasta el 2016 que subió a 42 por ciento.

Para el primer trimestre de 2019, el porcentaje de los trabajadores que ganan entre uno y dos salarios mínimos brincó a 51.31 por ciento; para 2020 a 58.38 por ciento y para 2021, a casi seis de cada 10 trabajadores.

  • Jesús Rubio afirma que si bien el salario mínimo ha aumentado paulatinamente desde 2016 (de 70.10 a 141.7 pesos actual), el porcentaje de la población que tiene una remuneración hasta de dos salarios mínimos aumenta aceleradamente.

Para las mujeres es peor

Si regresamos 10 años (primer trimestre de 2011), los ocupados que ganaban más de cinco salarios mínimos representaban 8.54 por ciento; mientras para 2021 son sólo 2.2 por ciento, cuatro veces menos que hace una década.

“El aumento del índice de pobreza laboral, a 40.7 por ciento, se da en un contexto en donde hay más personas que ganan dos o menos salarios mínimos, mientras cada vez menos perciben cinco o más salarios mínimos. En este contexto, las más afectadas son las mujeres”, afirma Jesús Rubio.

En los primeros tres meses del año, 58.3 por ciento de los hombres en México ganaba dos o menos de un salario mínimo; pero para las mujeres es peor: 67.6 por ciento.

Las trabajadoras que ganan cinco salarios representan 1.70 por ciento, hace 10 años eran 6.55; mientras en los hombres es de 2.54, toda vez que en 2011 era de 9.72 por ciento.

Un problema estructural

El investigador de El Colegio de la Frontera Norte explica que hay un componente cíclico por las crisis económicas en el país, pero también hay un componente estructural en el mercado laboral que no ha permitido que los salarios que se pagan en México sean mejores.

“Eso tiene que ver con el tipo de empleos que se crean, con la debilidad sindical (menos negociaciones colectivas, por tanto los salarios que se logran son menores), la flexibilidad laboral, la mayor competencia económica, la mayor globalización, que ha hecho que el país compita con mano de obra barata y no con personal calificado, con infraestructura y un mejor ambiente de negocios.

“También los salarios son peores por el abandono del modelo de sustitución de importaciones o las privatizaciones, entre otros factores”, detalla Rubio.

  • A un año de la pandemia, Adrián Muñiz, analista de economía nacional de Vector Casa de Bolsa, comenta que cuando hay un choque económico de la magnitud que se observó con el Covid-19, el mercado laboral es el principal afectado.

“El empleo se va a recuperar, pero la literatura internacional dice que, al menos en la evidencia empírica, se da con remuneraciones medias más bajas. Sí, las personas que perdieron su trabajo, mañana lo van a recuperar, pero con una remuneración menor. En esa medida hay una pérdida de bienestar”, asevera Muñiz.

Salarios más bajos y una canasta básica cada vez más cara

La tasa de pobreza laboral representa al grueso de trabajadores cuyos salarios o sueldos son insuficientes para adquirir la canasta de alimentos mínima. En México 4 de cada 10 ocupados (39.4%) se encuentran en esta situación, eso es un porcentaje mayor del nivel registrado un año atrás (35.6 por ciento).

Estas cifras reflejan el significativo impacto que tuvo la crisis por Covid-19 en el mercado laboral, de acuerdo con el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) en su más reciente actualización, el hecho de que haya más trabajadores mexicanos con ingresos inferiores al valor de la cesta mínima se explica por dos factores simultáneos:

Por un lado, la recesión económica provocó una baja generalizada de los ingresos laborales y por el otro, ha incrementado de manera importante el valor de los alimentos, especialmente los agropecuarios.

El aumento de la pobreza laboral es un factor que comparte la mayor parte del territorio nacional, sin embargo el impacto no es homogéneo a escala territorial. Las brechas regionales y sociales también se ampliaron con la crisis Covid-19: los trabajadores más afectados son justamente los que pertenecen a la población más pobre.

  • En el grupo de la población más pobre del país (primer quintil) los salarios promedio se redujeron 40.8%, cifra que logra moderarse entre más subes en el escalafón de ingresos. Por ejemplo, para el grupo de los más ricos (quinto quintil) el ingreso laboral promedio cayó apenas 1.5 por ciento.

Esta situación produce una ampliación de las brechas de desigualdad. Antes de la pandemia las enormes disparidades ya eran alarmantes y ahora lo son más.

  • Siguiendo con el segundo gran factor que explica el aumento de la pobreza laboral, observamos que también hay regiones en donde la suba de precios impacta de manera más pronunciada. En el primer trimestre de este año en las zonas urbanas el costo de la canasta básica creció 3.7% en análisis interanual; para las comunidades rurales el encarecimiento alcanza hasta un 4 por ciento.
  • La Ciudad de México, la urbe más grande del país e incluso una de las más grandes de América Latina, fue la entidad que enfrentó el golpe más fuerte en términos de pobreza laboral. Antes de la pandemia sólo 28.3% de los trabajadores en la CDMX tenían la problemática de no poder comprar la canasta alimentaria con su salario/sueldo, ahora, un año después de la pandemia el 43.2% de la fuerza laboral está en esta situación.

Esto se explica en gran parte por la alta concentración del virus en la metrópoli capitalina y se puede concluir que gran parte de este aumento de trabajadores en pobreza laboral se dio en los sectores operativos, ocupaciones de baja calificación y en las regiones de la periferia.

Aún con este salto grande que dio la pobreza laboral en la capital mexicana, todavía muestra cifras significativamente mejores a las de entidades como Chiapas, Guerrero y Oaxaca en donde cerca del 60% de sus trabajadores no pueden comprar los alimentos mínimos con sus remuneraciones.

Las brechas cada vez más grandes

Las mujeres y la población indígena componen dos de los grupos más vulnerables en términos laborales. La discriminación y desigualdad estructurales en México quedaron expuestas con la crisis sanitaria; estas brechas no se corrigen y en algunos casos se hacen más grandes.

Siguiendo la data procesada por el Coneval, se puede observar que el ingreso laboral promedio de las trabajadoras incrementó de una manera modesta con la pandemia. Pese a ello todavía hay una brecha en el salario promedio de 856.5 pesos entre mujeres y sus pares hombres.

La misma situación ocurre para las comunidades indígenas, la brecha es de casi el doble. Mientras los trabajadores de municipios no indígenas tiene un salario/sueldo promedio de 4,619.9, el de los trabajadores que pertenecen a municipios indígenas es de apenas 2,173.1 pesos mensuales./Agencias-PUNTOporPUNTO

 

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