- Petróleos Mexicanos (Pemex) no recurrirá al fracking en la explotación de yacimientos no convencionales de gas y crudo, aseguró Víctor Padilla Rodríguez a inicios de agosto cuando presentó el Plan Estratégico de Pemex 2025-2035
«El fracking que ustedes conocieron del siglo 19, de la década de los 80 y como era en Estados Unidos, es muy distinto en la actualidad.
«Nosotros no vamos a hace eso, no vamos a hacer fracking», aseguró Padilla durante su participación en el Foro Nacional de Energía, organizado por el Senado.
- Durante la presentación del Plan Estratégico, el funcionario había asegurado que México es deficitario en gas natural y para aumentar su producción se requiere explorar todos los yacimientos.
- «Tenemos que reducir la dependencia de gas importado y debemos buscarlo donde esté. En yacimientos convencionales, en geología muy compleja, en complicados, en el mar, en tierra», dijo entonces Rodríguez.
- Incluso, el plan de Pemex menciona que para aumentar la producción a 5 mil millones de pies cúbicos se recurrirá a yacimientos no convencionales, como el de Burgos, el de Veracruz y otros que están en aguas profundas.
Estos yacimientos requerirían de fracking, una técnica para extraer gas y petróleo en formaciones rocosas poco permeables que requiere millones de litros de agua y es altamente contaminante.
- Según el director de Pemex, el Plan Estratégico 2025-2035 señala claramente que el enfoque en exploración de gas será en las Cuencas del Sureste, tanto en su posición marítima como terrestre.
- Añadió que para los yacimientos no convencionales se están realizando evaluaciones de cuánto se podría obtener, cuánta sería la producción y la recuperación de los ingresos. «Estamos en un momento crítico en términos de la geología convencional».
Además, reconoció que los yacimientos petroleros están decayendo y los que se están encontrando son pequeños.
- «De 20 millones, 30 millones y 50 millones de barriles, y cada vez se requieren más recursos para explotar. «Tenemos (reservas por) 300 mil millones de barriles, de ellos 74 mil millones están en yacimientos no convencionales y casi la mitad es gas natural».
Añadió que México consume cada vez más gas natural y el 80 por ciento se importa.
Pemex apuesta por gas shale
Reforma informó que Petróleos Mexicanos (Pemex) avanza en dos frentes clave: la ampliación de la fracturación hidráulica, aunque bajo otro nombre, y la apertura a contratos mixtos con privados para aumentar la producción de gas y reducir la dependencia de Estados Unidos.
En varias regiones de México, como Veracruz y Nuevo León, Pemex ha inyectado agua a presión, químicos y arena para fracturar rocas que contienen gas natural. Esta técnica es conocida en el mundo como fracking, pero la petrolera mexicana la denomina “estimulación de depósitos geológicos complejos”.
- No obstante, la empresa asegura que se trata de un método distinto al fracking tradicional.
- Lo que conocemos como fracking es muy diferente hoy en día; no vamos a hacerlo”, dijo su director, Víctor Rodríguez, en agosto.
Mientras tanto, activistas señalan que se trata de la misma práctica con otro nombre.
- No lo llaman por su nombre porque saben que no sería bien recibido políticamente”, declaró Alejandra Jiménez, de la Alianza Mexicana Contra el Fracking.
Reservas de shale en México
- México cuenta con 545 billones de pies cúbicos de gas shale técnicamente recuperables, lo que lo coloca en el sexto lugar mundial. Además, existen unos 6 mil 300 millones de barriles de petróleo de esquisto.
- La mayor parte de estos recursos se encuentra en la Cuenca de Burgos, que conecta con el campo Eagle Ford de Texas. La formación Agua Nueva podría aportar hasta 2 mil 500 millones de pies cúbicos de gas al día, según la consultora Wood Mackenzie.
Pemex calcula que, con estos recursos, puede aumentar la producción de gas en 500 millones de pies cúbicos diarios y sumar 300 mil barriles de petróleo para 2030.
Dependencia de México frente a Estados Unidos
Actualmente, México importa la mayor parte de su gas desde Texas. En mayo, ingresaron por ductos 7 mil 300 millones de pies cúbicos diarios, un nivel récord.
El director de Pemex ha advertido que esta situación expone al país a riesgos externos:
- Si Estados Unidos nos cierra la llave, México se queda a oscuras”.
- Contratos mixtos: la apuesta con inversionistas
- Además, Pemex analiza contratos mixtos como alternativa para atraer capital privado.
Según explicó Rodríguez, el esquema consiste en que las empresas aporten:
- Capital inicial
- Capital incremental
- Gastos de operación
A cambio, recibirían:
- 40% de los ingresos después de impuestos y derechos
- Recuperación mínima del 30% de costos
- La propiedad de los recursos seguiría siendo del Estado, pero se compartirían riesgos e inversión.
- Campos incluidos en el plan 2025-2035
En su estrategia de largo plazo, Pemex enlistó 21 proyectos que podrían operar con contratos mixtos. Entre ellos:
- Cuervito
- Tamaulipas Constituciones
- Macavil
- Sini-Caparroso
- Tupilco Terciario
- Tlatitok-Sejkan
- Algunos de estos yacimientos ya cuentan con pozos en operación.
- Alternativas al fracking
- El gobierno también revisa técnicas distintas a la fracturación hidráulica.
La presidenta Claudia Sheinbaum declaró:
El fracking, como está, no puede utilizarse. Hay nuevas técnicas que habría que evaluar y someter a consideración de la población”.
Pemex, en coordinación con el Instituto Mexicano del Petróleo, estudia opciones en yacimientos convencionales, aunque algunos requieren procesos adicionales de descontaminación por su alto contenido de nitrógeno.
Uso del gas natural en México
El gas natural es clave en tres sectores:
- Generación eléctrica, principalmente en plantas de ciclo combinado
- Industria, como insumo energético
- Hogares, en menor medida
- El objetivo oficial es lograr autosuficiencia energética sin comprometer al medio ambiente.
- Negociaciones sobre gas LP
En paralelo, la Secretaría de Energía mantiene mesas con la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas LP.
Hasta ahora, se acordó un margen comercial de 6.50 pesos por kilogramo y 3.51 pesos por litro, pero aún falta definir un precio base de distribución.
Tres ejes para una nueva era extractiva
La estrategia exploratoria de Pemex está sustentada en una serie de objetivos extractivos: primero, materializar el potencial remanente de los plays convencionales. Para ello, se continuará con la adquisición y procesamiento sísmico de última generación, lo que permite detectar estructuras a profundidades de hasta ocho mil metros.
Segundo, se investigarán nuevos conceptos exploratorios en áreas alejadas o con modelos geológicos hipotéticos.
- También se solicitan nuevas asignaciones para fortalecer el portafolio exploratorio, especialmente en áreas subexploradas o con mayor riesgo, pero también mayor recompensa geológica.
- Retomar la evaluación e incorporación de áreas con yacimientos de geología compleja y frontera. Se ejecutarán proyectos en zonas prioritarias y se evaluarán nuevos esquemas de contratación con terceros para compartir riesgos técnicos y financieros.
Y se dará prioridad a tirantes profundos y zonas remotas buscando evitar que Pemex asuma todos los riesgos en solitario.
La batalla de AMLO contra el fracking
Sin embargo, el impulso del fracking de la presidenta Sheinbaum choca de frente con el legado “ambientalista” del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
- En 2024, durante su último año de gobierno, presentó una iniciativa de reforma constitucional orientada a garantizar el derecho a un medio ambiente sano, a la alimentación y al agua. En ese paquete incluyó una propuesta de prohibición expresa al uso del fracking con agua como fluido base.
- Entre los objetivos de la iniciativa destaca el de “impedir prácticas que dañan el medio ambiente y la salud de la población mediante la prohibición de las actividades de minería a cielo abierto y del fracturamiento hidráulico (fracking) con agua como fluido base, para la extracción de hidrocarburos”.
La reforma planteaba modificar el párrafo séptimo del artículo 27 constitucional para frenar cualquier posibilidad de otorgar contratos que autoricen este tipo de extracción, tanto para hidrocarburos líquidos como gaseosos.
¿Qué es el fracking y por qué genera tanta controversia?
La técnica consiste en perforar un pozo vertical hasta alcanzar la formación rocosa que contiene gas o petróleo. Luego, se realizan perforaciones horizontales que pueden extenderse varios kilómetros a través de la lutita.
- A través de estos ductos se inyecta a presión una mezcla de agua, arena y sustancias químicas, lo que detona la fractura de la roca y permite liberar los hidrocarburos atrapados en sus poros.
- De acuerdo con la Alianza Mexicana contra el Fracking, el proceso tiene un problema estructural, la producción no se mantiene constante:
- Este flujo disminuye muy pronto, por lo cual es necesario perforar nuevos pozos para mantener la producción de los yacimientos. Por ese motivo la fracturación hidráulica conlleva la ocupación de vastas extensiones de territorio.
Los impactos ambientales también son significativos. Uno de los más preocupantes es el uso intensivo de agua. Para fracturar un solo pozo se requieren entre nueve y 29 millones de litros de agua; una demanda insostenible en estados como Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, donde la disponibilidad hídrica ya es limitada.
- Además existe un riesgo comprobado de contaminación. En Estados Unidos se han documentado más de mil casos de afectaciones a fuentes de agua vinculados directamente con el fracking.
- Se han identificado al menos 750 sustancias químicas diferentes en los fluidos utilizados, entre ellas productos altamente tóxicos como metanol, benceno, tolueno, etilbenceno y xileno.
También hay efectos sobre la salud
- De acuerdo con la Alianza, al menos 25% de los compuestos empleados pueden causar cáncer o mutaciones genéticas, 37% afectan el sistema endocrino, 40% pueden generar alergias y 50% dañan el sistema nervioso.
- Durante el proceso de extracción se emiten importantes cantidades de gases de efecto invernadero; 90% de las emisiones corresponde a metano, un gas con un potencial de calentamiento global hasta 80 veces superior al dióxido de carbono.
También se liberan otros contaminantes como dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles.
Accidente en Iztapalapa revela vacíos en la regulación de pipas
La volcadura y explosión de una pipa en la colonia La Concordia, Iztapalapa, la tarde del 10 de septiembre, resaltó para muchos los riesgos que representa el transporte de combustibles en la Ciudad de México y la complejidad de su regulación.
- Luego del incidente, que dejó entre 57 y 90 personas lesionadas, varios fallecimientos y daños materiales significativos, peritajes preliminares indicaron que la pipa transportaba aproximadamente 49,500 litros de gas licuado de petróleo (GLP).
- La historia de la capital ya arrastraba episodios dolorosos relacionados con pipas. El caso más recordado es el de San Juan Ixhuatepec en 1984, donde una explosión en instalaciones de Pemex provocó la muerte de más de 500 personas.
En menor escala, también se han registrado accidentes viales, fugas e incendios que han puesto en jaque a colonias enteras.
Esta ocasión, la fuga se originó por una fractura en la tornillería del auto-tanque, lo que permitió la liberación del producto y, finalmente, su ignición.
- La combinación de la cantidad de gas, la ubicación del accidente —debajo de un puente, en una zona con tráfico y viviendas— y la alta inflamabilidad del producto explica la magnitud del impacto.
En México, el transporte terrestre de materiales peligrosos está regulado por normas federales, incluidas diversas Normas Oficiales Mexicanas (NOM), y supervisado por entidades como la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA).
- Estas disposiciones abarcan obligaciones sobre identificación de unidades, información de emergencia, criterios técnicos para contenedores, seguridad de los auto-tanques y permisos de operación.
Sin embargo, la pluralidad de normas exige coordinación entre autoridades federales y locales. En la práctica, la ASEA informó que la unidad involucrada en Iztapalapa no contaba con póliza de seguro vigente registrada, y se revisan permisos tanto de la transportista como de la planta suministradora.
- La falta de documentación al día, incluyendo mantenimiento y dictámenes técnicos, revela vacíos en la supervisión preventiva que deberían detectar y retirar de circulación unidades en riesgo. El ingeniero en protección civil Raúl Hernández explicó a Crónica que las causas de estos accidentes suelen ser combinadas.
- “Fatiga o error humano del conductor, exceso de velocidad, fallas mecánicas por mantenimiento deficiente, problemas en soldaduras o pernos del tanque, e incluso prácticas de contratación que permiten operar unidades sin verificaciones periódicas son las causas principales de este tipo de accidentes.
En rutas urbanas con viviendas, mercados o puentes, el riesgo se multiplica. Por eso no basta con identificar el fallo puntual; hay que revisar los procesos administrativos y técnicos que permitieron que la unidad circulara en esas condiciones”, señala.
Medidas para reducir riesgos
Especialistas y autoridades coinciden en algunas líneas de acción para disminuir la posibilidad de tragedias similares:
- Fiscalización digital y cruzada de registros entre aseguradoras, ASEA, CRE y terminales, para garantizar que cada pipa tenga póliza, permisos y dictámenes técnicos antes de circular.
- Inspecciones técnicas periódicas con certificación independiente y sanciones efectivas a plantas o transportistas que operen sin condiciones.
- Diseño de rutas y restricciones de horario que eviten zonas densamente pobladas o que limiten la circulación a horarios de menor riesgo.
- Equipos tecnológicos a bordo, como sensores de presión, válvulas de cierre automático y registradores de velocidad y posición.
- Capacitación y condiciones laborales adecuadas para los conductores, evitando jornadas que provoquen fatiga y estableciendo protocolos claros de operación y emergencia.
Parte de estas medidas ya están contempladas en actualizaciones normativas recientes, pero su eficacia depende de implementación y vigilancia efectivas.
- El accidente de Iztapalapa también plantea un desafío de convivencia urbana: ¿cómo se integra el transporte de combustibles en una ciudad que creció alrededor de sus vías de comunicación?
Según el experto, la respuesta implica tratar las pipas no como un mal inevitable, sino como una actividad de riesgo que requiere gestión técnica rigurosa: registros limpios y públicos, mantenimiento obligatorio y certificado, inspecciones sorpresa, y planes de contingencia comunitaria.
Solo así se puede aspirar a que la próxima falla mecánica no se traduzca en vidas perdidas. /PUNTOporPUNTO