TEXTO ÍNTEGRO: América LATINA invierte -2% en prevención de DESASTRES NATURALES; MÉXICO iguala en Muy Baja INVERSIÓN

México contaba con el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), creado en 1996 como un mecanismo presupuestal para atender emergencias. Sin embargo, con la eliminación de diversos fideicomisos en 2021, el FONDEN cambió sus reglas de operación, reduciendo su capacidad de respuesta.

A pesar de que diversos estudios han demostrado que responder a un desastre es entre cuatro y siete veces más costoso que prevenirlo, México destina el 99% de su presupuesto para la reducción del riesgo de desastres a la atención de emergencias, dejando apenas el 1% para la prevención.

En 2023, México vivió una de las peores catástrofes naturales en Acapulco, Guerrero. Para los expertos de los servicios meteorológicos, el huracán Otis se convirtió en un fenómeno atípico, que pasó de categoría 1 a 5 en menos de 24 horas.

  • De acuerdo con el director del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NCH), Michael Brennan, la manera en cómo se intensificó fue muy excepcional, prácticamente rompió todos los récords. Ell gobierno federal estimó daños en 80% de los hoteles de Acapulco y 98.2% de las viviendas.
  • América Latina tiene unas pérdidas económicas anuales esperadas en infraestructura de más de 58 mil millones de dólares. Y esto sin considerar otros gastos por pérdidas directas e indirectas, como afectaciones en el empleo, la educación y la salud», señaló Nahuel Arenas, jefe de la Oficina Regional para las Américas y el Caribe de la UNDRR.

El informe RAR24, presentado en febrero por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), señala que, pese a ser la segunda región del mundo más propensa a desastres, América Latina invierte menos del 2% de su presupuesto en prevención.

Esto ha provocado que la mayor parte de los recursos se destinen a la atención de emergencias y la reconstrucción, en lugar de fortalecer las capacidades para reducir riesgos y evitar tragedias.

Entre 2000 y 2022, la región registró 1,534 desastres que afectaron a 190 millones de personas. En casos extremos, como el huracán María en 2017, el costo de recuperación en Dominica fue equivalente al 200% de su PIB. «Hemos perdido todo lo que el dinero puede comprar», escribió en su momento el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit.

Nada socava más el desarrollo como los desastres. Nos echan décadas para atrás en desarrollo”, advirtió Nahuel Arenas.

El informe destaca la inversión de cinco países en reducción de riesgos:

  • Guatemala: 2.32% del presupuesto entre 2014 y 2023, con más del 98% destinado a respuesta
  • Perú: 1.28%, de los cuales el 50% se empleó en medidas correctivas y el 40% en respuesta
  • Jamaica: 0.7%
  • México: 0.29% del presupuesto nacional, con el 99% utilizado para respuesta
  • Brasil: 0.06%, con más del 70% enfocado en acción reactiva

Elegimos estos cinco países (incluido México) porque, al menos, han hecho el esfuerzo de etiquetar su gasto en reducción de riesgos, lo que es un paso importante en transparencia», explicó Arenas.

El alto costo de la reacción y la falta de seguros

El informe de la ONU enfatiza que responder a un desastre es significativamente más costoso que prevenirlo. La falta de sistemas de alerta temprana adecuados y de infraestructuras resilientes agrava el impacto económico.

Además, la cobertura de seguros en la región es insuficiente: solo el 5% de las pérdidas económicas derivadas de desastres en países en desarrollo está cubierto por seguros, comparado con el 40% en países desarrollados.

El caso de México: el FONDEN y sus cambios

  • México contaba con el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), creado en 1996 como un mecanismo presupuestal para atender emergencias. Sin embargo, con la eliminación de diversos fideicomisos en 2021, el FONDEN cambió sus reglas de operación, reduciendo su capacidad de respuesta.
  • Este ajuste ha generado críticas, ya que limita la posibilidad de atender desastres con rapidez y eficacia. La falta de un esquema financiero robusto para la prevención y atención de desastres podría agravar la situación en el país, que enfrenta cada año huracanes, terremotos e inundaciones.
  • El informe RAR24 deja claro que América Latina y el Caribe necesitan un cambio de enfoque en la gestión del riesgo de desastres. Aumentar la inversión en prevención y resiliencia financiera podría evitar pérdidas millonarias y salvar vidas en una región que, cada año, enfrenta crisis climáticas y naturales de gran magnitud.

Recomendaciones del informe para reducir la vulnerabilidad de la región ante desastres: Informe RAR24

  1. Implementar sistemas de alerta temprana multiamenaza, que pueden reducir el impacto económico en un 30% y disminuir por ocho la mortalidad.
  2. Fortalecer la resiliencia de las finanzas públicas, promoviendo herramientas como los seguros para reducir el impacto económico de los desastres.
  3. Aumentar la inversión en prevención y medidas correctivas, en lugar de centrar el gasto en acciones reactivas.

Reacción y falta de seguros

  • El informe de la ONU enfatiza que responder a un desastre es significativamente más costoso que prevenirlo. La falta de sistemas de alerta temprana adecuados y de infraestructuras resilientes agrava el impacto económico.
  • Además, la cobertura de seguros en la región es insuficiente: sólo 5% de las pérdidas económicas derivadas de desastres en países en desarrollo está cubierto por seguros, comparado con 40% en países desarrollados.

Así se responde México a los desastres naturales

Tras la desaparición del Fondo para Desastres Naturales (Fonden) durante la administración de López Obrador, la proximidad de fenómenos como el huracán Erick ha generado inquietud.

Sectores de la sociedad se preguntan qué instrumentos protegen ahora a las comunidades afectadas por huracanes y otros fenómenos naturales.

El programa que sustituyó al Fonden

Actualmente, opera el Programa para el Fondo de Desastres Naturales, creado como sustituto del Fonden mediante un decreto publicado en el DOF el 6 de noviembre de 2020.

En 2025 cuenta con una asignación de 18,000 millones de pesos. Además, el Gobierno reforzó su cobertura con un Seguro para Catástrofes por 5,000 millones de pesos, destinado a eventos de menor severidad, y un Bono Catastrófico por 595 millones de dólares para fenómenos de gran impacto.

¿Cómo funciona el nuevo programa de atención a desastres naturales?

El programa que reemplazó al Fonden entró en operación formal en 2021, con reglas publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 16 de agosto de ese año. Su diseño busca atender las emergencias mediante un esquema de respuesta escalonada, que inicia con una declaratoria oficial por parte de la autoridad de Protección Civil.

  • Una vez emitida, los Gobiernos estatales y municipales pueden acceder a los recursos federales para realizar acciones inmediatas de ayuda humanitaria, limpieza, rehabilitación o reconstrucción.
  • El proceso contempla también la integración de expedientes técnicos y evidencias fotográficas de los daños, que deben presentarse ante la Secretaría de Hacienda y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) para la liberación de fondos.
  • En paralelo, se puede activar el Seguro para Catástrofes, para cubrir eventos de menor impacto, o el Bono Catastrófico, reservado para fenómenos severos como huracanes de gran intensidad o terremotos.

¿Por qué desapareció el Fonden?

De acuerdo con boletines del Gobierno de México, el Fonden fue derogado como parte de las reformas de austeridad del Gobierno anterior, y sustituido por un esquema más diversificado que combina recursos presupuestales, seguros y bonos ante desastres para garantizar una respuesta más eficiente.

  • A diferencia del Fonden, el nuevo esquema no requiere de un fideicomiso previo: los recursos se canalizan directamente desde el presupuesto aprobado cada año, lo que pretende hacer más eficiente y transparente su uso.

También incorpora lineamientos de evaluación de daños y seguimiento de obras, con auditorías federales para evitar desvíos.

Otros mecanismos que protegen a México de los huracanes

Además de los mecanismos financieros, México participa en el desarrollo de un seguro paramétrico contra lluvias —junto con otros países de la Alianza del Pacífico— para afrontar riesgos puntualizados.

  • También se prevé fortalecer sistemas de alerta temprana y mejorar la resiliencia de las finanzas públicas.

Según la ONU, América Latina destina menos del 2 % de su presupuesto a prevención; en México, seguir esa tendencia podría mejorar la capacidad de respuesta ante eventos como Erick.

Más del 80% de los negocios en México, vulnerables a un siniestro natural

Frente a la temporada de lluvias y huracanes que enfrenta el país, más del 80 por ciento de las empresas en México están expuestas a sufrir un daño o pérdida total en su estructura, lo que significa, por un lado, el quebranto total o parcial del patrimonio del empresario, y, por el otro, la suspensión o pérdida permanente de la fuente de trabajo de quienes laboran en ese negocio.

  • El presidente de CONCOMERCIO, Gerardo López Becerra, recordó que, según el Banco Mundial, alrededor del 40 por ciento del territorio mexicano está expuesto a riesgos naturales, como el caso de sequias, sismos, inundaciones, incendios y huracanes.
  • En términos económicos, de acuerdo con la institución financiera, el 68 por ciento de la población y el 74 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), son susceptibles a sufrir daños por algún tipo de esos desastres.

En ese sentido, López Becerra precisó que entidades federativas como la Ciudad de México, Guerrero, Jalisco, Quintana Roo, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Yucatán, Chiapas, Michoacán, Estado de México, Baja California Sur y Tabasco son altamente susceptibles a algún fenómeno natural.

  • En dichas regiones se localizan, al menos, la mitad de los 5.5 millones de negocios de todos los tamaños que existen en el país.

Sin embargo, el empresario alertó que menos de una quinta parte de esas 5.5 millones de empresas tienen contratado algún tipo de seguro, lo que evidencia la gran vulnerabilidad en que encuentran no sólo los propietarios del negocio, sino también los millones de personas que laboran en esos proyectos y que podrían perder su trabajo en caso de algún siniestro.

  • De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), tan sólo en 2024 las empresas del sector pagaron más de 520 mil millones de pesos por siniestros, es decir, 60 millones de pesos cada minuto.

“El gobierno mexicano hoy en día -agrega López Becerra-, no tiene un fondo al que se le puede echar mano para ofrecer a los pequeños comerciantes que pierden todo en caso de un desastre natural; sería bueno volver a revitalizar el FONDEN o algún instrumento similar que pueda apoyar a fondo perdido a los pequeños empresarios o comerciantes que pierden todo en caso de un desastre natural; no sólo se trata de proteger una empresa, es cuidar una fuente de trabajo”, aseveró

El dirigente recordó que en los últimos años se ha visto como los huracanes, pueden escalar de categoría en cuestión de horas; un ejemplo son Otis y Erik; a casi un año de Otis, cientos de negocios en Acapulco todavía no pueden reabrir o regresar a la normalidad.

Sin Fonden, 45% menos recursos para desastres naturales

La desaparición del Fideicomiso del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) en julio de 2021 dejó al país con 45 por ciento menos presupuesto para enfrentar los estragos que generan sismos y huracanes de gran magnitud y destrucción, apuntaron especialistas.

  • De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), gracias a que se alimentaba plurianualmente con 0.4 por ciento del Presupuesto de Egresos de cada año, llegó a tener más de 33 mil millones de pesos.
  • Pero ahora se tiene una partida centralizada no acumulable, que este año es de 17 mil 984 millones de pesos, que solo se transfiere a dependencias y ejecutores de protección civil conforme una declaración de desastre y lineamientos de Hacienda.

Jorge Cano, coordinador del programa de gasto público de la asociación civil México Evalúa, dijo que ante eventos catastróficos más recurrentes como consecuencia del calentamiento global, la desaparición del Fonden sitúa a la población en una posición más vulnerable tal y como ocurrió en Acapulco con la entrada del huracán Otis.

“Al momento en que se elimina el Fonden, el gobierno ya no cuenta con una herramienta que implicaba protección financiera, seguros y bonos catastróficos y todo depende de una partida presupuestaria totalmente insuficiente si se toma en cuenta que el costo promedio de un desastre natural como lo fue el sismo de 2017 requiere de 30 mil a 60 mil millones de pesos”, expuso.

Por ello remarcó la necesidad de que, en caso de emergencia, el Gobierno Federal debe disponer de más recursos corrientes que va generando cada mes por la venta de petróleo o aplicar recortes a otros programas como ya sucedió en 2023 para atender los estragos de Otis.

  • La discusión sobre la desaparición del Fonden comenzó desde 2020 cuando en medio de la emergencia del covid-19 el presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió que se trataba de “una caja chica millonaria” que solo favorecía a proveedores de insumos en las obras de rehabilitación.
  • Analistas dicen que junto con la cancelación de otros 108 fideicomisos, se permitió obtener recursos para atender otro tipo de obras como reforzar el sistema de salud, cubrir gasto corriente y evitar mayor endeudamiento público.
  • Diego Díaz Pérez, coordinador de finanzas públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), asentó que con la desaparición del Fonden aumenta el grado de vulnerabilidad de la población en riesgo ante eventos catastróficos, pues ya no se tiene una bolsa suficiente de recursos para atender con prontitud cualquier emergencia y todo ahora está sujeto a las asignaciones del programa presupuestario.

“Bajo este nuevo esquema presupuestario perteneciente al ramo 23 ya no se tiene un instrumento de transferencia eficiente e inmediata de recursos para atender eventos catastróficos y todo queda a discreción de los diputados que cada año aprueban la partida que bien se puede o no ejercer o ser reasignada a otros programas”, expuso.

Destacó que incluso si este año autorizaron 17 mil 984 millones de pesos, para 2025 podrían ser 3 mil o 2 mil millones “dependiendo de las prioridades del gobierno, a diferencia del extinto fideicomiso que siempre contaba con una bolsa fija. Esto sin duda acrecienta la preocupación ante la vulnerabilidad de los mexicanos ante todo tipo de desastre natural que requiera atención inmediata”. /PUNTOporPUNTO

Documento Íntegro a Continuación:

https://www.undrr.org/media/105153/download?startDownload=20250712

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