TEXTO ÍNTEGRO: Las FUGAS de METANO en el MUNDO se ignoran a pesar de Amenaza CLIMÁTICA

Un reporte de la Agencia Internacional de Energía apuntó a que el metano, por poco, excede de los niveles registrados en 2019, cuando fue el punto más alto para este gas de efecto invernadero.

La mayoría de las alertas satelitales por fugas de metano, un potente gas de efecto invernadero, continúan ignoradas a pesar de la crisis climática generada por el calentamiento planetario, advirtió un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

  • Apenas 12 % de las 3500 alertas sobre fugas de metano que lanzó el Pnuma en 2024 fueron atendidas por empresas y gobiernos en el mundo, y aunque esa cifra es un avance en relación al apenas uno por ciento del año precedente, todavía se está muy lejos de las metas globales para reducir las emisiones de ese gas.
  • Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, observó que “reducir las emisiones de metano puede frenar rápidamente el calentamiento global, ganando tiempo para los esfuerzos de descarbonización a largo plazo”, habida cuenta de que el dióxido de carbono (CO2) es el principal gas del efecto invernadero.

“Pero el importante progreso en la presentación de informes debe traducirse en reducciones de las emisiones”, agregó la responsable.

  • El metano es un gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento 80 veces mayor que el CO2 en un período de 20 años, solo que los volúmenes del dióxido de carbono son mucho mayores y se convierte así en el gran contribuyente a la crisis climática.
  • Andersen instó a todas las empresas del sector a unirse a la Alianza del Metano para el Petróleo y el Gas 2.0, el estándar global para la medición y mitigación de las emisiones de ese gas en el sector de hidrocarburos, fundamental para regular el mayor mercado de compra de petróleo y gas del mundo: la Unión Europea.
  • El Sistema de Alerta y Respuesta al Metano (Mars en inglés) proporciona desde 2022 información gratuita y precisa sobre las emisiones (que son inodoras, invisibles y, por lo tanto, difíciles de detectar) para que las empresas y las autoridades nacionales puedan actuar al respecto.

Mars se está ampliando para cubrir las emisiones de metano procedentes de minas de carbón y vertederos de residuos, donde hasta ahora las mediciones han sido escasas, y el Pnuma intensifica la detección de emisiones de la industria siderúrgica, que aún depende principalmente del carbón.

  • En su informe, el organismo señaló que existen soluciones de bajo costo para las emisiones de metano procedentes del carbón utilizado en la fabricación de acero, pero siguen ampliamente ignoradas en los esfuerzos por descarbonizar la industria.
  • Destacó que es necesario acelerar las acciones para minimizar el aumento de la temperatura global y alcanzar el objetivo del Compromiso Mundial sobre el Metano de reducir las emisiones de ese gas en 30 % para 2030.

El metano atmosférico sigue siendo el segundo mayor impulsor del cambio climático después del CO2, responsable de un tercio del calentamiento del planeta.

  • Un dato optimista es que en los últimos cinco años la membresía de la Alianza del Metano 2.0 se ha más que duplicado, a 153 empresas que cubren 42 % de la producción mundial de petróleo y gas.

En total, un tercio de la producción mundial de petróleo y gas reporta, o pronto reportará, emisiones según el estándar de la alianza, lo que significa que las emisiones se monitorean con mediciones reales. Eso permite a una gran parte de la industria global medir eficazmente, y por lo tanto mitigar, las emisiones.

  • De las empresas que reportaron datos de emisiones, 65 de ellas, con 17 % de la producción mundial de petróleo y gas, alcanzaron el Estándar Oro. Unas 50 firmas, que representan otro 15 %, lograron la Ruta del Estándar Oro, lo que significa que están en camino de alcanzar pronto la norma de presentación de informes.
  • Otras 22 empresas reportaron datos de emisiones, pero no cumplieron con los requisitos del Estándar Oro. En síntesis, las respuestas a las alertas de metano aumentan, pero no con la suficiente rapidez. Dado que casi 90 % de las alertas de Mars se ignoran, los gobiernos y las empresas deben aumentar sus tasas de respuesta, insistió el Pnuma.

Un gas 80 veces más contaminante que el CO2

Durante mucho tiempo, el dióxido de carbono (CO₂) ocupó el centro de la escena en las conversaciones sobre el cambio climático. Sin embargo, un nuevo análisis internacional pone bajo los reflectores al metano, un gas de efecto invernadero (GEI) mucho más potente y que se acumula en la atmósfera de manera preocupante.

El estudio, publicado en la revista Nature Communications y dirigido por las Universidades de Birmingham y Groningen, reveló que las emisiones globales de metano no solo continúan en aumento sino que no muestran señales de desaceleración.

A diferencia del CO₂, este gas tiene una vida atmosférica más corta —entre 7 y 12 años— pero atrapa mucho más calor. Esa combinación lo convierte en un acelerador del calentamiento en el corto plazo y en un objetivo clave para la acción climática inmediata.

  • El metano es responsable de alrededor del 30% del calentamiento global desde la era preindustrial, según estimaciones recientes. La NASA advierte que una molécula de CH4 es capaz de retener hasta 80 veces más calor que una de CO₂ durante los primeros 20 años tras su liberación. En un siglo, su efecto sigue siendo desproporcionado, multiplicando por 30 el impacto de igual cantidad de dióxido de carbono.
  • Lo más alarmante es que, en los últimos cinco años, sus concentraciones crecieron a una velocidad récord, desafiando compromisos internacionales como el Global Methane Pledge, firmado en 2021 por más de 155 países, que buscaba reducir las emisiones en un 30% hacia 2030.
  • La nueva investigación ofrece un panorama detallado de la magnitud del problema. Analizó las emisiones de 164 países y 120 sectores económicos entre 1990 y 2023, identificando a Asia y al Pacífico en desarrollo como los principales responsables del aumento. La explicación se encuentra en la rápida industrialización, el crecimiento demográfico y la intensificación de la agricultura.

En contraste, los países desarrollados lograron reducir de manera consistente sus emisiones de metano al mismo tiempo que sostuvieron el crecimiento económico, gracias a mejoras en la eficiencia productiva y en el desarrollo tecnológico.

“Este estudio proporciona una hoja de ruta para que los responsables políticos integren el metano en las estrategias climáticas nacionales. No se trata solo de dónde se producen las emisiones, sino también de por qué, y eso requiere analizar toda la cadena de suministro”, sostuvo Klaus Hubacek, de la Universidad de Groningen.

El peso del comercio y la agricultura

Uno de los hallazgos más llamativos del trabajo es que el comercio internacional contribuye con cerca del 30% de las emisiones de metano.

  • A medida que los patrones comerciales se modifican y las transacciones Sur-Sur ganan protagonismo, los países en desarrollo incrementan su participación en las cadenas de suministro globales.
  • Esa dinámica desplaza parte de la responsabilidad a regiones con menos recursos tecnológicos para controlar fugas, mejorar la gestión de residuos o innovar en la producción agrícola.

En otras palabras, mientras el consumo crece a nivel global, la carga ambiental se concentra en economías que no siempre cuentan con las herramientas necesarias para mitigar sus efectos.

  • Las principales fuentes de emisiones son bien conocidas, pero su impacto sigue creciendo. La agricultura ocupa un lugar central: el ganado doméstico —vacas, ovejas, cerdos— produce metano como parte de su digestión, mientras que el manejo del estiércol en lagunas o tanques genera emisiones adicionales.
  • Cuando ambos procesos se combinan, este sector se convierte en la mayor fuente de metano en países como Estados Unidos y una de las más relevantes en todo el mundo. A ello se suma la expansión de los cultivos intensivos y la demanda creciente de carne roja, un hábito de consumo que los expertos señalan como prioritario de reducir.

El sector energético tampoco queda fuera. La producción, el almacenamiento y la distribución de petróleo, gas natural y carbón liberan grandes cantidades de metano. En Estados Unidos, por ejemplo, los sistemas de gas natural representan la principal fuente de emisiones, con fugas que se producen en cada etapa de la cadena. La minería de carbón es otra contribución significativa.

  • En paralelo, los rellenos sanitarios generan metano cuando los residuos orgánicos se descomponen sin oxígeno, situando al sector de los desechos como la tercera fuente de CH4 en ese país.
  • El metano también tiene orígenes naturales. Los humedales, que albergan bacterias capaces de descomponer material orgánico en condiciones anaeróbicas, son la mayor fuente natural.

Otros emisores incluyen termitas, océanos, sedimentos, volcanes y hasta incendios forestales. Aun así, la ciencia estima que entre el 50 y el 65% del total mundial de emisiones proviene de actividades humanas, una cifra que deja en claro dónde debe centrarse la acción política y tecnológica.

Rastrear para actuar

La pregunta clave es cómo reducir un gas que se libera desde múltiples puntos, visibles e invisibles. La NASA y otras instituciones avanzan en el desarrollo de herramientas capaces de rastrear las emisiones con precisión.

  • El espectrómetro AVIRIS-NG, montado en aeronaves, detecta la luz absorbida por el metano en la superficie terrestre, permitiendo identificar fugas en gasoductos o emisiones provenientes de vertederos.
  • Más recientemente, el instrumento EMIT, instalado en la Estación Espacial Internacional en 2022, sorprendió al detectar “superemisores” de metano, es decir, puntos de liberación masiva que antes pasaban inadvertidos.

Estas tecnologías no son solo un ejercicio de monitoreo, sino un medio para actuar de manera inmediata. En algunos casos, las mediciones condujeron a la reparación de fugas en equipos defectuosos de campos petroleros o en redes de gas suburbanas.

  • La capacidad de identificar la fuente exacta transforma la lucha contra el metano en una tarea mucho más concreta, donde la información se traduce en soluciones aplicables a corto plazo.
  • El Ártico merece una mención especial. El deshielo del permafrost libera metano atrapado durante miles de años, una situación que genera temores sobre la posibilidad de una “bomba de metano” que acelere aún más el calentamiento.
  • “La región más sensible al aumento de las emisiones de metano debido al cambio climático es el Ártico”, señaló Ed Dlugokencky, del Centro de Investigación del Sistema Terrestre de la NOAA.

Aunque hasta ahora no se observa un incremento sostenido en la tasa de emisiones de la tundra, el riesgo persiste, en particular por el descongelamiento de capas profundas de turba y la liberación de gas en lagos árticos.

El metano se mantiene en la atmósfera solo una o dos décadas

  • Esa aparente ventaja es en realidad una oportunidad estratégica: reducir hoy sus emisiones puede generar un impacto casi inmediato en la desaceleración del calentamiento.
  • Como subrayó Yuli Shan, de la Universidad de Birmingham: “El metano tiene una vida atmosférica corta, lo que significa que las reducciones actuales pueden tener un impacto inmediato.
  • A medida que nos acercamos a la COP30, nuestros hallazgos subrayan la necesidad de una acción global coordinada, especialmente en las regiones en desarrollo, donde las emisiones aumentan con mayor rapidez”.

El camino propuesto por los expertos es claro. Impulsar la detección de fugas en la industria del petróleo y el gas, mejorar la formulación de piensos para reducir las emisiones del ganado, optimizar la gestión de residuos y fomentar dietas con menor consumo de carne roja.

  • A esto se suma la importancia de introducir el metano en los planes climáticos nacionales, lo que requiere no solo medir dónde se libera sino también por qué. Esa mirada a las cadenas de suministro completas es esencial para diseñar políticas que eviten la simple transferencia del problema de un país a otro.
  • El Global Methane Pledge buscó precisamente encauzar este tipo de esfuerzos, aunque la realidad muestra un panorama contradictorio. Mientras más de 150 países —que representan la mitad de las emisiones globales de metano— firmaron el compromiso, los últimos cinco años registraron un aumento más acelerado que nunca.

La brecha entre promesas y resultados evidencia la necesidad de transformar acuerdos internacionales en acciones verificables, con tecnologías que permitan identificar fugas, regular sectores y modificar patrones de consumo.

  • En definitiva, el metano se convirtió en un termómetro del compromiso climático mundial. Su reducción ofrece beneficios inmediatos y tangibles, desde un aire más limpio hasta la disminución de muertes prematuras por contaminación, que hoy rondan el millón anual.
  • Además, frenar su acumulación no solo ayuda a estabilizar la temperatura global en las próximas décadas, también abre la puerta a soluciones más estructurales frente al dióxido de carbono. La urgencia está en aprovechar la oportunidad que ofrece su corta vida atmosférica para actuar sin demora.

El metano de los combustibles fósiles casi supera el récord en 2024

El reporte anual de la Agencia Internacional de Energía apunta a que el metano, por poco, excede de los niveles registrados en 2019, cuando fue el punto más alto para este gas de efecto invernadero. Si bien el ‘Global Methane Tracker’ se concentra en la industria fósil, la agricultura sigue siendo la que más lo produce.

  • Un solo gas es responsable del 30% del aumento de las temperaturas del planeta desde la Revolución Industrial: el metano. Aunque la producción de dióxido de carbono es mucho mayor, el metano es hasta 80 veces más potente que el CO2 para calentar el planeta.

Y parte del riesgo es que es el gas de efecto invernadero que más rápido está aumentando.

  • Desde 2020, se ha incrementado progresivamente, hasta llegar al punto de que, en 2024, el metano casi supera el récord registrado en 2019. Esto en cuanto a ese gas producido por los combustibles fósiles, como señaló en su reporte anual la Agencia Internacional de Energía.

Si bien el reporte se concentra en cuánto metano han emitido el petróleo, el gas y el carbón en todo el planeta; realmente el mayor productor de ese gas es el sector agroindustrial a través de la descomposición del estiércol del ganado y la materia orgánica que se descompone en las aguas estancadas sin que sean tratadas como es debido.

La tercera fuente de metano en el mundo son los desperdicios como basuras.

  • Pero, el centro de la Agencia Internacional de Energía se concentra específicamente en el metano que producen las industrias petroleras, carboníferas y de gas. Esta organización intergubernamental explica que, en ese sector, el más contaminante con metano en 2024 fue China, especialmente por el carbón que explota.
  • Le siguieron Estados Unidos, Rusia, Irán, Turkmenistán; y, en menor medida, India, Venezuela e Indonesia. En la mayoría de ellos, los principales factores contaminantes fueron el petróleo y el gas. Un dato adicional es que las infraestructuras abandonadas de combustibles fósiles son la cuarta fuente que más metano emite.

La agencia recaba esa información usando 25 satélites y ha comprobado que sus datos son en promedio un 80% superiores a los que reportan los países ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

  • El subregistro se repite en casi todas las regiones del mundo. El único continente donde no existe esa brecha es en Europa. La agencia explica que esto se debe a que los europeos presentan inventarios regularmente y algunos productores reportan emisiones basadas en datos que ya se han medido.

¿Insuficientes las promesas del Compromiso Global de Metano?

  • Además de los reportes incompletos, otro de los grandes inconvenientes es que no se están cumpliendo las promesas. El metano va en aumento a pesar de que el 80% de la producción de petróleo y gas de todo el mundo está bajo diferentes clases de iniciativas para reducirlo.
  • La más conocida es el Compromiso Global de Metano. Lo promovieron la Unión Europea y Estados Unidos en 2021, durante la cumbre de clima de Glasgow, la COP26. Su objetivo es incentivar a que existan acciones voluntarias para reducir las emisiones globales de metano al menos en un 30% para 2030, respecto a los niveles de 2020.

Desde su creación, 159 países y el bloque europeo se sumaron al compromiso, incluyendo a varios de los países más petroleros del planeta.

  • Pero los esfuerzos siguen siendo insuficientes, pues casi la mitad de la industria de combustibles fósiles no tiene promesas de alcanzar el cero neto en sus emisiones de metano, según la Agencia Internacional de Energía. Y de los mayores contaminantes de este gas, solo Estados Unidos, Indonesia y Turkmenistán se unieron al pacto.
  • Lo positivo es que la solución ya está al alcance de las industrias. La Agencia Internacional de Energía estima que un 70% de las emisiones de metano que producen los combustibles fósiles se podría evitar con la tecnología que ya existe y que, por lo general, tiene un bajo costo.

El primer paso podría ser modernizar los equipos para evitar fugas en la producción y en el mantenimiento de las infraestructuras. Por ejemplo, la agencia recomienda hacer un ajuste en los compresores que sirven para transportar el gas y dice que cambiar los sellos recubiertos de aceite por sellos secos reduce el metano; una idea que había planteado también la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos desde hace años.

Para el carbón, el organismo energético sugiere que se aproveche el metano dentro de las mismas minas o que apliquen tecnologías existentes para quemarlo antes de que contamine la atmósfera.

Todos estos son leves cambios que, según la agencia, permitirían evitar alrededor de 35 millones de toneladas de metano, de los 120 millones que se producen anualmente como parte de la producción y el transporte de los combustibles fósiles en todo el mundo. /PUNTOporPUNTO

Documento Íntegro a Continuación:

https://thedocs.worldbank.org/en/doc/bd2432bbb0e514986f382f61b14b2608-0400072025/original/Global-Gas-Flaring-Tracker-Report-July-2025.pdf

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