TEXTO ÍNTEGRO: PÉRDIDA Global por FENÓMENOS CLIMÁTICOS rebasarán 178 BDD hacia el 2070

A largo plazo, un calentamiento continuado del clima empezará a provocar más sucesos sin precedentes históricos, lo que implica que no hay forma de proyectar su impacto económico

En medio del avance del cambio climático, los riesgos para las empresas no sólo son evidentes, sino cuantificables. Según estimaciones de Zurich Resilience Solutions (ZRS) y Deloitte, si no se toman acciones inmediatas, el calentamiento global podría provocar pérdidas económicas acumuladas de hasta 178 billones de dólares entre el 2021 y el 2070.

  • Con el objetivo de enfrentar esta amenaza creciente, ZRS presentó Climate Spotlight, una plataforma digital de autoservicio que permite a las empresas identificar, evaluar y reportar su exposición a riesgos climáticos físicos como huracanes, incendios forestales o inundaciones, con proyecciones hasta el año 2100.

La herramienta, útil tanto para entidades públicas como privadas, se alinea con marcos regulatorios internacionales como el TCFD y la CSRD, cada vez más relevantes en América Latina. Para el caso mexicano, su aplicación es crítica:

  • El huracán Otis en el 2023 dejó daños por 16,000 millones de dólares en Acapulco, afectando al 80% de su infraestructura hotelera.

Climate Spotlight funciona a partir de tres pilares: una carga simple de coordenadas geográficas, un panel de control interactivo que visualiza la evolución del riesgo por tipo de amenaza y región, y reportes descargables que se integran a informes ESG o de inversión.

  • Además de su versión básica, ZRS ofrece Climate Spotlight Expert, una alternativa personalizada para empresas con operaciones complejas, que permite análisis económicos detallados y estimaciones de pérdidas. Ambas versiones operan bajo cuatro horizontes temporales: presente, corto, mediano y largo plazo.
  • La herramienta se lanza en un contexto donde los impactos físicos del cambio climático se combinan con mayores presiones regulatorias y expectativas de sostenibilidad por parte de los inversionistas. Para Zurich, la prevención y resiliencia climática se han convertido en pilares clave de sus servicios aseguradores.

El precio por no frenar el cambio climático será seis veces mayor

Casi desde el principio, los argumentos sobre la mitigación del cambio climático han incluido un elemento de análisis costo-beneficio: ¿Sería más caro abandonar los combustibles fósiles que intentar adaptarse a un mundo cambiante?

  • Se ha llegado a un fuerte consenso en que la respuesta a esta cuestión es un claro no, culminado con la concesión del Premio Nobel de Economía a una de las personas cuyo trabajo fue clave para alcanzar dicha opinión: William D. Nordhaus.

Aunque la mayoría de los académicos consideren que el argumento se ha dado por concluido, ha disfrutado de una larga vida en la esfera política.

  • Sigue habiendo grandes incógnitas sobre los costos y los beneficios, que dependen en parte de la incertidumbre que sigue existiendo en la ciencia del clima y, en otra, de las suposiciones incluidas en los modelos económicos.
  • En la edición de Nature, un pequeño equipo de investigadores analizó cómo han respondido las economías locales a los últimos 40 años de calentamiento y proyectó esos efectos hacia 2050.

Descubrieron que ya estamos inmersos en un calentamiento que reducirá el crecimiento de la economía mundial en un 20%. Esto sitúa el costo de incluso un periodo determinado de cambio climático en aproximadamente seis veces el precio estimado de poner al mundo en la senda de limitar el calentamiento a dos grados centígrados.

La conexión de la economía con el clima

Muchos estudios económicos sobre el cambio climático implican suposiciones sobre el valor de invertir hoy para evitar los costos de un clima más cálido en el futuro, así como los detalles de esos gastos.

  • Pero los autores del nuevo trabajo, Maximilian Kotz, Anders Levermann y Leonie Wenz decidieron adoptar un enfoque empírico. Obtuvieron información sobre los resultados económicos de más de 1,600 regiones individuales de todo el mundo, remontándose 40 años atrás.
  • Después intentaron buscar conexiones entre ese desempeño y los acontecimientos climáticos.
  • Investigaciones anteriores ya identificaron una serie de medidas climáticas, como temperaturas promedio, variabilidad diaria de la temperatura, precipitaciones anuales totales, número anual de días húmedos y precipitaciones diarias extremas, que se han relacionado con repercusiones económicas.

Es probable que algunos de estos efectos, como las lluvias intensas, tengan efectos inmediatos. Otros de esta lista, como la variabilidad de la temperatura, es probable que produzcan un impacto gradual que únicamente se perciba con el tiempo.

Los investigadores comprobaron si cada factor provocaba efectos retardados, es decir, un impacto económico algún tiempo después de su aparición. Estos sugirieron que los factores de temperatura quizá causaran un efecto retardado hasta ocho años después, mientras que las variaciones de las precipitaciones solían notarse en los cuatro años siguientes a los cambios provocados por el clima.

Aunque esta relación podría ser errónea para algunos de las modificaciones económicas de algunas regiones, la inclusión de tantas regiones y un largo periodo de tiempo debería ayudar a limitar el impacto de esas correlaciones falsas.

  • Una vez elaborada la relación clima/economía, los investigadores obtuvieron proyecciones climáticas del Proyecto de Intercomparación de Modelos Acoplados (CMIP, por sus siglas en inglés). Con esto en sus manos, consiguieron observar los climas futuros y estimar sus costos económicos.

Evidentemente, existen límites en cuanto a la medida en que este proceso funcionará en el futuro.

  • La incertidumbre de los modelos climáticos aumenta con el tiempo; la economía futura empieza a parecerse mucho menos a la actual, y aspectos como las temperaturas extremas empiezan a alcanzar niveles en los que el comportamiento de la economía en el pasado ya no es aplicable.

Para hacer frente a ello, Kotz, Levermann y Wenz realizaron un muestreo aleatorio para determinar la incertidumbre del sistema que desarrollaron. Buscan el punto en el que se solapan estas imprecisiones de los dos escenarios de emisiones más extremos. Eso ocurre en 2049; después, no cabe esperar que se apliquen los impactos económicos pasados del clima.

  • Kotz, Levermann y Wenz sugieren que esto es un indicio del calentamiento al que ya estamos expuestos, en parte porque el efecto de las emisiones pasadas no se ha sentido en su totalidad y también porque la economía mundial es un barco que gira lentamente, por lo que llevará tiempo aplicar modificaciones significativas en las emisiones.

“Este enfoque a corto plazo limita las grandes incertidumbres sobre las trayectorias divergentes de las emisiones futuras, la respuesta climática a largo plazo resultante y la validez de aplicar las relaciones climáticas-económicas observadas históricamente en escalas temporales largas durante las cuales las condiciones sociotécnicas quizá cambien considerablemente”, argumentan.

Costos desiguales del cambio climático

Entonces, ¿qué ocurrirá en 2050? El modelo de los investigadores sugiere que “los daños ocasionados suponen una reducción permanente de los ingresos del 19% en promedio a nivel mundial”, en comparación con el nivel al que nos habría llevado el crecimiento.

  • Debido a las incertidumbres, el rango probable oscila entre el 11% y el 29%. Utilizando un escenario intermedio para el crecimiento económico, esto se traduce en un golpe a la economía de 38 billones de dólares (cifra expresada en dólares internacionales).
  • Los autores lo contrastan con una estimación que hizo el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático o IPCC (por sus siglas en inglés) sobre los costos de limitar el calentamiento a 2 grados centígrados: seis billones de dólares.

Así pues, incluso los impactos a corto plazo del cambio climático superarán con creces los costos de la acción.

  • Este golpe no se distribuye uniformemente. Las zonas adineradas de Estados Unidos y Europa solo verán disminuir sus ingresos en un 11%, mientras que África y el sur de Asia sufrirán un golpe del 22%.

Es probable que esto se deba a que los países ricos ya tienen una mayor capacidad para adaptarse a los problemas relacionados con el clima que los del Sur Global. Pero también es sorprendente, ya que el ritmo de la transformación es mucho mayor fuera de los trópicos, por lo que estas naciones también se enfrentarán a cambios más extremos. Los investigadores observan zonas que experimentan ganancias económicas, pero estas se encuentran únicamente en las latitudes altas cercanas a los polos.

  • Kotz, Levermann y Wenz destacan que las zonas con los costos más elevados suelen presentar las emisiones acumuladas más bajas. En otras palabras, los problemas se perciben con mayor intensidad en los países que menos han contribuido a ellos.
  • También se producen algunos efectos beneficiosos. Las zonas que registran un aumento de la precipitación promedio ven aumentar sus ingresos debido a ese efecto (aunque las zonas más secas ven lo contrario).
  • Pero estas mismas regiones sufren costos añadidos por el incremento del número promedio de días de lluvia, que contrarrestan en gran medida este hecho. Y el impacto de unas precipitaciones más extremas es negativo en todas partes.

Los costos del cambio climático podrían ser peores

Existen un par de formas de que esto acabe siendo una subestimación de los costos futuros. A largo plazo, un calentamiento continuado del clima empezará a provocar más sucesos sin precedentes históricos, lo que implica que no hay forma de proyectar su impacto económico.

  • Al limitar el análisis a unos 25 años, los investigadores hacen menos probable que sea un factor decisivo. Pero ya se están produciendo acontecimientos inauditos, así que nos encontramos en un punto en el que algunos problemas se están subestimando.
  • También hay un gran número de fenómenos climáticos que no se tienen en cuenta en absoluto, como las olas de calor, las fuertes tormentas tropicales y la subida del nivel del mar.

Por separado, es poco probable que alguno de estos fenómenos muestre variaciones drásticas en los próximos 25 años, pero el impacto acumulativo de los cambios graduales no se contemplará. Además, siempre existe la posibilidad de alcanzar un punto de inflexión en el que se produzca una modificación repentina en la frecuencia de uno o más de estos fenómenos.

Por último, los investigadores no consideran realmente los efectos no locales, como cuando un clima extremo en un lugar se extiende por las cadenas de suministro y afecta a otras zonas. Piensa en los casos en que los grandes centros urbanos importan gran parte de sus alimentos de regiones relativamente distantes.

  • Kotz, Levermann y Wenz reconocen todas estas cuestiones, pero sugieren que su enfoque empírico, más conservador, aporta una claridad difícil de conseguir de otro modo.

Sin embargo, hay un aspecto que no tienen en cuenta en su comparación entre los costos de nuestros daños cometidos y de descarbonizar la economía.

  • En los últimos 20 años, el precio de la mitigación del cambio climático mediante energías renovables y eficiencia se ha desplomado drásticamente, y el precio de otras tecnologías clave, como las baterías, sigue una trayectoria similar. Para 2050, esto haría aún más dramática la diferencia entre el costo de actuar y de no hacer nada ante el cambio climático.

Causan desastres naturales 10 veces más pérdidas económicas

Los desastres naturales causan hasta 2.3 billones de dólares en pérdidas económicas reales, 10 veces más de lo que se calcula como costos directos por los efectos multiplicadores que tienen y los daños que provocan a los ecosistemas, revela un informe producido por Naciones Unidas.

  • El estudio alerta de que estos costos seguirán creciendo a medida que se intensifique la crisis climática y que los países en desarrollo cargarán con la peor parte, entre otras razones por la deuda que deben contraer para sufragar los gastos de respuesta y rehabilitación en los que tienen que incurrir luego de cada catástrofe.
  • Asimismo, se muestra cómo las decisiones que se tomen ahora, especialmente en cuanto a planificación territorial, inversiones y modelo energético, determinarán la exposición de las poblaciones a futuros riesgos.
  • Uno de los ejemplos más alarmantes que se menciona es el rápido derretimiento del glaciar Thwaites (Antártida), que podría provocar un aumento del nivel del mar de más de medio metro, lo que a su vez amenazaría infraestructuras costeras que tienen un valor superior a los 1.8 billones de dólares.

Además, tal situación afectaría gravemente a estados insulares como Kiribati y las Islas Marshall, así como a megaciudades costeras como Nueva York o Yakarta, indica el informe.

  • Otro efecto del aumento en la frecuencia e intensidad de los desastres naturales es el aumento de los costos de las primas de seguros, la disminución de las coberturas y que las compañías de seguros empiecen a retirarse de ciertos lugares porque no les resulta rentable seguir ofreciendo seguros allí.

Un ejemplo de ello está ocurriendo en Australia, donde más de medio millón de viviendas podrían quedar sin seguro en 2030 por el importante riesgo de inundaciones.

  • Frente a este escenario, el informe evidencia que los recursos aún se destinan mayoritariamente a la respuesta de emergencia: el 96% de los 137 mil millones de dólares destinados a la asistencia para el desarrollo relacionada con desastres entre 2005 y 2017 se uso en socorro, reconstrucción y rehabilitación.

Solo el 4% (unos 5,200 millones) se invirtió en prevención y preparación, precisa el informe.

  • Entre las mayores desigualdades que exhibe el informe llama la atención que las pérdidas directas de 69,570 millones de dólares sufridas en 2023 por desastres en Norteamérica representaba solo el 0.23% de su PIB, mientras que las pérdidas de 4,300 millones registradas en Micronesia equivalían ese mismo año al 46.1% de su PIB.

“Esto demuestra el enorme peso relativo de los desastres en las economías pequeñas y vulnerables”, advierte la ONU.

Las conclusiones de este informe serán debatidas en una reunión que mantendrá en junio en Ginebra la Plataforma Global para la Reducción del Riesgo de Desastres para definir estrategias que impulsen inversiones eficaces en prevención y adaptación a desastres. /PUNTOporPUNTO

Documento Íntegro a Continuación:

https://edge.sitecorecloud.io/zurichinsurf8c0-zwpshared-prod-d824/media/project/zurich-headless/zrs/docs/climate-risk-and-sustainability/climate-spotlight-core-factsheet.pdf

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