Opinión. RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Finalmente, casi dos meses y medio después de que fue declarada ganadora de los comicios, Claudia Sheinbaum recibió su reconocimiento como Presidenta electa de los Estados Unidos Mexicanos.
Llegar a ese punto no le resultó tan sencillo, ya que primero hubo que desechar impugnaciones de todo tipo y no tuvo que pasar por la aridez de la ruta transitada por Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón Hinojosa.
En 1988, la calificación de los comicios la hacía la Cámara de Diputados convertida en Colegio Electoral y fueron los nuevos diputados, los de la LIV Legislatura los que se batieron en duros debates para lograr sacar adelante el edicto que convertía a Carlos Salinas en Presidente de la República.
Los diputados enclaustrados en San Lázaro contando los priistas con legisladora con una mayoría simple disputaron en la tribuna con los opositores que argumentaban fraude y que tenían una representación de 240 diputados, veinte menos que los priistas.
Guillermo Jiménez Morales era el coordinador de los priistas y Abel Vicencio Tovar de los panistas, mientras que por el Frente Democrático Nacional que integraban el PMS, PARM, PPS y PFCRN, había personajes como Rafael Aguilar Talamantes, Ignacio Castillo Mena, los que subían y bajaban de los enardecidos debates con los priistas José N. Murat, Ismael Orozco y otros más.
En la pecera de la Cámara daba órdenes Manuel Camacho Solís, entonces priista.
La disputa por leer el documento que daba la validez a la calificación presidencial fue de constante jaloneo entre priistas y opositores en un clima de incertidumbre y de dudas. Abel Vicencio Tovar encabezó a un grupo de diputados que bajó al sótano del Palacio Legislativo para revisar los paquetes electorales y fueron contenidos por soldados del Ejército Mexicano que los custodiaban.
En 2006 nuevamente se presentó una crisis sobre la elección presidencial y Andrés Manuel López Obrador, candidato derrotado, convocó a sus seguidores a hacer sendos plantones en las principales vías de comunicación de la CDMX, argumentando fraude.
El INE y el Tribunal Electoral Federal consideraron que la victoria correspondía a Felipe Calderón Hinojosa, por 0.5 por ciento de diferencia de votos.
Aquí se vivieron momentos de tensión, pero el agua no salió del cauce del río y aunque Calderón fue considerado como espurio por parte de AMLO, le fue entregada su constancia de mayoría y asumió el poder el primero de diciembre de ese 2006, en una ceremonia jaloneada en el Palacio Legislativo.
Esos tiempos quedaron atrás y Claudia que obtuvo una amplia mayoría en las urnas ya se encuentra lista para asumir la Presidencia de la República el primero de octubre próximo, convirtiéndose en la primera mujer que presidirá al país.
La futura Presidenta ofreció que durante su mandato habrá justicia, derechos y bienestar.
El reto no es sencillo, ya que tendrá que adoptar una forma de gobierno que la distinga de su antecesor y haga realidad las promesas de campaña.
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Como si las cosas transitaran por el camino de la rectitud, lo ocurrido la noche del miércoles en un restaurante de la CDMX pone de manifiesto que las autoridades aplican la ley a su arbitrio y que un personaje como el encargado de la Fiscalía de la CDMX, como Ulises lara hace lo que quiere, ante la complacencia de las autoridades. Se fue la posibilidad de aprender a Javier Corral, quien tendrá fuero en 15 días más, como senador de la República…Otra muestra de los desplantes de algunos funcionarios de la 4T es la postura de Ana Gabriela Guevara la que sigue abriendo más brecha entre ella y los que le cuestionan algunas de sus acciones.
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Ramón Zurita Sahagún
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