La dictadura de los burocratas post Covid 19

Por Francisco J D´Angelo Ohep

“La falta de conocimiento conduce a la superstición, y la ignorancia consciente equivale a la maldad”.

Sócrates.

En el año 1951 los comunistas chinos destruyeron bibliotecas enteras junto con unos seis mil monasterios que las albergaban, al noreste del Himalaya, tratando de acabar así, con una cultura de más de 5 mil años. Aquel fue un crimen contra la humanidad, este ataque empezó con masacres, devastaciones, y terminó con la invasión y anexión en 1951, del Tíbet, por parte de China.

En 1959, el Dalai Lama y más de cien mil tibetanos abandonaron su país para exiliarse en la India o en los reinos del Himalaya, antes de dispersarse por todo el mundo.

En China, hace poco más de un año, en diciembre de 2019, se descubre un raro tipo de virus, el COVID 19 o coronavirus, que era desconocido hasta que estalla el brote de Wuhan; éste se convirtió en pandemia y actualmente afecta a todo el planeta. La reportera china Zhang Zhan, quien dio a conocer al mundo la información sobre el COVID 19, ha sido condenada por el régimen chino a 4 años de prisión por “buscar altercados y buscar problemas”, un delito que en Occidente suena extraño, pero es común en China, solo para actuar contra los activistas pro-derechos humanos.

Mientras en Occidente, un presidente, Andrés Manuel López Obrador y un dictador, Nicolás Maduro, exigen a España que se disculpe por un supuesto genocidio, culpando a Cristóbal Colon por descubrir América.

Esta postura absurda de la ultraizquierda es equivalente a que le reclamemos a los países actuales, de dónde provienen sus ancestros indígenas o europeos, solo por su participación en las guerras y conquistas, o por el solo hecho de existir.

El Occidente que nos quieren vender, está influenciado por una ideología de progresismo postmoderno occidental, (tendencia política basada en la filosofía marxista comunista) con la finalidad de destruir el conocimiento, el liberalismo, la libre competencia, la libre empresa, la meritocracia, despreciando el conocimiento científico y esclavizando a la población, para que los únicos ricos y poderosos, sean los de la mediocre clase gobernante.

En conclusión, una dictadura del proletariado post moderna, (la cual nunca ha trabajado en la fabricación de cosa alguna), sería una triste dictadura de los burócratas. Este resultado lo observamos en ejemplos reales, con países como Cuba y Venezuela.

El año 2020 terminó siendo intenso, con muchos daños que tardarán en arreglarse y lamentables pérdidas humanas; hay que preguntarse: ¿será que la humanidad tiene futuro o seguiremos en un eterno presente?

Han quedado al descubierto distintos gobiernos, dictatoriales, democráticos y populistas. Ninguno tuvo la receta adecuada para combatir el COVID 19, pero tal vez los que se acercaron más a la solución fueron los países Nórdicos; aunque en América del Sur la Argentina a tenido un buen desempeño con un gobierno con enormes contradicciones y restricciones de mobilidad, pero que autorizo un funeral de Maradona con miles de personas, a pesar de eso llegó a  1,730,000 casos y 44,654 muertes, menos del 3%, un verdadero logro. Panamá 281,000 casos, con 4,500 muertes menos de un 2% con una restrictiva movilidad. En Europa, Alemania, con un impresionante desempeño, 1,940,000 casos y 41,799 muertes, menos del 2.5%; Grecia con 145,000 casos y 5,302 muertes, un 3.5%. En Asia, Japón 294,000 casos y sólo 3898 muertes; aunque no debería ser ninguna, es admirable que, en estas  condiciones, se logre menos del 1.5 %. Taiwán 726 casos y 7 muertes con un 10%; aunque alto, muy bajo contagio. Singapur 58,668 casos con 29 muertes, menos del 1%, Islandia 5,526 casos con 29 muertes, un 0.5%; Emiratos Árabes Unidos 233,000 casos, con 711 muertes.

¿Qué tienen en común la mayoría de estos países? Gobiernos con credibilidad que tomaron medidas a tiempo. Trabajo conjunto de toda la población, entre gobierno, entes públicos, privados, ONGs, hospitales, médicos; disciplina, obediencia a las normas, reglas claras, sacrificio por el bien común. No hay recetas mágicas, las sociedades más ordenadas, logran superar desafíos comunes de la mejor forma posible.

Hoy en día existen, aproximadamente, 128 millones de mexicanos y tenemos la pavorosa cifra de 1,560,000.00 casos de COVID 19, de los cuales hay 136 mil muertes, más de un 8%.

Existen denuncias de una alta cifra negra de muertes por coronavirus, que son registradas como si hubieran ocurrido por otra causa, para no incrementar los números de fallecidos por COVID 19.

Sufrimos en México, de un gobierno que trabaja separado de la sociedad, en una constante lucha consigo mismo y con las demás instituciones, convirtiendo en adversarios a los empresarios, gobernadores, ONGs, doctores, científicos, deportistas, estudiantes, enfermos, siempre dividiendo con un discurso de “ellos y nosotros”, como si el país lo conformaran solo mexicanos pertenecientes al partido gobernante.

No se puede esperar resultados positivos en una histeria colectiva, donde han privado intereses políticos y particulares; recordemos que no hay mayor crimen contra los Derechos Humanos del pueblo, que politizar su salud y usar al mismo pueblo como arma partidista. Las consecuencias son poco más que catastróficas.

En Venezuela la dictadura falsea las cifras del COVID 19 y comunica, a través del Ministerio del Poder Popular para la Salud, que hay 109 mil casos y solo 970 muertes, lo que por supuesto no es cierto. En un país donde la atención medica está destruida y no hay medicinas (no por un supuesto bloqueo de USA como repiten los comunistas, sino porque el Carnicero Maduro no deja entrar medicinas ni ayuda humanitaria al país), la realidad es contraria a lo que quiere hacer ver el régimen.

En una infame entrevista, publicada el 2 de enero en el diario La Jornada, titulada “Fallaron los pronósticos aterradores sobre Venezuela”, un periodista partidario del régimen hace una serie de preguntas pre- arregladas, al dictador Maduro.

Con una gran cantidad de mentiras, este dictador expone que ha sido exitoso en domar la pandemia, además con medicamentos milagrosos, cuando en realidad desde el comienzo impidió la movilidad de la población para evitar protestas. No hay gasolina, no hay medicinas, ni centros de salud, ni comida, ni libertad de tránsito, de manifestaciones, ni medios de comunicación, ni dinero porque se lo robaron. Lo que hay es represión, miseria, enfermedad y cárceles, abarrotadas de pobres pidiendo libertad. Y, por si fuera poco, últimamente está persiguiendo a las ONGs que tanto han trabajado para ayudar a la población civil entre las afectadas encontramos a Acción Solidaria, Save the Children, Alimenta la Solidaridad, Caracas mi Convive, Convite , Azul Positivo entre otras. Esto ha sido documentado y criticado por La Coalición por Venezuela, una organización que une a más de 70 ONGs en todo el mundo, para ayudar a migrantes venezolanos que huyen, porque ese Estado forajido tiene al pueblo azotado por hambre, enfermedad y falta de las mínimas condiciones de subsistencia, logrando, como consecuencia, un exterminio silencioso.

Ya somos 5.4 millones los venezolanos migrantes en todo el mundo. En México hay 10 mil solicitantes de Refugio y después de Siria, somos el segundo desplazamiento humano más grande del planeta.

En México, según estudios de la Organización Internacional de Migraciones de la ONU, el 23% de los venezolanos dice haber experimentado discriminación. De estos, el 58% son mujeres y el 42% son hombres.

Unos 100 mil venezolanos viven hoy en México y aunque las cifras oficiales arrojen números menores, 20 mil de ellos son refugiados.

Aparte de los desplazados, tenemos 50 mil personas en México con pasaporte vencido, porque el régimen de Maduro no autoriza las prórrogas de pasaportes, ni entrega pasaportes nuevos. Su intención es que las personas que salgan de Venezuela queden apátridas, sean sacadas del sistema del país donde emigraron y sigan sufriendo esta indefensión.

Es importante conocer algunos datos que ofrece la OIM con relación a los venezolanos en México: El 7% tiene otra nacionalidad, hasta el 2018 el 99% de los que ingresaban, lo hacía con pasaporte, pero en 2019 ya se observaba un aumento de venezolanos entrando al país por vía terrestre. También es importante señalar que el 50% de los venezolanos que han venido hasta 2018, lo han hecho porque tienen un familiar en México y el 14% de las personas han migrado por ofertas de Trabajo.

La situación post COVID 19 no luce alentadora, quisiera ser optimista pero los números en México son fuertes: 1,010,000,00 negocios cerrados en los últimos 17 meses, según INEGI y según FORBES se han perdido 1,188,000 empleos formales. Hay que destacar que el 51% del empleo en México es informal y según HR Ratings, se perdieron 12 millones de empleos informales.

La pandemia ha sido devastadora para los migrantes, no tenemos cifras claras de cuántos están sin trabajo, enfermos o han fallecido.  Esta población vulnerable va a tener las mismas necesidades que antes de la pandemia, pero cuando ésta pase, la movilidad no va a parar, al contrario, se incrementará. Los requerimientos más importantes que se han detectado son: Albergues, Alimentos, Seguridad, Educación o Capacitación, Asistencia Jurídica y Documentos, Identificación, Reunificación Familiar, Generación de Ingresos y Empleo, Ayuda Médica y Seguros.

Las esperanzas de que la situación de Venezuela cambie, están cifradas en acciones que vengan del exterior, pero al parecer ningún país quiere intervenir militarmente contra Maduro. Sin embargo, la presión de los desplazados a Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Argentina, Panamá, México y USA, entre otros países, va a cambiar esto. Por su parte, la dictadura va a querer expandirse, o lo harán sus grupos armados, así que la región se va a ver obligada a tomar cartas en el asunto.

Maduro pretende disolver la Asamblea Nacional legítima, con una escueta e ilegal votación que realizó el 6 de diciembre, la cual no logró ni 3 millones de votos, además de no haber sido respaldada por ningún observador internacional válido.

Por su parte, el resto del país, ONGs y partidos políticos democráticos, hicieron una consulta popular presencial y por internet, que logró más de 6 millones de votos.

Otra esperanza de los venezolanos está puesta en la Corte Penal Internacional, ya que son innumerables las pruebas de que Maduro es un violador de Derechos Humanos. Fe de esto es el último informe de la ONU sobre nuestro país.

El defensor de Derechos Humanos, Maestro José Antonio Oropeza, ha denunciado a la fiscal Fatou Bensouda, que lleva el Caso Venezuela en la CPI, como la “Reina de la Mentira”, ya que no ha tomado decisión alguna para presentar cargos, aunque existen pruebas contundentes de violación de DH por el régimen de Maduro, al menos desde 2017. Cada día que pasa se extiende el sufrimiento de la población venezolana, esto genera muertes y ofrece más tiempo al régimen para lograr la conversión de Venezuela en la Siria de América.

Al parecer, el problema no está solo en la pandemia, sino en los grandes tentáculos de las dictaduras de los burocratas y sus gobiernos e instituciones cómplices ¡¡¡pero en 2021 continuaremos en la lucha por la libertad!!!

Francisco J D´Angelo Ohep

  • Master en Derecho Internacional por la UIA Ciudad de México.
  • Director Jurídico de Venemex, Asociación de Venezolanos en México que ha ayudado a miles de refugiados victimas de la dictadura de Nicolás Maduro.
  • Colaborador del programa Sin Filtros.

www.venemex.org

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