Trabajadores de confianza en PEMEX y su jubilación: AMLO les dijo que sí, pero no les dijo cuándo…

Por José Luis Ortega Vidal

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Un trabajador de confianza con más de treinta años de antigüedad al servicio de PEMEX, mayor a los cincuenta y cinco años de edad y enfermo de cáncer, deambula entre oficinas de los complejos petroquímicos de Coatzacoalcos, solicitando un peritaje médico para avalar su urgente jubilación y -mientras ello se concreta- obtener el cambio de área de trabajo a un sector donde el deterioro físico no le acerque a la tumba.

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La Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros -creada el 18 de marzo del 2008- cumplirá dieciséis años de lucha por obtener el retorno a la ley que desde el año dos mil aplicó la jubilación a trabajadores de confianza con veinticinco años de antigüedad y cincuenta y cinco de edad.

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Con la reforma de pensiones a trabajadores de PEMEX no sindicalizados, implementada durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, literalmente se cometió un atentado a la vida de miles de empleados sin la protección del poderoso Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, cuyos miembros sí pueden jubilarse con treinta años de antigüedad y cincuenta y cinco de edad.
Si, hay gran diferencia entre los sueldos de los obreros acuerpados en el STPRM y los ingenieros de la UNTyPP…
Y también, aquello de jubilarse con veinticinco años de antigüedad y cincuenta y cinco de edad, constituyó un privilegio injusto.

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Desde la reforma peñista, implementada en diciembre del 2015, se modificó el plazo de jubilación de técnicos y profesionistas de confianza a treinta años de antigüedad y sesenta años de edad, con un ajuste a entrar en vigor cinco años más tarde, en el 2021, a partir del cual los petroleros de confianza pueden jubilarse con treinta años de antigüedad pero con sesenta y cinco años de edad.
Quienes arriben a los cuarenta años de antigüedad pueden jubilarse sin importar la edad.
Obviamente, la reforma de pensiones de PEMEX pasó de un extremo a otro…

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En términos de derechos laborales y de derechos humanos, cuarenta años de servicio, o treinta años de servicio pero con sesenta y cinco de edad, convierten a cualquier trabajador en semi esclavo.

Alguien que labora por su cuenta, ya sea como emprendedor, comerciante, microempresario, autoempleado, pescador, campesino, prestador de servicios -condiciones donde millones de personas cubren más de tres o cuatro décadas de trabajo- puede argumentar, frente al caso de los trabajadores de confianza de PEMEX, su vocación de ejercicio sin freno, apegado a la solución propia de su economía o al amor por la ocupación…

El enfoque, empero, es distinto si lo situamos en la lucha histórica y universal por los derechos de la clase obrera…

Caemos, en este caso, en el análisis del modelo económico capitalista donde la clase trabajadora vende su fuerza de trabajo y apenas cuenta con la ley para el respeto de sus derechos humanos…

El caso que nos ocupa, el de PEMEX, no es -visto así- un asunto de vocación de vida sino de un marco jurídico y obligación de Estado que a todas luces se violó…

Tampoco se trata de la defensa de los trabajadores de confianza de PEMEX frente a las condiciones injustas de escasez económica y violación de derechos del resto de sectores productivos del país…

Aquí narramos el caso específico de la reforma de pensiones de PEMEX, con plena conciencia de la existencia de más de sesenta y cuatro millones de mexicanos pobres y de una clase media conformada por más de cincuenta millones de ciudadanos que trabajan por su sobrevivencia…

Una falla no justifica otra falla, así sean condiciones asimétricas…

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La ley no prevé el derecho de ninguna empresa de obligar a sus empleados a pasar la mitad de su existencia -o más- trabajando para poder acceder a una etapa de jubilación necesaria y digna.

El concepto de jubilación abarca aspectos financieros -una buena pensión- y de tiempo­ -retiro oportuno para disfrutar el resto de la existencia- así como de salud -regresar completo física y mentalmente, a casa-.

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Aquí entramos a un punto medular de la reforma de pensiones del 2015 y del 2021 por parte de PEMEX, es decir del gobierno mexicano.

Esta modificación respondió a una emergencia financiera de PEMEX: el ahorro de miles de millones de pesos bajo un nuevo esquema que frenó la jubilación de miles de técnicos y profesionistas de confianza, cuya partida obliga a la contratación de sus relevos…
Es decir, debían pensionar a los que se jubilaron y pagar sueldo a los nuevos…
Al no hacerlo se generaron ahorros a la empresa, por encima de los derechos de sus trabajadores…
De hecho, a partir del 2016 los nuevos trabajadores de confianza contratados por PEMEX se apegan al empleo de AFORES…
Ya no más el antiguo sistema de pensiones, cuya crisis es producto de años de corrupción…

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La Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros ha requerido al presidente Andrés Manuel López Obrador el retorno a la ley del año dos mil y permitir la jubilación de trabajadores de confianza con treinta años de antigüedad y cincuenta y cinco años de edad.

Durante La Mañanera del 28 de diciembre del 2021, AMLO se comprometió a dar respuesta positiva a la petición de la UNTyPP.

Y si, Octavio Romero Oropeza -director de PEMEX- escuchó la orden, lo mismo que Rocío Nahle García, a la sazón Secretaría de Energía y durante una parte de su vida antigua trabajadora de confianza de PEMEX, lo mismo que su esposo el ingeniero jubilado José Luis Peña Peña…

Pero aquella instrucción de AMLO no se cumplió y a poco menos de siete meses de la jubilación presidencial de López Obrador, no se cumplirá…

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Un artículo de Francisco Muciño, publicado en FORBES el once de febrero del 2016, nos ilustra sobre el tema:

Afores, ¿la solución al problema de pensiones de Pemex?

“Los trabajadores de confianza que sean contratados en este año tendrán una cuenta individual en la que tendrán que aportar para su retiro. La empresa productiva del Estado enfrenta un pasivo laboral de 1.5 billones de pesos. Una de las medidas que aplicará Pemex al serio problema de pasivos laborales, que ascienden a más 1.5 billones (millones de millones) de pesos, serán migrar las pensiones de sus trabajadores, al menos los de confianza, hacia esquemas individuales de retiro (Afores), en las que la responsabilidad del monto para la jubilación ya no será responsabilidad exclusiva del patrón. Los trabajadores de confianza, aquellos que no pertenezcan al sindicato y que sean contratados a partir del 1 de enero de 2016, se podrán jubilar a partir de los 60 años y con una cuenta individual en una Administradora de fondo para el retiro (Afore). De acuerdo con el nuevo reglamento para personal de confianza de Pemex, del cual posee una copia Forbes México, el fondo de retiro para estos empleados se financiará a través de un esquema de aportaciones a cuentas individuales con aportaciones básicas hechas por el trabajador y Pemex; aportaciones complementarias y aportaciones solidarias que el trabajador haga. “La administración de los fondos se realizará por una institución autorizada por la Comisión Nacional del Sistema del Ahorro para el Retiro (Consar)”, dice el Artículo 82, Regla I, inciso G, del nuevo reglamento, firmado el 15 de diciembre de 2015 por el aún director general de Pemex, Emilio Lozoya Austin. En la segunda regla adicionada al nuevo reglamento, el personal de planta de confianza contratado hasta el 31 de diciembre de 2015, podrá retirarse por vejez a partir de los 60 años de edad y con 30 años de servicio. Además, a partir del 1 de agosto de 2021, la edad de jubilación subirá a 65 con 30 años de servicios. “Dicha pensión se calculará tomando como base el 100% del promedio de los salarios ordinarios que hubiere percibido en puestos permanentes en el último año de servicios y en proporción al tiempo laborado en cada uno de ellos”, dice el reglamento. En el anterior reglamento, vigente desde el 31 de julio del año 2000, el personal de confianza se podía jubilar a los 55 años y con 25 años de servicio acreditados y con una pensión calculada en base al 80% del promedio de los salarios ordinarios que hubiera percibido en puestos permanentes. En el caso de los trabajadores que tengan 40 años o más de servicios, se les tomará en cuenta el 100% promedio de sus salarios. “En estos casos, el patrón tendrá la facultad de jubilar al trabajador y éste, la obligación de aceptar su jubilación”. Al cierre de 2013, Pemex tenía una planta laboral de 155,106 trabajadores, 6.6% más que en 2009, de acuerdo con un informe de Pemex enviado a la Comisión de Valores (Sec) de Estados Unidos. Aproximadamente el 71% de los trabajadores de Pemex están afiliados al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), dirigido por el senador priista Carlos Romero Deschamps.”

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