El referéndum siendo un instrumento que se puede usar como una forma de mejorar la democracia en Latinoamérica o como propaganda electoral para perpetuarse en el poder, mantenerse en una continua campaña política, desviar la atención de los problemas internos y externos que tiene que atender el gobierno.
En México, la figura presidencial se caracteriza por ostentar un poder considerable, lo que se refleja en la dinámica política y social del país. Dentro de este entorno, incluso las críticas más discretas hacia el presidente pueden desatar reacciones intensas entre sus seguidores verdaderos o pagados, quienes suelen responder con furia ante cualquier cuestionamiento.
Esta situación se ve agravada por una atmósfera marcada por la soberbia y la ausencia de diálogo genuino entre los distintos actores políticos y sociales. Además, la proliferación de realidades paralelas, impulsadas por una guerra comunicacional feroz pagada por el gobierno, que contribuye a la polarización y dificulta la construcción de consensos en torno a temas de interés nacional.
Por todo lo anterior, resulta cuestionable la pertinencia de convocar un referéndum en el contexto actual mexicano. Más que servir como un instrumento de fortalecimiento democrático, podría convertirse en un mecanismo que profundice las divisiones, desvíe la atención de los problemas importantes y perpetúe la confrontación política.
Los referendos presidenciales, también conocidos como plebiscitos directamente vinculados al mandato del presidente, no son frecuentes en la mayoría de los sistemas democráticos. Sin embargo, existen en algunos países donde se aplican bajo diversas modalidades. En términos generales, estos mecanismos pueden clasificarse en tres tipos principales los derogatorios, aprobatorios y constitucionales.
En Europa:
En Francia la Constitución permite al presidente convocar referendos sobre reformas constitucionales o cuestiones políticas importantes (art. 11 y 89). Ejemplo: referendo de 2005 sobre la Constitución Europea (bajo Jacques Chirac).
En Suiza aunque no hay presidente fuerte (el Consejo Federal es colegiado), es el país con más referendos: sus ciudadanos votan varias veces al año sobre leyes, tratados o cambios constitucionales.
En Italia permite referendos abrogatorios (para derogar leyes). No suelen ser presidenciales, pero el presidente puede convocarlos bajo propuesta parlamentaria.
Turquía: el presidente Erdogan impulsó en 2017 un referendo para cambiar el sistema parlamentario por uno presidencialista.
En América Latina:
Venezuela es uno de los casos más notorios. La Constitución de 1999 permite referendos presidenciales revocatorios (art. 72). En 2004 se realizó uno para intentar revocar a Hugo Chávez sin éxito, pero en el referéndum que quería cambiar a Venezuela a un Estado Socialista en 2007 el chavismo perdió el mismo.
En Bolivia, Evo Morales usó referendos para legitimar su mandato y reformas constitucionales (2006, 2009, 2016).
En Ecuador, Rafael Correa también recurrió a plebiscitos para reformas institucionales (2008, 2011).
En Chile, en 2020 se celebró un plebiscito constitucional tras el estallido social de 2019; aunque no fue presidencial, surgió por iniciativa política del Ejecutivo.
En Uruguay, tiene una larga tradición de plebiscitos constitucionales, aunque no presidenciales directamente.
En México desde la reforma de 2019 existen consultas populares (art. 35 constitucional), el referendo para revocar al presidente de la república se debe solicitar al menos con el 3% de la lista nominal de votación, con presencia en 17 entidades, el resultado será vinculante si participa al menos el 40% de los votantes y si gana la revocación, el Congreso de la Unión designa a un presidente sustituto.
En América del Norte y otras regiones específicamente en Estados Unidos, no existen referendos presidenciales; el sistema es representativo. Los referendos se realizan solo a nivel estatal o local.
En Canadá se puede haber referendos nacionales (como el de Quebec en 1995), pero no sobre mandatos presidenciales (porque no tiene presidente, sino primer ministro).
En Filipinas se ha tenido referendos constitucionales bajo regímenes presidenciales (por ejemplo, en 1987 con Corazón Aquino).
Destaca cómo el gobierno mexicano impulsó el referéndum presidencial bajo la administración de López Obrador desde su campaña de 2018 y aprobada en 2019, siguiendo una agenda similar a la de otros líderes de izquierda como lo fueron Evo Morales, Rafael Correa y Hugo Chávez. Aunque se prevé que Claudia Sheinbaum mantenga altos niveles de aprobación según encuestas oficiales 70%, su apoyo en votos no refleja ese porcentaje como lo fue en la votación del poder judicial. La preocupación principal de Morena es la baja participación, ya que podría afectar la imagen de popularidad del gobierno. Es importante que la presidenta se enfoque en resolver los problemas del país y gobierne para toda la ciudadanía, independientemente de afinidades políticas.
Morena y sus aliados impulsan una reforma constitucional para adelantar el referéndum y hacerlo coincidir con la “super elección de 2027”, hay una iniciativa del diputado Alfonso Ramírez de Cuéllar para modificar el artículo 35 de la constitución y se haga el mismo día de las elecciones intermedias.
Partidos como Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Movimiento Ciudadano han denunciado que el cambio de fecha busca crear “un traje a la medida” para favorecer al oficialismo. Según su diagnóstico:
“Morena está en caída libre. Quieren poner a la presidenta en la boleta por miedo…” — Ricardo Anaya (PAN).
Aunque a algún genio del oficialismo se le ocurrió poner la foto de la presidenta Sheinbaum en la boleta de revocación de mandato, siendo violatorio a la Ley Federal de Revocación de Mandato (2021) que estipula que no debe haber propaganda de ninguna autoridad y expresamente sin imágenes del presidente, del partido o símbolos de gobierno, todo es posible en la batalla por el poder y lo que no ve el partido de gobierno que a su vez esta muy confuso el gobierno con el partido ya que se gobierna para miembros de Morena no para todo el país es que entre más tiempo pasa en el poder más desgaste tiene es normal no es que hay una conspiración de la derecha en su contra y eso debería obligarlos a ser más asertivos, humildes y evitar atajos que les van a costar las próximas elecciones presidenciales.
A pesar de que se incluyó la imagen de la presidenta Sheinbaum en la boleta de revocación de mandato, lo cual viola la Ley Federal de Revocación de Mandato (2021) al prohibir propaganda con imágenes oficiales, el desgaste del partido de gobierno aumenta con el tiempo es normal no es que exista una conspiración de la derecha en su contra. Esta situación debería llevarles a actuar con mayor asertividad y evitar acciones que puedan perjudicarles en futuras elecciones.
























