La fe es un acto íntimo y existencial; que el Estado la persiga significa atacar lo más profundo del individuo. Soren Kierkegaard. Filosofo danes, (1813-1855).
El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, y el dictador que se robó las elecciones de Venezuela que perdió el pasado 28 de julio de 2024, Nicolás Maduro, en su afán de hacer trucos para engañar a incautos y perpetuarse en el poder, este año adelantaron la celebración de Halloween. Siendo una festividad muy antigua que mezcla tradiciones celtas, romanas y cristianas, originaria de Irlanda, Escocia y otras regiones celtas, se encendían hogueras y se usaban disfraces con pieles o máscaras para ahuyentar a los malos espíritus, aunque en este caso la maldad de espíritu se apodera de estos oscuros personajes.
Se cree que, durante la noche de Halloween, el velo entre los vivos y los muertos se vuelve más delgado. En el siglo VIII, la Iglesia Católica instauró el Día de Todos los Santos (1 de noviembre), y la noche anterior se llamó Hallows’ Eve (Víspera de Todos los Santos), antecedente del Halloween actual que los inmigrantes irlandeses llevaron a Estados Unidos. En México, el 1 de noviembre se celebran el Día de Todos los Santos y el 2, el Día de los Fieles Difuntos.
Esta festividad, que es especialmente popular en América del Norte y simboliza el fin del verano y el inicio del invierno, nos tomó por sorpresa, ya que estos dos mandatarios —Maduro, un dictador, y Petro, presidente electo y ex guerrillero del M-19 (1978-1990)— ahora se unen en una estrategia política conjunta en contra de la democracia liberal y en defensa de la dictadura venezolana. Es algo que ha logrado el gobierno de Trump con Marco Rubio a la cabeza, un hecho que no se veía desde los tiempos de Simón Bolívar la unión de ambos países, aunque no precisamente por una buena causa, como lo fue el tratado de libre comercio conocido como el Pacto Andino (1969-2006) que Hugo Chávez desechó, ni con el objetivo de crear un bloque para facilitar el tránsito de ciudadanos que deseen estudiar, trabajar y desarrollar sus talentos. Por el contrario, la intención ahora es que el ejército de Colombia colabore con las Fuerzas Armadas Bolivarianas de Venezuela para defender la dictadura de Nicolás Maduro, lo cual pone a Colombia en problemas innecesarios con Estados Unidos. Petro apuesta a involucrarse en este conflicto, a su vez llamando a una Asamblea Constituyente buscando perpetuarse en el poder, aunque para ello necesita la aprobación del Congreso colombiano que es poco probable que la logre.
La rebeldía de estos personajes solo es comparable con la de Lucifer (Lucero, hijo de la mañana), el rebelde más temido por excelencia. Recordemos que Lucifer se rebeló contra Dios porque quiso ser como Él. Pues bien, estos dos personajes, con una soberbia sin límites, han sido enemigos del sistema democrático desde hace años. Petro, como guerrillero del M-19 en el pasado, ahora pide a las tropas norteamericanas que se rebelen contra el presidente Trump y dice que hay que sacarlo del poder. Nicolás Maduro, un conductor de autobuses que fue lacayo de otro rebelde —Hugo Chávez—, quien dio dos golpes de Estado: uno contra el presidente Carlos Andrés Pérez en 1992 y un autogolpe para apoderarse de PDVSA (Petróleos de Venezuela) en abril de 2002, lo que terminó con el paro petrolero en febrero de 2003. También está bien documentado que Chávez y Maduro exhumaron los restos del Libertador Simón Bolívar en 2010 para realizar rituales de brujería. Es conocido que Maduro tiene afición por la brujería, cultos cubanos (orisha, santería) y venezolanos (culto a María Lionza y a las cortes de Guaicaipuro, la Negra y la Libertadora). Además, en 2013 declaró que Hugo Chávez se le apareció como un “pajarito chiquitico” para bendecir su campaña electoral, por lo que es evidente que la megalomanía, la brujería y la locura están presentes en el dictador.
Resulta evidente que el líder del Cártel de los Soles, junto con sus integrantes —quienes cuentan con expedientes abiertos por 45 mil casos de violaciones de derechos humanos documentados por la ONG PROVEA (2013-2023), y 19,000 muertes de ejecuciones extrajudiciales según la OHCHR Office of the United Nations High Commissiones for Human Rigthts, además de miles de presos políticos y personas torturadas—, es fanático de Fidel Castro y comunista hasta la médula; por lo tanto, no puede considerarse católico. Se presenta como católico únicamente por motivos de propaganda gubernamental, es decir, adopta la apariencia de un creyente devoto, pero en realidad no cree ni en la religión, ni en la Iglesia, ni en ningún principio relacionado con la dignidad de la persona humana, el bien común, la solidaridad, la justicia, la verdad o la libertad. Mucho menos practica virtudes cristianas como el amor (caridad), la esperanza, la fe o la bondad y, por supuesto, tampoco cumple con los mandamientos que su régimen vulnera a diario, como no matar, no robar y no dar falso testimonio.
Además, existen múltiples denuncias y evidencias de que el régimen de Nicolás Maduro ha ejercido presión, hostigamiento y formas de persecución contra sectores de la Iglesia —especialmente la Iglesia Católica— cuando estos han alzado su voz frente a la crisis humanitaria, la represión y las violaciones de derechos humanos en Venezuela.
Maduro, Diosdado Cabello y otros voceros del régimen han llamado a sacerdotes y obispos “diablos con sotana”, “hipócritas”, “fascistas”, “golpistas”, entre otros términos, cuando estos denuncian injusticias.
En 2022 y 2023 se registraron amedrentamientos a procesiones religiosas como las del Nazareno de San Pablo y la Divina Pastora, con presencia intimidatoria de colectivos armados. En Táchira, Zulia y Lara, colectivos grupos violentos pro-Maduro han rodeado iglesias durante misas críticas al gobierno. Al menos 30 incidentes de intimidación a parroquias y congregaciones han sido denunciados entre 2017 y 2024 por ONG como Foro Penal, Centro Gumilla y PROVEA.
En enero de 2022, el padre jesuita colombiano Pedro Hernández fue detenido en Venezuela por denunciar abusos en la frontera y luego expulsado. En 2019, el sacerdote español José Luis Sánchez fue expulsado tras criticar públicamente al régimen. Congregaciones como las Hermanas de la Caridad y Cáritas Venezuela han denunciado vigilancia, trabas para recibir donaciones y amenazas de procesos judiciales por “desestabilización”.
El régimen ha intentado promover una “teología chavista” bajo el concepto de “Cristo revolucionario” y ha buscado vincular a la Iglesia evangélica oficialista en sus estructuras de control como los CLAP y los Consejos Comunales.
La postura firme de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), La CEV ha sido una de las instituciones más críticas frente al Gobierno: Ha señalado que en Venezuela existe un “régimen totalitario con vocación represiva”. Ha denunciado sistemáticamente la violación sistemática de derechos humanos. Ha llamado a elecciones libres, respeto a la dignidad humana y cese de la represión. Cada vez que la CEV emite un comunicado contundente, se intensifican las descalificaciones desde el poder.
Es importante destacar que no se trata de una persecución masiva como en países ateo-totalitarios, sino más bien de una persecución selectiva, intimidatoria y política, principalmente contra los sectores de la Iglesia que asumen una voz profética y crítica. Sin embargo, el efecto ha sido intentar inhibir su papel social y moral.
El pasado19 de octubre fueron canonizados en el Vaticano el médico venezolano José Gregorio Hernández Cisneros (1864-1919) y la religiosa fundadora de las Siervas de Jesús del Santísimo Sacramento, Carmen Rendiles Martínez (1903-1977). Este evento, muy importante para los venezolanos, fue aprovechado por la dictadura de Maduro para seguir haciendo propaganda, enviando una comitiva pagada por su régimen encabezada por Carmen Meléndez, representante de la dictadura ante el Municipio Libertador de Caracas, además de alcaldes, diputados, ministros y otros representantes del gobierno ilegítimo y políticos que llaman alacranes se dicen de oposición y defienden al régimen, como Tomas Guanipa y Julio Cellini Ramos. Evidentemente, se gastaron cientos de miles de dólares, quizás millones, en el disfraz católico de un gobierno dictatorial, claramente ateo, comunista y con un historial de encarcelamientos, muertes y torturas de inocentes, entre otros crímenes ya conocidos.
Por otro lado, con recursos propios fruto del trabajo de cada ciudadano en el exilio, fueron representantes de María Corina Machado, familiares de presos políticos, ONGs, venezolanos que viven en Europa y ítalo venezolanos en Italia que son bastantes, religiosos y otros venezolanos de bien que no tienen nada que ver con la dictadura, entre ellos Tamara Sujo, Idania Chirinos, Emilio Ascanio, Magalli Meda, Santiago Rocha, Nohelia Álvarez, Sergio Contreras y Sairam Rivas entre otros.
El engaño de Maduro no duró mucho: los valientes venezolanos se enfrentaron con reclamos a los maduristas y, entre ellos, Rodrigo Diamanti, fundador de la ONG Un Mundo Sin Mordaza —creada en 2009— increpó al infame Roy Chaderton Matos, antiguo funcionario que ha sido canciller de Chávez y Maduro, embajador en distintos países (Francia, México, la Unión Europea, Bélgica, Luxemburgo y OEA), todo un historial de defensa de la dictadura y de goce de dineros públicos, actualmente embajador de Maduro ante Suiza, siendo un delincuente de cuello blanco al servicio del régimen. Ahora que ya es evidente que son una dictadura castro-comunista, ¿para qué van al Vaticano? Sin duda, para intentar dar imagen de buenas personas creyentes católicas, algo que nadie les cree. Todos sabemos que son criminales y esto está suficientemente documentado, pero Maduro se disfraza, y disfraza a sus cómplices, para lavarse la cara ante su inminente caída. Esos millones de dólares gastados en la comitiva enviada a Roma bien podrían haber sido destinados a los niños pobres, en un país donde el 95% de la infancia sufre desnutrición, pero la propaganda del régimen parece más importante. Sin embargo, ni aunque vayan a ver al Papa o se arrodillen ante la Virgen podrán salvarse de la caída, son demasiados los desmanes, las familias que han perdido seres queridos y, en definitiva, todo lo que han hecho no se perdonará con simples visitas al Vaticano.
Petro por otra parte, aunque se educó en un colegio católico en el colegio de los hermanos de la Salle en Zipaquirá, no es creyente ni practicante y defendiendo a Maduro lo que hace es meter en problemas a los colombianos. Maduro entra en el selecto grupo de dictadores que manipularon la religión a su favor, no siempre con éxito, Francisco Franco, Rafael Leónidas Trujillo, Antonio Somoza García, Fidel Castro, Vladimir Putin, Idi Amin, Mobutu Sese Seko y Kim Jong, nada de estas acciones logra lavarles las caras a sus violaciones a los derechos humanos.
























