No cabe duda mis queridos amigos que en la llamada Cuarta Transformación –aunque siempre lo he dicho, más bien se debería llamar Transformación de Cuarta- se comete una serie de errores demasiado garrafales, que repercuten en las instancias que la conforman y más directamente en las personas que ahí trabajan.
Lamentablemente, los empleados de cada dependencia se tienen que aguantar y deben adaptarse a las pésimas medidas que, en su mayoría, son creadas e implementadas sin tener un estudio o trabajo de campo que las respalde para que funcionen como debe de ser y sin que haya fallas de por medio.
Les comento que a esta columna llegó una denuncia por parte de custodios que trabajan en las cárceles de la Ciudad de México, quienes obviamente por el tipo de trabajo que desempeñan, a diario y durante muchos años ponen en riesgo su integridad, física, su propia vida, toda vez que tienen que convivir y vigilar a peligrosos criminales que se encuentran internos por diversos delitos; aunque aclaro, muchas de las personas que se encuentran presas, no son delincuentes, sino que fueron acusadas sin pruebas y se convirtieron en víctimas de la mala impartición de justicia que se ejerce en la capital del país, específicamente.


«ADSCRIPCIÓN» «SUBSECRETARIA DEL SISTEMA PENITENCIARIO» «Esta credencial no autoriza la portación de armas de fuego».
Bajo esta circunstancia, aquí cabe preguntar, si los custodios son operativos y tienen que salir a la calle para desempeñar también una labor de alto riesgo como son los traslados, ¿cómo le van a hacer para defenderse sin armas, en caso de que sean víctimas de algún tipo de agresión en la calle, que tenga como objetivo rescatar al o los reos que estén siendo trasladados? ¿tienen qué dejarse asesinar?.
En ese tipo de circunstancias no les queda más que «doblar las manos» y entregar a los internos que vayan custodiando, si es que quieren permanecer con vida. Y para colmo, si les llega a pasar eso, tienen que ser sometidos a investigaciones y a juicio para deslindar su responsabilidad y si llegan a resultar culpables, corren el riesgo inminente de ser encarcelados de forma inmediata, ¡hasta con eso se tienen que enfrentar los uniformados!
Esta situación violenta por completo el Protocolo General de Actuación Policial de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, que en su apartado 3.3 OBLIGACIONES DEL PERSONAL POLICIAL, en el numeral II se especifica: «Usar el equipo a su cargo con el debido cuidado y prudencia en el cumplimiento de su deber, destinándolo exclusivamente al desempeño de sus funciones, teniendo especial cuidado en el registro de inventarios, asignación y resguardo del armamento de cargo y municiones asignadas».
En este reglamento, también se especifica que QUEDA PROHIBIDO «desenfundar, exhibir, apuntar o detonar un arma de fuego cuando no exista riesgo alguno, así como efectuar disparos de advertencia bajo cualquier circunstancia.
Asimismo, en el documento interno de la SSC se considera como PELIGRO INMINENTE I.- La situación de agresión que amerite el uso de la fuerza, debe ser real, materializada en hechos apreciables por los sentidos, sin ser hipotética ni imaginaria II.- En una amenaza actual, en el momento del hecho, no con anterioridad o posterioridad III.- Y cuando el hecho es inminente, si una agresión está próxima a ocurrir, y de no realizarse una acción, esta se consumaría.
Ante esta explicación tan clara que existe en el reglamento de la SSC, sigo sin entender mis queridos ciberlectores, ¿qué fue lo que orilló a la administración local a tomar la absurda decisión de retirarles las armas a los custodios, sobre todo en los traslados?
¿De plano la funcionaria de origen salvadoreño, Clara Brugada es tan pendeja que no sabe utilizar el sentido común? ¿no se pone a pensar que los custodios también son jefes de familia que deben llevar el sustento diario a sus respectivos hogares? ¿y que si los matan o los encarcelan por «hacer mal uso de su arma de cargo» o «actuar equivocadamente en una situación de peligro» en automático quedan en el desamparo sus seres queridos? ¿será que de plano esta mujer tan horrible no solo en lo físico sino en todos los aspectos, no tiene cerebro?
Ahora entiendo el motivo por el que actualmente, muchos guardianes carcelarios ya no quieren estar en los penales, conviviendo directamente con los internos, sino que prefieren irse de comisión a las oficinas de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario –ubicadas sobre Calzada de Tlalpan a un costado de la estación del Metro San Antonio Abad, para fungir como administrativos y otros más, piden que los manden a las torres de cada cárcel, para estar de guardia sin tanta bronca y otros tantos ya quieren darse de baja o tramitar en dado caso, su jubilación y de esa forma eviten meterse en broncas de a gratis.
Por lo visto, la mayoría de estos trabajadores ya están hartos de padecer tantas y tantas injusticias y exponerse al peligro «a lo pendejo» sin tener ninguna garantía sobre su integridad física. Al fin y al cabo, para la 4T y la pésima administración de Clara Brugada, ellos solo representan un número de empleado y pueden ser reemplazados en cualquier momento. ¡Una terrible realidad!
APUNTES FIDEDIGNOS

“Hablamos de algunos objetivos que nosotros queremos que se extraditen de allá para acá, que ya, en todo caso, lo puede informar después el Gabinete de Seguridad (…) A nosotros nos interesan casos muy relevantes para México en donde se pide deportación o extradición, igual que ellos para allá”, afirmó la presidenta.
Tras este encuentro se reveló una lista de ocho narcos mexicanos que podrían ser los objetivos que el Gobierno de México solicite a los Estados Unidos para ser entregados o extraditados.
Esos narcos podrían ser un objetivo debido a que la mayoría de ellos se encuentran sentenciados o fueron formalmente extraditados. Los posibles narcos son:
Ismael “El Mayo” Zambada, exlíder del Cártel de Sinaloa.
Joaquín “El Chapo” Guzmán, cofundador del Cártel del Pacífico.
Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública federal que fue sentenciado a más de 30 años por vínculos con el Cártel de Sinaloa.
Dámaso López Serrano, alias “El Mini Lic”, quien fue un operador clave del Cártel de Sinaloa. Dámaso López Núñez, alias “El Licenciado”, padre de “El Mini Lic”, quien era uno de los líderes del Cártel del Pacífico.
Edgar Veytia Cambero, quien se desempeñó como Fiscal General del Estado de Nayarit y fue sentenciado en EEUU a 20 años de prisión por tener vínculos con el crimen organizado. En su confesión dijo haber recibido pagos millonarios por parte del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de los Beltrán Leyva.
Vicente Zambada Niebla, alias “El Vicentillo”, hijo de “El Mayo” que colaboró con las autoridades estadounidenses como testigo protegido y obtuvo su libertad con una nueva identidad tras cumplir una condena por narcotráfico.
En la lista también se encuentran Rubén Oseguera González, alias “El Menchito”, hijo de Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, líder del CJNG, quien fue sentenciado en EEUU a cadena perpetua. ¡¡¡SEGUIREMOS INFORMANDO!!!
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