El elevado nivel de la deuda del Gobierno federal -que es diferente a la deuda pública amplia medida por el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP)- conllevaría al riesgo de cambiar el perfil crediticio del País, al borde de perder el grado de inversión, advirtió Moody’s Ratings.
- La calificadora estimó que, sin considerar a Pemex, la deuda del Gobierno estaría en 50 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) hacia 2027.
- «¿Cuál es el riesgo para México? Si vemos el nivel de la carga de la deuda de México, estamos hablando de un nivel que estaría entre 45 y 50 por ciento.
- Esto no incluye Pemex», dimensionó Renzo Merino, vicepresidente y analista de crédito senior del grupo de Riesgo Soberano en Moody’s.
«Tenemos un escenario base que nos dice que la carga de la deuda estaría acercándose al 50 por ciento del PIB hacia 2027-2028, dependiendo de cuánta consolidación fiscal haya», agregó.
- Al mes de julio, la deuda neta del Gobierno federal ascendió a 44.4 por ciento del PIB, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda.
- En el marco del foro Inside LatAm: México 2025, Renzo Merino refirió que dicha deuda subió alrededor de 5 puntos porcentuales solamente el año pasado y advirtió que la carga sería muy cara de mantener.
- Moody’s mantiene una calificación crediticia para México de Baa2, el penúltimo escalón del grado de inversión, por lo que el País está a dos peldaños de perder dicho estatus.
«El problema para México es que mantener esa deuda le es caro. Cuando medimos la carga de los intereses del Gobierno respecto a los ingresos que tiene vemos que México es uno de los más débiles: tiene una carga de interés mucho más alta que la mayoría de los pares de calificación», comentó.
- Subrayó que el Gobierno federal consume alrededor del 17 por ciento de sus ingresos únicamente en pagos de intereses, lo que implica que hay menos espacio para destinar recursos a infraestructura, educación, salud y otros rubros importantes.
- Exhortó a abordar los problemas estructurales que enfrentan las cuentas fiscales del País, como el incremento del gasto rígido del Gobierno, el problema que representa Pemex y las transferencias, que incluyen los gastos sociales.
Sheinbaum ha impulsado el aumento de la Deuda Pública
Cuando cumpla sus dos primeros años de mandato, Claudia Sheinbaum habrá impulsado un aumento de la deuda pública superior a la que registró Andrés Manuel López Obrador en el mismo lapso de su sexenio.
- De acuerdo con un análisis económico del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), que pone en perspectiva el ritmo al que crece el endeudamiento del país bajo la nueva administración.
- En los primeros dos años de gobierno de la científica, la deuda nacional, medida en términos absolutos, se incrementará en 2.8 billones de pesos. Mientras que con López Obrador el aumento fue de 1.5 billones en el mismo periodo.
“En términos absolutos, en los primeros dos años del presente gobierno la deuda total crece en 2.8 billones de pesos, los que se compara con la ya elevada cifra que se reportó en el mismo lapso del sexenio pasado de 1.5 billones”, se lee en su análisis y que toma como referencia el Paquete Económico 2026.
- El documento añade que el saldo histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público, que representa la deuda total del país, se colocaría en 52.3% del PIB en 2026. Este porcentaje sería similar al estimado para 2025, pero un punto porcentual por encima del observado en 2024, último año del sexenio anterior.
- Aun con este panorama de presión por la deuda, las autoridades mantienen en el Paquete Económico de 2026 un discurso de confianza en que la economía mexicana conservará su resiliencia, sustentada en la fortaleza del consumo de los hogares, el dinamismo de la inversión nacional y la posición estratégica del país.
Sin embargo, el CEESP sostiene que hay signos de enfriamiento. “No obstante, estos elementos muestran un debilitamiento que podría extenderse el próximo año, lo que parece estar en línea con el bajo ritmo de crecimiento que se prevé a pesar de su modesta corrección al alza por parte de las autoridades”, señaló el centro.
Rescate a Pemex elevará el déficit
El Paquete Económico 2026 plantea que el saldo de la deuda pública de México supere, por primera vez, los 20 billones de pesos, debido, entre otros factores, al rescate de Pemex, señala un análisis de México Evalúa.
- Jorge Cano, coordinador del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de ese organismo, dijo en entrevista que las transferencias que el Gobierno hará a Pemex (263 mil 500 millones de pesos) supera por mucho al presupuesto proyectado para el Ramo 56 Servicios de Salud del IMSS-Bienestar, que es de 172 mil 500 millones.
- “La estrategia refleja el compromiso del Gobierno con la empresa, pero también evidencia la creciente carga fiscal y plantea dudas sobre la viabilidad a largo plazo de mantener el apoyo soberano bajo restricciones presupuestarias cada vez más estrictas“, dijo Renzo Merino, Vicepresident, Senior Credit Officer en Moody’s Ratings.
La deuda pública total representará el próximo año alrededor de 52 por ciento del PIB, cifra que podría llegar a 53.4 por ciento si la economía crece menos que lo previsto por Hacienda, a un rango promedio de 1.4 por ciento, como estiman analistas y el FMI.
- Esto significa que cada mexicano cargará con una deuda de 151 mil pesos y no por un mayor gasto en salud, educación o seguridad, sino principalmente por los pasivos financieros de la petrolera, añade el análisis “Erario 2026“, publicado por México Evalúa.
- Víctor Gómez Ayala, economista en jefe de Finamex, expresó que la deuda financiera de Pemex representa alrededor de 10 por ciento de los pasivos totales del Gobierno.
- “Además, como consecuencia del respaldo que ha dado el Gobierno a Pemex, vemos que hay un incremento en el pago por intereses por parte de la deuda gubernamental y una disminución de los que paga la petrolera“, explicó.
Techo de endeudamiento
- Para el siguiente año, el techo de endeudamiento interno solicitado al Congreso es de 1 billón 780 millones de pesos, ligeramente mayor a los recursos que se propone destinar al costo financiero del 2026.
“El costo financiero representará 4.1% del Producto Interno Bruto (PIB). Es casi lo mismo que solicitamos de financiamiento.
- Podríamos decir que se está pidiendo prestado para pagar deuda y hay que tener mucho cuidado con ella”, señaló anteriormente José Luis Clavellina, director de Investigación del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
- En tanto, México Evalúa ha indicado que esto se asemeja a “sacar una tarjeta de crédito para pagar otra”.
- El costo financiero es un gasto ineludible, y una de las grandes presiones del gasto público junto con las pensiones, con lo que se deja de lado otros rubros esenciales para la población.
El siguiente año, el gobierno volverá a incumplir la llamada “regla de oro del endeudamiento”, la cual se refiere a que la inversión física debe ser mayor o igual a la deuda solicitada.
- Para el próximo año, el gobierno propone una inversión física de 960,100 millones de pesos, un aumento de 10% respecto a lo aprobado para este año, pero es un monto que es mucho menor al techo de deuda solicitado por el gobierno de 1.8 billones de pesos.
- De esta manera, por cada peso de endeudamiento solo se gastarán 61 centavos en inversión, la tercera proporción más baja desde el 2009. El resto, de acuerdo con México Evalúa, se usará para financiar gasto corriente.
“El endeudamiento público no es, por sí mismo, negativo para las finanzas públicas. De hecho, casi todos los gobiernos del mundo recurren a él en algún momento. Sin embargo, la verdadera diferencia radica en el propósito y el uso que se le da a esos recursos.
De ello depende mantener la estabilidad y el crecimiento de la economía, así como sembrar las condiciones necesarias para el bienestar social”, agregó México Evalúa.
- El año pasado, en medio de la transición de gobierno, se impulsó un mayor gasto en infraestructura, por lo cual se contrajo deuda que llevó al déficit fiscal a 5.7% del Producto Interno Bruto (PIB), un nivel histórico.
- Para este año, para empezar con el proceso de consolidación fiscal y bajar los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), el gobierno le pasó la tijera al gasto en inversión física.
En tanto, para el siguiente ya se plantea un crecimiento y se delinean algunas obras prioritarias de la actual administración de Claudia Sheinbaum, como la construcción de nuevos trenes, obras de interconexión del AIFA, obras hidráulicas, así como otras relacionadas con Petróleos Mexicanos (Pemex) en busca de su autosuficiencia para el 2027.
- El análisis del presupuesto continúa y se espera que en los próximos días el secretario de Hacienda y el subsecretario del ramo acudan a San Lázaro a reunirse con la Comisión de Hacienda y Crédito Público.
Deuda pública ya consume más del 23% de los ingresos totales del gobierno
En los próximos años, el gobierno federal de México enfrentará un reto considerable: las crecientes presiones fiscales derivadas del alto costo financiero de la deuda, consecuencia directa de los recurrentes déficits presupuestales.
- Actualmente, el costo financiero de la deuda pública consume más del 23% de los ingresos totales del gobierno (tanto tributarios como no tributarios).
- Esta cifra equivale a más de la mitad del presupuesto destinado a la operación de secretarías y programas de la Administración Pública Centralizada.
El costo de la deuda: magnitud y proporciones
La evolución del costo financiero de la deuda como proporción del Gasto Total del Sector Público. Al inicio de la década de 2010, este costo representaba apenas el 7.7% del gasto total, mientras que las erogaciones en inversión física, salud y educación (incluyendo las aportaciones a entidades federativas) alcanzaban el 18.7%, 10.7% y 14.2%, respectivamente.
- Sin embargo, a partir de 2019 se observa un cambio estructural preocupante: por primera vez en lo que va del siglo, el pago del servicio de la deuda superó al gasto total en salud y en inversión física, alcanzando más del 11.5% del gasto público total.
- Para 2023, esta tendencia se acentuó, y el costo de la deuda rebasó también al gasto en educación. De acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Hacienda, al cierre de 2025 este componente podría representar casi el 15% del Gasto Total del Sector Público
Más aún, en la propuesta del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2026, se estima que el costo financiero de la deuda ascenderá a 1,572.1 miles de millones de pesos. Esta cifra será mayor al monto combinado que se destinará a todos los programas sociales prioritarios y a los principales proyectos de inversión del gobierno federal.
- Lo anterior refleja una tendencia alarmante: cada vez se destina una mayor proporción del presupuesto a pagar intereses de la deuda, en detrimento de políticas públicas orientadas al desarrollo social, la infraestructura y el desarrollo económico.
En esencia, el costo de la deuda está desplazando recursos públicos que podrían mejorar directamente el bienestar de la población.
Los déficits presupuestales y su costo financiero
Idealmente, la deuda pública debe invertirse en proyectos que generen flujos de ingresos futuros capaces de cubrir su pago.
Alternativamente, debe destinarse a iniciativas que fomenten el crecimiento económico, lo que incrementaría el PIB y, en consecuencia, la recaudación fiscal necesaria para financiar la deuda. Sin embargo, históricamente, en México este no ha sido el caso.
- El incremento sostenido de la deuda pública comenzó en 2008, cuando pasó del 17.1% al 20.1% del PIB. A partir de ahí, la deuda siguió creciendo, alcanzando el 51.7% del PIB en 2024. Sin embargo, este aumento en la deuda no ha sido acompañado de una mejora significativa en los ingresos públicos.
- En 2008, los ingresos del gobierno representaban el 22.1% del PIB, porcentaje que se mantiene sin cambios en 2024, y que incluso se estima disminuya marginalmente para 2025.
- Por su parte, el déficit fiscal ha aumentado considerablemente en años recientes. En 2022 y 2023, el déficit se ubicó en 3.2% y 3.3% del PIB, respectivamente, mientras que para 2024 se proyecta que alcance el 4.9% del PIB, una cifra no vista en más de 25 años. Se estima que en 2025 y 2026 este déficit se mantenga en el 3.6%.
Este contexto ha llevado a un crecimiento vertiginoso del costo financiero de la deuda (Figura 3). Para 2024, este costo representó el 3.4% del PIB, la cifra más alta desde mediados de los noventa.
Además, se estima que en 2025 y 2026 este porcentaje se eleve a 3.8% y 4.1% del PIB, respectivamente. Estos niveles superan el promedio del 2.9% del PIB registrado durante el sexenio anterior y el 2.1% del sexenio previo.
El círculo vicioso del déficit fiscal
A raíz de estos desequilibrios fiscales, varias agencias calificadoras degradaron la calificación de la deuda mexicana en los años 2016, 2019 y 2020. Esta caída en la calificación incrementó las tasas de interés a las que el gobierno pudo financiarse, lo que aumentó el costo financiero de la deuda.
Por otro lado, el incremento en las tasas de interés internacionales, derivado de políticas monetarias restrictivas para controlar la inflación, también impactaron negativamente.
- La Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE) en México pasó del 4% en 2021 al 11.25% en abril de 2023, coincidiendo con emisiones de deuda significativas para reestructurar pasivos que durante 2022 y 2023 ascendieron a 11.3 billones de pesos. Este contexto ha generado un aumento directo en el costo de la deuda.
El aumento del déficit fiscal, especialmente desde 2009, ha sido un factor clave en el crecimiento de la deuda.
- En 2007 y 2008, el déficit era mínimo, apenas 0.1% del PIB, pero desde 2009, salvo en dos años, el déficit nunca ha sido inferior al 2% del PIB.
- Esta tendencia creció a partir de 2020, cuando el déficit alcanzó el 2.8% del PIB, y se agudizó en 2024, cuando el déficit llegó al 49% del PIB.
Se proyecta un déficit esperado en el balance público para los años 2025 y 2026, de 3.6% del PIB.
La urgencia de un cambio de paradigma
El costo financiero de la deuda pública en México está alcanzando niveles insostenibles. La creciente deuda, combinada con déficits fiscales elevados y el impacto de las altas tasas de interés, está limitando la capacidad del gobierno para invertir en políticas públicas que fortalezcan el bienestar social y el crecimiento económico.
Frente a este panorama, urge un cambio en el enfoque de la política fiscal.
- México necesita una política fiscal que impulse el crecimiento económico, priorizando inversión en educación, salud, innovación y capital humano, así como el fomento de la calidad institucional, asegurando la estabilidad macroeconómica.
- El gasto público debe priorizar, además de aspectos sociales, proyectos productivos que generen retornos económicos a largo plazo. A su vez, es esencial que el enfoque de la política fiscal sea contracíclico y eficiente.
Para controlar el déficit fiscal, es crucial revisar y mejorar la calidad del gasto público, priorizando áreas estratégicas y evitando proyectos no rentables. Estableciendo, además, límites claros al crecimiento de la deuda y garantizando que la economía crezca por encima del costo de la deuda.
En cuanto a la recaudación fiscal, se debe ampliar la base gravable, formalizando la economía informal y mejorando la administración tributaria. La educación tributaria y la simplificación del sistema tributario también son fundamentales para aumentar el cumplimiento de las obligaciones fiscales.
- Finalmente, es imperativo diversificar las fuentes de financiamiento público. Instrumentos como asociaciones público-privadas, fondos soberanos, bonos verdes y de impacto social, o esquemas de financiamiento basados en resultados.
Pueden complementar la inversión pública sin depender exclusivamente de deuda tradicional.
- Una política fiscal más equilibrada, sostenible y orientada al desarrollo es condición indispensable para evitar que el peso del endeudamiento siga asfixiando las oportunidades de bienestar y crecimiento del país.
Solo así México podrá garantizar una economía más sólida y un futuro más próspero para su población.
Análisis de especialistas de la Universidad Iberoamericana son presentados a nuestros lectores cada 15 días en un espacio que coordina el Departamento de Economía de la Universidad Iberoamericana, en la Ciudad de México. /PUNTOporPUNTO