INMIGRACIÓN, tema clave en las ELECCIONES de EU; se genera División entre Políticos y Votantes

El tema ha sido tomado como bandera para atraer votantes, quienes sopesan propuestas como la de Trump, quien promete endurecer la política migratoria o bien, como Biden, que busca un equilibrio y una visión positiva de los migrantes.

La migración se consolida como un tema clave, no solo en las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos, sino también en los procesos electorales que ambos países encararán en este año. En ese sentido, la Ley SB4 firmada en diciembre en Texas por el gobernador Gregg Abbot —con quien el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene profundas diferencias—, profundiza la brecha, pues tipifica como delito estatal cruzar la frontera ilegalmente y también otorga a los jueces de Texas el poder de deportar a inmigrantes indocumentados.

  • El pasado 19 de marzo de 2024, la Corte Suprema de Estados Unidos emitió una decisión que permite a Texas deportar temporalmente a inmigrantes indocumentados, desafiando así la tradicional autoridad federal en este ámbito.
  • La opinión, que contó con el apoyo de seis jueces, respaldó la controvertida ley de Texas conocida como Proyecto de Ley Senatorial 4 (SB 4). La SB 4 ahora se implementará, al menos hasta que el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito tome una decisión este mes de abril.

Tres jueces liberales de la Corte Suprema expresaron su disconformidad con la decisión, argumentando que la SB 4 perturba el equilibrio federal-estatal establecido durante más de un siglo en el que el gobierno nacional tenía autoridad exclusiva sobre la inmigración.

La administración Biden había intentado bloquear la implementación de la SB 4, sosteniendo que era inconsistente con la ley federal. Sin embargo, la decisión de la Corte Suprema envió el caso a un tribunal de apelaciones para una revisión adicional.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha estado luchando con la administración Biden desde 2021 por la capacidad del estado para asegurar su frontera con México. Bajo el liderazgo de Abbott, Texas ha enviado tropas de la Guardia Nacional de Texas y policías estatales a su frontera con México.

Texas es el único estado fronterizo que ha construido su propio muro, dividiéndose parcialmente de México. Texas también ha construido otras barreras a lo largo de la frontera.

  • Para Mark P. Jones, catedrático Joseph D. Jamail de Estudios Latinoamericanos y miembro de Ciencias Políticas del Instituto Baker, Universidad Rice, en Houston, Texas, Estados Unidos, el poder ejecutivo de Texas, encabezado por Abbott, el vicegobernador Dan Patrick y el fiscal general Ken Paxton, es el oponente más poderoso y vocal del país a la administración Biden; afirmó en el artículo “La ley de inmigración de Texas en un limbo legal, con una lucha cada vez más intensa entre Texas y el gobierno de Estados Unidos por asegurar la frontera con México”, publicado en el sitio especializado “The Conversation”.

“Abbott y otros republicanos de Texas continúan afirmando su derecho a asegurar la frontera y deportar a inmigrantes indocumentados porque dicen que el gobierno federal no está haciendo ninguna de las dos cosas de manera efectiva”, explicó Jones.

“Además, los republicanos siguen utilizando la inmigración y la seguridad fronteriza como tema principal para atraer a los votantes republicanos e independientes de cara a las elecciones de 2024″, añadió el especialista.

El académico consideró que “comprender la historia particular de Texas y el sentimiento de orgullo de los tejanos por su estado ayuda a comprender mejor el contexto detrás de este conflicto actual”.

Quien gane las elecciones en EU deberá cooperar con México en migración

La oposición republicana usa el repunte en la entrada de migrantes de manera irregular para atacar al presidente demócrata Joe Biden, de no hacer nada para contener este flujo. En respuesta, el mandatario critica que los republicanos rechazaron un proyecto bipartidista que permitía, entre otras cosas, el cierre de la frontera con México.

  • Sin embargo este tipo de enfoques, así como la ley SB4 de Texas, no toman en cuenta una parte importante de la ecuación: las decisiones que tomé el gobierno mexicano, ahora encabezado por Andrés Manuel López Obrador, pero cambiará a partir del 1 de octubre.
  • La ley texana —actualmente suspendida por una orden judicial— permitiría a la policía estatal detener a cualquier persona sospechosa de haber entrado de manera irregular a territorio estadounidense, con penas de hasta 20 años de prisión y el permiso de deportar a México a estas personas.

“México no aceptará, bajo ninguna circunstancia, repatriaciones por parte del estado de Texas”, indicó la Secretaría de Relaciones Exteriores de México en un comunicado. México tiene el “derecho legítimo a proteger los derechos de sus nacionales en los Estados Unidos y a determinar sus propias políticas con respecto a la entrada en su territorio”, indicó la cancillería mexicana.

  • Aunque Donald Trump, virtual candidato republicano a la presidencia, ha prometido «la operación de deportación más grande de la historia de Estados Unidos» y el presidente Joe Biden dijo que una medida fronteriza bipartidista del Senado ahora descartada le permitiría «cerrar temporalmente la frontera», ninguno de los dos escenarios podría ocurrir sin el visto de bueno de México y otros países que deben aceptar migrantes retornados y cooperar para detener el movimiento de otros a la frontera de los Estados Unidos, de acuerdo con un reporte del Migration Policy Intitute (MPI).

“De manera más general, los líderes de la Ciudad de México, San Salvador, Quito y muchas otras capitales desempeñan un papel clave en la configuración de la migración antes de que llegue a los Estados Unidos”, indica el MPI.

Las políticas nacionales para limitar o acelerar los movimientos migratorios en la región pueden estar moldeadas por la presión de los Estados Unidos, pero los países latinoamericanos diseñan este tipo de medidas con bases en sus propias políticas internas y desafíos de capacidad.

México: un jugador clave

México es el país que juega el papel más importante para que las políticas migratorias estadounidenses funcionen o fracasen. Desde 2007, con la Iniciativa Mérida, México y Estados Unidos han cooperado en materia de gestión migratoria.

  • Bajo la administración Trump, las relaciones con México tomaron un tono diferente, en parte por la agenda antiinüigrante del presidente estadounidense, pero también por los fenómenos migratorios que surgieron o se intensificaron en América.
  • En 2018 y 2019, el aumento de la migración no autorizada de Centroamérica desafió a los sistemas de inmigración mexicanos y estadounidenses por igual.

Bajo la amenaza de aranceles, el gobierno mexicano acordó en 2019 cooperar con los Protocolos de Protección de Migrantes (MPP, más comúnmente conocidos como Permanecer en México), un esfuerzo de los Estados Unidos en virtud del cual ciertos migrantes que buscan asilo en los Estados Unidos tuvieron que esperar en México hasta la determinación de su caso judicial.

Este fue el primer acuerdo formal en el que México aceptó el regreso de migrantes no mexicanos de los Estados Unidos y marcó un punto de inflexión en la cooperación fronteriza entre Estados Unidos y México.

  • Entre 2019 y 2022, el año en que el gobierno del demócrata Joe Biden terminó con los MPP, más de 81,000 personas se inscribieron en el programa, que fue fuertemente criticado por los defensores por no tener el debido proceso y obligar a los migrantes a esperar en áreas a menudo peligrosas en el norte de México sin acceso a las necesidades básicas.

En 2021, el gobierno de los Estados Unidos y la administración del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador desarrollaron el Marco del Bicentenario para reemplazar la Iniciativa Mérida.

Desde entonces, los dos países han cooperado ampliamente, ya que los encuentros fronterizos de los Estados Unidos de migrantes de países lejanos han aumentado a niveles récord en los últimos tres años. Entre el año fiscal 2020 y el año fiscal 2023, los encuentros de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) de nacionalidades más allá de México, —El Salvador, Guatemala y Honduras—aumentaron de un 12% de todos los encuentros a un 51%.

Además de aumentar la aplicación de la ley y la creación de mayores capacidades en su sistema de inmigración —aún rebasado en varios aspectos— el gobierno mexicano acordó recientemente aceptar las devoluciones de ciertos no mexicanos.

  • En octubre de 2022, el gobierno mexicano acordó aceptar el regreso cada mes de hasta 30,000 cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos interceptados en la frontera de los Estados Unidos, el mismo número que puede ser admitido en los Estados Unidos a través de un sistema de libertad bajo palabra.
  • El gobierno de los Estados Unidos ha tenido dificultades para regresar a los nacionales de estos cuatro países debido a las tensas relaciones diplomáticas con Cuba, Venezuela y Nicaragua, así como a la crisis en Haití.

“En particular, el gobierno mexicano no es un socio pasivo en esta cooperación. Ha aprovechado estratégicamente la cooperación migratoria para satisfacer sus propias necesidades”, indica el MPI.

Aunque el documento señala que no es muy claro que México obtiene de su cooperación con Estados Unidos, pues no hay una relación tan transaccional como la de la Unión Europea con países como Marruecos o Turquía, que obtienen fondos de cooperación para el desarrollo a cambio de contener los flujos migratorios provenientes de Medio Oriente y África, respectivamente.

Con numerosos gobiernos de América reconociendo cada vez más la necesidad de coordinación regional en materia de migración, México también ha consolidado su papel como líder regional.

Debido a que mantiene relaciones diplomáticas con países que los Estados Unidos no, el gobierno mexicano puede organizar debates como una cumbre de octubre en el sur de México con líderes de Cuba y Venezuela, entre otros que es poco probable que alguna vez sean acogidos en la Casa Blanca. Si bien Estados Unidos permanece fuera de estas reuniones, se beneficia de una mayor coordinación regional.

Los migrantes es un tema que genera división en EU

La inmigración ha emergido como una preocupación central para los políticos y los votantes en el año electoral 2024 en Estados Unidos. Esta dinámica le sirve a los intereses de Donald Trump al movilizar a sus bases con su postura de política migratoria estricta, mientras Biden busca un equilibrio para atraer a votantes moderados e independientes.

  • Según una encuesta reciente de Marist College, ranqueado número seis entre los encuestadores analizados por fivethirtyeight.com, la inmigración constituye el tema principal para los votantes republicanos (44%), rebasando el tema de la inflación en su importancia para ese grupo. Para todos los votantes registrados, 31% piensa en preservar la democracia como tema principal, sobre todo los votantes independientes (33%) y demócratas (44%).

Las actitudes hacia la gestión de Joe Biden en el tema migratorio plantean un escenario parecido. 61% de los votantes registrados desaprueba la gestión de Biden en el ámbito migratorio. Entre ellos, 90% de republicanos desaprueba su gestión comparado con 30% de los demócratas y 66% de los votantes independientes. En fin, un porcentaje importante entre los republicanos y los votantes independientes indica que la cuestión de la inmigración es un tema al cual Biden políticamente no puede pasar por alto en vista de las elecciones.

Entonces ¿cuál debería ser la prioridad en términos de política migratoria? 60% de los republicanos y 44% de los independientes abogan por reforzar la seguridad fronteriza entre Estados Unidos y México, comparado con 23% entre demócratas. En cambio, la prioridad para los demócratas (44%) es permitir que algunos inmigrantes que han llegado ilegalmente a una edad temprana se queden en el país.

  • El 22% de los republicanos quiere que se aumenten las deportaciones de inmigrantes que han llegado ilegalmente, mientras 25% de demócratas quieren recibir a refugiados que han experimentado conflictos, violencia o guerra.
  • Los partidos le dan preferencia a distintas prioridades, y creen que sus partidos respectivos son los partidos indicados para resolver este tema. 65% de los votantes demócratas y 87% de los republicanos proclaman que sus partidos respectivos pueden resolver el tema migratorio, y 38% y 17% de los votantes independientes también dicen que el Partido Republicano y el Partido Demócrata pueden resolver el tema, respectivamente.

Pero ¿cómo se desarrollan estas actitudes a largo plazo? Gallup tiene algunas series temporales históricas para entender la tendencia a largo plazo. El año 2001 la diferencia porcentual en el deseo por menos inmigración entre los demócratas y republicanos era de 5%, mientras en 2023 esta brecha alcanzó 52%. Es decir, la tendencia a largo plazo con la coyuntura electoral en este sentido.

¿Qué pasa si miramos más allá que las diferencias entre partidos a las tendencias en la población general, sin considerar las diferencias entre partidos? La pregunta si los inmigrantes están mejorando o empeorando el país en distintos ámbitos demuestra actitudes más o menos estables a lo largo del tiempo con algunas oscilaciones y sin una tendencia clara.

  • Es más, las actitudes hacia la inmigración (si la inmigración debe aumentarse o disminuirse) muestran que el porcentaje de personas que quieren que la inmigración aumente ha incrementado a lo largo del tiempo. Esto señala un reconocimiento de la inmigración como algo positivo para el país, más allá de las diferencias a nivel de partido. Los niveles de preocupación respecto a la inmigración ilegal también se han mantenido estables.

En fin, en cada ciclo electoral se destacan distintos temas. En esta ocasión la inmigración ha emergido como un tema de gran relevancia de cara a las elecciones este noviembre. Este tema ha generado divisiones significativas en las actitudes según identidad partidista y a corto y largo plazo. No obstante, al examinar las tendencias independientes de la identidad partidista, vemos que las actitudes generales experimentan fluctuaciones, pero se mantienen relativamente estables a lo largo del tiempo.

Esta dinámica coincide con investigaciones que resaltan la estabilidad de actitudes hacia la inmigración a largo plazo. Para los analistas de opinión pública esto subraya la importancia de considerar la dinámica temporal cuando analizamos actitudes hacia temas coyunturales. Y como espectadores de las campañas electorales en Estados Unidos, habrá que observar cómo se desarrolla este tema en los próximos meses./Agencias-PUNTOporPUNTO

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