Ranking MUNDIAL: ARGENTINA es el peor país para vivir en la PANDEMIA, México el Segundo

Casi un año y medio después del inicio de la pandemia el ranking de Bloomberg incorporó el progreso de la reapertura como factor medible.

Bloomberg dio a conocer “los mejores y peores lugares para estar mientras el mundo finalmente reabre” por la pandemia.

  • El ranking analiza el manejo de la epidemia en 53 naciones del mundo. Los mejores y peores lugares para estar en la era COVID-19 se definen cada vez más por su capacidad de volver a la normalidad.
  • En primer lugar se encuentra Estados Unidos, seguido por Nueva Zelanda, en tercer lugar Suiza y en cuarto Israel, al que e sigue Francia y España, para dar paso a Australia, China, Reino Unido y en décimo lugar Corea del Sur, a la que le sigue Noruega y Dinamarca.

El puntaje obtenido por Estados Unidos en resiliencia es de 76, mientras que el 50 por ciento de su población ya está vacunada.

En tanto, México se ubica ahora en la posición 34, por lo que subió 19 lugares desde noviembre de 2020 cuando apareció por primera vez en el listado.

El listado completo es el siguiente:

  1. Estados Unidos
  2. Nueva Zelanda
  3. Suiza
  4. Israel
  5. Francia
  6. España
  7. Australia
  8. China
  9. Reino Unido
  10. Corea del Sur
  11. Noruega
  12. Dinamarca
  13. Singapur
  14. Turquía
  15. Arabia Saudita
  16. Bélgica
  17. Finlandia
  18. Emiratos Árabes Unidos
  19. Grecia
  20. Rumania
  21. Suecia
  22. Países Bajos
  23. Japón
  24. Canadá
  25. Austria
  26. Italia
  27. Irlanda
  28. Alemania
  29. Portugal
  30. Hong Kong
  31. República Checa
  32. Rusia
  33. Egipto
  34. México
  35. Polonia
  36. Nigeria
  37. Irak
  38. Chile
  39. Tailandia
  40. Vietnam
  41. Brasil
  42. Irán
  43. Sudáfrica
  44. Taiwán
  45. Perú
  46. Bangladesh
  47. Paquistán
  48. Colombia
  49. Indonesia
  50. India
  51. Malasia
  52. Filipinas
  53. Argentina

El reporte expone que “el mayor empuje de vacunación en la historia ha permitido a ciertas partes del mundo abolir mandatos sobre el uso de cubrebocas, relajar las restricciones y desmantelar los frenos fronterizos. Domar los casos y las muertes fue vital, aunado a asegurar un sistema de salud robusto. Ahora, la habilidad de esencialmente dar la vuelta al reloj y regresar a los tiempos prepandémicos comienza a aumentar en relevancia”.

  • “Lo central para conseguir esto es la apertura económica del mundo, es por eso que hemos introducido un nuevo elemento – Progreso de Reapertura – a la clasificación de resiliencia ante la Covid de Bloomberg. Dos nuevas métricas capturan la facilidad de viajar y cuánto se ha recuperado el viaje aéreo, además de nuestras 10 medidas sobre la tasa de mortalidad, conteo de infecciones y libertad de movimiento hacia el crecimiento económico”.

“Países europeos como Suiza, Francia y España están en el top 10, mientras abren sus fronteras a turistas vacunados y las hospitalizaciones bajan gracias a la inoculación”, anotó.

“Partes de la región Pacífico-Asiática, que hasta ahora habían tenido buen desempeño en nuestro ranking — como Singapur, Hong Kong y Australia — se han derrumbado, mientras los frenos fronterizos se mantienen y políticas de cero tolerancia ante pequeños rebrotes limitan su habilidad para reabrir; Taiwán bajó hasta la mitad más baja del conteo por las mismas razones, acentuado por una vacunación lenta y un rebrote”.

  • “India, Filipinas y algunos países latinoamericanos son los peor calificados, en medio de una tormenta perfecta de brotes provocados por variantes del virus, vacunación lenta y aislamiento mundial”, añadió.
  • “Los paraísos Covid” como el número dos del ranking, Nueva Zelanda, y el número 13, Singapur, utilizan frenos fronterizos y cuarentenas largas para mantener el nivel de casos positivos casi en cero.

“Es en la vacunación donde lugares como Estados Unidos y Reino Unido han recuperado el terreno perdido, subiendo rápidamente en el Conteo de Resiliencia ante la Covid, pues la inversión en investigación y el enfoque en vacunación rápida ha demostrado ser vital”, anotó.

“Las economías que comenzaron a vacunar desde temprano tienen la ventaja de ser en su mayoría — y en el caso de Israel completamente — inoculados con vacunas mRNA, que aparentemente no solo previenen a las personas de padecer Covid, sino además de contraerla y transmitirla. La evidencia todavía es temprana. Las vacunas que dependen de una tecnología más tradicional no parecen conseguir estos resultados al mismo nivel, aunque sí han demostrado ser efectivas en prevenir que la gente se enferme críticamente y mueran del virus”.

  • Y señaló que “la disparidad en la inmunidad representa una amenaza al mundo: mientras el coronavirus siga propagándose de manera desenfrenada, habrá más oportunidad de que nuevas y más peligrosas mutaciones del virus se desarrollen. La posibilidad de que una nueva cepa entre en las personas ya vacunadas e inicie una nueva ola de contagios no puede ser descartada. Los líderes de las economías occidentales que han reabierto, como Estados Unidos, están alertando a sus personas no vacunadas de que son vulnerables a la variante DELTA, la cual presenta altos índices de propagación“.

“La crisis que se da en los países en vías de desarrollo pone en presión a las economías avanzadas para que hagan más por ayudar. Las imágenes de estadounidenses felices en reuniones sociales se yuxtaponen con las multitudes en India luchando por una sola dosis.

“En junio, El Grupo de los 7, incluyendo al presidente estadounidese Joe Biden y al primer ministro británico Boris Johnson, prometieron donar cientos de millones de dosis, pero los países en desarrollo necesitan miles de millones. China está llenando este déficit, enviando sus vacunas mediante acuerdos bilaterales con países como Brasil, Indonesia y Chile”, concluyó.

5 mandatarios reprobados en manejo de la pandemia

  • Narendra Modi de la India
    Escribe: Sumit Ganguly, Universidad de Indiana

India es el nuevo epicentro de la pandemia, registrando unos 400.000 nuevos casos por día en algunos días de mayo. Por muy sombría que sea, la estadística no capta el horror que se desarrolla allí. Los pacientes con COVID-19 están muriendo en los hospitales porque los médicos no tienen oxígeno para administrar ni medicamentos que salvan vidas como el remdesivir. Se rechaza a los enfermos de las clínicas que no tienen camas disponibles.

Muchos indios culpan a un hombre por la tragedia del país: el primer ministro Narendra Modi.

En enero pasado, Modi declaró en un foro global que la India había “salvado a la humanidad … al contener la corona de manera efectiva.” En marzo, su ministro de Salud proclamó que la pandemia estaba llegando a su “final.” En realidad, el COVID-19 estaba ganando fuerza en el país y en todo el mundo – pero su gobierno no hizo preparativos para posibles contingencias, como la aparición de una variante más mortal y más contagiosa.

Incluso cuando importantes zonas del país no habían suprimido por completo el patógeno, Modi y otros miembros de su partido llevaron a cabo mítines de campaña al aire libre antes de las elecciones de abril. Pocos asistentes llevaban máscaras. Modi también permitió que un festival religioso que atrae a millones de personas se desarrollara de enero a marzo. Los funcionarios de salud pública ahora creen que el festival pudo haber sido un evento de superpropagación y fue “un enorme error.”

Como Modi promocionó sus éxitos el año pasado, la India – el mayor fabricante de vacunas del mundo – envió más de 10 millones de dosis de vacunas a los países vecinos. Sin embargo, solo 1,9 por ciento de los 1.300 millones de personas de la India habían sido completamente vacunados contra el COVID-19 a principios de mayo.

  • Jair Bolsonaro de Brasil
    Escriben: Elize Massard da Fonseca, de la Fundação Getulio Vargas y Scott L. Greer, de la Universidad de Michigan

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, no solo no respondió al COVID-19 – al que calificó de “pequeña gripe” – sino que empeoró activamente la crisis en Brasil.

  • Bolsonaro usó sus poderes constitucionales para interferir en los asuntos administrativos del Ministerio de Salud, como protocolos clínicos, divulgación de datos y adquisición de vacunas. Vetó la legislación que habría ordenado el uso de cubrebocas en lugares religiosos y compensado a los profesionales de la salud perjudicados permanentemente por la pandemia, por ejemplo. Y obstruyó los esfuerzos del gobierno estatal para promover el distanciamiento social y usó su poder de decreto para permitir que muchas empresas permanecieran abiertas como “esenciales”, incluidos spas y gimnasios. Bolsonaro también promovió agresivamente medicamentos no probados, en particular la hidroxicloroquina, para tratar a los pacientes con COVID-19.

Bolsonaro usó su perfil público como presidente para dar forma al debate en torno a la crisis del coronavirus, fomentando un falso dilema entre catástrofe económica y distanciamiento social y tergiversando la ciencia. Ha culpado a los gobiernos estatales brasileños, a China y a la Organización Mundial de la Salud por la crisis, y nunca ha asumido la responsabilidad de gestionar el brote de su propio país.

En diciembre, Bolsonaro declaró que no se aplicaría la vacuna debido a los efectos secundarios. “Si te conviertes en cocodrilo, es tu problema”, dijo.

La mala gestión pandémica de Bolsonaro creó un conflicto dentro de su gobierno: Brasil pasó por cuatro ministros de salud en menos de un año. El brote incontrolado de Brasil dio lugar a varias variantes nuevas de coronavirus, incluida la P.1, que parece más contagiosa. La tasa de transmisión de COVID-19 de Brasil finalmente está comenzando a caer, pero la situación sigue siendo preocupante.

  • Alexander Lukashenko de Bielorrusia
    Escriben: Elizabeth J. King y Scott L. Greer, de la Universidad de Michigan

Muchos países de todo el mundo han respondido al COVID-19 con políticas trágicamente inadecuadas. Sin embargo, sostenemos que los peores líderes de una pandemia son los que eligieron el negacionismo total sobre la acción ineficaz.

  • Alexander Lukashenko, el líder autoritario de Bielorrusia desde hace mucho tiempo, nunca ha reconocido la amenaza del COVID-19. Al comienzo de la pandemia, mientras otros países estaban imponiendo cierres, Lukashenko optó por no implementar ninguna medida restrictiva para evitar la propagación del COVID-19. En cambio, afirmó que el virus podría prevenirse bebiendo vodka, visitando saunas y trabajando en los campos. Este negacionismo esencialmente dejó las medidas preventivas y la ayuda pandémica a las personas y las campañas de financiación colectiva.

Durante el verano de 2020, Lukashenko afirmó que le habían diagnosticado COVID, pero que estaba asintomático, lo que le permitió seguir insistiendo en que el virus no era una amenaza grave. Supuestamente frustrar la enfermedad y visitar hospitales COVID-19 sin una máscara también respaldaba su imagen deseada de un hombre fuerte.

Bielorrusia acaba de comenzar los esfuerzos de vacunación, pero Lukashenko dice que no se vacunará. Actualmente, menos de 3% de los bielorrusos están vacunados contra el nuevo coronavirus.

  • Donald Trump, expresidente de Estados Unidos
    Escribe: Dorothy Chin, Universidad de California, Los Ángeles

Trump está fuera de su cargo, pero su mal manejo de la pandemia continúa teniendo devastadoras consecuencias a largo plazo en Estados Unidos – particularmente en la salud y el bienestar de las comunidades de color.

  • La negación temprana de Trump de la pandemia; la propagación activa de información errónea sobre el uso de máscaras y tratamientos, y un liderazgo incoherente perjudicó al país en su conjunto – pero el resultado fue mucho peor para algunos grupos que para otros. Las comunidades de color sufrieron enfermedades y muertes desproporcionadas. Aunque los afroamericanos y los latinos representan solo 31% de la población de EEUU, representan más de 55% de los casos de COVID-19. Los indígenas estadounidenses fueron hospitalizados 3,5 veces más y sufrieron 2,4 veces la tasa de mortalidad de los blancos.

Las tasas de desempleo también son desproporcionadas. Durante lo peor de la pandemia de EEUU, se disparó a 17,6% para los latinoamericanos; a 16,8% para los afroamericanos, y a 15% para los asiáticoamericanos, en comparación con 12,4% para los estadounidenses blancos.

Estas abrumadoras brechas amplificaron las desigualdades existentes, como la pobreza, la inestabilidad de la vivienda y la calidad de la educación – y probablemente continuarán haciéndolo durante algún tiempo. Por ejemplo, si bien la economía estadounidense en general muestra signos de recuperación, los grupos minoritarios no han logrado un progreso equivalente.

Por último, la insistencia de Trump de culpar a China por la pandemia – que incluyeron expresiones raciales como llamar al virus la ‘gripe kung’ – precedió inmediatamente a un aumento de casi el doble en los ataques contra los estadounidenses de origen asiático y los isleños del Pacífico en el último año. Esta inquietante tendencia no muestra signos de disminuir.

La administración de Trump apoyó el desarrollo inicial de la vacuna en el país, un logro que pocos líderes mundiales pueden reclamar, pero la desinformación y la retórica anticientífica que transmitió continúan comprometiendo el camino de Estados Unidos para salir de la pandemia. Las últimas encuestas sugieren que 24% de todos los estadounidenses y 41% de los republicanos dicen que no se vacunarán.

  • Andrés Manuel López Obrador de México
    Escribe: Salvador Vázquez del Mercado, del Centro de Investigación y Docencia Económicas

Con 9,2% de sus pacientes con COVID-19 muriendo a causa de la enfermedad, México tiene la tasa de letalidad más alta del mundo. Estimaciones recientes muestran que probablemente ha sufrido 617.00 muertes – a la par de Estados Unidos e India, ambos países con poblaciones mucho más grandes.

Una combinación de factores contribuyó a los brotes extremos y prolongados de la enfermedad en México. Y un liderazgo nacional inadecuado fue uno de ellos.

A lo largo de la pandemia, el presidente López Obrador buscó minimizar la gravedad de la situación. Al principio, se resistió a los llamados para promulgar un bloqueo en todo el país y continuó realizando mítines en todo el país antes de que finalmente, el 23 de marzo de 2020, México entró a confinamiento por dos meses. Con frecuencia se negó a usar cubrebocas.

  • Después de haber heredado un sistema de salud con fondos insuficientes cuando asumió el cargo en 2018, López Obrador aumentó los gastos relacionados durante la pandemia solo ligeramente. Los expertos señalaron que los presupuestos de los hospitales son insuficientes para la enorme tarea que enfrentan.
  • Incluso antes de que estallara la pandemia, la política de extrema austeridad fiscal de López Obrador – vigente desde 2018 – había dificultado mucho más el abordaje de una crisis de salud al limitar significativamente la ayuda financiera del COVID-19 disponible para ciudadanos y empresas. Eso, a su vez, agravó el shock económico causado por la pandemia, alimentando la necesidad de mantener la economía abierta durante todo el año pasado, bien entrada la feroz segunda ola invernal, de la que México apenas está comenzando a salir.

Finalmente, otro bloqueo se hizo inevitable. México volvió a cerrar brevemente en diciembre de 2020.

Hoy, el uso de cubrebocas va en aumento y México ha vacunado completamente a más de 10% de su población, en comparación con menos de 1% en la vecina Guatemala. Las cosas están mejorando, pero el camino de la recuperación de México es largo./Agencias-PUNTOporPUNTO

Ranking de resiliencia de Covid en el Enlace:

https://www.bloomberg.com/graphics/covid-resilience-ranking/

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